Por un lado, soñar por parte de los animales – y de los hombres en particular – involucra no solamente un proceso de información, sino acopio de información. El sueño evita que la vida se vuelva cerrada, abriendo fuentes de información no disponibles prácticamente en el estado de vigilia, y proporcionando retroalimentación de otros mundos distintos al convencional. La información obtenida a través del procedimiento de aprendizaje y experiencia de vigilia es comprobada en el sueño, y solamente contra la experiencia física, pero también es procesada de acuerdo con esa información “biológica” y “espiritual.” Nuevamente, esa información es adquirida a medida que la conciencia del sueño misma se dispersa, en una manera de decirlo, y se funde con otras conciencias propias y de otras especies, mientras todavía retiene su identidad total. Estas otras conciencias se dispersan de una manera parecida.
De ese modo cada individuo mantiene un cuadro del siempre cambiante entorno colectivo físico y psicológico. Los eventos físicos, tal como los comprendes, no podrían existir de otra manera. Básicamente, información es experiencia. En los sueños alcanzas la información necesaria para formar tus vidas. Ese estado de sueño, por consiguiente, no es simplemente el otro lado de tu conciencia, sino que hace posible tu vida y tu cultura de vigilia.
La muerte opera del mismo modo. Los animales en particular se dan cuenta de esto porque organizan el tiempo de manera diferente que tú. El sueño proporciona todas las condiciones de la vida y de la muerte, por lo tanto, – un hecho que atemoriza al ser de vigilia. Sin embargo, aquí está una mezcla creativa: las organizaciones perceptivas de las que surge la prosaicamente sintonizada vida consciente. Aquí está la materia prima para todos los eventos diarios que reconoces privadamente y a escala mundial.
En la naturaleza nada se desperdicia, así que el lujoso crecimiento de los paisajes del sueño del hombre también son utilizados. Si estos son o no realizados, ellos tienen su propia realidad. Tus propias personalidades son hasta cierto punto el resultado de tu experiencia de vigilia. Sin embargo, ellas también se forman igualmente por tu experiencia del sueño, por el aprendizaje, por el conocimiento y los encuentros que ocurren cuando muchos te dirían que estás más allá de una percepción `legítima. Los sueños están entonces profundamente involucrados en el proceso de aprendizaje. Los sueños de caminar o correr ocurren en los infantes mucho antes de que gateen, y sirven como impulsos.
En forma rudimentaria, los sueños de los niños también involucran conceptos matemáticos, así que la formación matemática formal ya cae en campo fértil. Las artes, las ciencias, la agricultura – todas estas reflejan los contornos y tendencias naturales inherentes a la mente del hombre, como atributos generales, más bien que específicos, que surgen primero en el estado del sueño, y enseguida destellando tendencias intelectuales especializadas en el estado de vigilia.
Las ciudades, por lo tanto, existían en los sueños antes del tiempo de las tribus. El estado del sueño proporciona el impulso para el crecimiento, y abre para la conciencia sintonizada terrenalmente avenidas de información para su supervivencia física.
Por lo que ese estado está conectado también con la vida de vigilia, tú también llevas dentro de él muchos de los elementos de tu existencia diaria, de tal manera que tus sueños recordados son emitidos en términos bastante convencionales. Como norma, recuerdas la apariencia exterior de los sueños, o lo que ellos se tornan, a medida que te aproximas a tu nivel de conciencia usual. En el estado del sueño estás básicamente enterado de tantas facetas de un evento, que muchos de ellos necesariamente deben escapar a tu memoria de vigilia. Sin embargo, cualquier educación real debe tomar en consideración los procesos de aprendizaje dentro de los sueños, y nadie puede esperar vislumbrar la naturaleza de la psique sin estimular la experiencia del sueño, sin recordar, y sin el uso creativo de la educación del sueño en la vida de vigilia.
En la realidad de vigilia obviamente compartes una experiencia masiva mundial, así como el entorno físico mundial.
Nuevamente, los eventos que percibes vienen empacados en secuencias de tiempo, así que estás acostumbrado a cierto tipo de orden de antes-y-después. Cuando construyes estructuras físicas, amontonas ladrillo sobre ladrillo. Puede parecer que los eventos psicológicos tienen el mismo tipo de estructura, ya que, después de todo, tú los percibes en el tiempo.
Cuando preguntas: ¿”Cómo se forman los eventos?” más o menos esperas una respuesta redactada en esos términos. La respuesta no es tan simple. El origen de los eventos reside en aquel creativo reino subjetivo del ser con el que usualmente estás menos preocupado. Este estado del sueño proporciona una red interior de comunicación que, a su manera, sobrepasa de lejos tus comunicaciones tecnológicas. Esta red interior se entiende con otro tipo de organización perceptiva totalmente. Una rosa es una rosa es una rosa. En el estado del sueño, sin embargo, una rosa puede ser una naranja, una canción, una tumba, o un niño también, y ser cada una de ellas igualmente.
En los sueños te entiendes con símbolos, por supuesto. Sin embargo, los símbolos son simplemente ejemplos de otros tipos de eventos bastante “objetivos.” Ellos son eventos que son lo que parecen ser, y son igualmente eventos que no se muestran “inmediatamente.” Un así llamado evento, por lo tanto, puede ser el contenedor de muchos otros, mientras que solo percibes su cara exterior – y llamas esa cara un símbolo.
