Datos personales

martes, 14 de junio de 2011

La Realidad Desconocida 71

La realidad desconocida parece ser invisible solamente porque ustedes no la aceptan en su primera serie de eventos.

Es como si se hubiesen entrenado a si mismos para responder a las luces rojas e ignorar las verdes, por ejemplo – o como si leyeran solamente cada tercera o cuarta línea en cada pagina de un libro.

Ustedes atienden asuntos que parecen tener un valor práctico. Bien sea que comprendan o no lo que es el espacio, se mueven a través de él fácilmente. No calculan cuantos pasos les toma atravesar un cuarto, por ejemplo. No necesitan comprender las propiedades del espacio en términos científicos, con el fin de utilizarlo muy bien. Se ven a si mismos operar en el espacio, sin embargo; hasta ese punto, es una cualidad conocida, evidente para los sentidos. La locomoción práctica está involucrada con ella, así que la reconoces. Sus propiedades misteriosas, o menos conocidas, escasamente les preocupa.

Ahora bien, te mueves a través de probabilidades, en gran parte de la misma manera en que navegas en el espacio. Así como no te molestas conscientemente con todos los cálculos necesarios en el proceso de caminar por la calle, así mismo ignoras también los mecanismos que implican movimientos a través de realidades probables. Manipulas a través de probabilidades tan suavemente, de hecho, y con tanta finura, que rara vez te captas a ti mismo en el acto de cambiar tu curso de una probabilidad a otra.

Tomemos una acción muy simple: Estás en una esquina, preguntándote cual dirección tomar. Hay cuatro calles implicadas. Brevemente consideras las calles Uno y Dos; sin embargo, más bien rápidamente te decides en contra de ellas. Permaneces por un tiempo más, mirando hacia la calle Tres, tomando en consideración el área visual. Estás algo atraído, y te imaginas tomando ese curso. Tu imaginación te sitúa allí momentáneamente. La información interior es despertada inmediatamente por medio de una asociación consciente e inconsciente. Quizá estás consciente de unos pocos recuerdos que tenuemente llegan a la mente. Una casa podría recordarte un pariente que vivió hace años. Un árbol podría ser reminiscente de uno que creció en tu hogar familiar. Pero en ese instante ocurren cálculos internos, a medida que consideras tomar una simple decisión, y el área inmediata es chequeada contra todas las partes de tu conocimiento.

Entonces miras hacia la calle Cuatro: El mismo proceso ocurre de nuevo. Esta área también llama tu atención. Al mismo tiempo, casi igualmente mantienes en tu mente la imagen de la calle Tres, ya que las puedes ver a las dos al tiempo desde esta intersección.

Digamos que estás casi igualmente atraído hacia los dos cursos. Te balanceas entre probabilidades, teniendo el poder completo para escoger una calle o la otra como experiencia física. Si tuvieras que permanecer allí y escribir todos los pensamientos y asociaciones conectadas con cada curso de acción antes de tomar tu decisión, podrías no cruzar nunca la intersección, para empezar. Podrías ser golpeado por un automóvil mientras permanecías allí, perdido en tus reflexiones.

De la misma manera, te tomaría algún tiempo incluso caminar de una mesa a una silla, si tuvieras que estar conscientemente enterado de todos los nervios y músculos que deberían ser activados primero. Sin embargo, mientras permaneces igualmente atraído por las calles Tres y Cuatro, entonces envías energía psíquica y mental en esas direcciones.

Las asociaciones pasadas se mezclan con la realidad presente y forman un patrón. Mentalmente, una parte tuya realmente se pone en marcha sobre cada calle – una imagen mental proyectada. A medida que permaneces ahí, en este caso dos de tales imágenes proyectadas salen hacia las calles Tres y Cuatro. Hasta cierto punto, estas imágenes experimentan “lo que sucederá” si tú mismo tomas una dirección u otra. La información te es regresada instantáneamente, y tomas tu decisión como corresponde. Digamos que escoges la calle Cuatro. Físicamente, empiezas a caminar en esa dirección. La calle Cuatro se convierte en tu realidad física. Aceptas esa experiencia como tu principal secuencia de eventos. Sin embargo, ya has enviado una imagen mental energizada de ti mismo hacia la Calle Tres, y no puedes retirar esa energía.

La parte tuya que fue atraída hacia esa ruta, continua recorriéndola. En el punto de decisión, esta personalidad alterna hizo una conclusión diferente: la de experimentar la Calle Tres como realidad física. La personalidad, tal como la concibes, renace literalmente en cada instante, siguiendo un número infinito de eventos, de una serie oficial de eventos que reconoces en un determinado “tiempo.”

Hay algo sumamente importante aquí concerniente a tu civilización tecnológica: A medida que tu mundo se vuelve más complicado, en esos términos, ustedes incrementan el número de acciones probables disponibles prácticamente. El número de decisiones se multiplica. Se pueden mover físicamente de un lugar del planeta a otro con relativa facilidad. Hace siglos, la gente ordinaria no tenía esa oportunidad de viajar de un país a otro con tal rapidez. A medida que el espacio se vuelve “más pequeño,” sus probabilidades crecen en complejidad. La conciencia maneja mucha más información del espacio ahora. Mirando la televisión están más enterados de los eventos que ocurren en el otro lado de la tierra, así que la conciencia se vuelve necesariamente menos parroquial. A medida que esto ha ocurrido, la totalidad del asunto de las probabilidades ha empezado a asumir un molde más práctico.

Las civilizaciones están bloqueadas la una dentro de la otra. Los políticos tratan de predecir lo que otros gobiernos harán. Ordinariamente, la gente trata de predecir lo que sus gobiernos podrían hacer.

No hay comentarios: