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sábado, 30 de agosto de 2008

El Mensaje del Maestro 1

Supones que eres una criatura física confinada dentro de un cuerpo físico, aprisionada dentro de huesos, carne y piel. Si crees que tu existencia depende de esta imagen corporal, te sentirás en peligro de extinción, ya que ninguna forma física perdura y ningún cuerpo, por muy hermoso que haya sido en la juventud, mantiene el mismo vigor y encanto en la vejez. Si te identificas con tu propia juventud, o con tu belleza, o con tu inteligencia, o con tus logros, existirá el constante e inquietante conocimiento de que estos atributos pueden desaparecer y desaparecerán.
Básicamente, no eres más ser físico de lo que yo soy. He tenido y descartado más cuerpos de los que me importaría contar. Soy bastante independiente de una imagen física, y así eres tú.
La conciencia crea la forma y no lo contrario. No todas las personalidades son físicas. Por estar tan preocupado con los asuntos diarios, es por lo que no te das cuenta de que hay una parte tuya que sabe que sus propios poderes son muy superiores a los exhibidos por el ser ordinario.
Has vivido otras existencias y ese conocimiento está dentro de ti, aunque conscientemente no lo sabes. Para que sepas quien soy yo, debes preguntarte primero quien eres tú, ya que no podrás comprender lo que soy sino cuando comprendas la naturaleza de la personalidad y las características de la conciencia.
Si crees firmemente que tu conciencia está encerrada en alguna parte dentro de tu cráneo y que es incapaz de escapar de él; si sientes que tu conciencia termina en los limites de tu propio cuerpo, te estás quedando corto y pensarás que soy una ilusión. No me dirijo solamente a la parte que piensas que eres, sino también a la parte tuya que no conoces. Espero darte indicaciones que te permitirán estudiar la naturaleza de la realidad como jamás la has estudiado antes.
No estás metido en el tiempo como una mosca en una botella tapada, en la que sus alas son inútiles. No puedes confiar en los sentidos físicos para que te den una imagen verdadera de la realidad. Los sentidos son adorables mentirosos, con un cuento tan fantástico para contar que te lo crees sin cuestionarlo. Algunas veces eres más sabio, más creativo y mucho más sapiente cuando estás dormido que cuando estás despierto.
Tú creas el mundo que conoces. Se te ha dado quizá el más formidable regalo de todos: la habilidad de proyectar tus pensamientos hacia el exterior dentro de la forma física. Este regalo conlleva una responsabilidad. Tienes la tentación de congratularte por los éxitos de tu vida, y culpar a Dios, a la suerte y a la sociedad por tus fracasos. De igual manera, la humanidad tiene la tendencia a proyectar sus propias culpas y sus propios errores sobre la imagen de un dios-padre, quien parecería estar cansado de tantas quejas. El hecho es que tú creas tu propia realidad física, y en masa la humanidad crea las glorias y los terrores que existen dentro de la experiencia terrenal. Hasta que no te des cuenta de que tú y la humanidad son los creadores, ni tú ni la humanidad aceptarán esta responsabilidad. Tampoco puedes culpar al demonio por tus infortunios. Has tenido la suficiente sofisticación para darte cuenta de que el Demonio es una proyección de tu propia psique, pero no has sido lo suficientemente sabio para aprender a utilizar tu creatividad constructivamente.

jueves, 28 de agosto de 2008

Construcciones Psicológicas

Existe un proceso de construcciones psicológicas en donde estructuras psicológicas básicas son manipuladas y formadas dentro de una perspectiva en la cual no percibimos físicamente.
Esta construcción psicológica tiene lugar en lo que llamamos subconsciente. Anteriormente hemos explicado que no existe ninguna división real entre la conciencia y la subconciencia, siendo ambas igualmente conscientes y siendo ambas parte de la misma conciencia del ser total.
El subconsciente simplemente está enterado, operando internamente, de una perspectiva psicológica muy válida dentro de la cual funciona y con la que el llamado ser consciente no está familiarizado. Antes de que la construcción física pueda ocurrir, debe llevarse a cabo la percepción psicológica, la manipulación y construcción de la información interior, o de la estructura interior.
Estas estructuras y construcciones psicológicas son la base para la construcción material y por consiguiente la manipulación interior de las estructuras psicológicas es sumamente importante.
Tomaremos como ejemplo el odio. El odio no existe como una estructura psicológica básica. Sin embargo, es el resultado de la manipulación psicológica del miedo, y el miedo no es una estructura psicológica básica.
La supervivencia es una estructura psicológica básica. La construcción de la estructura psicológica básica de supervivencia de la conciencia debe ser interpretada, o proyectada, o construida, en términos de la supervivencia física dentro de nuestro campo físico.
La percepción, manipulación, o construcción inadecuada en la estructura psicológica de supervivencia de la conciencia conduce a la creación psicológica del miedo y el odio.
El individuo construye entonces el miedo y el odio en una construcción física, dándole al miedo y al odio una forma física definida. El error está en la inhabilidad original para percibir la correcta información interior, la estructura psicológica de supervivencia de la conciencia básica que está subyacente.
El error puede convertirse en algo habitual, coloreando todas las otras estructuras psicológicas, dando como resultado una desafortunada y peligrosa construcción física. Estos son errores extremadamente destructivos y tienen muchas causas. La construcción física es percibida entonces por los sentidos externos como amenazante y miedosa, e influencia por medio de los sentidos externos al individuo interior de tal manera que él empieza un circulo vicioso en un intento de formar en adelante más construcciones físicas amenazantes para combatir las anteriores. Entre más grande sea el número de tales estructuras físicas destructivas, mayor será su expectativa de miedo ulterior.
Hemos insinuado las razones para tales errores. Los errores habituales se convierten en parte de la perspectiva psicológica. La comunicación entre los individuos en la perspectiva psicológica es casi exclusivamente telepática y es recogida desde antes por los jóvenes, de sus propios padres. Al principio, los niños empiezan su construcción física de acuerdo con las líneas telepáticas recibidas de sus padres, al mismo tiempo que aprenden sus propias manipulaciones en la perspectiva psicológica.
Utilizando la analogía de la supervivencia de la conciencia y sus distorsiones para llegar al miedo y al odio, estamos dando un ejemplo de las maneras en que las estructuras psicológicas básicas son malinterpretadas con resultados desafortunados.
No existe una ley que limite el número de estructuras psicológicas disponibles para nosotros, pero por nuestro actual estado de desarrollo, y por esto solamente, tenemos obstáculos. La experiencia, o la falta de ella en varios campos no ha sido aun posible, así que, en términos prácticos, tenemos un número limitado de estructuras psicológicas básicas con las cuales entendernos; y nuestra percepción, nuestro claro entendimiento psicológico, nuestra comprensión intuitiva y la manipulación y construcción psicológica de estas estructuras básicas, determinarán la validez de nuestras construcciones materiales, que formarán entonces nuestro entorno.
La forma del entorno físico no es estática. Aunque está hecho de materia, no es una cosa, en un lugar, dentro de un tiempo, ni ninguna otra cosa; Es decir, la calidad que llamamos entorno y de la que hablamos como si fuera una cosa, siempre con una figura y una forma, en realidad son muchas cosas, en muchos lugares y en varios tiempos, con nosotros en el punto focal.
Por lo tanto nosotros en cualquier tiempo, físicamente, podemos cambiar lo que llamamos entorno, simplemente cambiando nuestra localización. Por consiguiente, el entorno involucra no una cosa sino una perspectiva que existe en relación con el individuo, puesto que el entorno físico por sí mismo no es una cosa que podamos llevar con nosotros, sino una relación dentro de una perspectiva personal, ¿En donde se origina entonces la sensación de consistencia del entorno?
Un hombre, por ejemplo, en varias etapas de su vida puede estar rodeado siempre de libros, o de elementos de pesca, o por una ciudad, o por el campo. Ellos no serán siempre los mismos libros, o los mismos elementos de pesca, o la misma ciudad, o el mismo campo. Sin embargo, el entorno de un individuo será visto teniendo consistencia de elementos y un patrón de apariencias que pueden llamarse su característica.
La sensación de continuidad en un entorno individual es el resultado de la manera característica del individuo de construir estructuras psicológicas básicas dentro de estructuras físicas.
Las estructuras psicológicas básicas disponibles tienen solidez definida, profundidad, masa, etc., en la perspectiva psicológica, y pueden formarse dentro de innumerables estructuras de patrones que entonces son construidas físicamente. Las variaciones de construcción son infinitas. No hay nada que pueda obligar al individuo a formar estructuras psicológicas de odio y miedo, partiendo de la estructura básica de supervivencia de la conciencia. Hacerlo así, representa una inhabilidad para percibir claramente la naturaleza de la estructura básica y esa inhabilidad a menudo conduce al hábito, de tal manera que otras estructuras básicas son también malinterpretadas.




