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viernes, 21 de junio de 2019

LIBRO DE URANTIA PARTE II - LAS PARABOLAS DE JESUS - 6. LA PARÁBOLA DE LA GRAN CENA



LIBRO DE URANTIA PARTE II - LAS PARABOLAS DE JESUS
6. LA PARÁBOLA DE LA GRAN CENA


A. AÑO: d.C. 30
B. LUGAR: Filadelfia
C. MOMENTO: Esta parábola la trajo a colación un abogado en un desayuno que dio un fariseo, y al final del discurso de Jesús.
E. LA PARÁBOLA: “Cuando Jesús terminó de hablar en la mesa de desayuno del fariseo, uno de los abogados presentes, para interrumpir el silencio, dijo sin pensar: «Bienaventurado el que coma pan en el reino de Dios» —siendo ése un dicho común de aquellos días. Entonces Jesús dijo una parábola, que aun su cordial anfitrión se vio obligado a tomar en serio. Dijo:
“«Cierto gobernante hizo una gran cena, y habiendo invitado a muchos huéspedes, despachó a sus siervos a la hora de la cena para decir a los convidados: ‘venid, pues ya está todo listo'. Y todos a la vez empezaron a excusarse. El primero dijo: ‘acabo de comprar una hacienda, y necesito ir a verla; os ruego que me excuséis'. Otro dijo: ‘compré cinco yuntas de bueyes, y voy a recibirlas; os ruego que me excuséis'. Otro dijo: ‘soy recién casado, y por lo tanto no puedo acudir'. Así pues los siervos volvieron y comunicaron esto a su amo. Cuando el amo de la casa oyó esto, se airó, y volviéndose hacia los siervos, dijo: ‘He preparado este festín de boda; los lechones han sido matados, y todo está listo para mis huéspedes, pero han despreciado mi invitación; se han ido cada uno en pos de sus tierras y su mercancía, y aun les faltan el respeto a mis siervos que los invitan a que vengan a mi festín. Id pronto a las calles y senderos de la ciudad, a las carreteras y a los caminos, y traed de allí a los pobres y a los parias, a los ciegos y a los cojos, para que haya huéspedes en el festín de boda'. Y los siervos hicieron tal como el amo les mandó, y aun entonces había lugar para más huéspedes. Entonces dijo el amo a sus siervos: ‘Id ahora a los caminos y por los campos e insistid en que los que estén allí vengan para que mi casa esté llena. Yo os digo que ninguno de los que fueron invitados primero probará de mi cena'. Los siervos hicieron como les había ordenado el amo, y la casa estuvo llena».”
F. LA LECCIÓN:

  1. No deberíamos permitir que las obligaciones de los negocios ni las relaciones familiares interfieran en nuestra aceptación de los privilegios y obligaciones espirituales.
  2. Si los cultos y educados—los más aptos para ser receptores de los favores divinos—no responden a la amable invitación de Dios, entonces enviad la invitación a los menos dignos—incluso a los pobres y los desheredados.
  3. Lo importante: “La casa estuvo llena.” Incluso una tercera llamada se hizo a los que estaban en los caminos del campo.
  4. Otro caso en el que los primeros serán los últimos, y los últimos los primeros.

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