Los otros eventos dentro del símbolo son tan legítimos como el evento que percibes.
Básicamente, los eventos no se construyen uno sobre el otro. Se expanden sobre cada uno de los otros en un tipo de expansión creativa, en una profusión de creatividad, mientras la mente consciente escoge cuales aspectos experimentar – y esos aspectos se vuelven entonces lo que llamas un evento objetivo.
De ese modo cada individuo mantiene un cuadro del siempre cambiante entorno colectivo físico y psicológico. Los eventos físicos, tal como los comprendes, no podrían existir de otra manera. Básicamente, información es experiencia. En los sueños alcanzas la información necesaria para formar tus vidas. Ese estado de sueño, por consiguiente, no es simplemente el otro lado de tu conciencia, sino que hace posible tu vida y tu cultura de vigilia.
La muerte opera del mismo modo. Los animales en particular se dan cuenta de esto porque organizan el tiempo de manera diferente que tú. El sueño proporciona todas las condiciones de la vida y de la muerte, por lo tanto, – un hecho que atemoriza al ser de vigilia. Sin embargo, aquí está una mezcla creativa: las organizaciones perceptivas de las que surge la prosaicamente sintonizada vida consciente. Aquí está la materia prima para todos los eventos diarios que reconoces privadamente y a escala mundial.
En la naturaleza nada se desperdicia, así que el lujoso crecimiento de los paisajes del sueño del hombre también son utilizados. Si estos son o no realizados, ellos tienen su propia realidad. Tus propias personalidades son hasta cierto punto el resultado de tu experiencia de vigilia. Sin embargo, ellas también se forman igualmente por tu experiencia del sueño, por el aprendizaje, por el conocimiento y los encuentros que ocurren cuando muchos te dirían que estás más allá de una percepción `legítima. Los sueños están entonces profundamente involucrados en el proceso de aprendizaje. Los sueños de caminar o correr ocurren en los infantes mucho antes de que gateen, y sirven como impulsos.
En forma rudimentaria, los sueños de los niños también involucran conceptos matemáticos, así que la formación matemática formal ya cae en campo fértil. Las artes, las ciencias, la agricultura – todas estas reflejan los contornos y tendencias naturales inherentes a la mente del hombre, como atributos generales, más bien que específicos, que surgen primero en el estado del sueño, y enseguida destellando tendencias intelectuales especializadas en el estado de vigilia.
Las ciudades, por lo tanto, existían en los sueños antes del tiempo de las tribus. El estado del sueño proporciona el impulso para el crecimiento, y abre para la conciencia sintonizada terrenalmente avenidas de información para su supervivencia física.
Por lo que ese estado está conectado también con la vida de vigilia, tú también llevas dentro de él muchos de los elementos de tu existencia diaria, de tal manera que tus sueños recordados son emitidos en términos bastante convencionales. Como norma, recuerdas la apariencia exterior de los sueños, o lo que ellos se tornan, a medida que te aproximas a tu nivel de conciencia usual. En el estado del sueño estás básicamente enterado de tantas facetas de un evento, que muchos de ellos necesariamente deben escapar a tu memoria de vigilia. Sin embargo, cualquier educación real debe tomar en consideración los procesos de aprendizaje dentro de los sueños, y nadie puede esperar vislumbrar la naturaleza de la psique sin estimular la experiencia del sueño, sin recordar, y sin el uso creativo de la educación del sueño en la vida de vigilia.
En la realidad de vigilia obviamente compartes una experiencia masiva mundial, así como el entorno físico mundial.
Nuevamente, los eventos que percibes vienen empacados en secuencias de tiempo, así que estás acostumbrado a cierto tipo de orden de antes-y-después. Cuando construyes estructuras físicas, amontonas ladrillo sobre ladrillo. Puede parecer que los eventos psicológicos tienen el mismo tipo de estructura, ya que, después de todo, tú los percibes en el tiempo.
Cuando preguntas: ¿”Cómo se forman los eventos?” más o menos esperas una respuesta redactada en esos términos. La respuesta no es tan simple. El origen de los eventos reside en aquel creativo reino subjetivo del ser con el que usualmente estás menos preocupado. Este estado del sueño proporciona una red interior de comunicación que, a su manera, sobrepasa de lejos tus comunicaciones tecnológicas. Esta red interior se entiende con otro tipo de organización perceptiva totalmente. Una rosa es una rosa es una rosa. En el estado del sueño, sin embargo, una rosa puede ser una naranja, una canción, una tumba, o un niño también, y ser cada una de ellas igualmente.
En los sueños te entiendes con símbolos, por supuesto. Sin embargo, los símbolos son simplemente ejemplos de otros tipos de eventos bastante “objetivos.” Ellos son eventos que son lo que parecen ser, y son igualmente eventos que no se muestran “inmediatamente.” Un así llamado evento, por lo tanto, puede ser el contenedor de muchos otros, mientras que solo percibes su cara exterior – y llamas esa cara un símbolo.
Los otros eventos dentro del símbolo son tan legítimos como el evento que percibes.
Básicamente, los eventos no se construyen uno sobre el otro. Se expanden sobre cada uno de los otros en un tipo de expansión creativa, en una profusión de creatividad, mientras la mente consciente escoge cuales aspectos experimentar – y esos aspectos se vuelven entonces lo que llamas un evento objetivo.
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