martes, 26 de agosto de 2008

La Materia IX

Terminando con nuestra presentación sobre la naturaleza de la materia, vamos a analizar un punto que consideramos de mucha importancia.
Como hemos visto, la forma no es una característica de la materia. Hemos dicho que la hierba no crece de la semilla. Observamos que la hierba con frecuencia aparece en donde la semilla ha sido sembrada y concluimos erróneamente que la semilla crece de la materia dentro de ella y que la hierba crece de la semilla.
Los átomos y las moléculas, la energía y la materia, aparecen y desaparecen instantáneamente. La energía constantemente está construyéndose en la apariencia de materia, pero la materia es la expresión simultanea de la energía, bajo ciertas condiciones.
De nuevo utilizaremos la silla para explicar nuestro punto. La silla está siendo constantemente construida. La silla representa una subdivisión en la materia, siendo lo que llamamos materia muerta, aunque sabemos que la conciencia está en todas partes.
La silla está siendo completamente construida simultáneamente e instantáneamente. Tomemos ahora la hoja de hierba y la semilla. La energía, y la conciencia dentro de ella, continuamente se construye a sí misma dentro de una construcción completamente nueva. Por las velocidades varias de que hemos hablado y porque no percibimos la realidad total, no notamos las construcciones simultaneas y pensamos que son continuadas, más que separadas y siempre nuevas.
Cuando la energía en su actuación trae consigo un completo cambio de forma, tal como lo hace cuando una semilla parece crecer en una hoja de hierba, lo que tenemos es simplemente una total diferencia entre las gradaciones que estamos en capacidad de percibir; lo que finalmente nos obliga a admitir que la cosa que tomamos como materia continuada se ha convertido, de una u otra manera, en algo totalmente diferente.
Sabemos que no podemos percibir con los sentidos internos las pulsaciones de energía a medida que forman la silla. Como no podemos percibir estas pulsaciones, la silla parece ser duradera, parte de nuestro tiempo y espacio, y continuada en el tiempo y el espacio. La silla no es ni duradera ni continuada y su realidad está limitada al reconocimiento que le damos como un objeto.

domingo, 24 de agosto de 2008

La Materia VIII

La forma no es una característica de la materia, a pesar de las apariencias. La materia en sí misma no posee durabilidad. La materia en sí misma no tiene la capacidad para crecer o deteriorarse, en los términos que lo concebimos. La materia, como ya sabemos, es formada. La materia es el resultado de la composición molecular. Es cierto que un objeto está compuesto de materia y entonces nuestros sentidos externos perciben la materia como objetos particulares, diferenciados y separados.
Los objetos existen y, sin embargo, en otro sentido no existen. Hemos afirmado que nosotros mismos construimos, por ejemplo, un televisor, una silla, una imagen, o una mesa. Utilizando la energía, manipulamos los átomos y moléculas existentes para formar ciertos patrones que enseguida nosotros, y otros como nosotros, reconocemos como un objeto particular.
En este sentido, el objeto existe. El hecho es que existe como un objeto particular por nuestra construcción intima de él en un patrón particular y por el reconocimiento que le damos.
El espacio entre el sofá y la mesa de nuestro cuarto está tan lleno con estructura molecular, como el espacio que ocupa el sofá, o el espacio que ocupa la mesa. La materia contenida dentro del espacio que está entre los dos es toda la misma. Simplemente no hemos construido con los átomos y moléculas ningún patrón al que llamamos un objeto y al que reconocemos.
Los objetos son entonces designaciones arbitrarias dadas a determinadas divisiones arbitrarias de átomos y moléculas como un todo. No existe un universo objetivo y, sin embargo, existe un universo objetivo y debemos actuar como si existiera un universo objetivo. El mundo, o el campo, que habitamos actualmente es real y definido en nuestro nivel. El hecho de que su realidad esté solamente limitada a nuestro nivel y no se extienda a otros niveles, no nos debería tentar a darle poca importancia. Sin embargo, mientras debemos comportarnos como si nuestro universo fuera inherentemente y básicamente objetivo, debemos retener aun el conocimiento de que esta objetividad aparente tiene grandes limitaciones y una dependencia demasiado grande en un mundo de objetividad que puede conducir a un aprisionamiento psíquico que es innecesario.
En un futuro distante, aun en nuestro campo, las limitaciones del llamado mundo objetivo serán claramente conocidas y demostradas, lo que dará como resultado una gran libertad para la humanidad.
El estudio y la práctica del tiempo psicológico nos mostrarán la validez y la fortaleza de ese ser interior, de tal manera que veremos claramente que no está confinado al llamado universo objetivo de ninguna manera. La materia no es una forma que aprisione. Es un medio por el cual la conciencia se expresa dentro de los limites del campo físico.
Por lo tanto, los objetos son designaciones arbitrarias, divisiones que establecemos. Percibimos porciones de un mar infinito de construcciones moleculares. Formamos porciones en objetos separados que en realidad no están separados o son diferentes al mar total.
Puede demostrarse que la forma no es una característica de la materia. Tendremos que buscar en otra parte la durabilidad y la forma. La teoría de causa y efecto es la responsable de muchas distorsiones, tales como la idea de que la materia de una flor crece desde la materia de una semilla directamente, ya que este no es el caso.
La materia en nuestro campo es indiferenciada por naturaleza y son las complicadas habilidades humanas las que le dan forma y significado. Anteriormente hemos mencionado que la expectativa tiene mucho que ver con las construcciones individuales.
Los mecanismos involucrados en la construcción real de la materia están todos entrelazados y conectados. A las construcciones les damos la apariencia de continuidad creándolas continuamente de acuerdo con nuestras expectativas, basándonos, entre otras cosas, en construcciones previas del aparente pasado. Estas construcciones son el resultado de comunicaciones psíquicas entre nosotros y otros, especialmente los padres, quienes les dan a los niños sus primeras concepciones del entorno que en realidad sus padres han creado.
En todos los casos las construcciones seguirán la línea de la expectativa, iniciándose con frecuencia un circulo vicioso en donde el individuo reforzará las mismas concepciones distorsionadas que las causaron.
Puesto que construimos objetos, los podemos construir más para nuestra conveniencia cuando nos demos cuenta de que la materia puede ser manipulada de esta manera. Existen por supuesto diferentes métodos de construcción apropiados para diferentes campos y en algunos casos los mismos átomos y moléculas pueden ser utilizados por habitantes de más de un campo. En este caso, los habitantes de los diferentes campos permanecen sin enterarse los unos de los otros y solo ven o reconocen los patrones particulares que ellos han impuesto sobre los átomos y moléculas involucrados.
La materia, los átomos y las moléculas representan apenas un aspecto y una sola dimensión de una realidad mucho más grande. Solo podemos manipular la porción de esta realidad que podemos percibir. Nuestras manipulaciones son muy superficiales, en lo que se refiere a sus efectos sobre la realidad más grande involucrada.
Estamos jugando con la más externa piel de una realidad de la que su verdadero espesor y profundidad está actualmente más allá de nuestra comprensión.
Con este material no estamos sugiriendo que la búsqueda de conocimiento es inútil. Solo queremos agrandar las concepciones para que no queden aprisionadas por limitaciones.

