La realidad desconocida, el hombre probable, el giro de los electrones y el diseño original de la realidad, están todos íntimamente relacionados. La relación que existe entre todos estos fenómenos crea, toca o cambia nuestra vida diaria personal. También afectan masivamente nuestro mundo. Tenemos libre albedrío y, en cierta forma, puede decirse que este depende de la naturaleza de las probabilidades y del comportamiento multidimensional de los electrones.
Lo impredecible no significa caos. El orden surge de los elementos creativos de lo impredecible. El comportamiento de cualquier objeto en nuestro universo es “predecible”, solamente porque nos concentramos en una pequeña parte de su realidad. Lo impredecible asegura la calidad de único y es lo opuesto al movimiento predeterminado. El registro de la actividad física que reconocemos, surge de una dimensión impredecible y desconocida, en la cual las probabilidades tienen total libertad.
Se deben entender las implicaciones prácticas de esto: Ninguna ruta o curso que se tome es irrevocable y el cambio siempre será posible. Dentro de la estructura limitada de nuestras actividades comunes, es posible hacer las llamadas “predicciones”. Ellas funcionarán hasta cierto grado. Sin embargo, en términos más profundos, ninguna acción es inmodificable. La realidad desconocida es el origen de la realidad conocida. Si queremos “descubrir” como funcionan las cosas, nuestra jornada nos debe conducir, eventualmente, hacia dimensiones que están al interior del mundo que conocemos.
Debemos explorar la psique, la conciencia viviente. Ella nos conducirá a ese lugar interior. Este es un procedimiento muy práctico en todas las áreas. El estudio de estos procedimientos ampliará de tal manera los conceptos, que la amada tecnología seguirá los contornos de la mente, elevará las habilidades humanas y hará más fácil la consecución de sus metas.
La Medicina alentará los procesos curativos, en la medida que comprenda mejor las necesidades emocionales de la psique. El estado del sueño se verá como una fuente inagotable de información. Nos debemos esforzar en entender e interpretar el simbolismo privado, para que a todos los individuos dentro de una sociedad se les pueda enseñar a sacar ventaja de su información interior, a enriquecer su vida personal y a ayudar a la comunidad.
Estamos sugiriendo una situación en la que políticos y estadistas pueden aprender a “soñar sabiamente”, para enterarse de la psique masiva de la gente y para que puedan sintonizarse con un “oráculo privado”.Toda esta exposición va a sonar poco científica para muchos, ya que es una versión diferente de la naturaleza de la ciencia.
Veamos qué significa el “oráculo privado” y que tiene que ver con la realidad desconocida. Más aún, qué tiene que ver con el mundo práctico.
El oráculo privado es la voz del ser multidimensional interior. Es la parte del ser que no puede integrarse en su totalidad dentro de la personalidad. Es la parte desconocida de la estructura del ser, de la cual surge la personalidad física. Esa parte de la psique es la que está por fuera del espacio y el tiempo, mientras nos permite operar en ellos. Se encarga de manejar probabilidades, que son la fuente de toda acción predecible. Por su posición, dispone de grandes poderes de comunicación, tanto para recibir como para enviar.
La forma como la ciencia se ha desarrollado en nuestro tiempo, ha dado como resultado la desconfianza del individuo, al que, subjetivamente, se le ha impuesto un sentimiento de impotencia, mientras que, objetivamente, tiene la sensación de poder.
Algunas técnicas sofisticadas nos permiten decir que las condiciones están dadas para que se produzca un tornado. Entonces tendremos una vigilancia del tornado. Algunos instrumentos nos indican pequeños temblores y, de acuerdo con las “fallas geológicas”, “predecimos” que un terremoto se presentará en determinada área. Así parece que tenemos cierto grado de poder sobre el entorno. Cada persona se alista para el desastre potencial. Parece que podemos sembrar las nubes con químicos para atraer la lluvia, cuando se necesita, y de esa manera tener poder sobre el entorno. Creemos que necesitamos cierta parafernalia científica para lograr todos estos fines. Sin embargo, muchos animales se enteran de esos fenómenos sin instrumentos. La humanidad está equipada de manera innata para “prever” los mismos desastres potenciales.
El organismo físico está bien equipado para el efecto. En poblaciones completas se eleva la presión de la sangre y se activan señales de estrés con el nivel de hormonas, pero no hemos aprendido a reconocer estos signos de la naturaleza. Los seres humanos somos tan naturales como los animales y estamos tan sintonizados con los ritmos profundos de la tierra como ellos. Algunos de esos signos los percibimos conscientemente y otros los percibe la conciencia del cuerpo.
La sugerencia es que debemos ser más naturales. Como la ciencia ha puesto barreras efectivas contra estos métodos de aproximación a la naturaleza, el poder parece estar en los instrumentos y no en el hombre. Ahora el hombre no se identifica con la tormenta, ha perdido la sensación de afinidad con ella y su poder natural sobre este fenómeno físico.
