LIBRO DE URANTIA PARTE II - LOS MILAGROS DE JESUS
7. EL HIJO DE LA VIUDA
A. AÑO: 28 d.C.
B. LUGAR: En el camino de Caná a Naín
C. MOMENTO: El encuentro con una procesión funeraria que salía de Naín hacia el cementerio, que llevaba al hijo supuestamente muerto - el único hijo - de una viuda.
D. REFERENCIAS: (1645.3) 146:6.2 (Lucas 7:11-17)
E. EL MILAGRO: “Cuando Jesús se alejó de Caná en dirección a Naín, lo siguió una gran multitud de creyentes y curiosos. Estaban decididos a presenciar milagros y maravillas, y no estaban dispuestos a ser desilusionados. Al acercarse Jesús y sus apóstoles a las puertas de la ciudad, se toparon con una procesión fúnebre que se dirigía al cementerio cercano, y que llevaba al hijo único de una madre viuda de Naín. Esta mujer era muy respetada, y la mitad de la gente de la aldea seguía la procesión fúnebre de este muchacho supuestamente muerto. Cuando la procesión fúnebre llegó adonde Jesús y sus seguidores, la viuda y sus amigos reconocieron al Maestro y le suplicaron que volviera el hijo a la vida. A tal punto había llegado su expectativa de milagros que creían que Jesús podía curar cualquier enfermedad humana y, ¿por qué no podría semejante sanador levantar a los muertos? Así pues importunado, Jesús se adelantó y, levantando la tapa del ataúd, examinó al muchacho. Descubrió así que el joven no estaba verdaderamente muerto, y percibió la tragedia que su presencia podía evitar. Por eso se dirigió a la madre, y le dijo: «No llores. Tu hijo no está muerto. Está dormido, volverá a tus brazos». Y tomando al joven de la mano le dijo: «Despiértate y levántate». Y el joven supuestamente muerto se levantó y comenzó a hablar, y Jesús los envió de vuelta a sus hogares.
“En vano intentó Jesús sosegar a la multitud, en vano intentó explicarles que el muchacho no estaba muerto, que él no le había devuelto la vida; no hubo caso. La multitud que le seguía, y toda la aldea de Naín, había llegado al máximo nivel de frenesí emocional. Muchos estaban dominados por el temor, otros por el pánico, mientras otros caían de rodillas para rezar y llorar por sus pecados. Fue imposible dispersar a la clamorosa multitud hasta mucho después de la caída de la noche. Naturalmente, a pesar de que Jesús les había dicho que el muchacho no estaba muerto, todos insistían que se había producido un milagro, que aun había levantado a un muerto. Aunque Jesús les dijo que el muchacho había caído simplemente en un sueño profundo, explicaron que esa era la forma de expresarse de Jesús y llamaron la atención sobre el hecho de que él siempre trataba de ocultar sus milagros con gran modestia.”
F. MOTIVACIÓN:
- A la madre, que solo concebía milagros, Jesús le dijo llanamente: “Tu hijo no está muerto”—pero hizo poco bien.
- Los estados comatosos prolongados no son inusuales incluso hoy día. A lo largo de los tiempos, no hay duda de que muchas de esas personas fueron enterradas vivas.
- Entonces, además de numerosos prodigiios, se creía que Jesús resucitaba a los muertos. Es difícil convencer a la gente contra su voluntad. Normalmente encontramos lo que buscamos.
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