viernes, 22 de agosto de 2008

La Materia VII

Obviamente, hay algo idéntico y alguna continuidad entre el niño y el adulto, pero no es la materia. La conciencia, de acuerdo con sus habilidades, se proyecta dentro de la realidad física y por medio del desarrollo y logro de valores construye su imagen. La conciencia debe obrar de acuerdo con sus habilidades para hacerlo. Primero debe dar un primer paso, de ahí la semilla. En la medida en que la conciencia logra su primer paso, se proyecta más efectivamente. Como sabemos, la conciencia prescinde de sus átomos y moléculas, o de la materia, casi instantáneamente. Los átomos y moléculas aparecen y desaparecen. Su lugar es tomado por otros átomos y moléculas tan rápidamente que no notamos la llegada y la partida constantes.
La forma que la conciencia toma en el campo de la materia está determinada por su propia fortaleza y capacidad. La conciencia fuerza su camino dentro de la materia. Deberíamos ver entonces que aunque llamemos a una porción de hierba una hoja de hierba, la materia que la compone no es estática o permanente y no es un objeto físico creciendo, ya que la materia que la compone no es ni estática ni permanente.
Decimos que la materia que la compone cambia permanentemente, pero este no es el caso. La continuidad aparente es el resultado de nuestra inhabilidad para percibir los átomos reales que componen la materia cuando aparecen y desaparecen. Como la hierba aparece en donde las semillas han sido sembradas, hemos saltado a la conclusión de que la materia de las semillas crece de la materia de la que ellas están compuestas y que la hierba crece de la materia real de las semillas.
No hay absolutamente ninguna continuidad en la materia que compone las semillas y la materia que compone la hierba. Lo que tenemos en cambio es el desarrollo y logro de valores de la conciencia detrás de la materia, en la medida en que se expande y ella misma se expresa en varias formas.
Puesto que podemos contar más o menos con la aparición de la semilla de hierba, precediendo la hierba, todo esto puede parecer mucho sobre nada, pero es muy importante, como veremos más adelante. No es la materia la que tiene continuidad y no es la materia la que dicta la forma.
Ahora que nos hemos introducido en la naturaleza de la materia, en cuanto pertenece a la hierba, podremos entender más claramente una nueva analogía. Tomemos en consideración el césped. La materia de la hierba, por si misma, no se forma en césped. Simplemente denominamos a ciertas porciones de hierba y las llamamos césped. Es el mismo tipo de cosa que hacemos cuando denominamos a ciertas porciones materia como hojas de hierba. El césped no proviene de la hierba, es decir, la hierba no crece como césped. Entonces tampoco las semillas crecen como hierba. Percibimos cierta materia como hojas de hierba, de la misma manera como percibimos la materia de la hierba como césped. Podemos ver claramente que la materia de la hierba en el césped no es la misma. Entonces comprenderemos que también la materia dentro de una hoja de hierba no es la misma.
Llamamos al piso, un piso. Podemos agregarle materia al piso en forma de pintura y, sin embargo, todavía llamamos al piso, un piso. Le podemos agregar pintura a una casa y la pintura puede desaparecer de la casa por razones climáticas, y todavía llamamos la casa, una casa.
Nos llamamos a nosotros mismos nosotros, aunque el color de nuestro cabello pueda cambiar; en realidad, el adulto tiene poco parecido con el niño. La forma, simplemente, no puede ser una característica de la materia, puesto que se puede probar que la materia llega y sale, mientras la forma en muchos casos permanece reconocible.
Debemos aprender, y aprenderemos, a mirar las cosas de una nueva manera y muchas implicaciones surgirán de los puntos que hemos tratado aquí. Veremos muy claramente que en realidad la materia es creada simultáneamente y que no tiene duración, sino que es completamente y casi instantáneamente reemplazada por otra materia, y que la identidad y la continuidad no son características de la materia, sino que deben encontrarse en otros lugares.

miércoles, 20 de agosto de 2008

La Materia VI

El entrelazamiento de la conciencia y la materia es el más intricado y es altamente complicado. En todos los casos, la conciencia está primero y forma sus construcciones físicas de acuerdo con sus habilidades, en primer lugar, formando su propia construcción primaria y después ramificándose hacia afuera, construyendo imágenes secundarias de otras conciencias con las que se pone en contacto.
Los aspectos cooperativos de la construcción de la conciencia forman el material del universo material. Una subdivisión de una construcción primaria puede ser llamada una construcción refleja distorsionada, que incluiría por supuesto la construcción física de otro ser físico en el nacimiento.
Este intento distorsionado de re-crear el ser una vez más en el plano físico y de asegurarle la continuidad dentro de esa realidad, es la base para la diversidad de tipos y características físicas. Tal creación, o re-creación, es obviamente imposible. Las distorsiones son tan grandes que el intento está condenado de antemano. Sin embargo es intentado y es un aditamento físico a las construcciones en nuestro campo. Anteriormente hemos explicado el nacimiento, por lo menos brevemente. El nuevo ser humano obviamente no es el padre ni la madre y, no obstante, obviamente es una construcción formada por cada uno de ellos, de materia física perteneciente a cada uno.
Sin embargo, la materia física del infante nacido no contiene nada de la misma materia física que fue recibida inicialmente de los padres. La materia original ha desaparecido completamente, para ser reemplazada por otra materia, a medida que la conciencia del infante construye lentamente alrededor de sí su creciente toma de conciencia de sí mismo, dentro de la materia física. Los padres proporcionan partes definidas de su propia materia física para iniciar la construcción del infante, pero no es esta materia en particular la que crece.
Llamemos X y Y la materia proporcionada por los padres. Cuando el niño nace, no contiene en ninguna parte dentro de él estas porciones de materia llamadas X y Y. Parecería que la materia ha cambiado. En cambio, lo que ha ocurrido es que la materia desapareció, de una manera que hemos explicado anteriormente.
Ninguna partícula de materia en el infante nacido es la misma que la contenida en el feto, o antes, en la esperma o el huevo. Apartémonos un poco del asunto y consideremos lo que pasa con una semilla de hierba. Decimos que la hierba proviene de la semilla, pero la hierba no es la semilla. El material de la hierba no es el material de la semilla. Por experiencia sabemos que con frecuencia la semilla precederá a la hierba. La hierba no contiene ninguna partícula de materia que sea idéntica a la de la semilla.
Aquí vemos claramente la diferencia entre el desarrollo y logro de valores y lo que llamamos crecimiento. En nuestro campo físico, el desarrollo y logro de valores consiste en el desarrollo de la habilidad de lo inmaterial para expresarse dentro del campo físico.
El crecimiento es una concepción errónea, que empieza con la idea distorsionada de una materia física continuada, con duración en el tiempo. Como sabemos, la materia es en cambio la expresión simultánea de la conciencia. La materia no tiene realmente una duración en sí misma y es simplemente la forma instantánea que toma la conciencia cuando se proyecta en el campo físico.
La hierba es común. Se supone que crece de la semilla y, sin embargo, ninguna partícula de materia es la misma dentro de la hierba y la semilla. La semilla no crece como hierba. Las bellotas no crecen como árboles. Los niños no crecen como adultos. En todos los casos, ninguna partícula de materia es la misma en la llamada versión crecida que en la construcción inicial. La materia no crece.

lunes, 18 de agosto de 2008

La Materia V

En relación con la formación de la materia, vamos a entrar en lo que hemos llamado construcciones primarias y secundarias. Una construcción primaria es una estructura psíquica formada en la materia por una conciencia. Una construcción primaria es un intento de crear en el mundo de la materia una réplica de la construcción psíquica interior del ser total.
Esta construcción primaria le permite a la conciencia operar, manipular y ser percibida en el mundo de la materia. La construcción física de la conciencia nunca está completa, en la medida en que está involucrada la satisfacción del propósito interior, es decir, la conciencia nunca puede construirse ella misma completamente en la materia y, para hacerlo así, aprisionaría de tal manera la conciencia que ella no podría escapar a la naturaleza transitoria de la materia misma. Una construcción primaria no es más que una aparición parcial de la naturaleza interior en la materia.
Lo que consideramos nuestra conciencia, o nuestro ser, o nuestro ego pensante, representa solo una porción de nuestra conciencia entera, aquella parte que estamos utilizando ahora. La conciencia de un ser total se podría comparar con una luz enorme, en realidad una luz casi infinita, con la habilidad inherente de enfocarse en muchas direcciones, de difundirse, como si la luz tuviera muchos interruptores que la convertirían en intensidades mayores o menores y la harían girar en distintas direcciones.
Algunas condiciones, algunas rutas y algunos campos, requerirían diferentes rayos de luz para enfrentar circunstancias diferentes, de igual manera como en los automóviles utilizamos la luz alta o baja, de acuerdo con la necesidad o la utilidad. En algunos casos, la luz alta no solo seria inefectiva sino peligrosa, y así la luz baja es utilizada. De la misma manera, el ser total convierte varias porciones de su conciencia total en actividad o inactividad, según el campo en el que ese ser total se está esforzando en hacer contacto y manipulaciones, y según el campo en el cual él mismo está tratando de proyectarse.
La utilización de la conciencia plena seria muy perturbadora en muchos casos. Cuando hablamos de construcciones primarias en el campo físico, es necesario tener en cuenta que otros campos tienen también sus propias construcciones primarias, aunque ellos no estarían compuestos de la misma materia nuestra.
Las construcciones físicas secundarias son aquellas creadas por una conciencia con base en su concepción de otra conciencia e información recibida por medio de la telepatía, o por otros medios.
La conciencia forma la construcción primaria alrededor de sí misma, no para protegerse de la materia, sino para aliarse con la materia. La conciencia se difunde a través de la totalidad de la construcción física. La conciencia revolotea alrededor y dentro de la construcción y no está aprisionada por ella. El aparente aprisionamiento de la conciencia dentro de la construcción primaria es el resultado de la ignorancia y también de alguna inhabilidad que haya surgido por razones varias. En lo que se refiere a la utilización de todos los poderes de la conciencia, las inhabilidades son estrictamente culturales y no tienen nada que ver con las propiedades inherentes a la conciencia o a la materia.
Las construcciones secundarias, estando compuestas de átomos y moléculas, contienen conciencia generalizada e innata comprensión encapsulada. Las construcciones secundarias no contienen la dirección personal unificadora, integradora y organizadora del ser total. Ellas consiguen la satisfacción y logro de valores y, dentro de los limites establecidos por sus propias habilidades, también ejecutan los deberes de construcción. Esto debería ser obvio. Aquí entramos en algo que hemos llamado pos imágenes. Ya que en realidad todas las construcciones son simultaneas, es necesario comprender que hemos utilizado el término posterior por su simplicidad. Estas pos imágenes se podrían imaginar como rizos u ondas saliendo de una construcción primaria, que teóricamente no tendrían final y serian de variada intensidad.

