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martes, 11 de mayo de 2010

La Psique en Relación con los Elementos Sexuales 1

Las ideas distorsionadas acerca de la sexualidad le impiden a muchas personas una conexión cercana con la experiencia interior que continuamente se mueve bajo la conciencia ordinaria. Es una buena idea, entonces, mirar la psique y su relación con la identidad sexual.
La psique no es masculina o femenina. En tu sistema de creencias, sin embargo, con frecuencia se identifica como femenina, al lado de las producciones artísticas que surgen de su creatividad. En ese contexto, las horas del día y la conciencia de vigilia se piensan como masculinas, al lado del sol – mientras la noche, la luna, y la conciencia del sueño es considerada femenina o pasiva. De la misma manera, la agresión es usualmente entendida como una acción violenta afirmativa, masculinamente orientada, mientras los elementos femeninos son identificados en términos del principio de crianza.
Hablando físicamente, no tendrías machos o hembras, a menos que primero tuvieras individuos. Cada uno de ustedes son primero que todo individuos. Después de esto, son individuos de un sexo específico, hablando biológicamente. El tipo particular de enfoque que tienes es responsable por la gran significación que pones sobre lo masculino y lo femenino. Tus manos y tus pies tienen diferentes funciones. Si quieres enfocarte en las diferencias en su comportamiento, podrías construir la totalidad de una cultura basada en sus diversas capacidades, funciones y características. Las manos y los pies son obviamente equipos que pertenecen a ambos sexos, sin embargo. Con todo, a otro nivel, la analogía es bastante válida.
La psique es macho y hembra, femenina y masculina; pero cuando digo esto me doy cuenta que pones tus propias definiciones sobre esos términos, para empezar.
Biológicamente, la orientación sexual es el método escogido para la continuación de la especie. De otra manera, sin embargo, ninguna característica psicológica especifica de algún tipo está vinculada a ese funcionamiento biológico. Estoy muy consciente de que en tu experiencia existen definitivamente diferencias físicas y psicológicas. Aquellas que las tienen, son el resultado de la programación, y no son inherentes – incluso biológicamente – a la especie misma.
La vitalidad de la especie de hecho estaba asegurada, porque ella no se especializaba demasiado en términos de sexualidad. No había un periodo fijo de apareamiento, por ejemplo. En cambio, la especie podía reproducirse libremente, de tal manera que en el evento de una catástrofe de cualquier tipo no estaría tan atada a patrones rígidos que podrían dar como resultado la extinción.
Los desafíos y problemas de la especie fueron diferentes a los de otras especies. Ella necesitaba salvaguardias adicionales. Los patrones de apareamiento era una. Con ésta llegó una mayor diversidad en las características individuales y en el comportamiento, de tal manera que ningún individuo estaba limitado a un papel estrictamente biológico. Si eso era cierto, la especie nunca tendría que preocuparse más allá de las cuestiones de supervivencia física, y ese no es el caso. La especie podía haber sobrevivido bastante bien físicamente sin la filosofía, las artes, la política, la religión, o incluso sin un lenguaje estructurado. Pudo haber seguido senderos completamente diferentes, aquellos ligados estrictamente a la orientación biológica.
No habría habido ningún problema de hombres ejecutando tares llamadas femeninas, o de mujeres ejecutando las llamadas tareas masculinas, puesto que no había libertad de acción para que ese tipo de acción individual hubiera existido.
Para el caso, hay una mucho mayor libertad de acción en el comportamiento de los animales del que tu comprendes, ya que interpretas el comportamiento animal de acuerdo con tus propias creencias. Interpretas la historia pasada de tu especie de la misma manera. Te parece que la hembra siempre se inclinaba hacia los hijos, por ejemplo, alimentándolos, y que ella estaba obligada a permanecer cerca del hogar mientras el hombre se defendía de los enemigos o cazaba buscando comida. El hombre corriente parecía por lo tanto haber sido mucho más curioso y agresivo. Había en cambio un tipo diferente de situación. Los niños no vienen en camadas. La familia del hombre de las cavernas era un grupo mucho más “democrático” de lo que supones – hombres y mujeres trabajando hombro a hombro, niños aprendiendo a cazar con los dos padres, y las mujeres deteniéndose para alimentar al niño en el camino, la especie permaneciendo apartada de las otras porque no era ritualizada en el comportamiento sexual.
Excepto por el hecho de que los hombres no podían dar a luz niños, las habilidades de los sexos eran intercambiables. El hombre era usualmente más pesado, una ventaja física práctica en algunas áreas – pero la mujer era más liviana y podía correr más rápido.
Las mujeres eran también algo más livianas porque soportarían el peso adicional de un niño. Aun así, por supuesto, había variaciones, ya que muchas mujeres son más grandes que los hombres pequeños. Pero las mujeres podían cazar al igual que los hombres. Si la compasión, la bondad, la gentileza fueran solamente características femeninas, entonces ningún hombre podría ser amable y compasivo, porque tales sentimientos no serian biológicamente posibles.
Si tu individualidad fuera programada por tu sexo biológico, sería entonces literalmente imposible para ti ejecutar cualquier acción que no estuviera sexualmente programada. Una mujer no puede ser padre de un niño, ni puede un hombre dar a luz a uno. Puesto que de otra manera tienes libertad para ejecutar otros tipos de actividad que no concibes como sexualmente orientada, en esas áreas la orientación es cultural.
Imaginas, sin embargo, que el hombre es agresivo, activo, con mente lógica, inventivo, orientado externamente, un constructor de civilizaciones. Identificas el ego como masculino. El inconsciente por consiguiente parece ser femenino, y las características femeninas usualmente se dan como pasivas, intuitivas, criadoras, creativas, no inventivas, preocupadas por preservar el status quo, con aversión al cambio. Al mismo tiempo, consideras los elementos intuitivos más bien como aterradores, como si ellos pudieran explotar para quebrantar los patrones conocidos – en maneras desconocidas.
Los hombres que están dotados creativamente se encuentran ellos mismos en un dilema, ya que su rica y sentida creatividad entra en conflicto directo con sus ideas de virilidad. Las mujeres que poseen características que se conciben como masculinas tienen el mismo problema, por el otro lado.
En tus términos, la psique es un depósito de características que operan unidas, compuesto de elementos femeninos y masculinos. La psique humana contiene patrones tales que pueden juntarse en maneras multitudinarias. Has categorizado las habilidades humanas de tal manera que parece que son hombres y mujeres, o mujeres y hombres primordialmente, y secundariamente personas. Tu personalidad existe primero, sin embargo. Tu individualidad le da sentido a tu sexo, y no lo contrario.

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