Datos personales

martes, 29 de abril de 2008

La Esquizofrenia

El término “esquizofrenia”es de poco valor básicamente. Muchas personas a quienes se les ha puesto la etiqueta de esquizofrénicos, no lo deben ser.
Existen casos clásicos de esquizofrenia y casos dudosos, pero en todo caso la etiqueta es muy engañosa y negativa.
Lo que estamos enfrentando en muchos casos son demostraciones de variados y a veces diversos patrones de comportamiento de la personalidad, patrones que no son tan integrados y funcionales como en la persona que llamamos normal. Los patrones son vistos en forma exagerada, de tal manera que en algunos casos podemos obtener vistazos de procesos mentales, emocionales y psíquicos, que generalmente permanecen invisibles psicológicamente, bajo la mas pulida y acabada personalidad social del individuo corriente.
La persona etiquetada como esquizofrénica, momentáneamente o por varios periodos de tiempo, carece de cierto tipo de apariencia psicológica. No se trata tanto de la carencia básica de un acabado psicológico, como de la adopción de cierto tipo de camuflaje psicológico. Tales personas, en cierta forma, juegan un juego bastante serio de “esconder y buscar” consigo mismas y con el mundo. Creen en la expresión: “Divide y conquista”. Es como si ellos mismos rehusaran unificarse apropiadamente y formar un ser unificado adecuadamente. La idea detrás del juego es: “Si usted no puede encontrarme, no puedo ser responsabilizado por mis acciones, acciones que están destinadas a traicionarme”.
El ser se convierte en un ser disperso y dividido operacionalmente, de tal manera que si una parte suya es atacada, las otras partes se alzan en su defensa. Tales personas utilizan los varios elementos de la personalidad como espías o soldados, dispersando sus fuerzas y obligando a establecer un sistema elaborado de comunicaciones para mantener en contacto todas las partes del ser. En momentos de estrés, establecen un aislamiento aun mayor de una parte del ser en relación con otra, lo que pone presión sobre el sistema de comunicaciones que debe utilizarse constantemente.
Las comunicaciones mismas frecuentemente son un tipo de código simbólico o psicológico, como el que podría utilizarse en inteligencia militar. Si los mensajes se pudieran descifrar y entender claramente, por supuesto que el juego habría terminado, ya que quien necesita entender el mensaje seria el ser unificado, que sintió la necesidad de las tropas camufladas del ser.
Estas personas se sienten bajo sitio. A menudo son personas muy creativas, con buenas reservas de energía, pero aprisionadas en medio de creencias encontradas, tanto del bien y el mal, como de poder y debilidad. Generalmente son extremadamente idealistas, pero, por distintas razones, no sienten que se puedan realizar las habilidades de ese ser idealizado.
Estamos haciendo generalizaciones, pero cada caso individual debe mirarse en su luz propia. Como regla general, estas personas tienen una versión exagerada del ser, tan idealizada, que su misma existencia intimida la acción practica. Están temerosos de cometer errores, aterrorizados de traicionar esta sentida superioridad psicológica interna. Este ser idealizado interior surge de la aceptación de creencias muy distorsionadas sobre el bien y el mal. Terminamos en lo que pueden considerarse dos antagonistas principales internos: un ser superior y un ser inferior. Las condiciones que se consideran buenas, son atraídas hacia el ser superior como si fuera un imán. Las cualidades que parecen malas, son atraídas de igual manera por el ser inferior. Ambas cualidades, que son polaridades psicológicas relativamente aisladas, tienen igual influencia. Todas las demás evidencias psicológicas que son ambiguas, o que no son entendidas claramente por ambos lados, se agrupan bajo sus propias banderas psicológicas.
Estas personas están temerosas de su propia energía. Por una parte, la energía se considera la posesión del ser superior, caso en el cual debe utilizarse para grandes aventuras y hechos heroicos. Por la otra, la persona se siente incapaz de utilizar la energía de una manera normal, puesto que en el mundo ordinario ninguna aventura puede estar a la altura de los ideales exagerados del ser superior. Es entonces cuando la persona se asusta de enfrentarse al mundo, o de comprometerse en acciones ordinarias, puesto que siente que, a la luz de tales comparaciones, solo puede rebajarse a sí mismo.
Requiere cantidades indebidas de elogios y atenciones por parte de otras personas, puesto que, obviamente, va a conseguir muy poco de sí mismo. En cierta forma, se rehusará a ser responsabilizado por sus acciones y por lo tanto las saca del marco de valoración con que otras personas deben funcionar. Puede evitar poner en examen sus “talentos y habilidades superiores”, en donde siente que fracasaría con toda certeza. Medio se da cuenta de que el ser superior y el ser inferior son ambos de manufactura psicológica. Sus habilidades no son tan grandiosas y sus fracasos no son tan desastrosos. La creencia en estos elementos tan opuestos de su personalidad lo mantiene en un estado de confusión, que lo hace sentir impotente para actuar de una manera concertada.
El termino “esquizofrenia” cubre muchísimas experiencias. Algunas de estas personas están bastante satisfechas con su condición, encuentran sus propios nidos, están en capacidad de mantenerse a sí mismos, o tienen los medios para hacerlo. Otros viven en medio de una atmósfera de temor constante por su condición personal, mientras, al mismo tiempo, se encuentran tan excitados como soldados en combate. Algunos pueden funcionar bastante bien en la sociedad. En todo caso, la condición es muy variable, cobijando desde personas que son, simplemente, inadaptados sociales, hasta personas que están en un profundo problema psicológico.
Para la mayoría de las personas consideradas normales existe una especie de vía pavimentada sobre la cual viajan los impulsos antes de encontrar una intersección con la mente consciente, la que enseguida determina si el impulso será seguido y activado, o no lo será. En los tipos de casos que estamos discutiendo, en lugar de una vía pavimentada lo que tenemos es un campo pedregoso, peligroso y lleno de minas, listas para explotar en cualquier momento.
Recordemos que estamos tratando con una fuerza dispersa, en la que varios elementos de la personalidad son enviados a efectuar diferentes tareas y, en cierta forma, se encuentran atrapados entre el ser superior y el ser inferior. Por consiguiente, no hay una línea clara de acción a seguir. Debe estar también camuflada. En lugar de impulsos claros hacia la acción, que intersectan directamente con la conciencia, lo que tenemos son ráfagas de impulsos que surgen como ordenes para actuar, provenientes de otra fuente u otras fuentes. Pueden parecer como voces que le dicen al individuo hacer esto o aquello, como ordenes automáticas utilizando la escritura, o como percepciones que podrían llamarse alucinatorias. De esta manera, el individuo no necesita asumir la responsabilidad por sus acciones, ya que las ordenes parecen no provenir de él mismo. La terrible posibilidad de fracasar se alivia momentáneamente en esa determinada situación.
Siempre existe un ordenamiento general en la personalidad, aunque está en el trasfondo. Así que, en cualquier caso dado, todos los “seres” separados, o las otras fuentes con las que el individuo se siente en contacto, se orientan conjuntamente hacia la totalidad, o unidad, que esta latente. Estos sobresalientes fenómenos mentales indican de manera aislada los elementos de la personalidad que no van a ser asimilados de una manera normal.
Existen innumerables ejemplos en donde los “episodios de esquizofrenia” ocurren en personas por lo demás normales, en los que, con el propósito de aprender y en periodos de crecimiento, la personalidad ordena sus partes y les ayuda a agrandar sus estructuras.
La personalidad puede unirse, ella misma, de muchas maneras. Existe una gran libertad de acción en la utilización de las percepciones internas y externas y en las maneras como estas se organizan para formar un cuadro aceptable de la realidad en un determinado tiempo.
La percepción física nos ofrece un cierto tipo de necesaria retroalimentación, pero ella se basa en procesos de aprendizaje, de tal manera que desde la juventud aprendemos a juntar las piezas del mundo de una forma aceptable. En cierta forma y bajo ciertas circunstancias, algunas situaciones esquizofrenicas nos pueden ofrecer vistazos de la movilidad psicológica interior. Movilidad que fue enfocada y dirigida a medida que crecíamos en la niñez. La esquizofrenia representa un tipo de discapacidad en el aprendizaje, en este aspecto en particular.

