El universo se está expandiendo de la manera como un sueño se expande. En otras palabras, esta expansión no tiene nada que ver con nuestra idea de espacio. La expansión, en la forma más básica, es más como la expansión de una idea. No tiene nada que ver con el espacio y el tiempo, de la manera como estamos acostumbrados a considerarlos. La idea de los científicos de un universo en expansión es un error, aunque la expansión del universo si esta ocurriendo, pero en otro sentido importante. El universo se expande como se expande una idea.
Nuestro propio mundo del sueño se expande constantemente. Nuestras ideas se expanden constantemente, pero nuestras ideas no tienen nada que ver con el espacio; y la manera como el universo se expande constantemente no tiene nada que ver con nuestra idea de espacio. El espacio verdadero, el espacio de quinta dimensión, tiene habilidades de expansión que no necesitan espacio, no en nuestros términos.
No existe un método de medición disponible que permita establecer exactamente aquello a lo que nos estamos refiriendo, pero un ejemplo quizá lo hará algo comprensible.
Tomemos dos pinturas de la misma forma y tamaño, es decir, dos pinturas que ocupen la misma cantidad de espacio en nuestro universo. Una pintura es extremadamente cruda y elaborada pobremente. La otra pintura, no solo parece de una calidad superior, sino que también parece pasar por una transformación continua, pero conservando todavía la misma cantidad de espacio.
Digamos que la pintura es un paisaje y que esta transformación incluye dentro de la misma cantidad de espacio la adición continuada de más árboles y más montañas. Digamos que las montañas se vuelven más altas, pero todavía están dentro de la misma cantidad de espacio asignada a la pintura, nunca pasándose del marco. Imaginemos esta transformación incluyendo también la adición de distancia, yendo siempre hacia el fondo sin tocar la parte de atrás del lienzo.
Imaginemos a las figuras, o a los habitantes en la pintura, como si tuvieran una realidad psicológica, todo dentro de los límites preestablecidos por el espacio dado. En otras palabras, imaginemos la conciencia, el crecimiento, la realidad y la expansión, como no teniendo nada que ver con la expansión del espacio, tal como lo concebimos, sino con una casi total libertad de realidades psicológicas. De esta forma, alcanzaríamos la comprensión del asunto, cuando hablamos de un universo en expansión que no tiene nada que ver con el universo en expansión del que hablan los científicos.
La mayoría de las realidades no tienen absolutamente nada que ver con el espacio, tal como lo imaginamos. La mayoría de las realidades tienen su crecimiento y existencia en algo afín a lo que hemos llamado “tiempo psicológico”, siendo este completamente independiente del espacio, tal como lo concebimos. El tiempo psicológico es una especie de clima o entorno, propicio a la existencia de todas las conciencias.
Concebimos el espacio como un vacío para ser llenado, porque en nuestra realidad llenamos lo que llamamos espacio con patrones de camuflaje. El verdadero espacio, al que hemos llamado espacio de quinta dimensión, es la vitalidad y la sustancia de la existencia misma, viva y vital, de la cual todas las otras existencias están elaboradas. Aun en nuestra realidad, la calidad, que representa un tipo de expansión, no implica necesariamente una expansión en el espacio. El universo se expande continuamente de una manera “cualitativa”, que no tiene nada que ver con el espacio, tal como es visualizado generalmente.
El mundo del sueño, que es un mundo muy vivido y muy válido, no ocupa ningún espacio. También está libre de nuestro tiempo físico, en buena parte, pero existe en el clima o entorno del tiempo psicológico.
Ciertamente, no podemos determinar la localización del sueño, aun si ella corresponde a una localización familiar dentro del camuflaje del universo. El sueño mismo no es experimentado en la localización especifica del camuflaje. El cuerpo descansa en la cama. Aunque reconozcamos en un sueño el moblaje completo de una casa real, todavía el soñador descansa en la cama. Las dos localizaciones, la del sueño y la del camuflaje, parecen ser las mismas, pero no son las mismas. Una ocupa espacio en nuestro universo y la otra no. El universo se expande en la misma forma como el sueño se expande, sin ocupar un espacio en el camuflaje. Esto no quiere decir que no haya crecimiento involucrado en la expansión del universo. Esto no implica que no haya movimiento. Implica una existencia y una expansión de una manera cualitativa, mas allá de nuestras medidas o de nuestra total comprensión.
