Los dramas de que hemos hablado tienen un propósito muy particular. Por la misma naturaleza de la conciencia, esta busca materializarse en tantas dimensiones como sea posible. Busca crear nuevos niveles de aprendizaje. En este proceso, la conciencia crea la Realidad y siempre estará en permanente transformación.
Cuando hablamos de la Reencarnación, suponemos que ella es una serie de progresiones. Las vidas de que hemos hablado son una creación de nuestro ser interior. Ellas no nos han sido dadas por alguna agencia exterior. Ellas son el desarrollo material de la conciencia, que se expresa en todas las formas posibles. No están limitadas a solo una vida en una existencia tridimensional.
La conciencia toma diferentes formas. La Entidad (el Alma) tiene una absoluta libertad de expresión. Crea entornos y mundos para realizar sus propósitos. La Entidad está formada por una energía espiritual individualizada. La Entidad forma el cuerpo que ahora utilizamos y es la energía que responde por nuestra supervivencia física. De ella proviene nuestra vitalidad y siempre estará buscando nueva creatividad.
Estamos aprendiendo a ser cocreadores. Estamos aprendiendo a ser dioses. Estamos aprendiendo a ser conciencias individuales responsables. Estamos aprendiendo a utilizar la energía que somos con propósitos creativos. Estaremos siempre ligados a los que amamos y odiamos. También aprenderemos a liberar y disipar el odio. Aprenderemos a utilizar el odio de manera creativa, cambiando su finalidad y transformándolo finalmente en amor.
El entorno en medio del cual vivimos, todas las cosas que queremos y tenemos alrededor nuestro, todos los aspectos físicos que conocemos y que llamamos la Realidad física, es apenas un camuflaje. Sin embargo, este camuflaje está compuesto por la vitalidad del universo. Puesto que somos nosotros mismos los que formamos este escenario físico y puesto que nuestra forma física también es de nuestra creación, utilizamos los sentidos físicos para percibir este fantástico escenario.
Nuestro ser interior dispone de métodos de percepción que le permiten ver a través de este camuflaje. Para ello utiliza sus sentidos internos, aunque el ego, que actúa como actor en este drama, no se da cuenta. Recordemos que los sentidos externos forman la realidad física que parecen percibir. Los sentidos físicos externos son parte del camuflaje y todo lo que perciben es una apariencia. Solo los sentidos internos nos permiten percibir la realidad que existe más allá de las formas físicas.
Hemos tratado el tema de la Reencarnación en términos de nuestro entorno, porque algunas escuelas de pensamiento hacen demasiado énfasis en los efectos de ella, al presentar las circunstancias de la vida presente como resultado de comportamientos de vidas pasadas.
Estaremos impotentes para manejar nuestra realidad física presente, modificar nuestro entorno o producir cambios en nuestra vida, si sentimos que estamos a merced de condiciones que no podemos cambiar, por estar fuera de nuestro control. Recordemos que las vidas suceden todas al tiempo y por consiguiente causa y efecto son intercambiables.
Cuando hablamos de la Reencarnación, suponemos que ella es una serie de progresiones. Las vidas de que hemos hablado son una creación de nuestro ser interior. Ellas no nos han sido dadas por alguna agencia exterior. Ellas son el desarrollo material de la conciencia, que se expresa en todas las formas posibles. No están limitadas a solo una vida en una existencia tridimensional.
La conciencia toma diferentes formas. La Entidad (el Alma) tiene una absoluta libertad de expresión. Crea entornos y mundos para realizar sus propósitos. La Entidad está formada por una energía espiritual individualizada. La Entidad forma el cuerpo que ahora utilizamos y es la energía que responde por nuestra supervivencia física. De ella proviene nuestra vitalidad y siempre estará buscando nueva creatividad.
Estamos aprendiendo a ser cocreadores. Estamos aprendiendo a ser dioses. Estamos aprendiendo a ser conciencias individuales responsables. Estamos aprendiendo a utilizar la energía que somos con propósitos creativos. Estaremos siempre ligados a los que amamos y odiamos. También aprenderemos a liberar y disipar el odio. Aprenderemos a utilizar el odio de manera creativa, cambiando su finalidad y transformándolo finalmente en amor.
El entorno en medio del cual vivimos, todas las cosas que queremos y tenemos alrededor nuestro, todos los aspectos físicos que conocemos y que llamamos la Realidad física, es apenas un camuflaje. Sin embargo, este camuflaje está compuesto por la vitalidad del universo. Puesto que somos nosotros mismos los que formamos este escenario físico y puesto que nuestra forma física también es de nuestra creación, utilizamos los sentidos físicos para percibir este fantástico escenario.
Nuestro ser interior dispone de métodos de percepción que le permiten ver a través de este camuflaje. Para ello utiliza sus sentidos internos, aunque el ego, que actúa como actor en este drama, no se da cuenta. Recordemos que los sentidos externos forman la realidad física que parecen percibir. Los sentidos físicos externos son parte del camuflaje y todo lo que perciben es una apariencia. Solo los sentidos internos nos permiten percibir la realidad que existe más allá de las formas físicas.
Hemos tratado el tema de la Reencarnación en términos de nuestro entorno, porque algunas escuelas de pensamiento hacen demasiado énfasis en los efectos de ella, al presentar las circunstancias de la vida presente como resultado de comportamientos de vidas pasadas.
Estaremos impotentes para manejar nuestra realidad física presente, modificar nuestro entorno o producir cambios en nuestra vida, si sentimos que estamos a merced de condiciones que no podemos cambiar, por estar fuera de nuestro control. Recordemos que las vidas suceden todas al tiempo y por consiguiente causa y efecto son intercambiables.
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