domingo, 27 de abril de 2008

Eventos Maestros

Eventos Maestros son aquellos en los que la actividad principal tiene lugar en dimensiones internas. Tales eventos son demasiado multidimensionales para aparecer con claridad en nuestra realidad, de tal manera que vemos o experimentamos solo partes de ellos. Son eventos fuente. Su principal empuje está en lo que podemos llamar las inmensas dimensiones del sueño, el territorio desconocido de la realidad interior. Los términos que utilicemos no hacen ninguna diferencia. Sin embargo, la acción original de esos eventos no está manifiesta, no es física. Esos eventos, subsecuentemente, se proyectan en el espacio y el tiempo con resultados extraordinarios. Esparcen su luz sobre los “hechos” del tiempo histórico e influencian esos eventos. Los eventos maestros pueden terminar traducidos a la mitología, la religión, o el arte, o sus efectos pueden servir para darle una estructura a la totalidad de la civilización.
El origen del universo que conocemos fue un evento maestro. La acción inicial no ocurrió en el espacio y el tiempo, sino que formó el espacio y el tiempo.
En nuestros términos, otros universos, con todas sus propias estructuras del espacio y el tiempo, fueron creados simultáneamente y existen simultáneamente. El efecto de mirar al exterior en el espacio, y por consiguiente hacia atrás en el tiempo, es una especie de convención incorporada que aparece dentro del esquema espacio-tiempo. Es preciso recordar que cuando pensamos en términos de orígenes, la misma palabra “origen” despende de convenciones del tiempo y de la creencia en principios y finales. Principios y finales corresponden a efectos que parecen estar hechos para nuestra percepción. En cierta forma, representan, simplemente, los principios y finales, los limites, los alcances y las limitaciones de nuestro lapso de atención.
Hemos dicho que, en términos nuestros, todos los universos fueron creados simultáneamente, al mismo tiempo. La misma estructura de la frase tiene el tiempo incorporado, así que estamos obligados a pensar que estamos hablando de un pasado casi indescriptible. Utilizamos los términos del tiempo, puesto que estamos acostumbrados a este tipo de categorización, de tal manera que aquí nos estamos metiendo en una aparente contradicción cuando decimos que en un orden superior de eventos todos los universos, incluido el nuestro, tienen sus creaciones originales ocurriendo ahora, con todos sus pasados y futuros incorporados y con todas las escalas del tiempo tornando siempre al exterior y todos sus cambios aparentes siendo creados instantánea y originalmente en lo que concebimos como este momento.
Nuestro universo no puede ser su propia fuente. Sus misterios internos, que son en realidad los misterios de la conciencia, no de la materia, no pueden explicarse y deben permanecer incomprensibles, si intentamos estudiarlos desde el punto de vista de nuestra experiencia objetiva solamente. Debemos mirar hacia la fuente de esa experiencia. Debemos mirar no al espacio, sino a la fuente del espacio, no al tiempo, sino a la fuente del tiempo, y por encima de todo, debemos mirar al tipo de conciencia que experimenta el espacio y el tiempo. Por consiguiente, debemos mirar aquellos eventos que se muestran a sí mismos a través de la acción histórica, pero cuyos orígenes están en otra parte. Nada de esto está más allá de nuestras capacidades, en la medida en que intentemos agrandar nuestra estructura.

viernes, 25 de abril de 2008

El Origen del Universo

Se presentan inmensas dificultades para tratar de explicarnos el origen de nuestro universo. Pensamos que el universo tiene determinadas dimensiones y queremos una explicación que se base, más o menos, en la proposición de que esas mismas dimensiones hacen posible el origen. Sin embargo, ese origen ha surgido de otras más grandes dimensiones de realidad que aquellas contenidas en nuestro universo. Los términos de la realidad dentro de nuestro universo no pueden contener o mantener el contexto más amplio en el que tales eventos maestros suceden.
Tratemos de introducirnos, al menos intuitivamente, en una estructura mayor, en la que los eventos van por encima de la realidad que conocemos. Comenzaremos primero con asuntos en los cuales es posible que se presenten aparentes contradicciones, ya que las definiciones de lo que es un evento, en gran medida, ignoran ramificaciones mayores que reconciliarían las aparentes contradicciones en una unidad de estructura y acción general más grande. En este caso, la imaginación tendrá un altísimo valor, ya que ella puede percibir unidades que no son evidentes para el intelecto, al que hemos entrenado para que se entienda específicamente con evidencias del aquí y ahora.
Existen fases de relación, ritmos y armonías de conciencias de cuya infinita orquestación se escucha la “música” molecular del universo. Nuestro lugar en esos ritmos es sumamente vital. Existimos en cierta clase de intervalo original, que no tiene las connotaciones de continuidad en el tiempo. Es como si un número infinito de orquestas estuvieran tocando simultáneamente y cada nota tocada fuera también ejecutada en todas sus posiciones probables con cada otra nota posible, y en combinación con todas las versiones probables de la pieza completa que esta siendo tocada.
Entre las notas tocadas deben haber intervalos y los intervalos sin sonido también deben ser parte de un ritmo no manifiesto del que depende el desarrollo total de la producción musical que se está ejecutando. Los intervalos sin sonido también deben ser eventos, indicaciones para la acción, activadores de respuesta.
Nuestro universo surgió de este tipo de intervalo. Surgió de un evento maestro, cuya verdadera naturaleza permanece sin ser capturada por nuestras definiciones, de tal manera que habrá apartes de nuestra presentación en la que podemos decir que un evento conocido por nosotros es cierto y falso al mismo tiempo, o que es a la vez mito y realidad. De esa manera, podemos acercarnos a una comprensión psíquica de un tipo de evento demasiado grande para nuestras categorías usuales de verdadero y falso.
Permitamos que nuestra imaginación juegue con los eventos usuales de nuestro mundo y miremos, así sea parcialmente, el más grande brillo que los ilumina, de tal manera que nos conduzca intuitivamente a sentir la fuente de los eventos y la fuente de nuestro mundo. Las unidades de conciencia que hemos mencionado anteriormente, son eso y proceden como lo hemos dicho. En otros términos, también son entidades, fragmentos de Todo Lo Que Existe, fragmentos divinos de poder y majestad, que contienen todos los poderes de la conciencia.
Existen muchos otros universos además del nuestro, cada uno siguiendo sus propios intervalos y su propia armonía. Nuestras ideas sobre el tiempo histórico dificultan la comprensión. En esos términos, la realidad de nuestro mundo va mucho más atrás en el tiempo de lo que imaginamos. Nuestros ancestros han visitado otras estrellas y nuestro planeta ha sido visitado por otros. Algunos de esos encuentros intersectan el espacio y el tiempo, pero otros no. Existen infinitas versiones de la vida. Existen otras especies como la nuestra y en el inmenso espectro de la existencia, que nuestra realidad no puede contener, han habido civilizaciones galácticas que se unieron cuando las condiciones eran las correctas.
La estructura del tiempo no existe tal como la concebimos. Los intervalos de la existencia no son los mismos. De maneras imposibles de explicar, existen lo que llamaremos pasadizos internos a través del universo. Sabemos cómo una asociación en nuestra mente puede, súbitamente, conectarnos con un evento pasado tan claramente que casi parece que ocurriera en el presente. Un recuerdo, lo suficientemente fuerte, es como un evento fantasma. De tal manera que existen procesos que funcionan como asociaciones, que pueden proporcionar pasadizos a través de vías estructuradas del tiempo en el universo. Estos pasadizos forman parte de eventos de naturaleza mayor que no percibimos.
Nuestra especie a viajado a través de esos pasadizos y muchos de nuestros mitos representan recuerdos fantasmas de esos eventos. Existe un ritmo para toda la existencia y fue así como la especie regresó a su planeta hogareño para renovar sus raíces, para refrescar su origen natural, para regresar a la naturaleza, para encontrar descanso nuevamente, en medio de la dulce herencia antigua del anochecer y el amanecer. El planeta ha visto muchos cambios. Ha aparecido y desaparecido muchas veces.
Lo que hemos descrito aquí no es para minimizar la importancia de la vida física, ya que Todo Lo Que Existe dota a cada porción de su propia realidad transformada con una existencia única, que no es duplicada en ninguna otra parte. Cada chispa de conciencia es dotada con un legado divino que nunca se extingue, una chispa que se manifiesta en todas las otras esquinas del universo.

