El sentimiento de culpa natural corresponde a la manifestación inconsciente del sentido de justicia e integridad de los animales: “No matarás, sino por la necesidad del mantenimiento físico”.
La culpa natural no tiene nada que ver con algo como sexo o adulterio. Se refiere a asuntos íntimos, aplicables a los seres humanos, que no tienen significado para los animales en la estructura de su experiencia. En otras palabras, corresponde a la traducción de un lenguaje biológico al nuestro y se podría definir así: No violarás.
Una mentira, puede ser o no una violación. Un acto sexual, puede ser o no una violación. Una expedición científica, puede ser o no una violación. No asistir a misa el domingo, no es una violación. Tener pensamientos agresivos, no es una violación. Ejercer violencia a nuestro cuerpo, o a otra persona, es una violación. Ejercer violencia contra el espíritu de otra persona, es una violación. Jurar, no es una violación. Si creemos que es una violación, en nuestra mente se convertirá en una. Matar otro ser humano, es una violación. Matar para proteger nuestra propia vida de la agresión de otra persona, por medio de un contacto inmediato, es una violación. Haya o no una justificación aparente, la violación existe.
Creemos que la defensa propia, por medios físicos, es la única manera de afrontar la situación y por tal razón diremos: “Si soy atacado por otra persona, alguien me viene a decir que no puedo contraatacar a quién tiene la intención obvia de destruirme?”.
Podemos defendernos del ataque de varias maneras, que no incluyen matar. En primer lugar, no estaríamos en esa hipotética situación, si no nos hubieran atraído a ella pensamientos violentos. Una vez involucrados en la situación, y de acuerdo con las circunstancias, hay varios métodos que se pueden emplear. Como consideramos la agresividad sinónimo de violencia, no entendemos que un poderoso comando mental o hablado por la paz puede salvarnos la vida.
La culpa natural está muy conectada con la memoria y surgió a la par con la experiencia humana del pasado, el presente y el futuro. La culpa natural tenía como propósito ser una medida preventiva. Necesitaba de un sofisticado sistema de memoria con el cual nuevas situaciones y experiencias pudieran ser juzgadas, comparándolas con otras pasadas, permitiéndonos evaluarlas en un momento de reflexión.
Cualquiera acción previa, que nos produjo un sentimiento de culpa natural, debería ser evitada en el futuro. Es por esto por lo que la culpa natural necesita la memoria y no tiene ninguna conexión con el castigo, tal como lo interpretamos. Cualquier violación contra la naturaleza nos producirá un sentimiento de culpa que evitará que una situación igual se presente en el futuro. Estaremos en capacidad de recordar acciones pasadas y juzgarlas en relación con situaciones presentes.
La culpa natural no tiene nada que ver con algo como sexo o adulterio. Se refiere a asuntos íntimos, aplicables a los seres humanos, que no tienen significado para los animales en la estructura de su experiencia. En otras palabras, corresponde a la traducción de un lenguaje biológico al nuestro y se podría definir así: No violarás.
Una mentira, puede ser o no una violación. Un acto sexual, puede ser o no una violación. Una expedición científica, puede ser o no una violación. No asistir a misa el domingo, no es una violación. Tener pensamientos agresivos, no es una violación. Ejercer violencia a nuestro cuerpo, o a otra persona, es una violación. Ejercer violencia contra el espíritu de otra persona, es una violación. Jurar, no es una violación. Si creemos que es una violación, en nuestra mente se convertirá en una. Matar otro ser humano, es una violación. Matar para proteger nuestra propia vida de la agresión de otra persona, por medio de un contacto inmediato, es una violación. Haya o no una justificación aparente, la violación existe.
Creemos que la defensa propia, por medios físicos, es la única manera de afrontar la situación y por tal razón diremos: “Si soy atacado por otra persona, alguien me viene a decir que no puedo contraatacar a quién tiene la intención obvia de destruirme?”.
Podemos defendernos del ataque de varias maneras, que no incluyen matar. En primer lugar, no estaríamos en esa hipotética situación, si no nos hubieran atraído a ella pensamientos violentos. Una vez involucrados en la situación, y de acuerdo con las circunstancias, hay varios métodos que se pueden emplear. Como consideramos la agresividad sinónimo de violencia, no entendemos que un poderoso comando mental o hablado por la paz puede salvarnos la vida.
La culpa natural está muy conectada con la memoria y surgió a la par con la experiencia humana del pasado, el presente y el futuro. La culpa natural tenía como propósito ser una medida preventiva. Necesitaba de un sofisticado sistema de memoria con el cual nuevas situaciones y experiencias pudieran ser juzgadas, comparándolas con otras pasadas, permitiéndonos evaluarlas en un momento de reflexión.
Cualquiera acción previa, que nos produjo un sentimiento de culpa natural, debería ser evitada en el futuro. Es por esto por lo que la culpa natural necesita la memoria y no tiene ninguna conexión con el castigo, tal como lo interpretamos. Cualquier violación contra la naturaleza nos producirá un sentimiento de culpa que evitará que una situación igual se presente en el futuro. Estaremos en capacidad de recordar acciones pasadas y juzgarlas en relación con situaciones presentes.
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