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domingo, 20 de diciembre de 2009

La Hipnosis Natural, La Curación, y la Transferencia de Síntomas Físicos hacia otros Niveles de Actividad 3

Cada individuo tiene lo que llamaré un territorio psíquico de poder. Este representa un área inviolable en la que cada persona insiste en permanecer suprema, consciente de su singularidad y de sus habilidades. Esta región psíquica será protegida a toda costa, y aquí hay en realidad una inmunidad a toda enfermedad o carencia. Otras partes de la psique pueden ser campos de batalla para los problemas, pero el individuo no se sentirá realmente amenazado en forma critica mientras este territorio primario esté intacto.
Para toda su charla de desesperación, Dineen ha escogido su campo de conflicto. Ella evitará cualquier tipo de desfiguración, o problema serio de salud, que para ella sería un peligro mucho mayor. Por diferentes características personales, otro individuo sostendrá las cualidades de la mente, digamos invioladas, y resolverá los desafíos a través de enfermedades corporales. Otro puede escoger la pobreza más severa, proyectando hacia esa situación la solución de sus propios conflictos. Otro puede buscar el alcoholismo.
En estos casos puede haber algún sentimiento de pánico si un analista, o un amigo, trata de cambiar las áreas de conflicto. Por ejemplo, el alcohólico está bien familiarizado con el campo de batalla que ha escogido. Una persona enferma, repentinamente bien, tiene que enfrentar dilemas que fueron ignorados antes, o que fueron personificados en la enfermedad.
Dineen, negado el apoyo de la estructura que ella había escogido, tendría que enfrentar los problemas que había proyectado ahí. Sin embargo, todas las dificultades internas se pueden resolver comprendiendo que tú formas tu propia realidad y que tu punto de poder está en el presente.
El hábito de no enfrentar los problemas, que en realidad son desafíos, puede ser adictivo. Un sentimiento de impotencia en un campo se puede transferir a otros. Cuando esto ocurre a través de la hipnosis natural, aun el territorio de poder psíquico puede ser asaltado. Aquí el individuo puede llegar a estar completamente excitado, amenazado, y darse cuenta por primera vez quizás de la naturaleza de la creencia y de su dificultad. Aquí tienes conflictos de vida y muerte en términos creativos. Como resultado, ocurren algunas curaciones milagrosas, o cambios, en la mediana edad.
Todo esto está íntimamente conectado con tu estructura biológica, la que está indicada para seguir las interpretaciones de la realidad de la mente consciente.
Como lo he dicho antes, tus pensamientos son realidad. Ellos afectan directamente tu cuerpo. Parece que eres altamente civilizado cuando internas tus enfermos en hospitales en donde puedan ser cuidados. Lo que haces, por supuesto, es aislar un grupo de personas que están llenas de creencias negativas acerca de las enfermedades. El contagio de las creencias se expande. Los pacientes están en hospitales obviamente porque están enfermos. Los enfermos y sus médicos funcionan con base en ese principio.
Las mujeres que están dando a luz sus hijos, son puestas en el mismo entorno. Esto te puede parecer muy humano, y sin embargo la totalidad del sistema está estructurado de tal manera que el alumbramiento no parece ser el resultado de la salud, sino de la enfermedad.
Los estímulos pertinentes a la salud son bloqueados efectivamente en tales organizaciones. A los enfermos los agrupan y les niegan todas sus condiciones normales y naturales, incluyendo las motivaciones compensatorias, que por si solas algunas veces serian suficientes para restaurar la salud si se les diera tiempo.
Este aislamiento sería lo suficientemente desafortunado sin la aplicación de drogas indicadas como ayuda, pero con frecuencia suministradas sin comprensión. A los seres queridos se les permite visitar al enfermo solo en ciertas ocasiones, así que quienes les desean bienestar en los términos más fuertes, quienes están más cerca de ellos y quienes los aman, se les ha impedido eficientemente ejercer un natural comportamiento constructivo.
Para todos los efectos prácticos, los enfermos se ponen en prisión. A ellos se les obliga a concentrarse en su condición. Todo esto aplica muy aparte de algunos otros efectos inhumanos, tales como las condiciones de hacinamiento, la negación de la privacidad, y con frecuencia la negación de la dignidad.
Al individuo se le hace sentir impotente, a merced de médicos y enfermeras, quienes con frecuencia no tienen el tiempo o la energía para ser afables, o para explicarle su condición en términos que pueda entender. El paciente por consiguiente es obligado a transferir su propio sentido de poder a otros, quienes profundizan aun más su miseria; esto a su vez refuerza la sensación de impotencia que inicio su condición.
Más aun, los elementos naturales de sol, aire y tierra, le son rehusados. La estabilidad de la familiaridad le es retirada. Ahora, con tu grupo de creencias, estás en realidad más o menos obligado a ir a los hospitales en las condiciones graves. No estoy diciendo aquí que muchos médicos y enfermeras no hacen lo mejor que pueden para promover la curación, y ciertamente las curaciones ocurren – pero lo hacen a pesar del sistema, y no por el sistema. En muchos casos la creencia de un médico en una persona que está enferma la revive, y reactiva su creencia en ella misma. La confianza del paciente en el médico reforzará la totalidad del procedimiento médico, y puede entonces llenarse de fe en su recuperación. Sin embargo, así como hay procesos de curación naturales en los animales, así mismo los hay en tu raza.

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