Nuestro propio mundo del sueño se expande constantemente. Nuestras ideas se expanden constantemente, pero nuestras ideas no tienen nada que ver con el espacio; y la manera como el universo se expande constantemente no tiene nada que ver con nuestra idea de espacio. El espacio verdadero, el espacio de quinta dimensión, tiene habilidades de expansión que no necesitan espacio, no en nuestros términos.
No existe un método de medición disponible que permita establecer exactamente aquello a lo que nos estamos refiriendo, pero un ejemplo quizá lo hará algo comprensible.
Tomemos dos pinturas de la misma forma y tamaño, es decir, dos pinturas que ocupen la misma cantidad de espacio en nuestro universo. Una pintura es extremadamente cruda y elaborada pobremente. La otra pintura, no solo parece de una calidad superior, sino que también parece pasar por una transformación continua, pero conservando todavía la misma cantidad de espacio.
Digamos que la pintura es un paisaje y que esta transformación incluye dentro de la misma cantidad de espacio la adición continuada de más árboles y más montañas. Digamos que las montañas se vuelven más altas, pero todavía están dentro de la misma cantidad de espacio asignada a la pintura, nunca pasándose del marco. Imaginemos esta transformación incluyendo también la adición de distancia, yendo siempre hacia el fondo sin tocar la parte de atrás del lienzo.
Imaginemos a las figuras, o a los habitantes en la pintura, como si tuvieran una realidad psicológica, todo dentro de los límites preestablecidos por el espacio dado. En otras palabras, imaginemos la conciencia, el crecimiento, la realidad y la expansión, como no teniendo nada que ver con la expansión del espacio, tal como lo concebimos, sino con una casi total libertad de realidades psicológicas. De esta forma, alcanzaríamos la comprensión del asunto, cuando hablamos de un universo en expansión que no tiene nada que ver con el universo en expansión del que hablan los científicos.
La mayoría de las realidades no tienen absolutamente nada que ver con el espacio, tal como lo imaginamos. La mayoría de las realidades tienen su crecimiento y existencia en algo afín a lo que hemos llamado “tiempo psicológico”, siendo este completamente independiente del espacio, tal como lo concebimos. El tiempo psicológico es una especie de clima o entorno, propicio a la existencia de todas las conciencias.
Concebimos el espacio como un vacío para ser llenado, porque en nuestra realidad llenamos lo que llamamos espacio con patrones de camuflaje. El verdadero espacio, al que hemos llamado espacio de quinta dimensión, es la vitalidad y la sustancia de la existencia misma, viva y vital, de la cual todas las otras existencias están elaboradas. Aun en nuestra realidad, la calidad, que representa un tipo de expansión, no implica necesariamente una expansión en el espacio. El universo se expande continuamente de una manera “cualitativa”, que no tiene nada que ver con el espacio, tal como es visualizado generalmente.
El mundo del sueño, que es un mundo muy vivido y muy válido, no ocupa ningún espacio. También está libre de nuestro tiempo físico, en buena parte, pero existe en el clima o entorno del tiempo psicológico.
Ciertamente, no podemos determinar la localización del sueño, aun si ella corresponde a una localización familiar dentro del camuflaje del universo. El sueño mismo no es experimentado en la localización especifica del camuflaje. El cuerpo descansa en la cama. Aunque reconozcamos en un sueño el moblaje completo de una casa real, todavía el soñador descansa en la cama. Las dos localizaciones, la del sueño y la del camuflaje, parecen ser las mismas, pero no son las mismas. Una ocupa espacio en nuestro universo y la otra no. El universo se expande en la misma forma como el sueño se expande, sin ocupar un espacio en el camuflaje. Esto no quiere decir que no haya crecimiento involucrado en la expansión del universo. Esto no implica que no haya movimiento. Implica una existencia y una expansión de una manera cualitativa, mas allá de nuestras medidas o de nuestra total comprensión.
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