miércoles, 23 de abril de 2008

La Imaginación y la Razón en las Civilizaciones

Recordemos que las unidades de conciencia de las que hemos venido hablando no son neutrales, matemáticas, o mecanisticas. Ellas son los “paquetes” de conciencias más pequeños que se pueda imaginar y, a pesar de ideas en contrario, básicamente, la conciencia no tiene nada que ver con el tamaño. Si ese fuera el caso, se necesitaría un globo del tamaño del mundo para contener la conciencia de una simple célula.
De esta manera, nuestra vida física es el resultado de un espectacular orden espontáneo – el orden de un cuerpo formado espontáneamente por las unidades de conciencia. Nuestra experiencia del mundo está determinada en gran medida por nuestra imaginación y nuestras habilidades de la razón. Estas no se desarrollan a través del tiempo, como las creencias evolucionarias usuales. Tanto la imaginación como la razón pertenecían a la especie desde el principio, pero la especie ha utilizado estas cualidades en formas diferentes a través de lo que concebimos como el tiempo histórico. Existe una gran libertad de acción en este sentido, de tal manera que las dos pueden combinarse de muchas formas alternativas, en la que cada combinación particular nos da su propio y único cuadro de la realidad y determina nuestra experiencia en el mundo.
Nuestras numerosas civilizaciones, hablando en términos históricos, cada una de ellas con sus campos de actividad, sus propias ciencias, sus religiones, su política y su arte, representan las distintas maneras como el hombre ha utilizado la imaginación y la razón, para formar una estructura a través de la cual se experimenta una realidad más o menos cohesiva.
El hombre algunas veces ha afirmado el poder de la imaginación y ha permitido que su luz dramática ilumine los eventos físicos a su alrededor, de manera tal que ellos se ven a través de su espectro. En esas circunstancias, los eventos exteriores se convierten en imanes que atraen la fuerza dramática de la imaginación. Los eventos internos priman sobre los externos. Los objetos del mundo se tornan importantes, no solo por lo que son, sino por lo que representan en el mundo interno como significado. En estos casos, es bastante posible ir tan lejos en ese sentido que los eventos de la naturaleza casi parecen desaparecer en medio del peso de su contenido simbólico.
En tiempos recientes, la tendencia ha estado en dirección opuesta, de tal manera que las habilidades de la imaginación eran consideradas sumamente sospechosas, mientras los eventos externos eran considerados como los únicos aspectos de la realidad. Terminábamos con un tipo de mundo de “falso o verdadero” en el que parecía que las respuestas a las preguntas más profundas sobre la vida se podían responder correcta y adecuadamente con una prueba de opción múltiple. La imaginación del hombre parecía estar aliada con la falsedad, a menos que sus productos se pudieran convertir en ventaja en la existencia materialista. En ese contexto, la imaginación era tolerada solo porque algunas veces ofrecía nuevos inventos tecnológicos.

lunes, 21 de abril de 2008

Las Partículas Invisibles

En la medida en que tratamos de explicar el origen de nuestro mundo de una nueva manera, estaremos trayendo a colación nuevos elementos que usualmente pueden no aparecer en tales discusiones. El mundo que conocemos surge a la realidad desde una esfera de dimensiones interna y más extensa. Ese mundo se apoya en una aparente estructura invisible.
Mas allá de ciertos niveles, casi no tiene sentido hablar en términos de partículas, razón por la cual utilizaremos el término “partículas invisibles” por estar familiarizados con él. Partículas invisibles conforman los fundamentos de nuestro mundo. Las partículas invisibles a las que nos referimos tienen la habilidad de transformase ellas mismas en masa, o de despojarse de ella. Estas partículas invisibles, no solamente poseen conciencia, sino que cada una es una semilla que contiene dentro de sí misma el potencial para un infinito número de “gestalts”. Cada una tiene el potencial para embarcarse en un número infinito de variaciones probables de conciencias. En ese grado, estas partículas psicológicas están en un escenario no especializado, mientras contienen dentro de ellas mismas la habilidad innata para especializarse en cualquier dirección que sea apropiada.
Estas partículas invisibles pueden existir y pueden estar en todas partes al tiempo. Algunas veces operan con masa y otras veces sin ella. Nosotros mismos estamos constituidos por estas partículas invisibles, como lo está todo lo que podemos percibir físicamente. Hasta ese grado, porciones de nuestra propia conciencia están por todas partes al tiempo. Ellas no se han perdido o extendido de una manera generalizada, sino que son agudamente sensibles y con un alto grado de alerta, tal como nuestra conciencia familiar es ahora.
El ser del que somos conscientes representa solo una “posición” en la que esas partículas invisibles se intersectan, adquieren masa y construyen la forma. Los Científicos pueden percibir un electrón solo como es para ellos. Realmente no pueden hacerle seguimiento. No pueden tener la certeza de su posición y de su velocidad al mismo tiempo, lo que, en cierta forma, también se aplica a nuestra conciencia. La velocidad de nuestros propios pensamientos los aleja de nosotros en el mismo momento en que los pensamos, razón por la cual nunca podremos examinar realmente un pensamiento, sino solo el pensamiento de un pensamiento.
En razón de que existimos, estamos en todas partes al tiempo. Somos conscientes del hecho de que difícilmente podemos seguir este movimiento psicológico. Nuestra imaginación nos puede conducir hacia cierto reconocimiento y aun hacia alguna comprensión emocional de este concepto. Nuestro razonamiento puede fallar, porque hemos entrenado nuestro intelecto a responder de una manera limitada.
Existen los que llamaremos “intervalos de percepción”. Generalmente estamos conscientes de los eventos que son significativos neurológicamente y que la sincronización neurológica es el resultado final de una serie casi infinita de secuencias. Esas secuencias son las áreas en las que ocurren las actividades. Cada conciencia, dentro de cada área, está sintonizada con su propia secuencia. Cada área es construida sobre las otras. Las partículas invisibles son la estructura sobre la cual se forma nuestro cuerpo. Ellas se mueven con velocidad mayor que la de la luz y, sin embargo, no nos mareamos. Sabemos que no hay tal movimiento. Estamos sintonizados con una diferente secuencia de acción.
Existen mundos diferentes, operando con diferentes secuencias, a intervalos diferentes. Ellos son conscientes en otros tiempos, aunque estamos equipados neurológicamente para percibir nuestras propias estructuras de intervalos. Cuando nos referimos al tiempo, no nos estamos refiriendo simplemente a otros siglos, tal como los concebimos, sino que entre los momentos que conocemos y que aceptamos neurológicamente existen otras clases de momentos, otras versiones del tiempo y otro tipo de logros y realizaciones que no dependen de las ideas usuales de crecimiento a través del tiempo.
Todas estas ideas nos parecen extrañas solo porque en nuestra época, particularmente, nos hemos condicionado a nosotros mismos a limitar la naturaleza de nuestra propia conciencia. Hemos creído que debemos entrenar nuestra imaginación y nuestra inteligencia a restringirse y limitar sus actividades al mundo físico, tal como se nos ha dicho que existe. En la niñez, antes de limitar nuestra imaginación, cada uno de nosotros tenia sus propios sueños - sueños que nos despertaban en otras porciones de nuestra propia identidad. Existen muchas experiencias abiertas para nosotros ahora, si podemos tener la suficiente libertad para permitirlas, que nos darán vistazos de aquellos otros intervalos en los cuales tenemos una realidad.