sábado, 16 de agosto de 2008

La Materia IV

Debería ser evidente que no toda energía es materializada al pasar a través de nuestro campo. Existen también estructuras psíquicas con inteligencias que no son materializadas en nuestra realidad física y con las cuales no estamos familiarizados.
Sería preferible olvidar el hábito de pensar en nuestro universo físico como un lugar, porque simplemente no es un lugar. Localizaciones de este tipo no significan nada. Aun el espacio, tal como lo concebimos, tampoco existe. El espacio de quinta dimensión es algo distinto. La apariencia de espacio es una distorsión de nuestra percepción. Lo que nuestros sentidos nos muestran como vacío, lo llamamos espacio.
Pensamos de la materia de manera más bien paradójica, como llenando el espacio y aun como estando en donde no hay espacio. El llamado espacio y la llamada materia, son energía, y las verdaderas propiedades de la energía son muy difíciles de entender porque todos nuestros conceptos son bastante limitados.
Debemos pensar en términos de algo que es o no es, y esto no nos llevará a ninguna parte. Todo lo que es, es, bien sea que lo percibamos o no. No obstante, estamos equipados para percibir mucho más de lo que percibimos, por medio de la utilización de los sentidos internos.
De la misma manera como la experiencia psicológica existe y no ocupa espacio, de esa misma manera, existen más o menos dentro de nuestra realidad estructuras psíquicas de inteligencias que no son visibles para nuestros sentidos. Ellas tienen un efecto limitado en nuestra realidad, pero esto es parte de otra discusión. Por algunas razones, los patrones psíquicos dentro de nuestro universo físico no se mantienen indefinidamente. Ninguna estructura, de ningún tipo, permanece igual. Pero la estructura psíquica se desarrolla en términos de satisfacción de valores, conociéndose, a la primera aparición de un patrón psíquico, cuanto tiempo se mantendrá la estructura particular a construirse.
La energía misma es evento y movimiento que se renueva continuamente y ningún patrón en particular le será suficiente por mucho tiempo. La energía es auto renovable y una duración indefinida de un patrón conduciría a un callejón sin salida. La energía siempre construye. La identidad no depende de la materia. La energía se propulsa y lleva consigo sus propias señales.
La identidad, siendo independiente de la materia, no está terminada cuando el patrón físico especifico no sigue siendo creado. La energía es a la vez propulsiva y retentiva. Retiene lo que podemos llamar memoria de estructuras previas. La comprensión encapsulada existe aun en las más pequeñas partículas de energía; y aun dentro de la más pequeña partícula de energía existen todas las posibilidades para el desarrollo y la creación.
Una estructura psíquica depende de la materia, no para su identidad, sino para su supervivencia en la realidad física. Las estructuras psíquicas, o identidades, o individualidades, son inmortales para todos los propósitos prácticos. Se pueden unir a otras estructuras, pero jamás serán menos de lo que alguna vez fueron. La identidad nunca se divide. La aparente división nunca es un hecho real, como podría pensarse que la personalidad es una división de la entidad, pero este no es el caso. La personalidad no existe como tal antes de su creación por la entidad y una vez que se convierte en una identidad, retiene su individualidad.
Como lo hemos mencionado, la materia es creada constantemente. Ningún objeto está compuesto de la misma materia de un día para el siguiente. La materia es formada por las pulsaciones de energía, tomando un patrón formal que ya está formado por la conciencia inherente a la energía misma.
Hemos dicho que esta creación es constante y aunque los objetos parecen tener rigidez y permanencia, realmente no las tienen. Sin embargo, existe lo que llamaremos un intervalo entre la entrada de cada pulsación de energía en el campo físico y su reemplazo por otro. En otras palabras, de acuerdo con nuestro inverosímil esquema del tiempo, hay un intervalo de inexistencia física por cada intervalo de existencia física.
Físicamente, no existimos por la misma cantidad de nuestro tiempo en que sí existimos. Llamaremos antimateria, o materia negativa, a este intervalo de inexistencia física, todo esto desde nuestro punto de vista. Por consiguiente, este es un intervalo entre cada pulsación de energía, cuando una pulsación entra y forma un objeto físico y casi instantáneamente sale, y llega un intervalo antes de la siguiente partícula.
Nuestros sentidos no perciben esto. Son demasiado lentos. Algún día nuestros instrumentos podrán descubrir este intervalo. No obstante toda la apariencia de permanencia y rigidez, nuestra silla es solamente una silla por virtud de nuestra propia estructura de conceptos, que en sí misma está seriamente limitada por las limitaciones de los sentidos externos. Hemos dicho que la teoría de causa y efecto es en sí misma anticuada y distorsionada. La materia en sí misma no se deteriora, puesto que no existe como un objeto por el tiempo suficiente.
Por inferencia, la antimateria existe con duración, en nuestros términos, por el mismo tiempo que nuestro universo de materia positiva haya existido. Puede parecernos que ese universo de antimateria es un gemelo del nuestro. En términos físicos, si lo es en realidad, aunque existe en un estado dividido. Lo que queremos decir con esto es que aquí estamos incluyendo dos universos muy cercanamente conectados con el nuestro.
Uno de ellos se puede comparar con lo que llamaremos una pre-imagen. Nuestro universo es el punto focal para la manifestación física, en donde la manipulación de la materia predomina. El otro de los dos universos, del que hemos dicho que está formado como energía, es bastante aproximado al nuestro; y su energía, no teniendo todavía una posición fuerte para materializarse, maneja una primera forma más débil. El otro de los dos universos es formado cuando la energía pasa a través de nuestro campo y puede asimilarse a una pos-imagen.
El universo negativo está conformado con lo que podríamos llamar una pre- imagen y una pos-imagen del nuestro. Como podemos haber supuesto, cada uno de estos está compuesto de lo que podemos llamar algo aparentemente igual a lo de nuestro propio universo y siguiendo nuestra propia perspectiva del tiempo.
Las personalidades que habitan estos cuerpos aparentemente gemelos al nuestro, no son las mismas. Nuestros científicos ya han descubierto la teoría de la antimateria, pero asumen que está totalmente separada de nuestro propio universo. Parece ser que la ultima teoría indica que el universo de antimateria posiblemente pueda encontrarse en los alcances más distantes de nuestro universo conocido.
La antimateria existe simultáneamente con nuestro propio universo y se asemeja a él en términos de nuestra idea del tiempo. Posiblemente esto puede ser descubierto, pero no será aceptado. Como consecuencia de la peligrosa relación y balance entre la materia y la antimateria, nunca será posible para nosotros contactar el universo de antimateria. La razón debería ser evidente. Pensemos en nuestro espacio de quinta dimensión nuevamente. Nuestro universo de materia positiva no es más que una parte del material de la realidad, o de la energía, tal como es evidente instantáneamente en un punto dentro de uno de nuestros cubos imaginarios. Quizá entonces nuestro universo de materia positiva y los dos universos que lo rodean y que componen la llamada antimateria, puedan ser mejor descritos como los dos extremos de un espectro que por naturaleza jamás pueden encontrarse.