Si queremos entender “La Realidad Desconocida”, “La Realidad Conocida” y enterarnos del “Diseño Original del Universo Físico”, es necesario entrenarnos como “Científicos del Arte de Ensoñar”, como “Verdaderos Físicos Mentales” y como “Médicos Completos”.
Lo impredecible no significa caos. El orden surge de los elementos creativos de lo impredecible. El comportamiento de cualquier objeto en nuestro universo es “predecible”, solamente porque nos concentramos en una pequeña parte de su realidad. Lo impredecible asegura la calidad de único y es lo opuesto al movimiento predeterminado. El registro de la actividad física que reconocemos, surge de una dimensión impredecible y desconocida, en la cual las probabilidades tienen total libertad.
Se deben entender las implicaciones prácticas de esto: Ninguna ruta o curso que se tome es irrevocable y el cambio siempre será posible. Dentro de la estructura limitada de nuestras actividades comunes, es posible hacer las llamadas “predicciones”. Ellas funcionarán hasta cierto grado. Sin embargo, en términos más profundos, ninguna acción es inmodificable. La realidad desconocida es el origen de la realidad conocida. Si queremos “descubrir” como funcionan las cosas, nuestra jornada nos debe conducir, eventualmente, hacia dimensiones que están al interior del mundo que conocemos.
Debemos explorar la psique, la conciencia viviente. Ella nos conducirá a ese lugar interior. Este es un procedimiento muy práctico en todas las áreas. El estudio de estos procedimientos ampliará de tal manera los conceptos, que la amada tecnología seguirá los contornos de la mente, elevará las habilidades humanas y hará más fácil la consecución de sus metas.
La Medicina alentará los procesos curativos, en la medida que comprenda mejor las necesidades emocionales de la psique. El estado del sueño se verá como una fuente inagotable de información. Nos debemos esforzar en entender e interpretar el simbolismo privado, para que a todos los individuos dentro de una sociedad se les pueda enseñar a sacar ventaja de su información interior, a enriquecer su vida personal y a ayudar a la comunidad.
Estamos sugiriendo una situación en la que políticos y estadistas pueden aprender a “soñar sabiamente”, para enterarse de la psique masiva de la gente y para que puedan sintonizarse con un “oráculo privado”.Toda esta exposición va a sonar poco científica para muchos, ya que es una versión diferente de la naturaleza de la ciencia.
Veamos qué significa el “oráculo privado” y que tiene que ver con la realidad desconocida. Más aún, qué tiene que ver con el mundo práctico.
El oráculo privado es la voz del ser multidimensional interior. Es la parte del ser que no puede integrarse en su totalidad dentro de la personalidad. Es la parte desconocida de la estructura del ser, de la cual surge la personalidad física. Esa parte de la psique es la que está por fuera del espacio y el tiempo, mientras nos permite operar en ellos. Se encarga de manejar probabilidades, que son la fuente de toda acción predecible. Por su posición, dispone de grandes poderes de comunicación, tanto para recibir como para enviar.
La forma como la ciencia se ha desarrollado en nuestro tiempo, ha dado como resultado la desconfianza del individuo, al que, subjetivamente, se le ha impuesto un sentimiento de impotencia, mientras que, objetivamente, tiene la sensación de poder.
Algunas técnicas sofisticadas nos permiten decir que las condiciones están dadas para que se produzca un tornado. Entonces tendremos una vigilancia del tornado. Algunos instrumentos nos indican pequeños temblores y, de acuerdo con las “fallas geológicas”, “predecimos” que un terremoto se presentará en determinada área. Así parece que tenemos cierto grado de poder sobre el entorno. Cada persona se alista para el desastre potencial. Parece que podemos sembrar las nubes con químicos para atraer la lluvia, cuando se necesita, y de esa manera tener poder sobre el entorno. Creemos que necesitamos cierta parafernalia científica para lograr todos estos fines. Sin embargo, muchos animales se enteran de esos fenómenos sin instrumentos. La humanidad está equipada de manera innata para “prever” los mismos desastres potenciales.
El organismo físico está bien equipado para el efecto. En poblaciones completas se eleva la presión de la sangre y se activan señales de estrés con el nivel de hormonas, pero no hemos aprendido a reconocer estos signos de la naturaleza. Los seres humanos somos tan naturales como los animales y estamos tan sintonizados con los ritmos profundos de la tierra como ellos. Algunos de esos signos los percibimos conscientemente y otros los percibe la conciencia del cuerpo.
La sugerencia es que debemos ser más naturales. Como la ciencia ha puesto barreras efectivas contra estos métodos de aproximación a la naturaleza, el poder parece estar en los instrumentos y no en el hombre. Ahora el hombre no se identifica con la tormenta, ha perdido la sensación de afinidad con ella y su poder natural sobre este fenómeno físico.
Si queremos entender “La Realidad Desconocida”, “La Realidad Conocida” y enterarnos del “Diseño Original del Universo Físico”, es necesario entrenarnos como “Científicos del Arte de Ensoñar”, como “Verdaderos Físicos Mentales” y como “Médicos Completos”.
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