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miércoles, 12 de septiembre de 2007

La Estructura 1 dentro de la Estructura 2

Hasta ahora hemos venido hablando de las Estructuras 1 y 2 como dos estructuras separadas, para facilitar su comprensión. En realidad, las dos están mezcladas, ya que la existencia de la Estructura 1 está inmersa en la Estructura 2. Nuestro cuerpo se regenera constantemente en la Estructura 1, como consecuencia de su realidad simultánea en la Estructura 2. La Estructura 2 siempre busca exteriorizarse, apareciendo en nuestra experiencia como la Estructura 1. Nos concentramos tan completamente en la realidad exterior, que ignoramos las fuentes más profundas de nuestra existencia física. Como resultado, solo empleamos métodos de división y categorización y nos olvidamos de las organizaciones asociativas, aunque las usamos constantemente en nuestros más íntimos procesos mentales.
Es necesario comprender que la Estructura 2 es una versión invisible del universo físico y que, sin embargo, es mucho más que eso, porque contiene dentro de ella variaciones probables de ese universo, desde variaciones a escala cósmica, hasta las versiones probables de un evento nimio, en un día determinado. Nuestro cuerpo también tiene una contraparte invisible en la Estructura 2. Durante la vida, esa contraparte está tan conectada con los tejidos físicos, que puede ser engañoso decir que los dos cuerpos, el visible y el invisible, están separados. De la misma manera como nuestros pensamientos tienen una realidad en la Estructura 2, utilizando una analogía para comprender, podríamos decir que los pensamientos son allí el equivalente de los objetos, ya que en la Estructura 2 los pensamientos y los sentimientos son mucho más importantes que los objetos en la realidad física.
En la Estructura 2 los pensamientos forman patrones instantáneamente. Ellos son elementos naturales en ese entorno psicológico, que se mezclan, fusionan y combinan para formar las células, los átomos y las moléculas psicológicas que forman los eventos. En estos términos, los eventos físicos que percibimos, o experimentamos, se pueden comparar con los “objetos psicológicos” que parecen existir con una concreción física en el espacio y el tiempo. Tales eventos parecen iniciarse en alguna parte en el espacio y el tiempo, y terminar allí, de igual manera.
Podemos mirar un objeto, una mesa por ejemplo, y ver sus definiciones en el espacio. Hasta cierto punto, estamos demasiado cerca de los eventos psicológicos para percibirlos de la misma manera, ya que la experiencia usual parece tener un punto de inicio y una conclusión. Los eventos que experimentamos involucran solamente percepciones superficiales. Vemos que la superficie de una mesa es sólida, aunque sabemos que está compuesta por átomos y moléculas en movimiento. De la misma manera, experimentamos una fiesta de cumpleaños, un accidente automovilístico, un juego de bridge, o cualquier otro evento psicológico, como psicológicamente sólido, como una experiencia sólida en el espacio y el tiempo.
Tales eventos, sin embargo, están constituidos por partículas “invisibles”, y por percepciones de velocidad mayor que la luz, que nunca se muestran. En otras palabras, estos eventos contienen componentes psíquicos que fluyen de la Estructura 2 a la Estructura 1.
El firmamento está lleno de brisas, corrientes, nubes, rayos de sol, partículas de polvo, etc. El firmamento es la cúpula de todo el planeta. La cúpula invisible de la Estructura 2 contiene incontables patrones que cambian, como las nubes, que se mezclan y fusionan para formar nuestro clima psicológico. Los pensamientos tienen propiedades electromagnéticas y se mezclan con otros en la Estructura 2 para crear patrones masivos que constituyen la base psicológica que sustenta los eventos del mundo. Recordemos que la Estructura 2 no es neutral, sino que automáticamente está inclinada hacia lo que llamaremos desarrollos constructivos. Es un medio para el crecimiento. Los sentimientos y los pensamientos “positivos” son materializados más fácilmente que los “negativos”, porque están de acuerdo con las características de la Estructura 2. Si este no fuera el caso, nuestra especie no habría existido por tanto tiempo, ni habrían sido posibles los logros de la civilización, como el arte, el comercio y la tecnología.
En el momento de nacer, cada persona dispone, automáticamente, de la capacidad natural para el crecimiento, con la cual pueda satisfacer el desarrollo de sus propias habilidades, no a expensas de otras personas, sino en un contexto en el que la realización de cada persona asegura la de todas las demás.
En esos términos, existe un patrón psicológico “ideal” al cual estamos íntimamente conectados. El ego interior constantemente nos mueve en esa dirección. Por otra parte, ese patrón no es rígido, sino lo suficientemente flexible para aprovechar las circunstancias cambiantes. Una planta siempre se orientará hacia el sol, aunque la movamos de cuarto en cuarto. El ego interior no existe en el tiempo como nosotros, así que confía en la evaluación que hacemos de las situaciones que nuestra razón está capacitada para afrontar.
Obviamente, hay objetos de todas las tallas, durabilidad y peso. También hay objetos privados y públicos, al igual que inmensos “objetos psicológicos”, formando eventos masivos que involucran países enteros. Existen también eventos naturales masivos de grados diversos, como la inundación de grandes áreas. Tales eventos involucran configuraciones psicológicas de todos los participantes, de tal manera que los patrones internos individuales de las vidas afectadas por tales eventos tienen un propósito común que, al mismo tiempo, contribuyen a la realidad global del planeta. Para poder perdurar, el planeta mismo debe involucrarse en el cambio constante y en la inestabilidad. Puede ser difícil de comprender, pero cada objeto que percibimos, una hoja, una piedra, una ola, una nube, cualquier fenómeno físico, tiene su propia conciencia invisible, su propia intención y coloración emocional. Cada objeto está dotado de patrones para el crecimiento y la realización.
A ciertos niveles, las intenciones del hombre y de la naturaleza se mezclan. Las personas afectadas por una inundación, por ejemplo, desean que su pasado se lave y desaparezca, o quieren estar inundados por arrebatos de emociones vitales, como las que traen los desastres. Ellas quieren sentir la sensación renovada del poder de la naturaleza y, aunque devastados por la tragedia, utilizan la experiencia para iniciar una nueva vida.
Otras personas, con intenciones diferentes, encontrarán excusa para abandonar anticipadamente las áreas del desastre. Puede haber, quizá, un encuentro casual que motivará un viaje inesperado. Obedeciendo a una corazonada, alguien puede salir hacia otra parte, para buscar un nuevo empleo, o para visitar un amigo, o un pariente, en otra ciudad. Aquellas personas cuya experiencia no se va a mezclar con la de la naturaleza, en este sentido, no formarán parte del evento masivo. Quiere decir que están actuando con base en información que les llega de la Estructura 2. Las personas que se quedan en el lugar, también actúan con base en la misma información, pero deciden participar.
Cuando entramos en el tiempo y en la vida física, ya estamos enterados de sus condiciones. Estamos predispuestos biológica y psicológicamente para crecer dentro de este rico entorno, para contribuir en todos los niveles de desarrollo de la especie, pero, principalmente, para agregar nuestro propio y único punto de vista y experiencia a los patrones de la conciencia superior de la cual formamos parte.
Apenas estamos empezando a comprender las conexiones íntimas que existen en nuestro entorno físico. Las conexiones psicológicas son mucho más complicadas, ya que los pensamientos y los sueños de cada persona se mezclan con los de todas las demás formando patrones de deseos e intenciones, siempre cambiantes, algunos de los cuales emergerán como eventos físicos y otros no.

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