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jueves, 31 de julio de 2008

El Camuflaje del Mundo Físico

Es importante que relacionemos el material evolutivo con la información previa concerniente a los sentidos internos. Los sentidos internos fueron siempre lo supremo en el desarrollo evolutivo, siendo el ímpetu detrás de las formaciones físicas e imprimiendo la información contenida en los genes mentales sobre el camuflaje del material físico, por medio de la utilización de enzimas mentales
Se ha insistido siempre en que la evolución involucra solamente a la especie humana, o que toda la evolución debe considerarse como un árbol gigantesco, con la humanidad como la flor suprema. La llamada flor suprema de la humanidad es el ego humano, que en realidad es a veces una flor venenosa. Como lo hemos expresado antes, no hay nada malo con el ego. Sin embargo, el asunto es que el hombre se ha fascinado tanto con el ego consciente, que ha ignorado la parte suya que hizo posible el ego, la parte suya que le da al ego los poderes mismos, de los cuales está tan conscientemente orgulloso.
Detrás del ego existe un ser más fuerte y más vivido. Existe además un ser más consciente de sí mismo, que se mantiene ignorado. La evidencia sobre este ser puede recibirse y será recibida.
El punto al que queremos llegar es que de la misma forma como la experiencia psicológica es real y vivida, pero aun no puede ser vista, tocada o examinada en los laboratorios, también es vívida la información interna proveniente de los sentidos internos, aunque no pueda ser vista ni tocada.
La información interna hace su impresión sobre el cerebro físico y cambia la personalidad, tal como lo hace toda experiencia. En muchos casos la experiencia interior es retenida en nuestra memoria celular.
La información de los sentidos internos es vívida y confiable, y hace su impresión sobre el individuo consciente. Es nuestra insistencia en traducir este material a términos físicos lo que causa la dificultad. No insistimos en ver, sentir, o tocar una experiencia psicológica y, sin embargo, no decimos que esa experiencia psicológica no existe, porque no podamos sostenerla en nuestras manos. Por qué entonces insistimos en que una experiencia interior como la telepatía o la premonición no existe, porque no podamos sostenerla en nuestras manos? Muchas veces tales casos pueden ser corroborados por otros de una manera que la experiencia puramente psicológica no puede ser corroborada.
No hay manera de medir la experiencia interior, o la experiencia psicológica, de alguien que ha perdido a un amigo que murió, pero no negamos que tal experiencia existe.
No estamos diciendo que no deberíamos creer en la evidencia presentada por nuestros sentidos. Sabemos que las mesas no son sólidas. Inclusive la ciencia lo sabe ahora y, sin embargo, nuestros ojos ven la mesa como sólida. Ya es hora de enfrentar los hechos: nuestros sentidos mienten. La mesa es un conglomerado de átomos y moléculas moviéndose rápidamente, pero vemos una mesa y la vemos sólida. Nuestros sentidos son perceptores del camuflaje de un mundo físico, creado por el ser interior utilizando enzimas mentales, en un patrón establecido por los genes mentales.
Estamos tratando con un camuflaje. Nuestros sentidos externos son perceptores de un camuflaje y la mesa sobre la que apoyamos los brazos no es sólida. Esto no significa que nuestros brazos vayan a caer al piso. Quiere decir que la ciencia todavía está descubriendo la existencia del mundo interior, el que no estará en capacidad de negar por mas tiempo.
Al decir que nosotros mismos creamos nuestro universo físico, de la misma manera como automáticamente e inconscientemente creamos con nuestro aliento un patrón de vapor sobre el vidrio de una ventana, no queremos decir que nosotros creamos todo lo que existe. Solamente queremos decir que creamos nuestro propio entorno físico.

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