Cuando la conciencia del hombre este más segura de si misma, no necesitara que su enfoque sea tan limitado. Será entonces cuando se iniciara el verdadero florecimiento de la conciencia de la humanidad. El ego podrá expandirse y tener conciencia de otras realidades que antes había ignorado.
Hemos llegado a una situación en la que nuestra conciencia deberá darse cuenta de pasados y futuros probables, con miras a tener un presente mas sano, enriquecedor y creativo. La conciencia del ego deberá familiarizarse con sus raíces. Estamos en una situación en la que nuestra experiencia particular no se compadece con lo que nos ha dicho la sociedad, la iglesia, la ciencia, la arqueología y otras muchas disciplinas. El conocimiento inconsciente del hombre se ha venido convirtiendo en un conocimiento cada vez más consciente. Todo este proceso se lograra bajo la dirección de una mente del ego iluminada y expandida, que pueda organizar el conocimiento olvidado hasta ahora. Si no se logra de este modo, se hará a costa del intelecto y la razón, lo que conducirá a un renacimiento de la superstición y el caos y a una innecesaria confrontación entre la razón y el conocimiento intuitivo.
Si en este momento del desarrollo de la humanidad, sus instituciones intentan impedir el surgimiento del conocimiento inconsciente, este surgirá a pesar de esas instituciones y las aniquilara. Aparecerán cultos, uno detrás del otro, sin ninguna restricción por parte de la razón, ya que la razón habrá negado la existencia de ese creciente conocimiento inconsciente.
Si esto sucede, todas las viejas y nuevas denominaciones religiosas entraran en conflicto y emergerán toda clase de ideologías. Esto no debería suceder, ya que tan pronto la mente consciente aprende a enfocarse en términos físicos, necesita expandirse, aceptar las intuiciones y el conocimiento inconsciente y organizar estos principios creativos en patrones culturales.
La gran emoción del amor se ha utilizado muy pobremente, no obstante que ella representa el impulso biológico de nuestro ser. Las religiones, en gran medida, nos han enseñado a odiarnos a nosotros mismos y a odiar la existencia física. Nos han dicho que debemos amar a Dios y no nos han enseñado a experimentarlo en nosotros mismos.
De una u otra manera, las religiones han seguido la pauta del desarrollo de nuestra conciencia y de esta manera han cumplido sus propósitos y los nuestros. Las religiones siempre han reflejado, aunque de manera distorsionada, las mas grandes realidades internas de nuestro ser. En términos históricos, tal como los entendemos, la progresión de la religión nos da una imagen perfecta del desarrollo de la conciencia humana, de las diferencias entre pueblos y naciones y del crecimiento de las ideas del individuo.
Ha llegado el momento en que el ser individual debe tomar conciencia de una realidad mucho más amplia. Debe expandir su conciencia para incluir lo que previamente era conocimiento inconsciente. Para lograrlo, necesitamos entender que el hombre se debe mover mas allá de los conceptos de un dios, un ser, un cuerpo, un mundo, tal como entendemos estas ideas. En este momento, estamos en un punto crucial en el cual la raza puede tomar muchas direcciones. La especie esta en un tiempo de cambios. Existen potenciales dentro del mecanismo del cuerpo que no han sido utilizados. Una vez desarrollados, la raza se puede enriquecer inmensamente para llegar a niveles altos de desarrollo físico, espiritual y psíquico. Si estos cambios no se logran, la raza como tal no perdurara. Esto no significa que no vamos a perdurar como raza en otra realidad probable. Significa que, en términos de secuencia histórica, la raza no perdurara.
Hemos llegado a una situación en la que nuestra conciencia deberá darse cuenta de pasados y futuros probables, con miras a tener un presente mas sano, enriquecedor y creativo. La conciencia del ego deberá familiarizarse con sus raíces. Estamos en una situación en la que nuestra experiencia particular no se compadece con lo que nos ha dicho la sociedad, la iglesia, la ciencia, la arqueología y otras muchas disciplinas. El conocimiento inconsciente del hombre se ha venido convirtiendo en un conocimiento cada vez más consciente. Todo este proceso se lograra bajo la dirección de una mente del ego iluminada y expandida, que pueda organizar el conocimiento olvidado hasta ahora. Si no se logra de este modo, se hará a costa del intelecto y la razón, lo que conducirá a un renacimiento de la superstición y el caos y a una innecesaria confrontación entre la razón y el conocimiento intuitivo.
Si en este momento del desarrollo de la humanidad, sus instituciones intentan impedir el surgimiento del conocimiento inconsciente, este surgirá a pesar de esas instituciones y las aniquilara. Aparecerán cultos, uno detrás del otro, sin ninguna restricción por parte de la razón, ya que la razón habrá negado la existencia de ese creciente conocimiento inconsciente.
Si esto sucede, todas las viejas y nuevas denominaciones religiosas entraran en conflicto y emergerán toda clase de ideologías. Esto no debería suceder, ya que tan pronto la mente consciente aprende a enfocarse en términos físicos, necesita expandirse, aceptar las intuiciones y el conocimiento inconsciente y organizar estos principios creativos en patrones culturales.
La gran emoción del amor se ha utilizado muy pobremente, no obstante que ella representa el impulso biológico de nuestro ser. Las religiones, en gran medida, nos han enseñado a odiarnos a nosotros mismos y a odiar la existencia física. Nos han dicho que debemos amar a Dios y no nos han enseñado a experimentarlo en nosotros mismos.
De una u otra manera, las religiones han seguido la pauta del desarrollo de nuestra conciencia y de esta manera han cumplido sus propósitos y los nuestros. Las religiones siempre han reflejado, aunque de manera distorsionada, las mas grandes realidades internas de nuestro ser. En términos históricos, tal como los entendemos, la progresión de la religión nos da una imagen perfecta del desarrollo de la conciencia humana, de las diferencias entre pueblos y naciones y del crecimiento de las ideas del individuo.
Ha llegado el momento en que el ser individual debe tomar conciencia de una realidad mucho más amplia. Debe expandir su conciencia para incluir lo que previamente era conocimiento inconsciente. Para lograrlo, necesitamos entender que el hombre se debe mover mas allá de los conceptos de un dios, un ser, un cuerpo, un mundo, tal como entendemos estas ideas. En este momento, estamos en un punto crucial en el cual la raza puede tomar muchas direcciones. La especie esta en un tiempo de cambios. Existen potenciales dentro del mecanismo del cuerpo que no han sido utilizados. Una vez desarrollados, la raza se puede enriquecer inmensamente para llegar a niveles altos de desarrollo físico, espiritual y psíquico. Si estos cambios no se logran, la raza como tal no perdurara. Esto no significa que no vamos a perdurar como raza en otra realidad probable. Significa que, en términos de secuencia histórica, la raza no perdurara.
No hay comentarios:
Publicar un comentario