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miércoles, 19 de junio de 2019

Heavenletters - Abierto a Dios - Heavenletter # 156



Heavenletters
Abierto a Dios
Heavenletter # 156
Publicado en: 3 de Abril de 2001

Dios dijo:
Pides riqueza. Pides salud. Pides facilidad. Pides esto y pides eso. Ahora pregunta por Mí. Pide a Dios. Ahora vuelve tu atención hacia Mí.

Usted tiene la costumbre de decirse a sí mismo durante todo el día: "Ahora quiero comer. Ahora quiero algo para beber. Ahora quiero un descanso".

Hoy tirar en, "Ahora quiero a Dios".

Tú me quieres, ¿no?

¡Oh, qué expresión de querer pondrá en movimiento! No es nada más que la verdad, que me deseas y quieres todo lo que traigo. Así que dilo. Dilo a ti mismo "Yo quiero a Dios". Mira cómo te hace sentir eso. Mira qué regalos se abren.

Empieza por ahi Hablar con Dios a menudo se ha comparado con pedir algo, como si fueras un ser débil e indefenso, frágil, que tiene que pedir cualquier cosa y todo, como si fueras un mendigo desposeído que recorre las calles de una tierra extraña llamada Tierra. Como si llegara sin nada para ti, como si no tuviera mucho que darte. Nunca vengo con las manos vacías. No sabría cómo hacerlo.

Pero hay una cosa que debes pedir, y eso es para Mí. Llamame a ti Lo que realmente estás haciendo es llamarte a mí mismo.

Pregúntame por mí y luego, como lo haces cuando un amigo querido se te acerca, escúchame, escucha lo que tengo que decir. Te has llamado a mí para que puedas estar conmigo. Quédate conmigo.

Has hablado y rogado lo suficiente.

Ahora escucha lo que tengo que decir. Tu única necesidad es escuchar lo que tengo que decir.

Te he escuchado pacientemente durante mucho tiempo.

Ahora deja que tus pensamientos sean ofrendas para mí de ti. Deja que tus pensamientos sean regalos para mí en lugar de peticiones. Solicite Mi presencia (su conciencia de Mi presencia) y luego aproveche la oportunidad.

¿Qué pasaría si hubiera un rey sabio y amoroso entre ustedes, y pudiera tener una audiencia con él? ¿Qué querrías en esos momentos? ¿Repetiría todas las carencias que se repitió a sí mismo, o querría escuchar lo que él tiene que decir y aceptar sus bendiciones?

¡Una audiencia ante el rey no tiene que significar que él tiene que escucharte! ¿Dónde está tu beneficio en eso?

Basta ya de tus refranes. Ven al Rey con tus oídos.

Tienes un eones de vidas conmigo. No hay corte. Pero eones de vidas son este momento, y en este momento conmigo, tenme. Sé abierto, inocente y lleno (vacío) para escuchar lo que te digo. Te gustará lo que escuches, porque todo lo que digo es una bendición. Todo lo que doy son bendiciones. Todo lo que puedo dar son bendiciones. Date la oportunidad de ser bendecido.

Llámate a mí, y sé presente.

Asistir. Atiende al sonido de mi voz. Atiende a mi amor.

¿No sabes a estas alturas que es suficiente para que te presentes ante Mí?

¿No sabes ahora que siempre estás delante de Mí? Que todo lo que se necesita es tu conciencia. Es bueno ubicarse. Esa es su necesidad, saber dónde está y en qué compañía se encuentra. Puede que también lo sepa. Entonces puedes acercar tu oído a Mí, escuchar Mi amor y salir con todo el corazón y llevar Mis bendiciones contigo. Cuando lleves Mis bendiciones contigo, entonces todo lo que puedes ser es una bendición de Dios que solo tiene bendiciones para dar.

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