sábado, 19 de abril de 2008

La Tecnología y el Sentido de la vida

Las personas tienen incorporado el conocimiento biológico de que la vida tiene sentido. Comparten esa arraigada confianza biológica con todas las otras criaturas vivientes. La creencia de que la vida tiene sentido es una necesidad para nuestra especie. Es vital para el desarrollo apropiado del sistema genético. Es un prerrequisito para la salud individual y para la vitalidad general de un determinado grupo. Los más grandes logros han sido obtenidos por las civilizaciones de las épocas en que el hombre tenia la fe más grande en el significado de la vida en general y en el significado del individuo dentro de la estructura de la vida. Nos estamos aproximando a una época de la más grande síntesis psicológica, en la que la intuición y el razonamiento operan conjuntamente de una manera mucho más suave, en la que el conocimiento emocional e intuitivo, relacionado con el sentido de la vida, puede encontrar una expresión y una precisión más clara, tal como se le enseño al intelecto a utilizar sus facultades de una manera mucho menos restringida.
No importa lo que la Ciencia diga acerca de ciertos valores por fuera de su marco de referencia, la ciencia asume que esos valores no tienen ninguna base. Las cualidades de razonamiento de la mente son llevadas lejos de cualquier exploración que pueda dar como resultado alguna evidencia científica aceptable de esos valores. El hecho es que el hombre vive por aquellos valores que la ciencia ignora.
Por esta razón la ciencia, después de su primera época venturosa, tenia sus propios defectos incorporados, o se convirtió en una caricatura de sí misma, en la criada prostituida de una tecnología gastada, olvidándose casi totalmente de sus pretensiones originales de investigar la naturaleza de la verdad o de la realidad. Pudo convertirse en algo secundario a la vida, tal como lo es ahora la Iglesia Católica Romana, perdiendo su preponderancia sobre el dominio mundial y perdiendo su proclamación de ser arbitro oficial de la realidad.
No hay nada de malo con la tecnología. El hombre tiene una inclinación innata hacia el uso de herramientas y la tecnología no es más que una extensión de esa capacidad. Cuando los hombres utilizan herramientas que están de acuerdo con los dictados del desarrollo y logro de valores, esas herramientas son efectivas. No obstante, nuestra tecnología está basada, en grado importante, en una filosofía científica que niega la idea misma del desarrollo y logro de valores. Por consiguiente, desembocamos en una tecnología que amenaza no funcionar mas, o en asuntos de gran preocupación nacional o mundial, como los accidentes de las plantas nucleares, algunos conocidos y otros desconocidos.
Se especula sobre las jornadas físicas del hombre primitivo pasando de un continente a otro y se ha dicho que en su esfuerzo por sobrevivir el hombre fue llevado a expandir sus limites físicos. Sin embargo, el verdadero movimiento de la especie ha sido siempre psicológico, o psíquico si se prefiere, que involucra la exploración de las ideas. La supervivencia de la especie depende de la creencia en el significado de la existencia
El hombre necesita el sentimiento de que esta progresando, pero el progreso tecnológico solo representa un nivel comparativamente superficial, a menos que este respaldado por un crecimiento de la comprensión emocional, una progresión del sentimiento del hombre de ser uno consigo mismo y con el resto del mundo natural.
Hay personas altamente proficientes intelectualmente, cuyas habilidades racionales son indisputables, pero su falta de desarrollo emocional o espiritual permanece invisible en gran medida. Estas personas no se consideran retrasadas. Siempre hablaremos del balance entre las habilidades de la intuición y de la razón y de su acción conjunta, ya que en nuestro mundo ellas aparecerán como una nueva facultad en la que se combinan los mejores elementos de cada una, de tal manera que ambas serian inmensamente realzadas.
Es necesario hacer énfasis en que nuestras creencias actuales limitan la libre y total operación del intelecto, en lo concerniente a los campos de conocimiento establecidos, ya que la ciencia ha puesto demasiadas prohibiciones y ha limitado las áreas de libre investigación intelectual.

jueves, 17 de abril de 2008

Del Arte Divino al Humano

En la época en que florecieron los grandes pintores y escultores, las imágenes mitológicas y el sistema de creencias eran compartidos por todos, campesinos y gente rica, en alto grado. Cuando el artista pintaba santos o apóstoles como figuras heroicas, como ideas incorporadas en la carne, o como hombres naturales, estaba expresando la relación entre lo natural y lo divino.
En cierta forma, las figuras estilizadas que presentaban las imágenes de Dios, los apóstoles y los santos, eran como un tipo de forma abstracta en la que el artista pintaba todas sus emociones y todas sus creencias, todas sus esperanzas e insatisfacciones. No permitía que Dios el Padre apareciera como meramente humano. Debía ser visto en dimensiones heroicas, mientras que Cristo podía presentarse con atributos tanto divinos como humanos. El punto es que las imágenes que los artistas estaban tratando de retratar, inicialmente eran imágenes mentales y emocionales, y se suponía que las imágenes debían representar también el gran drama de la interrelación divina y humana y la tensión existente entre las dos. Las pinturas mismas parecían hacer que las hordas celestiales tuvieran vida. Si nadie había visto a Cristo, habría imágenes de el.
Aquel era un tipo de arte totalmente diferente del que tenemos ahora. Era un intento de objetivizar la realidad interna, tal como era percibida a través de determinado sistema de creencias. Si el artista estaba o no de acuerdo con ciertas cosas, el sistema de creencias estaba ahí como una estructura invisible. El gran florecimiento del arte fue posible por el enfoque intenso que unificó el sistema de creencias, por la tensión sentida entre un mundo subjetivo y un mundo físico y por la rareza de las imágenes que se encontraban por todas partes.
Mas tarde, cuando el hombre insistió en una mayor objetividad de cierto tipo, determinó que las imágenes de los hombres deberían lucir como hombres, como seres humanos, con sus debilidades y fortalezas. El molde heroico empezó a desaparecer. Los artistas decidieron limitarse a retratar el mundo natural, tal como lo veían con sus ojos naturales y hacer a un lado el inmenso campo de la imaginación interior. Algunos de los bocetos de Leonardo Da Vinci ya mostraban esa tendencia. Con sus innegables tendencias artísticas, Da Vinci también empezó a mostrar aquellas tendencias que conducirían al nacimiento de la ciencia moderna. En sus cuadernos de notas aparecían observaciones minuciosas sobre aspectos de la naturaleza misma. Supo combinar las fuerzas de una poderosa y original imaginación con una muy bien calculada precisión que conduciría a los bocetos detallados de las flores, los árboles, la acción del agua, fenómenos todos de la naturaleza.
El dibujo de la naturaleza florece en nuestra época de una manera totalmente diferente y, hasta cierto grado, se aparta de sus orígenes, en los muy complicados planos de los ingenieros, en la unidad de los bosquejos precisos y las matemáticas, necesarios en ciertas ciencias, y en los bosquejos requeridos para todos los inventos que ahora son una parte de nuestro mundo. En nuestro mundo, la tecnología es nuestro Arte. Es por medio de la utilización de la tecnología y la ciencia que hemos buscado entender nuestra relación con el universo.
Hasta hace poco, la Ciencia nos dio un sistema unificado de creencias que solo hasta ahora empieza a erosionarse. Los viajes espaciales han sido intentos físicos de incursionar en lo desconocido, el mismo que otros pueblos, en otros tiempos, han tratado de explorar por otros medios. La tecnología ha sido la responsable por el hecho de que tanta gente haya estado en capacidad de ver las grandes pinturas del mundo, directamente o por medio de reproducciones, y de que mucha gente se haya familiarizado con el trabajo de los grandes maestros, oportunidad que nunca existió en su época.
El hombre da lo mejor de sí cuando se ve a sí mismo en términos heroicos. La Iglesia Católica Romana le dio un cohesivo y poderoso sistema de creencias y, por muchas razones, esas creencias cambiaron, de tal manera que la división entre el hombre y Dios se hizo demasiado grande. El hombre pecador tomó el lugar del hombre como criatura de Dios. El resultado de esto, tal como lo vemos en el arte particularmente, fue que el hombre se convirtió en una figura heroica. La curiosidad que se había dirigido hacia la divinidad, cambió para convertirse en curiosidad hacia la naturaleza. El sentido investigativo del hombre lo condujo a pintar imágenes y retratos más naturales. También se orientó hacia los paisajes. Este fue un proceso inevitable y, a medida que ocurría, el hombre empezó a hacer grandes distinciones entre el mundo de la imaginación y el mundo de la naturaleza, hasta que, finalmente, se convenció de que el mundo físico era real y el mundo de la imaginación no lo era. Sus pinturas fueron cada vez mas realistas.
El arte estuvo desde entonces ligado a los fenómenos que aparecían directamente ante sus ojos. En gran medida, el arte se convirtió en el ayudante de la tecnología, con sus planos de ingeniería, diagramas matemáticos, etc. Lo que hemos llamado arte abstracto, fue un intento de revertir este proceso. Sin embargo, los pintores abstractos tampoco creían en el mundo de la imaginación, en el que existían dimensiones heroicas, lo que hizo que esta fase fuera en gran medida transitoria.

