El clima de valor de la realidad psicológica puede compararse con un océano en el que todas las conciencias tienen su existencia. Hay multitudinarios niveles en que pueden estar sumergidas diversas formas de vida, diversas y extrañas, pero interconectadas y dependientes unas de las otras. La analogía del océano es apropiada porque da la idea de flujo y movimiento continuos, sin división aparente.
Así como las temperaturas cambian en las diferentes profundidades del océano y así como cambian el color del agua, de la flora y la fauna, así también en nuestro clima de valor de la realidad psicológica hay cambios de calidad y sentidos equipados para proyectar y percibir los cambios. Existen distorsiones por las limitaciones de los sentidos externos, pero los sentidos internos no distorsionan. Los sentidos internos habitan directamente la atmósfera de nuestro clima de valor y ven a través de los siempre cambiantes patrones de camuflaje y del flujo del aparente cambio. Algunas personas, en un pequeño grado, se sumergen en este océano de clima de valor y, en la medida en que están en capacidad de despojarse de los ropajes del camuflaje, en esa medida pueden enterarse de este clima de valor. Para estar verdaderamente conscientes de este clima de valor, es necesario despojarse de los ropajes del camuflaje.
Lo que se requiere es más que despojarse de ellos. Para sumergirnos en este océano, también debemos dejar el cuerpo físico en la playa. Estará ahí cuando regresemos. Nuestros patrones de camuflaje pueden ser comparados con los patrones de sol y sombra sobre las olas siempre móviles.
Mientras mantengamos en mente el patrón, lo creamos y esta ahí. Si volteamos la cabeza por un momento y enseguida volvemos a mirar de nuevo, solo podemos ver la ola. Nuestro camuflaje y nuestro mundo son creados por el enfoque consciente y la concentración inconsciente. Solamente volteando la cabeza por un momento, podemos ver lo que está debajo del patrón aparentemente sólido. Sumergiéndonos en nuestro océano del clima de valor, podemos pasar por debajo del sistema de camuflaje, mirarlo y verlo, relativamente sin fundamento, flotando por encima de nosotros, movido, formado y dirigido por las ilusiones cambiantes causadas por el viento de la voluntad, la fuerza de la concentración y la exigencia subconscientes.
Estos patrones de camuflaje deben seguir las reglas básicas del universo interior y reflejarlas, aunque sea de una manera distorsionada. De esta manera, el valor de expansión se convierte en la reencarnación, la evolución y el crecimiento. Así son seguidas todas las otras leyes básicas del universo interior en cada realidad, y así son reflejados desde el más diminuto hasta el más gigantesco espectro.
Concentrándonos en nuestro propio camuflaje del universo, estamos en capacidad de distinguir solamente el patrón distorsionado; y de este patrón deducimos nuestras ideas de causa y efecto, de pasado, presente, y futuro, y de un universo en expansión que se infla. La conciencia no ocupa espacio y no está encerrada en el tiempo, tal como lo conocemos. Los patrones de camuflaje que parecen encerrar la conciencia son temporales, de corto término solamente, y para un propósito necesario, pero limitado.
Una investigación del universo interior básico, el único universo real, debe hacerse en lo posible desde un punto por fuera de nuestras propias distorsiones, pero la única vía abierta que tenemos para escapar a las distorsiones de nuestro propio universo físico es viajando hacia el interior. Para estar afuera de nuestro propio universo, debemos viajar al interior. Esto representa la única perspectiva libre de elementos distorsionados desde la cual se puede llevar a cabo un experimento válido. Los llamados experimentos científicos y objetivos pueden continuar por una eternidad, pero ellos solamente explorarán más y más, con instrumentos de camuflaje, en un universo de camuflaje.
Es cierto que el subconsciente tiene elementos de sus propias distorsiones, pero ellos son más fáciles de evitar que las toneladas de atmósferas de camuflaje distorsionadas que agobian nuestros experimentos científicos.
No vamos a tener nunca los llamados experimentos científicos mientras estemos rodeados y nos entendamos con un universo de camuflaje. Los científicos están trabajando dentro de lo que puede describirse como un pequeño cubo, dentro de millones de cubos, algo similares aunque diferentes. Todos estos cubos representan los varios camuflajes de universos. Si los científicos fueran lo suficientemente afortunados para penetrar su propio cubo, lo que es incierto, solamente descubrirían el cubo más cercano a ellos, sin imaginar jamás que había una cantidad innumerable de tales cubos. Una pequeña parte del presente espacioso aparece en nuestro cubo, pero lo vemos en términos de camuflaje de continuidad, en camuflaje de ondas de pasado, presente y futuro.
Como ratones en un laberinto, con suerte podríamos viajar teóricamente de un cubo, o laberinto, a otro, aunque prácticamente esto es imposible. Pero aun si estos experimentos nos proporcionaran conocimiento de muchos de estos camuflajes de cubos-universos, aprenderíamos muy poco de los universos interiores básicos sin camuflaje, en donde todas las divisiones desaparecen.