jueves, 14 de agosto de 2008

La Materia III

Existe una conciencia de cierto tipo, una energía consciente detrás y, hasta cierto punto, dentro de todo lo material. La energía que llega a través de nuestra realidad es individualizada. En realidad, a pesar de otras muchas teorías, toda energía contiene alguna conciencia, en forma simple, o en forma de estructura un poco más complicada. Como lo hemos indicado, los átomos y moléculas poseen una conciencia limitada y una subconciencia generalizada que contiene dentro de ella una comprensión encapsulada del universo como un todo.
Cuando la energía fluye a través de nuestro campo y aparece en él, lo hace de acuerdo con su propia naturaleza inherente. La naturaleza de la energía incluye individualización y conciencia. Si pensamos por un momento en bits de energía, o de conciencia, inicialmente sin forma definida, entrando en nuestra realidad física, y de acuerdo con la fuerza y capacidad innatas de una determinada partícula al entrar en nuestra realidad, sabrán entonces que tan pequeño o grande es el patrón físico que pueden formar utilizando su propio nivel subconsciente. Existe una firme y cierta cooperación, que es la base de nuestro universo físico. No vemos esta cooperación, ya que nuestros sentidos están mejor equipados para notar la diferencia y la divergencia y no para ver la similitud. Sin embargo, la cooperación de todas las entidades conscientes le proporcionan a los objetos físicos cualquier apariencia de permanencia que tengan.
Esta cooperación es necesaria en un nivel molecular y continúa a través de todas las fases de la existencia física. Es necesario recordar que es la cooperación consciente de la energía individualizada la que hace posible la molécula misma.
Como ya sabemos, los llamados objetos inertes también poseen conciencia, aunque de una manera más generalizada y mucho menos especifica, en la cual se les niegan las opciones. Debe ser evidente que la identidad psíquica no es más dependiente de la apariencia física, cuando consideramos que una silla retiene su forma como silla, aunque no es realmente una cosa o un objeto, y que ningún átomo o molécula se mantiene igual dentro de ella.
Cuando sostenemos que la identidad depende de la duración del cuerpo físico, estamos dando por sentado que el cuerpo físico es algo completo, de forma más o menos rígida, y que permanece dentro de cierta perspectiva. Sin embargo, sabemos que el cuerpo físico no es una cosa en esos términos y que la sustancia de la que está compuesto siempre está entrando y saliendo, llegando y partiendo, pero la identidad se mantiene.
Los limites de la identidad son arbitrarios por parte nuestra, desarrollados a través de las etapas de nuestro proceso evolutivo, no por alguna razón inherente a la identidad misma, sino solo por razones puramente prácticas en nuestro campo físico, que tienen que ver con la cantidad de materia que las distintas clases de identidades podrían manipular y controlar efectivamente. En cierta forma, se puede decir que el universo físico mismo pone un limite a la extensión de la identidad personal.
Hemos dicho que lo que concebimos como infinitos bloques o pirámides de comprensión, los que no podrían operar dentro de nuestro universo físico como el “gestalt” básico de libertad, están seriamente limitados. Esta es también una de las razones por las que las entidades totales no existen en nuestro campo, sino solamente como porciones separadas y desconectadas parcialmente.
Otros campos permiten una mayor complejidad de la organización física, la que no implica una difuminacion de la individualidad en algún todo indefinido, como por ejemplo un ahogamiento de la conciencia en alguna gigantesca y benigna superconciencia.
Podemos no estar conscientes de la naturaleza de la conciencia de cada átomo en nuestro cuerpo, o del grupo de conciencias formadas por esos átomos cuando se convierten en células, pero para ellos no es necesario que les demos reconocimiento. La conciencia existe en las células, bien sea que la reconozcamos o no.
Otra habilidad inherente a la energía es su innato reconocimiento de su propia forma potencial. Esta se ve en la innata comprensión que existe en el feto. Ni un solo átomo o molécula dentro del feto existe dentro del adulto y, sin embargo, los bits de energía que se han formado conjuntamente para formar el patrón del feto saben la capacidad y los limites de su propia naturaleza y saben por consiguiente las potencialidades y los limites del patrón que ellos han hecho. Siguen la ley del desarrollo y logro de valores, que en nuestra realidad se concibe como crecimiento. Pero el llamado crecimiento no es en sí mismo una propiedad de la materia, en el sentido de que la materia no crece, sino que la energía forma completamente los patrones siempre de nuevo, hasta donde la particular fortaleza de la energía misma lo pueda llevar, sabiendo las limitaciones y capacidades del patrón que ha formado.

martes, 12 de agosto de 2008

La Materia II

Es cierto que el material físico hace que la conciencia sea efectiva dentro de un campo particular. El crecimiento no involucra una extensión física particular, en términos de algo que en sí mismo es lo suficientemente permanente para expandirse. Cuando la energía psíquica individualizada se aproxima a nuestro campo particular, ella misma empieza a expresarse dentro de ese campo con lo mejor de su habilidad.
La energía física individualizada llega constantemente más y más dentro del campo, enfocándose más dentro de él. Tenemos una llegada y una partida psíquicas. Cuando la energía se aproxima al campo, crea la materia, primero de una manera más bien inadecuada y casi plástica. La energía continuamente recrea la materia, a medida que entra completamente en lo que llamamos la realidad física. Entonces la construcción de energía dentro de la materia simplemente se vuelve más competente y enfocada.
Existe una interacción que es necesario explicar entre el tiempo y la materia. Como lo hemos expresado, la materia es espontánea e instantánea, básicamente. El cambio en ella, que parece ser percibido por nosotros, es una ilusión.
Lo que tenemos en cambio es una constante nueva creación de materia, cuando la energía llena los patrones. La agudeza, o la rigidez, o la calidad del material percibido, depende de la energía que lo forma. Las características de la materia dependen de la posición de la energía que llena el patrón. Cuando hablamos de posición, estamos pensando en términos de la llegada y la partida de esta energía, cuando pasa a través de nuestro campo.
Existe lo que podríamos llamar un punto máximo de concentración de energía y, después de que éste es alcanzado, se inicia la partida de la energía. Se puede pensar de la energía como un viento, un viento cósmico, que llena desde el interior ciertos patrones. Los patrones que son llenados parecen bastante rígidos y lo suficientemente permanentes para ser considerados como tales. Sin embargo, el viento que los compone nunca es el mismo, llega y se va, llenando los patrones de acuerdo con su propia intensidad.
Como la materia es constantemente recreada y es instantánea, muchas de nuestras ideas sobre el tiempo son distorsionadas, ya que hemos dado por sentado que la materia cambia con el tiempo. Hemos juzgado un intervalo de tiempo por los cambios aparentes en un objeto físico dado. Esto nos recuerda la falsa teoría de causa y efecto. Por propósitos prácticos, hasta ahora esta teoría no ha sido demasiado obligante. El tiempo no causa el cambio en la materia, aunque las apariencias digan lo contrario. Dando un salto gigantesco, vamos a decir que el hombre mismo y todos los seres conscientes producen la materia subconscientemente. Más adelante ofreceremos los detalles, que son bastante importantes.
Hemos querido hacer esta afirmación, ya que la materia es creada por el subconsciente, ya que existe simultáneamente e instantáneamente, y ya que su creación o su llegada, y su partida o su reemplazo, son instantáneas. Una vez que esto es entendido, se vuelve al menos teóricamente posible recrear el material del pasado, en la medida en que los patrones para el material hayan sido retenidos. Esta última parte de la frase es sumamente importante.
Todo material es energía que aparece en el campo físico en patrones que han sido preparados para él. La ilusión de rigidez es el resultado de nuestros propios sentidos externos, cuya percepción es demasiado lenta para capturar las pulsaciones constantes, en la medida en que los pedacitos de energía que componen el material desaparecen del todo constantemente y son reemplazados.
Existen tantos intervalos cuando nuestro mundo material no existe, como los hay cuando si existe. Para nuestros propósitos actuales, llamaremos negativos a estos últimos intervalos. Cuando utilizamos la palabra intervalo, lo hacemos para hacer la idea comprensible. El hecho es que la materia en nuestro campo está compuesta de pulsaciones de energía constantes y mientras para nosotros la apariencia es de permanencia en gran medida, y mientras hemos dicho que las pulsaciones son constantes, no obstante eso, ellas son nuevas pulsaciones, completamente distintas y separadas, que no son continuas en los términos que aplicamos a un objeto que es continuo.
Por consiguiente, hay lo que llamaremos el intervalo negativo, cuando una pulsación ha desaparecido de nuestra realidad y otra está próxima a tomar su lugar. Solo, el intervalo negativo puede ser insignificante, pero tomado en masa, va sumando hasta que haya tanta materia negativa como materia positiva.
La materia física en nuestra realidad la llamaremos materia positiva. Para el campo de materia negativa, nuestra materia positiva seria llamada negativa.
Obviamente, tenemos mucha materia para cubrir, positiva y negativa. El punto es que la percepción es el criterio para lo que llamamos materia. No percibimos el intervalo negativo y no percibimos la creación continua de materia.
Nuestra realidad física no es solamente la realidad dada a la manipulación de la materia. Sin embargo, es el punto focal de tales realidades y ellas están estrechamente entrelazadas.
La antimateria existe en nuestro propio universo. No estaremos en capacidad de determinar su existencia por medio de cálculos encaminados a descubrir la existencia del peso de la masa. En nuestros términos, la antimateria existe simultáneamente con nuestro universo y tiene lo que llamaremos antigravedad y antiespacio.
Si recordamos ahora que hay intervalos negativos, o intervalos entre las pulsaciones de energía dentro de la materia, y si recordamos que nuestro universo físico es inexistente por el mismo número de intervalos que si existe, entonces veremos que esto es lo que nos da nuestra antimateria.