martes, 15 de abril de 2008

La Forma y su expresión en el tiempo

De acuerdo con los campos de conocimiento establecidos, no le concedemos ninguna realidad subjetiva a las células. No obstante, las células poseen un conocimiento interior de sus propias formas y de otras formas de su entorno inmediato. Se trata de algo distinto al sistema de comunicación, mencionado anteriormente, que opera a niveles biológicos entre las células.
Hasta cierto grado importante, las células poseen curiosidad, un ímpetu hacia la acción, un sentido de su propio equilibrio y una sensación de individualidad, mientras forman parte de un tejido o de un órgano. La identificación biológica de la célula está muy relacionada con el conocimiento preciso de su propia forma o formas. Las células conocen entonces sus propias formas.
Dentro de estructuras celulares tan complicadas como las nuestras, con propiedades mentales únicas, desembocamos en una innata sensación vital de forma y figura. La capacidad para dibujar es una consecuencia natural de esta sensación de la forma, de la curiosidad por la forma. En un nivel bastante consciente, poseemos una imagen biológica propia, que es muy distinta del ser que vemos en un espejo. Se trata de un conocimiento de la forma corporal que viene del interior, constituido por formas y organizaciones celulares operando al máximo. La simple célula tiene curiosidad por su entorno y, en el más avanzado nivel celular nuestro, la curiosidad es ilimitada. Primordialmente, se siente como una curiosidad por las formas: el impulso de tocar, de explorar, de sentir bordes y partes lisas.
Existe una fascinación especial con el espacio mismo, en el que no hay nada para tocar y ninguna forma para percibir. Hemos nacido con una inclinación hacia la exploración de las formas en especial. Dibujar, en la forma más simple, es una extensión de esa inclinación. Cuando se trata de niños en especial, el dibujo les permite expresar formas y figuras que ven primero mentalmente. Cuando dibujan círculos o cuadrados, están tratando de reproducir formas internas y trasladando esas imágenes al exterior, hacia su entorno. Se trata de un acción creativa, muy significativa, porque le proporciona a los niños la experiencia de trasladar eventos percibidos internamente, de naturaleza personal, hacia la realidad física compartida que todo el mundo ve.
Cuando los niños dibujan objetos, están convirtiendo las formas del mundo exterior en sus experiencias mentales personales, adquiriéndolas mentalmente por medio de la interpretación física de las formas.
El arte de dibujar o de pintar, en mayor o menor medida, involucra estos procesos.
La especie escoge las mejores condiciones para exhibir y desarrollar sus capacidades al máximo, teniendo en consideración todas sus otras necesidades y propósitos. El florecimiento de la pintura y la escultura, que tuvo lugar en el tiempo de Miguelangel, no podría haber ocurrido en nuestra probabilidad, después del nacimiento de la tecnología. Tampoco en nuestra época, en la que las imágenes destellan ante nuestros ojos en la televisión o en el cine, en donde esas imágenes brillan en las revistas y anuncios publicitarios. Ahora estamos completamente rodeados de fotografías de todo tipo, pero en aquellos días las imágenes que no eran las proporcionadas por los objetos de la naturaleza eran sumamente raras.
Las personas solo podían ver físicamente lo que se presentaba ante sus ojos. No existían tarjetas postales de los Alpes o de lugares lejanos. La información visual estaba conformada por lo que los ojos podían ver. Aquel era en realidad un tipo diferente de mundo en el cual el bosquejo de un objeto era de considerable valor. Los retratos los poseían solamente los clérigos y la nobleza. Es necesario recordar que el Arte de los grandes maestros era casi desconocido por los campesinos de Europa y mucho más desconocido para el resto del mundo. El Arte era para quienes podían disfrutarlo y para quienes se lo podían permitir. No existían impresos que se pudieran repartir, en un mundo en el que el Arte, la Política y la Religión estaban todos relacionados. La gente pobre veía versiones menores de las pinturas religiosas en sus propias iglesias, hechas por artistas locales de mucho menos merito que aquellas pintadas para los Papas.
El asunto más importante, en aquella época en particular, era el sistema de creencias compartido. Era un sistema de creencias constituido por imágenes que insinuaban figuras que no eran de aquí ni de allá, que no eran completamente terrenales, ni completamente divinas. Representaban una mitología de Dios, ángeles, demonios y toda una serie de personajes bíblicos, que eran imágenes en la imaginación del hombre, imágenes para ser retratadas físicamente. Esas imágenes eran todo un lenguaje artístico. Utilizando estas imágenes, el artista estaba expresándose automáticamente sobre el mundo, los tiempos, Dios y el hombre.

domingo, 13 de abril de 2008

Los Sueños Genéticos

El sistema genético es mucho más abierto de lo que usualmente se supone. No solamente contiene y transmite información, sino que también reacciona a información proveniente de los mundos físicos y culturales.
El sistema genético también reacciona a las creencias y eventos que son primordiales en cualquier civilización. Los eventos pueden provocar la actividad genética, no solo por medio de reacciones químicas, sino a través de las creencias individuales y colectivas acerca de la seguridad, o la falta de ella, en el mundo en general.
También existen lo que llamaremos sueños genéticos, que son inspirados directamente por activación genética. Estos sueños contribuyen a formar y dirigir la conciencia, tal como ella existe en un determinado individuo desde antes del nacimiento.
El feto sueña. En la medida en que se presenta su crecimiento físico en el útero, la conformación de su conciencia también es ampliada por los sueños genéticos. Los sueños orientados específicamente al feto son muy difíciles de describir, ya que en realidad están involucrados en la formación de los contornos de la conciencia del individuo. Estos sueños proporcionan la comprensión subjetiva desde la cual se desarrollan los pensamientos. En estos términos, son posibles los pensamientos completos antes de que el cerebro mismo este completamente formado. El proceso de pensar es el que ayuda a poner el cerebro en funcionamiento y no lo contrario.
Estos pensamientos son como patrones eléctricos que forman sus propios imanes. La habilidad de conceptualizar está presente en el feto y, por supuesto, el feto conceptualiza. La orientación precisa de esa conceptualizacion y la orientación precisa de los patrones del pensamiento deben esperar por ciertos activadores físicos recibidos de los padres y del entorno después del nacimiento. Sin embargo, los procesos de conceptualizacion y del pensamiento ya están establecidos y tienen lugar en términos genéticos.
Los infantes piensan mucho antes de que puedan hablar. El pensamiento debe llegar antes que el lenguaje. El lenguaje es el asistente del pensamiento. La capacidad para utilizar el lenguaje esta incorporada genéticamente, por medio de una orientación precisa, con la activación física del lenguaje nativo de los padres. Los niños aprenden los lenguajes mentalmente, mucho antes de que tengan la capacidad física de hablarlos. Los niños y los infantes practican el lenguaje en sueños genéticamente inspirados. Antes de que los infantes escuchen a sus padres hablar, están en comunicación telepática con ellos. Los sueños genéticos del feto involucran codificaciones e interpretaciones del lenguaje. Esos mismos sueños inspiran las formaciones físicas necesarias para atraer sus propias realizaciones.
Los sueños genéticos, de uno u otro tipo, perduran a través de nuestras vidas, estemos o no conscientes de ellos. Este tipo de sueños fueron de importancia primordial en la “evolución del hombre”, tal como la concebimos ahora. Eran la fuente de los sueños, mencionados anteriormente, que dirigían al hombre en las migraciones en búsqueda de comida y tierras fértiles. Todos estos sueños están íntimamente relacionados con la supervivencia física. Cuando esa supervivencia parece estar amenazada, tales sueños surgen a la conciencia, siempre que sea posible.
Los sueños genéticos son los que advierten sobre las hambrunas y las guerras. Estos sueños también podían ser activados, de igual manera como lo hacen en nuestra época, cuando la mente consciente se convencía de que la supervivencia de la especie estaba amenazada. En tales casos, los sueños representan los temores del hombre. Por eso la ansiedad excesiva confunde el sistema genético en diversas formas. La existencia de cada una de las especies depende de la confianza, en realidad de un optimismo biológico, en el que cada especie siente la libertad para desarrollar los potenciales de sus miembros con una seguridad relativa, dentro de las estructuras naturales de la existencia. Cada especie llega a la existencia no solo sintiendo una confianza natural incorporada en su propia validez, sino impulsada por la exuberancia en la habilidad para hacerle frente a su entorno. Sabe que está especialmente adecuada para su lugar dentro de la estructura de la vida.

