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sábado, 10 de enero de 2009

El Mensaje del Maestro 67

Masculino y Femenino dentro del Ser. El "anima" y el "animus".
Como lo he mencionado antes, cada persona vive vidas masculinas y femeninas. Como norma, no se retiene el recuerdo consciente de esto. Para impedir una identificación exagerada del individuo con su sexo actual, dentro del hombre se encuentra una personificación interior de la feminidad. Esta personificación de la feminidad en el hombre es el verdadero significado de lo que Jung llamó el “anima”.
El ánima en el hombre es la memoria y la identificación psíquicas de todas las previas existencias femeninas con las que el ser interior ha estado involucrado. Contiene dentro de si el conocimiento de las historias femeninas pasadas del hombre actual y la comprensión intuitiva de todas las cualidades femeninas con las que la personalidad está dotada innatamente.
Por consiguiente, el ánima es una importante salvaguardia que impide que el hombre se identifique demasiado con cualquiera de las características culturales masculinas que le han sido impuestas por su formación, entorno y educación actuales. El ánima sirve no solo como una influencia personal, sino también como una influencia colectiva civilizadora, suavizando las fuertes tendencias agresivas y sirviendo también como un puente en la comunicación con las mujeres en la relación familiar y en la comunicación tal como es aplicada a través de las artes y la verbalizacion.
El hombre soñará con frecuencia siendo mujer. La manera particular en que lo hace, le puede decir mucho acerca de su propia trayectoria reencarnacional en la que operaba como mujer. La masculinidad y la feminidad obviamente no son opuestos, sino tendencias unificadoras. La sacerdotisa, la madre, la joven bruja, la esposa y la anciana sabia, son tipos generales o arquetipos, simplemente porque son elementos raizales que representan, simbólicamente, los diferentes tipos de las llamadas cualidades femeninas y los diferentes tipos de vidas femeninas que han sido vividas por hombres.
También han sido vividas por mujeres, por supuesto. Sin embargo, a las mujeres no es necesario recordarles su feminidad, pero de nuevo, para que no se identifiquen demasiado con su sexo actual, hay lo que Jung llamó el “animus”, u hombre oculto dentro de la mujer.
Nuevamente, esto representa las vidas masculinas con las que el ser se ha involucrado, el joven, el sacerdote, el agresivo hombre de la selva y el anciano sabio. Estos son tipos que representan de manera general y simbólica las pasadas vidas masculinas de las mujeres actuales. Las mujeres, por lo tanto, pueden aprender mucho de su pasado reencarnacional como hombres, estudiando esos sueños en los que aparecen estos tipos, o en los cuales ellas mismas aparecen como hombres.
Por medio del ánima y el animus, así llamados, la personalidad actual está en capacidad de adquirir el conocimiento, las intuiciones y la trayectoria que tuvieron su origen en existencias pasadas como sexo opuesto. En algunas ocasiones, por ejemplo, la mujer puede sobrepasarse y exagerar las características femeninas, caso en el cual el animus, u hombre dentro de ella, viene en su ayuda trayéndole por medio de las experiencias del sueño una avalancha de conocimientos que tendrán como resultado reacciones parecidas a las masculinas.
Lo mismo aplica a un hombre cuando se identifica en exceso con lo que cree son características masculinas, por la razón que sea. El ánima, o mujer interior, lo impulsará a ejecutar acciones compensatorias, causando una oleada de habilidades intuitivas y atrayendo un elemento creativo para compensar la agresividad.
El animus y el anima están muy cargados psicológicamente, pero el origen de esta carga psíquica y la fascinación interior, son el resultado de una identificación interior bastante legítima con estas características personificadas del otro sexo.
No solamente tienen una realidad en la psique, sin embargo, sino que están incrustadas en la información genéticamente codificada por el ser interior - una memoria genética de eventos psíquicos pasados - transpuesta dentro de la memoria genética de las mismas células que componen el cuerpo.
Cada ser interior que adopta un nuevo cuerpo impone sobre él, y sobre la totalidad de su caracterización genética, el recuerdo de sus formas físicas pasadas con las que ha estado involucrado. Las características actuales ensombrecen las pasadas. Las características actuales son dominantes, pero las otras características están latentes y presentes, incorporadas dentro del patrón. El patrón físico del cuerpo actual es una memoria genética de las formas físicas pasadas del ser y de sus fortalezas y debilidades.
Trataré de poner esto tan simple como sea posible. En la actualidad hay capas invisibles dentro del cuerpo, siendo la capa superior la que representa la forma física actual, pero entrelazadas dentro de ésta, hay lo que serian capas invisibles, sombras, capas latentes, que representan las imágenes físicas previas que han pertenecido a la personalidad. Ellas están en suspenso, por así decirlo. Están conectadas electromagnéticamente a la estructura atómica del cuerpo actual. Para tu manera de pensar, ellas estarían desenfocadas. Sin embargo, son parte de tu herencia psíquica. Con frecuencia puedes recordar y utilizar la fortaleza pasada de un cuerpo previo para ayudarte a compensar una debilidad actual. El cuerpo no solo lleva biológicamente la memoria de sus condiciones pasadas en esta vida, sino que indeleblemente dentro de él, aun físicamente, están los recuerdos de otros cuerpos que la personalidad ha formado en reencarnaciones previas.
El ánima y el animus están conectados estrechamente con estas imágenes corporales internas. Estas imágenes corporales están muy cargadas psíquicamente y aparecen también en el estado del sueño. Ellas operan como compensaciones y como recordatorios, para prevenirte de una excesiva identificación con tu cuerpo físico actual.
Ellas son, por supuesto, masculinas y femeninas. Cuando estás enfermo, en el estado del sueño tienes con frecuencia experiencias en las que pareces ser alguien más, con un cuerpo totalmente saludable. A menudo, este sueño es terapéutico. Un cuerpo reencarnacional “más viejo” ha venido en tu ayuda, y del cual obtienes fortaleza por el recuerdo de su salud.

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