domingo, 10 de agosto de 2008

La Materia

La materia es en cierta forma la base de nuestro universo y, sin embargo, la materia misma es, sencillamente, energía transformada en aspectos con ciertas propiedades que pueden ser percibidos por nuestros sentidos, bajo ciertas condiciones, y por consiguiente puede ser manipulada.
La materia es un medio para la manipulación y transformación de energía psíquica, en aspectos que pueden ser utilizados como bloques de construcción. Sin embargo, la apariencia de este material físico, que parece más o menos permanente por su naturaleza, no es permanente y es solo lo suficientemente cohesivo para dar la apariencia de permanencia relativa a los sentidos que la perciben.
En sí misma, la materia no es continua. Lo que percibimos como cambio o crecimiento en una estructura física viviente, no es cambio o crecimiento, tal como lo concebimos. Las propiedades físicas de la materia no son continuas, en el sentido de que un árbol en particular, o una roca, no es del todo el mismo árbol, o la misma roca hoy, físicamente, de lo que era ayer, ni serán los mismos mañana. La silla en que estamos sentados esta tarde, no es la misma silla que era ayer en la tarde, hablando físicamente.
La materia es creada continuamente, pero ningún objeto físico en particular es continuo en sí mismo. El cambio en un objeto físico en particular, no es un cambio tal como lo concebimos. Por ejemplo, no hay un objeto físico en particular que se deteriore con el tiempo. Lo que hay en cambio son creaciones continuas de energía psíquica en patrones físicos que parecen mantener una apariencia más o menos rígida. Es decir, el objeto físico parece cambiar con el tiempo. Existe un número infinito, o una serie infinita de creaciones de la materia. La habilidad del creador individual, de cualquier forma física en particular, de utilizar la energía psíquica para controlar y manipular, causa la apariencia externa de deterioro o envejecimiento de la materia.
La materia misma no se deteriora o envejece. Lo mismo ocurre con las formaciones rocosas y otros eventos arqueológicos. La materia es creada directamente de la energía, a un nivel subconsciente. La materia es creada espontáneamente e instantáneamente. Esto aplica para la forma física humana y también a todo otro material. Cuando pensamos que estamos viendo el crecimiento y el deterioro como propiedades de la materia, estamos viendo en cámara lenta. Todo objeto material está siendo recreado constantemente, de acuerdo a una forma que parece rígida y bastante permanente. Sin embargo, es el paso a través de patrones de la personalidad, el paso a través de patrones individuales y psíquicos altamente especializados, dentro de cierto campo organizacional, lo que causa la apariencia de material rígido que parece cambiar. Ningún objeto material existe lo suficiente como una cosa indivisible, rígida, o idéntica, para cambiar o envejecer. La energía detrás de ella se debilita y el patrón físico por lo tanto se torna borroso. Cada recreación después de cierto punto se vuelve menos perfecta, desde nuestro punto de vista. Después de muchas de tales recreaciones, que han sido totalmente imperceptibles para nosotros, notamos una diferencia y asumimos que ha ocurrido un cambio en el objeto. El material real que parece formar el objeto ha desaparecido completamente muchas veces y el patrón ha sido llenado de nuevo en su totalidad con nueva materia.
Existen leyes que involucran la fortaleza o la fuerza de la energía cuando pasa a través de varios campos y es percibida en ellos. No obstante, la energía misma no se debilita. La energía pasa a través y más allá de los campos. La energía llena formas y, a medida que pasa, las formas parecen borrosas, de la misma manera como el viento llena las velas de los barcos y enseguida desaparece.
El crecimiento y el deterioro son lo que llamaremos apariencias. En otras palabras, son solamente propiedades aparentes del material físico. El material físico tiene en realidad dos propiedades principales: es espontáneo e instantáneo. Ninguna partícula física en particular existe por una cantidad de tiempo. Existe y desaparece y es reemplazada instantáneamente por otra. Una de las propiedades de la materia es la que llamaremos presunción de patrón. Asume un patrón y fluye dentro de él.
La existencia de patrones da una ilusión de permanencia de la materia que es altamente engañosa. Hay mucho que decir y considerar en relación con las formas en que el material físico es creado constantemente y sobre el papel que juegan los sentidos.
Ninguna partícula física tiene algún tipo de durabilidad. Constantemente desaparece como tal y es reemplazada. El patrón que es llenado por la materia física está compuesto por energía psíquica y continúa como una imagen resultante que parece ser más débil, y en realidad lo es. La energía detrás de ella pasa más allá del campo en que la materia, tal como la concebimos, es efectiva. El crecimiento en las cosas vivientes, percibidas como organismos vivientes, no involucra la extensión de una particular cosa física.
La naturaleza de la materia es un punto extremadamente difícil y sensible para los círculos científicos. Cuando consideramos que detrás de toda materia existe una energía consciente, veremos entonces de donde proviene el patrón. No es el material el que compone al hombre y el que le da su identidad. Ninguna estructura nerviosa, o combinación de propiedades puramente químicas o materiales, dará como resultado la conciencia. Es la conciencia la que le da significado al material físico.

viernes, 8 de agosto de 2008

El Hipnotismo

El hipnotismo se irá convirtiendo cada vez más en una herramienta de investigación científica. La telepatía capacitará a la raza humana para hacer el primer contacto con una inteligencia extraterrestre. Inicialmente, no será reconocida como tal. Este tipo de contacto no tendría nada de extraño, pero como estamos tan involucrados con el camuflaje de una realidad aparente, el contacto con esta inteligencia será un descubrimiento sorprendente.
Para cuando se produzca este contacto, ya habremos descubierto que la teoría actual sobre la expansión del universo es errónea y el error afectará los cálculos sobre la localización exacta en nuestro espacio de la inteligencia contactada.
El viaje espacial, en nuestros términos, se está desarrollando de una manera aparentemente extravagante y sorprendente, y solo será desechado cuando los científicos descubran que el espacio, tal como lo concebimos, es una distorsión y que viajar de una llamada galaxia a otra se hace despojando al cuerpo físico de su camuflaje. El vehículo del llamado viaje espacial es la movilidad mental y psíquica, en términos de una transformación psíquica de energía, permitiendo la movilidad espontánea e instantánea a través del presente espacioso.
En cuando al medio, se comprobará que el hipnotismo es el método más simple, sencillamente porque en ese momento las personalidades no confiaran en sus propias habilidades y deberán basarse en la sugestión externa.
El hipnotismo será utilizado científicamente como un medio de romper las inhibiciones de la personalidad exterior. No hace falta decir que tales inhibiciones son necesarias en nuestra realidad y que cualquier experimento que se intente llevar a cabo debe hacerse de una manera muy disciplinada. La personalidad externa debe ser una estructura fuerte y resistente, capacitada para prescindir de sus limites y permitir al ser interior su libertad, y aun lo suficientemente fuerte para saltar atrás y mantener su control sobre la experiencia exterior. Esta es ciertamente una disciplina.
El hipnotismo es importante como herramienta para liberar la personalidad consciente de las inhibiciones del camuflaje. Permite que el conocimiento surja. En circunstancias ordinarias, el ser consciente se entiende principalmente con una existencia de camuflaje, ya que es su propósito primordial. Sin embargo, cuando se le permite dejar sus preocupaciones con el camuflaje del universo, puede recibir y enterarse de información recibida por los sentidos internos. Esa información no tiene que ser retenida en un nivel subconsciente. La personalidad consciente puede ser entrenada para recibir, interpretar y retener tal conocimiento. De otra manera, este conocimiento seria relativamente sin valor en nuestro camuflaje de universo.
El hipnotismo es un método más seguro que las drogas, pero el hipnotismo no es necesario, si existe voluntad interna para explorar el universo interior. La principal barrera es el temor del ego a ser subyugado, de la misma manera como teme la subyugación imaginada en la muerte. Si al ego se le hace entender que la comprensión interna, la exploración y la investigación agrandarán realmente el alcance de su entendimiento, habrá muy poca dificultad.
Puede ser necesario al principio inducir una amnesia más o menos total, pero esto se debe evitar. A través de la practica constante con el hipnotismo, los científicos descubrirán que es posible, y definitivamente benéfico, permitirle al ego consciente que retenga su memoria. Puesto que no hay una división real entre el ego y el subconsciente, el conocimiento del ego y el conocimiento del subconsciente están mezclados en cualquier caso. Sin embargo, para ser verdaderamente efectivo, no se debería intentar esconderle al ego el conocimiento del subconsciente.
Con la practica, los estratos personales distorsionados del material subconsciente podrían ser reconocidos sin dificultad, y aun estos proporcionarán información valiosa sobre los mecanismos psicológicos.
La telepatía involucra una concentración de habilidades y energía. El problema es que cuando estamos tratando con la transmisión de una imagen, todavía estamos tratando con camuflaje. Lo haremos mejor cuando nos concentremos interiormente, de una manera receptiva, pero sin ningún factor inhibitorio. Así es como estaremos deseosos de recibir cualquier cosa que llegue. Concentrándonos en un objetivo de camuflaje, lograremos un resultado de camuflaje.
Debemos estar más abiertos y receptivos, con el fin de recibir el conocimiento no distorsionado de las realidades básicas. La parte curiosa de esto es que la información, aparentemente subjetiva, nos permitirá llegar más rápido a la llamada realidad objetiva, de una manera que nos dará las llamadas pruebas, que no podemos conseguir de otra manera.
Si los científicos piensan que el mundo interior es un turbio laberinto de caos intimo, dejémoslos que vean lo que está pasando con los viajes espaciales. Se trata de viajes a través de un camuflaje de espacio inexistente, para empezar, con un camuflaje de vehículo. No lograrán llegar al corazón de la verdad, o de la realidad, de la misma manera como una mosca, volando alrededor de la parte externa, redonda, dura y verde de una manzana, no logrará llegar a su corazón.
Existen determinados experimentos, que se pueden ensayar en laboratorios científicos, que permitirán a nuestros científicos vislumbrar la realidad interior y descubrir realmente las maneras y los medios por los cuales el ser energético interior transforma la energía de sí mismo en patrones físicos. Existen leyes que gobiernan el nacimiento y la muerte, no solo de los hombres, sino de todos los seres conscientes, leyes que pueden ser descubiertas con solo pedirlas. Los experimentos solo tendrán que ensayarse y su validez hablará por sí misma.