viernes, 11 de abril de 2008

Genética y Reencarnación V

El sufrimiento es una condición humana que se busca por distintas razones. Existen diferentes grados de sufrimiento y cada persona tendrá su propia definición de lo que es. Muchas personas equiparan cierto tipo de sufrimiento con la excitación. Los deportistas, los conductores de autos de carrera, los escaladores de montanas, etc., buscan el sufrimiento, en mayor o menor medida, y encuentran placentera la misma intensidad de cierto tipo de dolor. Se podría decir que a ellos les gusta vivir peligrosamente.
Algunas sectas han creído que el entendimiento espiritual les llega como resultado de la agonía corporal y su dolor auto infligido se convirtió en su versión del placer. Generalmente decimos que los animales, y también el hombre, evitan el dolor y buscan el placer. De esta manera, cortejar el dolor es visto como un comportamiento innatural, excepto bajo ciertas condiciones. No es así. Es un patrón de comportamiento excéntrico. Muchos niños se imaginan no solo siendo reyes o reinas, o recibiendo grandes honores, sino que también se imaginan siendo figuras trágicas. Se imaginan muertes muy crueles. Se glorifican con historias de madrastras. En realidad, se imaginan todas las situaciones posibles en las que se involucran las experiencias humanas. Hasta cierto punto, los adultos hacen lo mismo. Son atraídos por dramas del cine o la televisión que involucran tragedias, penas, grandes esfuerzos dramáticos. Todo esto significa que estamos vivos como consecuencia de nuestra gran curiosidad por la experiencia humana. Estamos vivos porque deseamos participar en el drama humano.
Aunque parezca inadmisible, muchas personas no buscan una “vida feliz” consecutivamente, o acomodarse en un cuerpo perfecto, o ser dotados por la naturaleza, o por la herencia, con todos los dones que la mayoría de las personas piensan que serian deseables.
Cada persona busca la realización de sus propios valores, lo que significa que cada uno escoge vidas diferentes, de tal manera que todas sus habilidades y capacidades se puedan desarrollar de la mejor manera y así enriquecer su propio mundo. Algunas personas escogen cuerpos “defectuosos” a propósito, con el fin de enfocarse mas intensamente en otras áreas. Desean un tipo diferente de enfoque. Quieren filtrar sus características para un determinado papel. Esta opción demanda una gran intensificación y se lleva a cabo por parte del individuo y de sus padres de tal manera que un grupo de personas se relacionan con el mundo de una forma característica muy especial. En casi todos los casos, tales personas se embarcan en asuntos y cuestiones subjetivas que podrían considerarse de manera diferente. Se harán preguntas que deben surgir, no solo para ellas mismas, sino para la sociedad en general.
Estas cuestiones ayudan a obtener madurez y visión psicológica sobre la naturaleza de la especie en general. Tales condiciones sirven también para mantener vivas las simpatías del hombre, distinguiendo entre la simpatía y la lastima, ya que una simpatía viviente conduce a la construcción, a la utilización de habilidades, y aun al discurso social, mientras la lastima puede ser demeritante.
Nuestra dependencia exagerada a las normas físicas y los conceptos distorsionados relacionados con la supervivencia del mas fuerte, contribuyen a exagerar la existencia de defectos genéticos. Muchos dogmas religiosos consideran estas condiciones como el resultado de un castigo divino. La supervivencia de la especie depende mucho más de nuestras actividades subjetivas que de las objetivas, ya que es nuestro comportamiento subjetivo el responsable de las acciones físicas. Por el contrario, la Ciencia lo ve como si nuestras acciones físicas fueran el resultado de un comportamiento mecánico, como un robot programado milagrosamente por los elementos ciegos de un universo accidental formado al azar. Existen estados de conciencia, uno dentro del otro, pero todos conectados, de tal manera que los sistemas genéticos son realmente sistemas de conciencias y ellos están interrelacionados con los sistemas de conciencias reencarnacionales.

miércoles, 9 de abril de 2008

Genética y Reencarnación IV

El sistema genético es un lenguaje biológico interno “universal”. Ese lenguaje es la expresión de la carne y esa expresión es igual para todas las razas de la humanidad. No existen razas superiores o inferiores. Los sueños también nos proporcionan otro tipo de lenguaje universal. Es un lenguaje que une a todos los pueblos, independientemente de sus circunstancias físicas, nacionalidades o alianzas.
Al catalogar razas separadas estamos involucrándonos con organizaciones de variaciones sobre un mismo tema, variaciones que hemos utilizado para propósitos varios. Esos propósitos a menudo nos conducen a exagerar las diferencias entre grupos y a minimizar la unidad biológica del hombre.
Los aspectos más importantes de la individualidad son aquellas características subjetivas que distinguen una persona de la otra, siendo todas como brillantes mosaicos psicológicos que ofrecen versiones individuales, exquisitas y separadas, de un patrón mayor del cual surge la humanidad. La seguridad, la integridad y el brillo de cada individualidad, surgen del lenguaje genético universal, como también del lenguaje universal interior y subjetivo de los sueños. Existe una gran conexión entre los dos y ambos son expresados conjuntamente.
Veamos de una manera practica como estos eventos se mezclan en nuestra realidad. Se necesita una gran honestidad cuando tratamos de recordar algunos sentimientos e imaginaciones que hemos intentado alejar, olvidar o repudiar. Nos preguntamos por que algunas personas nacen en condiciones que son experimentadas como defectuosas genéticamente, aun teniendo en cuenta el beneficio general que estas variaciones representan para la especie. Es necesario resaltar el hecho de que la naturaleza no hace este tipo de juicios, independientemente de las creencias de la ciencia y la religión.
La ciencia parece tener el criterio de que el individuo solo es importante en la medida en que cumple los propósitos de la supervivencia de la especie. Ese no es nuestro criterio. Decimos que la existencia de cada individuo es importante para el desarrollo y satisfacción de valores de la especie y del individuo, y ambas van de la mano.
También afirmamos que la especie misma es consciente de esas condiciones que conducen a su propia realización de valores y a la de todos sus miembros. Biológicamente, ninguna especie considera su propia existencia con otras especies sino de una manera cooperativa. Es decir, que no existe, básicamente, una competencia entre las especies. Cuando pensamos que es así, le estamos dando una lectura equivocada a la naturaleza. Cualesquiera que sean las creencias conscientes del hombre, en un nivel biológico su estructura genética esta íntimamente ligada a la estructura genética de todas las otras especies.
En el hombre, las probabilidades de desarrollo son innumerables. Ningún computador podría contar las combinaciones de características que son posibles. Es entonces muy importante que la especie conserve la flexibilidad y no llegue a encasillarse en un solo patrón, por más ventajoso que sea. Estamos hablando de patrones físicos o mentales. Dentro de la estructura establecida para la especie, debe haber libertad de acción, la que se activa biológicamente, de tal manera que las variaciones están en actividad permanentemente. Las variaciones genéticas pueden aparecer como defectuosas o excéntricas. Pueden aparecer como minusválidos. Pueden aparecer como características superiores, de uno u otro tipo, pero deben ser manifestadas como variaciones de la norma genética. Bien sea que aparezcan como condiciones superiores o defectuosas, necesitan un tipo diferente de adaptabilidad, un cambio de enfoque subjetivo o físico, y la intensificación de otras habilidades que quizá han sido menospreciadas.
Nos preguntamos entonces por que algunos individuos buscan situaciones que se deben experimentar como condiciones defectuosas. Para esto, necesitamos examinar algunos sentimientos humanos que con frecuencia se olvidan.
Hemos afirmado anteriormente que el sufrimiento “no es bueno para el alma”. El sufrimiento no es una virtud y, sin embargo, muchas personas parecen buscarlo. El sufrimiento no se puede descartar de la experiencia humana como un asunto raro o anormal de emociones o creencias distorsionadas.

