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domingo, 19 de abril de 2009

El Mensaje del Maestro 117

Aspectos de la Personalidad Multidimensional, vistos según mi propia Experiencia.
Mi realidad incluye no solamente las entidades reencarnacionales, sino también otros gestalts del ser que no tienen necesariamente alguna conexión física. Lo mismo aplica a quien lee estas líneas. El alma es abierta. No es un sistema psíquico o espiritual cerrado. He intentado demostrarte que el alma no es una cosa separada y aparte de ti. Ella no esta más separada de ti de lo que Dios está. No hay necesidad de crear un dios separado, que existe por fuera de tu universo y separado de ti, ni hay ninguna necesidad de pensar en el alma como una entidad distante. Dios, o Todo Lo Que Existe, es íntimamente una parte tuya. “Su” energía forma tu identidad y tu alma es una parte tuya de la misma manera.
Mis propias personalidades reencarnacionales y seres probables existen dentro de mí ahora, así como yo existo dentro de ellas. Incidentalmente, estoy tan enterado de mis seres probables, como lo estoy de mis existencias reencarnacionales. Tus conceptos del alma son simplemente así de limitados. Realmente no estoy hablando de almas grupales, aunque esta interpretación también puede hacerse.
Cada “parte” del alma contiene el todo, concepto que te sorprenderá. En la medida en que llegas a estar más enterado de tu propia realidad subjetiva, te familiarizarás con las partes más grandes de tu propia alma. Cuando piensas del alma como un sistema cerrado, lo percibes como tal y te cierras al conocimiento de su más grande creatividad y características.
Aunque te parece que las existencias reencarnacionales involucran eventos pasados y futuros, ellas son existencias paralelas o adyacentes a tu propia vida y conciencia actuales. Otros aspectos de tu más grande identidad existen alrededor de ellas.
Las respuestas a la naturaleza de la realidad y el conocimiento intimo de Todo Lo Que Existe que buscas, están dentro de tu experiencia actual. No las encontrarás por fuera de ti mismo, sino a través de un viaje interior dentro de ti mismo, a través de ti mismo y a través del mundo que conoces.
Una vez fui una madre con doce hijos. Ignorante, en términos de educación, muy lejos de ser hermosa, especialmente en los últimos años, con un temperamento salvaje y una voz ronca. Esto fue cerca de Jerusalén en el siglo sexto. Los niños tuvieron muchos padres. Hice lo mejor que pude para cuidar de ellos.
Vivíamos en donde podíamos, acuclillados al pie de las puertas, y finalmente todos mendigando. Sin embargo, en esa existencia, la vida física tuvo un contraste, una agudeza mayor que ninguna otra que hubiera conocido. Un pedazo de pan era mucho más delicioso para mí que la tajada de ponqué bien horneado que había tenido en vidas anteriores.
Cuando mis hijos reían, estaba abrumada por la dicha y, a pesar de nuestras privaciones, cada mañana era una sorpresa triunfante que no hubiéramos muerto en nuestro sueño y que no hubiéramos sucumbido de hambre. Escogí esa vida deliberadamente, así como tu escoges cada una de las tuyas, y lo hice porque mis vidas anteriores me habían dejado demasiado hastiada. Había estado muy cómoda. No me enfoqué con más claridad en las verdaderas y espectaculares delicias y experiencias que la tierra podía ofrecer.
Aunque gritaba a mis hijos y algunas veces gritaba de rabia contra los elementos, estaba sorprendida por la magnificencia de la existencia, habiendo aprendido más acerca de la verdadera espiritualidad de lo que pude aprender jamás como monje. Esto no quiere decir que la pobreza lleve a la verdad, o que el sufrimiento sea bueno para el alma. Muchos de los que compartieron esas experiencias conmigo aprendieron poco. Quiere decir que cada uno escoge aquellas condiciones de vida que tiene para su propósito propio, sabiendo de antemano en donde están sus debilidades y fortalezas.
En el gestalt de mi personalidad, posteriormente viví vidas más ricas, y esa mujer estaba viva en mi de nuevo, así como el niño esta vivo en el adulto, y llena de gratitud al comparar las ultimas circunstancias con las existencias anteriores. Ella me urgió a utilizar mejor mis ventajas.
Así ocurren en ti tus varias existencias reencarnacionales, en gran medida. Utilizando la analogía de la edad adulta de nuevo, es como si el niño dentro de ti es parte de tu propia memoria y experiencia y, sin embargo, en otra manera, te ha dejado, se ha separado de ti, como si fueras solamente un adulto en el que el niño “se ha convertido”. Así las personas que he sido, han seguido su propio camino y, sin embargo, son una parte de mi y yo una parte de ellas.
Es solamente por tus ideas del tiempo y de la conciencia que estas afirmaciones te parecen tan extrañas. Por lo tanto, todas estas conexiones están abiertas y todos los eventos psicológicos afectan a todos los otros.
Toda existencia y toda conciencia están entretejidas. Solamente cuando piensas del alma como una cosa diferente, separada, y por lo tanto cerrada, eres llevado a considerar un dios separado, una personalidad que parece estar separada de la creación.
Todo Lo Que Existe es una parte de la creación, pero es más de lo que es la creación. Hay gestalts piramidales del ser imposibles de describir, cuyo entendimiento incluye el conocimiento y la experiencia de lo que te parece ser un inmenso número de otras realidades. En los términos en los que estoy hablando para tu beneficio, su presente podría, por ejemplo, incluir la vida y la muerte de tu planeta en un momento de su “tiempo”. Estas mezclas de realidad y experiencia, estos mensajes de un sistema al otro, ocurren continuamente de varias maneras, surgiendo en tu mundo en una forma o en otra como inspiración de muchos tipos. Eres ayudado, en otras palabras.
Sin embargo, también estás utilizando tus propias habilidades, ya que tus propias características determinan en gran medida la cantidad de ayuda que recibes.
Tales contactos y conocimiento están disponibles para cada individuo. Todo Lo Que Existe le habla a todas sus partes, no con sonidos, trompetas y fanfarria desde afuera, sino que comunica su mensaje a través del alma viviente de cada conciencia.

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