A través de las existencias en la reencarnación expandimos nuestra conciencia, ideas, percepciones y valores. Rompemos con las restricciones que nosotros mismos nos hemos impuesto, crecemos espiritualmente y aprendemos a liberarnos de dogmas y conceptos limitantes.
Cuando tenemos ideas muy rígidas sobre los conceptos del bien y el mal y sobre la naturaleza de la existencia, estas ideas nos pueden atar como un perro a un palo, dando vueltas a su alrededor en un radio muy pequeño. En tales casos, vamos a emplear cierta cantidad de existencias, batallando contra estas ideas, en medio de confusión, dudas y ansiedad.
Cuando sentimos odio hacia otra persona, ese odio nos atará a ella durante tantas vidas como sea necesario, hasta que desaparezca. Si nos concentramos intensamente en las injusticias que hemos sufrido, atraeremos hacia nosotros experiencias del mismo tipo, en esta y en una próxima existencia. Quienes no aprovechamos las oportunidades que se presentan en esta vida, tampoco lo haremos cuando termine. No podremos decir: cuando esta vida termine, revisaré mi experiencia y corregiré lo necesario. Estaremos haciendo lo mismo que un joven que dice: cuando llegue a viejo y me retire, haré uso de las habilidades que ahora no estoy aprovechando.
Es necesario saber que desde ahora estamos escribiendo el libreto para la próxima existencia. Los pensamientos que tenemos hoy, en cierta forma, son la materia prima para esa próxima existencia. Los éxitos y las habilidades de hoy, han sido elaborados en existencias pasadas. Nosotros mismos hicimos lo necesario para conseguirlo.
Si observamos las personas que están a nuestro alrededor, parientes, amigos, conocidos, socios, compañeros de trabajo, sabremos que clase de persona somos, ya que los atraemos y ellos nos atraen, por íntimas semejanzas.
Si examinamos nuestros pensamientos durante cinco minutos, varias veces al día y en un número de veces al mes, vamos a tener una muy buena idea de la clase de vida que estamos preparando para la próxima existencia. Si no nos satisface lo que descubrimos, es hora de ir cambiando nuestros actuales pensamientos y sentimientos.
Hemos nacido en medio de la familia actual por una razón. Las familias tienen propósitos inconscientes. Cada uno de sus miembros persigue sus propias metas, también de manera inconsciente. Los grupos familiares se establecen previamente en la existencia entre vidas. En ocasiones, algunos de sus miembros acuerdan imponerse ciertas metas o retos, en los cuales cada uno tiene su propio papel, que desarrollará en la existencia física.
El ser interior siempre estará consciente de los mecanismos empleados por estos grupos familiares. Quienes han estado unidos por fuertes lazos emocionales, seguirán con su relación durante varias existencias. Aparecerán nuevas relaciones con miembros de familias de las otras reencarnaciones.
Algunas veces los miembros de grupos militares, religiosos, deportivos, etc., en una próxima existencia, formarán grupos familiares para resolver viejos problemas de una manera distinta
La familia se debe considerar como un grupo de actividad psíquica, que tiene una identidad subjetiva, de la cual ninguno de sus miembros es consciente.
Cuando tenemos ideas muy rígidas sobre los conceptos del bien y el mal y sobre la naturaleza de la existencia, estas ideas nos pueden atar como un perro a un palo, dando vueltas a su alrededor en un radio muy pequeño. En tales casos, vamos a emplear cierta cantidad de existencias, batallando contra estas ideas, en medio de confusión, dudas y ansiedad.
Cuando sentimos odio hacia otra persona, ese odio nos atará a ella durante tantas vidas como sea necesario, hasta que desaparezca. Si nos concentramos intensamente en las injusticias que hemos sufrido, atraeremos hacia nosotros experiencias del mismo tipo, en esta y en una próxima existencia. Quienes no aprovechamos las oportunidades que se presentan en esta vida, tampoco lo haremos cuando termine. No podremos decir: cuando esta vida termine, revisaré mi experiencia y corregiré lo necesario. Estaremos haciendo lo mismo que un joven que dice: cuando llegue a viejo y me retire, haré uso de las habilidades que ahora no estoy aprovechando.
Es necesario saber que desde ahora estamos escribiendo el libreto para la próxima existencia. Los pensamientos que tenemos hoy, en cierta forma, son la materia prima para esa próxima existencia. Los éxitos y las habilidades de hoy, han sido elaborados en existencias pasadas. Nosotros mismos hicimos lo necesario para conseguirlo.
Si observamos las personas que están a nuestro alrededor, parientes, amigos, conocidos, socios, compañeros de trabajo, sabremos que clase de persona somos, ya que los atraemos y ellos nos atraen, por íntimas semejanzas.
Si examinamos nuestros pensamientos durante cinco minutos, varias veces al día y en un número de veces al mes, vamos a tener una muy buena idea de la clase de vida que estamos preparando para la próxima existencia. Si no nos satisface lo que descubrimos, es hora de ir cambiando nuestros actuales pensamientos y sentimientos.
Hemos nacido en medio de la familia actual por una razón. Las familias tienen propósitos inconscientes. Cada uno de sus miembros persigue sus propias metas, también de manera inconsciente. Los grupos familiares se establecen previamente en la existencia entre vidas. En ocasiones, algunos de sus miembros acuerdan imponerse ciertas metas o retos, en los cuales cada uno tiene su propio papel, que desarrollará en la existencia física.
El ser interior siempre estará consciente de los mecanismos empleados por estos grupos familiares. Quienes han estado unidos por fuertes lazos emocionales, seguirán con su relación durante varias existencias. Aparecerán nuevas relaciones con miembros de familias de las otras reencarnaciones.
Algunas veces los miembros de grupos militares, religiosos, deportivos, etc., en una próxima existencia, formarán grupos familiares para resolver viejos problemas de una manera distinta
La familia se debe considerar como un grupo de actividad psíquica, que tiene una identidad subjetiva, de la cual ninguno de sus miembros es consciente.
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