miércoles, 6 de agosto de 2008

Clima de Valor de la Realidad Psicológica

El clima de valor de la realidad psicológica puede compararse con un océano en el que todas las conciencias tienen su existencia. Hay multitudinarios niveles en que pueden estar sumergidas diversas formas de vida, diversas y extrañas, pero interconectadas y dependientes unas de las otras. La analogía del océano es apropiada porque da la idea de flujo y movimiento continuos, sin división aparente.
Así como las temperaturas cambian en las diferentes profundidades del océano y así como cambian el color del agua, de la flora y la fauna, así también en nuestro clima de valor de la realidad psicológica hay cambios de calidad y sentidos equipados para proyectar y percibir los cambios. Existen distorsiones por las limitaciones de los sentidos externos, pero los sentidos internos no distorsionan. Los sentidos internos habitan directamente la atmósfera de nuestro clima de valor y ven a través de los siempre cambiantes patrones de camuflaje y del flujo del aparente cambio. Algunas personas, en un pequeño grado, se sumergen en este océano de clima de valor y, en la medida en que están en capacidad de despojarse de los ropajes del camuflaje, en esa medida pueden enterarse de este clima de valor. Para estar verdaderamente conscientes de este clima de valor, es necesario despojarse de los ropajes del camuflaje.
Lo que se requiere es más que despojarse de ellos. Para sumergirnos en este océano, también debemos dejar el cuerpo físico en la playa. Estará ahí cuando regresemos. Nuestros patrones de camuflaje pueden ser comparados con los patrones de sol y sombra sobre las olas siempre móviles.
Mientras mantengamos en mente el patrón, lo creamos y esta ahí. Si volteamos la cabeza por un momento y enseguida volvemos a mirar de nuevo, solo podemos ver la ola. Nuestro camuflaje y nuestro mundo son creados por el enfoque consciente y la concentración inconsciente. Solamente volteando la cabeza por un momento, podemos ver lo que está debajo del patrón aparentemente sólido. Sumergiéndonos en nuestro océano del clima de valor, podemos pasar por debajo del sistema de camuflaje, mirarlo y verlo, relativamente sin fundamento, flotando por encima de nosotros, movido, formado y dirigido por las ilusiones cambiantes causadas por el viento de la voluntad, la fuerza de la concentración y la exigencia subconscientes.
Estos patrones de camuflaje deben seguir las reglas básicas del universo interior y reflejarlas, aunque sea de una manera distorsionada. De esta manera, el valor de expansión se convierte en la reencarnación, la evolución y el crecimiento. Así son seguidas todas las otras leyes básicas del universo interior en cada realidad, y así son reflejados desde el más diminuto hasta el más gigantesco espectro.
Concentrándonos en nuestro propio camuflaje del universo, estamos en capacidad de distinguir solamente el patrón distorsionado; y de este patrón deducimos nuestras ideas de causa y efecto, de pasado, presente, y futuro, y de un universo en expansión que se infla. La conciencia no ocupa espacio y no está encerrada en el tiempo, tal como lo conocemos. Los patrones de camuflaje que parecen encerrar la conciencia son temporales, de corto término solamente, y para un propósito necesario, pero limitado.
Una investigación del universo interior básico, el único universo real, debe hacerse en lo posible desde un punto por fuera de nuestras propias distorsiones, pero la única vía abierta que tenemos para escapar a las distorsiones de nuestro propio universo físico es viajando hacia el interior. Para estar afuera de nuestro propio universo, debemos viajar al interior. Esto representa la única perspectiva libre de elementos distorsionados desde la cual se puede llevar a cabo un experimento válido. Los llamados experimentos científicos y objetivos pueden continuar por una eternidad, pero ellos solamente explorarán más y más, con instrumentos de camuflaje, en un universo de camuflaje.
Es cierto que el subconsciente tiene elementos de sus propias distorsiones, pero ellos son más fáciles de evitar que las toneladas de atmósferas de camuflaje distorsionadas que agobian nuestros experimentos científicos.
No vamos a tener nunca los llamados experimentos científicos mientras estemos rodeados y nos entendamos con un universo de camuflaje. Los científicos están trabajando dentro de lo que puede describirse como un pequeño cubo, dentro de millones de cubos, algo similares aunque diferentes. Todos estos cubos representan los varios camuflajes de universos. Si los científicos fueran lo suficientemente afortunados para penetrar su propio cubo, lo que es incierto, solamente descubrirían el cubo más cercano a ellos, sin imaginar jamás que había una cantidad innumerable de tales cubos. Una pequeña parte del presente espacioso aparece en nuestro cubo, pero lo vemos en términos de camuflaje de continuidad, en camuflaje de ondas de pasado, presente y futuro.
Como ratones en un laberinto, con suerte podríamos viajar teóricamente de un cubo, o laberinto, a otro, aunque prácticamente esto es imposible. Pero aun si estos experimentos nos proporcionaran conocimiento de muchos de estos camuflajes de cubos-universos, aprenderíamos muy poco de los universos interiores básicos sin camuflaje, en donde todas las divisiones desaparecen.