lunes, 7 de abril de 2008

Genética y Reencarnación III

En la realidad física la vida es el nombre del juego y el juego esta basado en la búsqueda y satisfacción de valores. Esto significa que cada forma de vida persigue la búsqueda y satisfacción de valores y el despliegue de todas las capacidades que ella siente dentro de su estructura viviente, sabiendo que en esa realización individual cada una de las otras especies de la vida también se beneficia.
No vamos a demeritar el indisputable valor de los genios, o sus grandes contribuciones a la calidad de la vida, pero esta calidad de la vida se beneficia también de la existencia de los idiotas. No solamente porque los dos extremos de la escala son necesarios por razones genéticas, sino también porque los idiotas mismos, en manera alguna, se consideran fracasos o defectos de la naturaleza. Estos términos corresponden a juicios humanos. Los idiotas también cumplen su papel, moderando el fuerte dominio que la mente racional pueda tener sobre la actividad humana.
El idiota está en capacidad de experimentar en su realidad una corriente de estados emocionales más libre, más generosa y más fiel, sin la interferencia de los dictados severos de la razón. Es muy importante que esta tendencia moderadora opere genéticamente.
La mente racional, tal como la hemos utilizado hasta ahora, desde el nacimiento del Cristianismo ha circunscrito sus habilidades racionales a un espectro muy estrecho de la realidad. Ha visto el valor de la vida solo en la medida en que la vida se ajusta a sus propios estándares. En otras palabras, la mente racional considera que solo las criaturas racionales están en capacidad de entender los valores de la vida. El valor de otras formas de vida solo ha sido considerado en la medida en que ellas estaban al servicio del hombre. Sin embargo, la vida del hombre depende de la existencia de la vida de otras especies y esas especies comparten ciertos valores con él. La vida es sagrada, toda la vida, y la vida busca la realización de valores y no la simple supervivencia física.
Se han adelantado experimentos con ratones a los que se les ha extirpado la glándula timo. Como esta glándula juega un papel muy importante en el proceso de mantener la resistencia del cuerpo a las enfermedades, estos ratones en particular tenían muy poca resistencia. Se acostumbra criarlos y venderlos con propósitos experimentales. La intención de estos procedimientos es promover la calidad de la vida humana, estudiar la naturaleza de las enfermedades y aplicar lo aprendido en el experimento a las vidas de seres humanos. A los ratones no se les considera humanos y por supuesto que no lo son. De tal manera que, como cualquier animal, es considerado dispensable y es sacrificado con un excelente fin humanitario.
Es posible que en un principio este prejuicio de la mente racional se nos escape, ya que, después de todo, los ratones están demasiado distantes de nuestra propia especie. También hubo Judíos sacrificados con el mismo fin no hace mucho tiempo y el razonamiento fue en buena parte el mismo, aunque en este caso estábamos tratando con nuestra propia especie.
A los Judíos se les consideraba casi como no humanos. Cuando se trata de atrocidades contra nuestra propia especie, hemos caído en el mismo tipo de racionamiento torcido. Como a los Judíos se les consideraba menos que humanos y, en el mejor de los casos, como humanos defectuosos, se justificaba su sacrificio en altar del “mejoramiento genético de la humanidad”.
No podemos mejorar la calidad de nuestras vidas destruyendo la calidad de otros tipos de vidas. No existe una raza superior genética. La misma clasificación de las especies en razas se basa en distinciones ridículamente minúsculas en el esquema general de las similitudes.
Cuando nos enfrentamos a estos procedimientos, generalmente nos referimos a ellos como inmorales biológicamente. Los términos “moralidad” e “inmoralidad” varían de acuerdo con los individuos. Estos procedimientos involucran una violación biológica, al ir en contra de la intención y el curso de la naturaleza. Es un proceso en el que se obliga a una forma de vida a ir en contra de su propia realización de valores. Es por estas actitudes, en las que están involucradas otras formas de vida, lo que hizo posible que se presentaran los horrores de los campos de concentración en la guerra.

sábado, 5 de abril de 2008

Genética y Reencarnación II

Si no hubiera idiotas entre nosotros, muy pronto encontraríamos que los genios también están ausentes. Aquellas habilidades humanas que consideramos características de nuestra especie con frecuencia están para darnos estados opuestos, con base en la existencia de un numero infinito de variaciones que aparecen en el agregado total. Lo que consideramos como la inteligencia promedio, es una condición que existe como consecuencia de la actividad de variables constantes, variaciones minúsculas, que nos ofrecen en un extremo de la escala el idiota y, en el otro extremo, el genio.
Ambos son necesarios para mantener la “norma” mayor de actividad mental. El sistema genético no es cerrado. Los genes no mantienen información sin alguna referencia al sistema viviente del cuerpo. La estructura genética no existe como un complicado mecanismo ya programado, iniciado y funcionando “ciegamente”, de tal manera que una vez puesto en operación no haya ninguna opción de modificarlo.
Particularmente en nuestra especie, existe un intercambio entre los sistemas genéticos humanos, el entorno y los eventos culturales. Estos eventos tienen que ver con nuestro único y particular campo de actividad, que incluye el mundo de la política, la economía, y así sucesivamente.
Los eventos genéticos no son irrefutables, de una manera determinista. Ellos representan fuertes inclinaciones hacia ciertas actividades corporales o mentales, ciertas preferencias biológicas. Ellas conducen hacia la activación de determinados efectos en lugar de otros, de tal manera que las probabilidades están “cargadas” en determinadas direcciones. Los eventos genéticos son entonces eventos, aunque a un diferente nivel de actividad al que estamos acostumbrados.
Estamos hablando de mensajes cromosomales. Estos no están escritos dentro de los cromosomas, tal como las palabras deben estar escritas sobre el papel, sino que la información y los cromosomas son una unidad viviente. La información esta viva. Nos estamos refiriendo a cierta forma biológica cuneiforme en la que las estructuras, las mismas estructuras físicas de las células, contienen todo el conocimiento necesario para formar un cuerpo físico, para formarse a sí mismas. Este es en realidad conocimiento en forma biológica, haciendo biológicamente su más clara manifestación viviente.
Las células y sus paquetes genéticos, como todas las células, reaccionan al estimulo. Actúan. Están enteradas, biológicamente, de todos los eventos del cuerpo. En formas imposibles de verbalizar, también están enteradas del entorno del cuerpo, tal como es percibido en niveles biológicos. Recordemos que cada célula viviente esta unida con cada una de las otras células por medio de un sistema interno de comunicación. La actividad genética “programada” puede ser alterada por las condiciones del entorno.
No estamos afirmando simplemente que la actividad genética puede ser cambiada por algo como un accidente nuclear, sino que pueden presentarse alteraciones altamente benéficas en el comportamiento genético, de igual manera como la estructura genética, no solamente prepara la especie para cualquier contingencia, sino que la prepara activando aquellas características y habilidades que la especie necesita en cualquier tiempo determinado, y también haciendo lo necesario para permitir tales desarrollos futuros.
Nuestra estructura genética reacciona a cada pensamiento que tenemos, al estado de nuestras emociones y a nuestro clima psicológico. Ella contiene la historia física de la especie, en el contexto de las capacidades probables futuras de la especie. Escogemos la estructura genética de una manera que se ajuste a los retos y capacidades de la especie. La escogemos de manera que se ajuste a los retos y potenciales que hemos escogido. Representa nuestro punto de referencia físico y nuestra estructura corporal. Es nuestra propiedad personal física. Es una parte de la materia física que hemos identificado y llenado con nuestra propia identidad. El cuerpo es como un barco espléndido que hemos escogido por anticipado para una aventura desafiante y esplendorosa, un barco que hemos nombrado personalmente y que está equipado para servir, en la medida de lo posible, como una manifestación física de nuestra personalidad.
Al iniciar esta aventura, algunas personas insistirán en un barco excelente, con los mecanismos más sofisticados, equipado con grandes divanes y un salón de banquetes. Otras desearían mucha más emoción y mucho más entusiasmo y pedirán un barco menos grande, pero uno que vaya más rápido. Algunas personas se pondrán metas que les exijan probar sus poderes para la navegación. La analogía puede ser una muy simple y sencilla. Sin embargo, cada persona escoge el barco viviente del cuerpo, teniendo en mente sus propias intenciones y sus propios propósitos.