Así como las temperaturas cambian en las diferentes profundidades del océano y así como cambian el color del agua, de la flora y la fauna, así también en nuestro clima de valor de la realidad psicológica hay cambios de calidad y sentidos equipados para proyectar y percibir los cambios. Existen distorsiones por las limitaciones de los sentidos externos, pero los sentidos internos no distorsionan. Los sentidos internos habitan directamente la atmósfera de nuestro clima de valor y ven a través de los siempre cambiantes patrones de camuflaje y del flujo del aparente cambio. Algunas personas, en un pequeño grado, se sumergen en este océano de clima de valor y, en la medida en que están en capacidad de despojarse de los ropajes del camuflaje, en esa medida pueden enterarse de este clima de valor. Para estar verdaderamente conscientes de este clima de valor, es necesario despojarse de los ropajes del camuflaje.
Lo que se requiere es más que despojarse de ellos. Para sumergirnos en este océano, también debemos dejar el cuerpo físico en la playa. Estará ahí cuando regresemos. Nuestros patrones de camuflaje pueden ser comparados con los patrones de sol y sombra sobre las olas siempre móviles.
Mientras mantengamos en mente el patrón, lo creamos y esta ahí. Si volteamos la cabeza por un momento y enseguida volvemos a mirar de nuevo, solo podemos ver la ola. Nuestro camuflaje y nuestro mundo son creados por el enfoque consciente y la concentración inconsciente. Solamente volteando la cabeza por un momento, podemos ver lo que está debajo del patrón aparentemente sólido. Sumergiéndonos en nuestro océano del clima de valor, podemos pasar por debajo del sistema de camuflaje, mirarlo y verlo, relativamente sin fundamento, flotando por encima de nosotros, movido, formado y dirigido por las ilusiones cambiantes causadas por el viento de la voluntad, la fuerza de la concentración y la exigencia subconscientes.
Estos patrones de camuflaje deben seguir las reglas básicas del universo interior y reflejarlas, aunque sea de una manera distorsionada. De esta manera, el valor de expansión se convierte en la reencarnación, la evolución y el crecimiento. Así son seguidas todas las otras leyes básicas del universo interior en cada realidad, y así son reflejados desde el más diminuto hasta el más gigantesco espectro.
Concentrándonos en nuestro propio camuflaje del universo, estamos en capacidad de distinguir solamente el patrón distorsionado; y de este patrón deducimos nuestras ideas de causa y efecto, de pasado, presente, y futuro, y de un universo en expansión que se infla. La conciencia no ocupa espacio y no está encerrada en el tiempo, tal como lo conocemos. Los patrones de camuflaje que parecen encerrar la conciencia son temporales, de corto término solamente, y para un propósito necesario, pero limitado.
Una investigación del universo interior básico, el único universo real, debe hacerse en lo posible desde un punto por fuera de nuestras propias distorsiones, pero la única vía abierta que tenemos para escapar a las distorsiones de nuestro propio universo físico es viajando hacia el interior. Para estar afuera de nuestro propio universo, debemos viajar al interior. Esto representa la única perspectiva libre de elementos distorsionados desde la cual se puede llevar a cabo un experimento válido. Los llamados experimentos científicos y objetivos pueden continuar por una eternidad, pero ellos solamente explorarán más y más, con instrumentos de camuflaje, en un universo de camuflaje.
Es cierto que el subconsciente tiene elementos de sus propias distorsiones, pero ellos son más fáciles de evitar que las toneladas de atmósferas de camuflaje distorsionadas que agobian nuestros experimentos científicos.
No vamos a tener nunca los llamados experimentos científicos mientras estemos rodeados y nos entendamos con un universo de camuflaje. Los científicos están trabajando dentro de lo que puede describirse como un pequeño cubo, dentro de millones de cubos, algo similares aunque diferentes. Todos estos cubos representan los varios camuflajes de universos. Si los científicos fueran lo suficientemente afortunados para penetrar su propio cubo, lo que es incierto, solamente descubrirían el cubo más cercano a ellos, sin imaginar jamás que había una cantidad innumerable de tales cubos. Una pequeña parte del presente espacioso aparece en nuestro cubo, pero lo vemos en términos de camuflaje de continuidad, en camuflaje de ondas de pasado, presente y futuro.
Como ratones en un laberinto, con suerte podríamos viajar teóricamente de un cubo, o laberinto, a otro, aunque prácticamente esto es imposible. Pero aun si estos experimentos nos proporcionaran conocimiento de muchos de estos camuflajes de cubos-universos, aprenderíamos muy poco de los universos interiores básicos sin camuflaje, en donde todas las divisiones desaparecen.
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