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domingo, 10 de junio de 2007

El Maestro Espiritual II

La siguiente es la descripción que hace un Maestro Espiritual de su realidad, su entorno y sus actividades. Segunda Parte:
“Como sabemos que nuestra identidad no depende de la forma, no tememos cambiarla. Podemos adoptar la forma que queramos. No conocemos la muerte, en sus términos. Nuestra existencia nos lleva a muchas otras realidades e interactuamos en ellas. Seguimos las reglas que regulan la forma en esas realidades. Todos nosotros somos maestros y adaptamos nuestros métodos de tal manera que tengan sentido para personalidades con diferentes ideas sobre su realidad.
La conciencia no depende de la forma, aunque siempre busca crear la forma. No existimos en una estructura sujeta al tiempo como la de ustedes. Los minutos, las horas y los años ya no tienen para nosotros el significado y la fascinación que tienen para ustedes. Somos conscientes de la estructura y situación del tiempo en otros sistemas y lo debemos tener en cuenta en nuestras comunicaciones. De otra manera, lo que decimos no sería entendido.
No existen barreras reales que separen los sistemas de que hemos hablado. Lo que los separa son las diversas habilidades de las personalidades para percibir y manipular. Ustedes existen en medio de muchas realidades, pero no las perciben. Cuando un evento de esas otras realidades se introduce en su sistema tridimensional, no están en capacidad de interpretarlo, ya que aparece distorsionado por el simple hecho de entrar.
Nosotros no experimentamos su secuencia del tiempo. Viajamos utilizando diversas intensidades. Nuestro trabajo, desarrollo y experiencia tienen lugar dentro de lo que llamamos “punto del momento”. Aquí, dentro del punto del momento, el más pequeño pensamiento rinde sus frutos, la más ligera posibilidad es explorada, las probabilidades son ampliamente examinadas, el menor o mayor sentimiento es entendido. Aunque es difícil explicarlo, el “punto del momento” es la estructura dentro de la cual tenemos nuestra experiencia psicológica.
Cuando pienso en una determinada persona de su realidad tridimensional, experimento inmediatamente el pasado, el presente y el futuro de esa persona y las más fuertes y determinantes emociones y motivaciones que han orientado su vida. Puedo viajar a través de esas experiencias con esa persona, si así lo quiero. Nosotros podemos seguir una conciencia a través de todas sus formas en un instante.
Se necesita estudio, desarrollo y experiencia para que cada uno de nosotros aprenda a mantener su propia estabilidad ante estímulos tan constantes. Algunos se han perdido, olvidando quienes son, hasta que nuevamente toman conciencia de ellos mismos.
Nos podemos permitir el sueño y la relajación. Podemos experimentar un siglo integrados a un árbol o a alguna otra forma simple de vida, en otra realidad. Deleitamos nuestra conciencia con la alegría de una existencia sencilla. Podemos crear el bosque en que habitamos. Generalmente estamos muy activos con nuestras energías enfocadas en nuestro trabajo y en sus nuevos retos. Tenemos la capacidad de formar otras personalidades, utilizando nuestra propia energía. Estas personalidades, sin embargo, deben desarrollarse de acuerdo con sus propios méritos, utilizando las habilidades creativas inherentes a cada una. Son libres de seguir su propio camino. Esto no lo hacemos a la ligera”.

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