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sábado, 26 de diciembre de 2009

La Hipnosis Natural, La Curación, y la Transferencia de Síntomas Físicos hacia otros Niveles de Actividad 6

El elemento criminal representa las propias agresiones temidas y no enfrentadas del individuo. Estos temores están encerrados en una base individual, y aquellas personas que los expresan socialmente son encarceladas. La encarcelación forzada de hombres violentos con frecuencia conduce a un motín, y el encierro privado de la agresión normal con frecuencia trae amotinamiento psicológico y estallidos de síntomas físicos.
En todos los casos, se hace poco esfuerzo por comprender los problemas básicos subyacentes, y la segregación social meramente acumula la presión, por así decirlo, de tal manera que aquellos con creencias semejantes se mantienen en situaciones que solamente perpetúan las causas básicas.
Sin saberlo, los enfermos a menudo renuncian, en favor de los médicos, a su poder para actuar de una manera saludable. Los médicos aceptan este mandato, puesto que ellos comparten la misma estructura de creencias; así que la profesión médica obviamente necesita pacientes tan urgentemente como los pacientes necesitan los hospitales. La sociedad, tal como la conoces, no comprende la naturaleza de la agresión normal y la considera violenta. Las prisiones y las agencias de aplicación de la ley necesitan criminales, de la misma manera como los criminales las necesitan a ellas, ya que operan dentro del mismo sistema de creencias. Cada una de ellas acepta la violencia como un método de comportamiento y supervivencia. Si no comprendes que tú creas tu propia realidad, puedes entonces asignarle todos los buenos resultados a un dios personificado, y puedes necesitar la existencia de un diablo para explicar la realidad indeseable. De esa manera las iglesias, tal como existen en la sociedad Occidental, necesitan un diablo además de un dios. La agresión natural es simplemente el poder para actuar.
Tu propia actitud acerca de estos asuntos te dirá mucho acerca de ti mismo, e influenciará tu propia realidad personal.
Si equiparas el poder con la juventud, entonces aislarás a los ancianos, transfiriendo sobre ellos tu propia impotencia rechazada, y ellos parecerán ser una amenaza a tu bienestar. Si estás de acuerdo en que la violencia es poder, entonces castigarás al criminal con gran espíritu de venganza, ya que verás la vida como una lucha de poder, y te concentrarás en los actos de violencia acerca de los cuales lees. Esto puede atraer tales aspectos hacia tu vida personal, de tal manera que tú mismo te encuentres con la violencia – por lo tanto profundizando tu convicción. Si aceptas la idea básica de que el mal es más poderoso que el bien, entonces tus actos benéficos serán poco fructíferos, por causa de tu propia estructura; les asignas muy poco poder para la acción.
Hay muchas creencias subsidiarias conectadas con estas convicciones. Todas ellas pueden funcionar de tal manera que te niegas a ti mismo la utilización de tus habilidades – y esto a su vez es la causa para que las proyectes afuera sobre otros.
Si aceptas la idea de que el conocimiento es “malo”, por ejemplo, de acuerdo con esa creencia todos tus esfuerzos por aprender serán inútiles, o te traerán gran incomodidad. No confiarás en ningún conocimiento que llegue fácilmente, ya que sentirás que tienes que pagar, hacer penitencia por la adquisición de algún conocimiento. Las interpretaciones fundamentalistas de la Biblia con frecuencia conducen a tales conclusiones, de tal manera que la búsqueda del conocimiento mismo, que tiene incorporado un impulso biológico, se convierte en una actividad prohibida.
Debes entonces proyectar el conocimiento sobre otros y rechazarlo en ti mismo, o enfrentar un dilema en los valores personales.
A través de las edades los monjes, los sacerdotes y las organizaciones religiosas han llegado a estar segregadas del resto de la humanidad. Han sido alternativamente honrados y temidos, amados y odiados. Su conocimiento ha sido envidiado, y sin embargo se ha mantenido en temor supersticioso.
El vudú y el sanador, el médico brujo y el sacerdote, todos ellos son tenidos en honor, y sin embargo también son mirados con cierto terror a causa del poder y el conocimiento involucrados. El hombre que cura, o el hombre que maldice, ambos implican un poder de conocimiento para muchos individuos. Para aquellos que están atrapados en ideas fundamentalistas en términos piadosos, el poder religioso es una cosa terrorífica. La agresión normal, vista como mala, es por consiguiente segregada dentro de la personalidad – y también se ve por todas partes afuera.
Algunos individuos harán divisiones artificiales dentro de sus propias vidas, en las cuales es seguro actuar en ciertas áreas, pero peligroso en otras. Si crees que la riqueza es mala, como un ejemplo, automáticamente tú mismo te robas cualquier habilidad que te pueda traer riqueza. Los talentos que son aceptados como buenos en si mismos pueden ser inhibidos, simplemente porque su logro podría conducir al éxito en términos financieros.

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