lunes, 4 de agosto de 2008

Los Camuflajes del Universo, el Tiempo y el Espacio

Vamos a hablar de las localizaciones de los sueños que experimentamos y que no ocupan un lugar en nuestro espacio. A un nivel, puede decirse que no existen, y sin embargo, si existen. Mientras estamos en un sueño, tenemos la capacidad de ver, tocar y movernos en estas localizaciones y, solo cuando despertamos, ellas se nos escapan. Esto debería considerarse conjuntamente con el material relacionado con la expansión del universo, ya que las localizaciones en el sueño representan una realidad y una estructura que no tiene existencia en nuestro espacio; y si se mide solamente con las líneas utilizadas para medir el espacio, no recibiríamos ninguna indicación en absoluto de su existencia o realidad. Medidas solamente en términos de nuestras concepciones del camuflaje, muchas cosas que sabemos que existen, parecerían no existir.
No podemos negar nuestra propia realidad psicológica, pero algunas veces nos parece que lo haríamos si pudiéramos. Aparentemente no podemos sentir, ver, o medir una emoción. Una emoción no ocupa espacio y, sin embargo, las emociones existen. Los sentimientos se intensifican. Se puede decir que en “valor” se expanden y, sin embargo, esta misma intensidad real o expansión de valor de un sentimiento no ocupa más espacio adicional del que ocupó en su concepción.
El color rojo es más vívido que el color negro, utilizando el negro aquí como un color. Sin embargo, el rojo no ocupa más espacio que el negro. En otras palabras, la expansión que ocurre en términos de calidad de valor, o de grado, o de intensidad, no tiene nada que ver con la expansión en el espacio. Una expansión de valor o de intensidad es la única forma de expansión real.
Hemos dicho que hasta ahora la mente no puede ser detectada por medio de instrumentos. La mente no ocupa espacio y, sin embargo, la mente es el valor que le da poder al cerebro. La mente se expande continuamente como un todo, tanto en términos individuales como en términos de la especie y, sin embargo, la mente no ocupa ni más ni menos espacio, bien sea la mente de una mosca o la mente de un hombre.
La mente, simplemente, no existe en términos espaciales. No tenemos manera de medir la expansión de la mente, como no podemos medir la expansión del universo, en la medida en que estemos pensando en términos de expansión en el espacio. Negar la realidad de lo que no existe en el espacio seria tanto como negar la propia herencia y las propias habilidades de la humanidad.
El mundo del sueño existe de una manera muy personal, vívida y válida, pero el mundo del sueño no ocupa tantas pulgadas, yardas, pies o acres. Si el mundo del sueño existe, y en realidad existe, y si no existe en el espacio, entonces en qué, o en donde, tiene su existencia, y cuales caminos, si existen, nos conducirán a él?
Puesto que hemos dicho que, básicamente, el universo no tiene nada que ver con el espacio, en nuestros términos, como tampoco el mundo del sueño, podríamos deducir que hay una similitud entre el medio en que ambos, el universo básico y el mundo del sueño, se encuentran.
Nuestra idea del espacio es una concepción completamente errónea de un vacío que debe ser llenado. Las cosas, los planetas, las estrellas, las nebulosas, etc., llegan a la existencia en este universo nuestro. Están naciendo continuamente, de acuerdo con las ultimas teorías, y este universo se expande, sus bordes se abomban y las galaxias exteriores se desbordan hacia ninguna parte. El verdadero espacio de quinta dimensión es por el contrario una energía vital, viva en si misma, poseyendo habilidades infinitas de transformación, formando todas las existencias y formando también el camuflaje del universo que nos es familiar y que intentamos investigar tan ineficientemente.
Este espacio de quinta dimensión, este universo básico de realidad del que estamos hablando, se expande constantemente en términos de intensidad y calidad de valor, de una manera que no tiene nada que ver con nuestra idea del espacio.
El universo interior básico por debajo de todo el camuflaje, no tiene en absoluto una existencia en el espacio, tal como lo visualizamos. El espacio, tal como lo visualizamos, como un vacío para ser llenado, es un camuflaje.
Los sueños, el mundo de los sueños, no existen en ningún verdadero grado en el tiempo, tal como lo conocemos. Se pueden experimentar semanas en un sueño y el sueño no tomará más que una fracción de segundo de nuestro tiempo del reloj. Los pensamientos internos de la mente existen, pero muy brevemente en el tiempo, y ese pequeño matiz del tiempo que toca tanto los sueños como las ideas, no es básico para ninguno de los dos.
Este matiz del tiempo es solamente un atributo de la forma de camuflaje físico y, aun así, la relación entre el tiempo y las ideas y el tiempo y los sueños es nebulosa. Como lo hemos mencionado, aunque experimentemos dos días en un sueño, mientras estemos en ese sueño, estaremos libres del tiempo involucrado, en el sentido de que no envejeceremos los dos días, aunque psicológicamente hayamos experimentado aparentemente ese tiempo.
El mundo del sueño y la mente son tocados por el tiempo y existen en el tiempo solamente en la medida en que estas realidades se sumergen en el camuflaje del universo. Básicamente, tanto el mundo del sueño como las ideas de la mente interior, no tienen su existencia en el tiempo, aunque pueden ser visibles desde la perspectiva del tiempo, visualizadas desde la forma física.
La realidad del universo interior tampoco existe básicamente en el tiempo, tal como lo concebimos, aunque en algunos casos partes de ella pueden ser vislumbradas desde la perspectiva del camuflaje del tiempo, pero en una muy pequeña parte.
Si el mundo del sueño, la mente y el universo interior existen, y si no existen en el espacio, y si no existen básicamente en el tiempo, aunque puedan ser vislumbradas a través del tiempo, las preguntas serían entonces: En que medio, o de que manera existen? Y sin el tiempo, como pueden tener duración?
La respuesta por si sola no debe parecer increíble. Sabemos que de hecho los sueños existen. Sabemos que la mente existe y tenemos un conocimiento intimo, personal y directo de que los sueños y la mente existen. Vamos a afirmar que el universo básico existe detrás de todos los camuflajes de universos de la misma manera, sin ocupar espacio, como la mente existe detrás del cerebro.
El cerebro es un patrón de camuflaje. Ocupa espacio y existe en el tiempo. La mente no ocupa espacio y no tiene su existencia básica en el tiempo. La realidad del universo interior no ocupa espacio y no tiene su existencia básica en el tiempo. Nuestro camuflaje del universo, por otra parte, ocupa espacio y tiene una existencia en el tiempo, pero no es el universo real y básico. Ocurre lo mismo que en la relación entre el cerebro y la mente.
El mundo del sueño, la mente y la realidad del universo existen. Existen en un clima que llamaremos clima de valor de realidad psicológica. Este es el medio. Ocupa el lugar de lo que llamamos espacio. Este clima de valor de realidad psicológica es una calidad que hace posibles todas las existencias y todas las conciencias. Es uno de los más poderosos principios, detrás o dentro de la vitalidad misma, que compone desde sí misma todos los otros fenómenos.

sábado, 2 de agosto de 2008

La Expansión del Universo

El universo se está expandiendo de la manera como un sueño se expande. En otras palabras, esta expansión no tiene nada que ver con nuestra idea de espacio. La expansión, en la forma más básica, es más como la expansión de una idea. No tiene nada que ver con el espacio y el tiempo, de la manera como estamos acostumbrados a considerarlos. La idea de los científicos de un universo en expansión es un error, aunque la expansión del universo si esta ocurriendo, pero en otro sentido importante. El universo se expande como se expande una idea.
Nuestro propio mundo del sueño se expande constantemente. Nuestras ideas se expanden constantemente, pero nuestras ideas no tienen nada que ver con el espacio; y la manera como el universo se expande constantemente no tiene nada que ver con nuestra idea de espacio. El espacio verdadero, el espacio de quinta dimensión, tiene habilidades de expansión que no necesitan espacio, no en nuestros términos.
No existe un método de medición disponible que permita establecer exactamente aquello a lo que nos estamos refiriendo, pero un ejemplo quizá lo hará algo comprensible.
Tomemos dos pinturas de la misma forma y tamaño, es decir, dos pinturas que ocupen la misma cantidad de espacio en nuestro universo. Una pintura es extremadamente cruda y elaborada pobremente. La otra pintura, no solo parece de una calidad superior, sino que también parece pasar por una transformación continua, pero conservando todavía la misma cantidad de espacio.
Digamos que la pintura es un paisaje y que esta transformación incluye dentro de la misma cantidad de espacio la adición continuada de más árboles y más montañas. Digamos que las montañas se vuelven más altas, pero todavía están dentro de la misma cantidad de espacio asignada a la pintura, nunca pasándose del marco. Imaginemos esta transformación incluyendo también la adición de distancia, yendo siempre hacia el fondo sin tocar la parte de atrás del lienzo.
Imaginemos a las figuras, o a los habitantes en la pintura, como si tuvieran una realidad psicológica, todo dentro de los límites preestablecidos por el espacio dado. En otras palabras, imaginemos la conciencia, el crecimiento, la realidad y la expansión, como no teniendo nada que ver con la expansión del espacio, tal como lo concebimos, sino con una casi total libertad de realidades psicológicas. De esta forma, alcanzaríamos la comprensión del asunto, cuando hablamos de un universo en expansión que no tiene nada que ver con el universo en expansión del que hablan los científicos.
La mayoría de las realidades no tienen absolutamente nada que ver con el espacio, tal como lo imaginamos. La mayoría de las realidades tienen su crecimiento y existencia en algo afín a lo que hemos llamado “tiempo psicológico”, siendo este completamente independiente del espacio, tal como lo concebimos. El tiempo psicológico es una especie de clima o entorno, propicio a la existencia de todas las conciencias.
Concebimos el espacio como un vacío para ser llenado, porque en nuestra realidad llenamos lo que llamamos espacio con patrones de camuflaje. El verdadero espacio, al que hemos llamado espacio de quinta dimensión, es la vitalidad y la sustancia de la existencia misma, viva y vital, de la cual todas las otras existencias están elaboradas. Aun en nuestra realidad, la calidad, que representa un tipo de expansión, no implica necesariamente una expansión en el espacio. El universo se expande continuamente de una manera “cualitativa”, que no tiene nada que ver con el espacio, tal como es visualizado generalmente.
El mundo del sueño, que es un mundo muy vivido y muy válido, no ocupa ningún espacio. También está libre de nuestro tiempo físico, en buena parte, pero existe en el clima o entorno del tiempo psicológico.
Ciertamente, no podemos determinar la localización del sueño, aun si ella corresponde a una localización familiar dentro del camuflaje del universo. El sueño mismo no es experimentado en la localización especifica del camuflaje. El cuerpo descansa en la cama. Aunque reconozcamos en un sueño el moblaje completo de una casa real, todavía el soñador descansa en la cama. Las dos localizaciones, la del sueño y la del camuflaje, parecen ser las mismas, pero no son las mismas. Una ocupa espacio en nuestro universo y la otra no. El universo se expande en la misma forma como el sueño se expande, sin ocupar un espacio en el camuflaje. Esto no quiere decir que no haya crecimiento involucrado en la expansión del universo. Esto no implica que no haya movimiento. Implica una existencia y una expansión de una manera cualitativa, mas allá de nuestras medidas o de nuestra total comprensión.