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lunes, 2 de noviembre de 2009

El Bien y El Mal, Las Creencias Personales y Colectivas, y Sus Efectos Sobre Tu Experiencia Privada y Social 3

Tus creencias acerca de la edad, como todo lo demás, formará tu experiencia, y tus creencias colectivas afectarán tu civilización. Con los conceptos corrientes sostenidos por tu sociedad, hombres y mujeres le temen a la vejez desde el tiempo de la juventud. Si la edad adulta joven es considerada el epítome de la vida, de la bienaventuranza y del éxito, la vejez es vista como lo opuesto – un tiempo de fracaso y decadencia.
Algo de esto tiene que ver con las ideas distorsionadas de las mentes consciente e inconsciente, usando ahora tus términos. Hablando generalmente, en la sociedad Occidental la mente consciente se ve como entrando en lo propio en la adultez temprana, a medida que el ser se levanta del lecho de la niñez inconsciente hacia el interior de su conocimiento y diferenciación críticos. La apreciación de las distinciones y las diferencias es considerada una de las mayores características de la conciencia, y así esos aspectos de ella son evaluados.
Por otra parte, igualmente se pasa por alto la significativa asimilación, combinación y correlación características de la conciencia. En círculos académicos, y en muchos que no son académicos en absoluto, el intelecto es equiparado solamente con las facultades criticas, y así entre más diagnosticas más intelectual eres considerado.
Durante los años de adultez Occidentales la conciencia se enfoca más atentamente en un área específica de actividad y manipulación física. Desde la niñez la mente es entrenada para utilizar sus cualidades de controvertir y separar, por encima de todas las otras. A la creatividad se le permite fluir solo a través de ciertos canales altamente limitados y aceptados.
Cuando un individuo se vuelve más viejo – y cuando se jubila, por ejemplo – el enfoque para ese tipo de concentración en particular no está por más tiempo disponible inmediatamente. La mente llega a ser más ella misma realmente, más libre para utilizar más de sus habilidades, se le permite desviarse de áreas restrictivas, para asimilar, reconocer y crear.
Precisamente en este tiempo al individuo se le dice tener cuidado con cualquiera de esos desvíos y considerar ese tipo de comportamiento como síntoma de deterioro mental. Aquellos que siguen creencias colectivas encontrarán que la propia imagen de sí mismos ha cambiado. Temen que su misma edad, o su existencia en el tiempo, los ha traicionado. Se ven a sí mismos como restos, como débiles vestigios de mejores seres, y en su propio sistema de juicio de valores se condenan a sí mismos por el mismo hecho de su existencia continuada en el tiempo. Si alguna vez lo hicieron, nunca más confiarán en la integridad de sus cuerpos. Empezarán a actuar en el drama con un libreto escrito por otros – a lo cual ellos han accedido.
Puede no parecer que haya alguna conexión entre esa situación y tus creencias que involucran color, y sin embargo las dos están íntimamente asociadas.
Equiparas el color blanco con una conciencia brillante, con el bien y con la juventud; y el color negro con el inconsciente, con la vejez y con la muerte.
En este sistema de valores las razas negras son temidas, como, básicamente, son temidos los viejos. Los negros son considerados primitivos. A ellos se les asignan habilidades musicales creativas, por ejemplo, pero por largo tiempo estas fueron actividades “subterráneas”. Ellos le dieron nacimiento a producciones musicales aceptables, pero ellos mismos no eran admitidos en las salas de concierto de una nación respetable.
En tu sociedad por consiguiente la raza negra ha representado lo que concibes como caótico, primitivo, espontáneo, salvaje, las partes inconscientes del ser y el lado inferior del “ciudadano apropiado”.
Los negros estaban para ser oprimidos entonces, por una parte, y sin embargo tratados indulgentemente como niños, por la otra. Había siempre un gran temor de que los negros como raza se escaparían de sus límites – si se les daba una pulgada, ellos tomarían la yarda – simplemente porque los blancos temían tan grandemente la naturaleza del ser interior, y reconocían el poder que estaban tratando tan desesperadamente de estrangular dentro de ellos mismos.
Las naciones, como los individuos, pueden a veces tener personalidades divididas. Así que había un toma y dame involucrado en el que los negros expresaban ciertas tendencias por el país como un todo, mientras los blancos expresaban otras características.
Ambos grupos aceptaron sus propios roles. En términos más amplios, por supuesto, cada uno ha pertenecido a otras razas en otros tiempos y otros lugares; o para ser más exacto, en existencias simultaneas un grupo representa el rol del otro.
Aplicado a la vejez, el color negro denota un regreso a esas fuerzas inconscientes. Ahora bien, todo esto hasta ahora es desde el punto de vista de las creencias Americanas y Occidentales. Es simplemente la realidad en que muchos están involucrados. En otros sistemas “subterráneos” de creencias, sin embargo, el negro es visto como símbolo de gran conocimiento, poder y fortaleza. Cuando esto se lleva al extremo, terminarás en cultos diabólicos, en los que poderes de creatividad y exhuberancia pobremente entendidos salen precipitadamente en forma distorsionada; los lados inferiores de la conciencia son entonces glorificados a expensas de otros valores blancos, “conscientes y objetivos”.
No obstante, en ambos sistemas al viejo se le niega su poder único, su fortaleza y sabiduría, y por lo tanto la civilización es asaltada, al igual que el individuo dentro de ella.

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