jueves, 3 de abril de 2008

Genética y Reencarnación

Nuestra especie como tal incluye el idiota y el genio, el estúpido y el sabio, el atlético, el deforme, el hermoso y el feo, y todas las variantes intermedias. Hay culturas genéticas operando, dentro de una variedad infinita, y cada una de ellas tiene su lugar y sus razones, cada una encaja en el cuadro general, no solamente de la realidad del hombre, sino de la realidad del planeta, incluyendo la totalidad de la naturaleza.
Las ideas religiosas nos han dicho que las deformidades al nacer eran la consecuencia de los pecados de los padres impuestos a los niños. También se involucraba otro tipo de castigo, en términos de “karma”. En términos biológicos, la gente habla de provenir de un buen linaje o un mal linaje, designaciones que también implican juicios morales.
La idea de la reencarnación ha sido distorsionada en gran medida por otros conceptos religiosos. No se trata de una arena psicológica conformada por el crimen y el castigo. Tenemos libre albedrío dentro de las condiciones de nuestra vida, dadas las características que nos son propias. La gran facilidad y adaptabilidad de la especie humana se apoya en controles y balances y en la existencia de características divergentes contra las que la especie se pueda medir.
La especie está siempre en el proceso de mantener dentro de su banco genético los millones de características que pueden necesitarse en varias contingencias y, en ese sentido, existe una conexión entre los virus implicados en muchas dolencias y la salud, no solo del hombre sino de las otras especies.
La posibilidad de cambio creativo debe estar siempre presente para asegurar la elasticidad de la especie, la que se puede presentar de muchas maneras. Se puede presentar en las condiciones que consideramos como deformidades, como discapacidades desde el nacimiento, o en cualquier variación física en relación con la forma física hipotética normal. Todos nosotros lucimos bastante parecidos, con una cabeza, dos brazos, dos piernas, etc., como norma general. Tales diferencias o variaciones son muy notorias a ciertos niveles, si tenemos más o menos dedos de los que se supone, o dos pulgares en una mano, o cualquier otra condición que se considere una anormalidad.
También hay condiciones mentales, como las llamadas personas retardadas, quienes no utilizan sus mentes racionales como los demás. Existen personas altamente dotadas, física o mentalmente, personas que parecen estar tan lejos de la persona ordinaria en la escala de dones, como el idiota lo puede estar en relación con los demás.
En niveles de actividad más reducidos, tales variaciones pasan desapercibidas. No sabemos si tenemos algunos genes descarriados, a menos que sus efectos los hagan notar. A niveles microscópicos, ningún gen se ajusta a la norma y no hay manera de predecir con certeza total el desarrollo de cualquier elemento genético. Se pueden hacer predicciones de grupo y hacer ciertos juicios generales, pero están involucrados otros elementos, de tal manera que cualquier elemento genético particular no puede ser inmovilizado en términos de su desarrollo. Esto se explica porque su actividad también esta involucrada en relaciones que no se muestran en ninguno de los cálculos.
Nuestros pensamientos, sentimientos, deseos e intenciones, al igual que nuestro conocimiento reencarnacional, modifican esa estructura, atraen ciertas características latentes hacia la realización, minimizando otras, en la medida en que a través de la experiencia de nuestra vida estamos utilizando el libre albedrío y tomando nuevas decisiones constantemente.

martes, 1 de abril de 2008

Reencarnación y Vida después de la Muerte

El primer encuentro del hombre con la realidad física en la vida es su experiencia con el estado de su propia conciencia. El hombre es consciente de un diferente tipo de ser. Primero encuentra su conciencia y enseguida encuentra el mundo. Lo que estamos afirmando es que cada persona tiene una identidad que es mayor que la estructura de conciencia con la que usualmente estamos familiarizados.
Cuando nacemos, comprendemos que tenemos una nueva conciencia. Exploramos sus ramificaciones. Es la primera evidencia de que existimos en la carne. Básicamente, cada persona debe confrontar la experiencia de la realidad con un encuentro directo con ella. Este encuentro tiene lugar con la utilización de los sentidos físicos, cuando ellos se usan para percibir e interpretar la información física. La utilización misma de esos sentidos depende de la naturaleza de nuestra conciencia, y esa conciencia es consciente de su poder y de su acción ejercitando sus propiedades.
Esas propiedades son las facultades de la imaginación, la creatividad, la telepatía, la clarividencia y los sueños, al igual que las funciones de la lógica y la razón. Sabemos que soñamos. Sabemos que pensamos. Estas son experiencias directas. Cada vez que utilizamos instrumentos para examinar la naturaleza de la realidad, estamos observando un tipo de evidencia secundaria, no importa cuan excelentes sean los instrumentos utilizados. La evidencia subjetiva del sueño es mucho más convincente e irrefutable que las evidencias de un universo en expansión, los agujeros negros, y aun los átomos y moléculas. Aunque los instrumentos pueden tener muchas ventajas, en muchas formas, ellos corresponden a herramientas de investigación secundarias, en lugar de primarias, y distorsionan la naturaleza de la realidad mucho más de lo que lo hacen los atributos subjetivos de los pensamientos, los sentimientos y la intuición.
La conciencia humana no ha desarrollado todavía la mejor y más apropiada herramienta para examinar la naturaleza de la realidad. Por haber utilizado otros métodos, es por lo que se nos ha escapado la evidencia que nos demostraría que el universo físico existe en términos totalmente diferentes a los que suponemos.
Se nos ha enseñado a desconfiar de la experiencia subjetiva, lo que significa que no debemos confiar en la que es la inicial y primordial conexión con la realidad. Las evidencias de la reencarnación están disponibles. Existen suficientes casos, conocidos y tabulados, que los convertirían en casos excelentes. Además de esto, existe evidencia que permanece psicológicamente invisible en nuestras vidas privadas, porque se nos ha enseñado a no concentrarnos en esa dirección.
Existe evidencia suficiente para construir un excelente caso de vida después de la muerte. Todo esto involucra experiencia directa, episodios encontrados por personas que sugieren muy fuertemente la hipótesis de vida después de la muerte, pero esta hipótesis no ha sido tenida en cuenta seriamente por la ciencia establecida. Existen más evidencias de la reencarnación y de vida después de la muerte, que de la existencia de los agujeros negros, por ejemplo. Muy pocas personas han visto agujeros negros, mientras que miles de personas han tenido experiencias personales con la reencarnación, o encuentros que sugieren la supervivencia de la personalidad mas allá de la muerte.
Estas experiencias son comunes. Han sido reportadas por personas de todo tipo y de todas las edades, y ellas representan un cierto tipo de conocimiento y de sentido común que es mirado con desdén por la gente ilustrada de las universidades.