Se necesita estudio, desarrollo y experiencia, antes de que una identidad pueda aprender a mantener su propia estabilidad ante tales estímulos constantes. Muchos de nosotros nos hemos perdido, incluso olvidando quienes éramos, hasta que una vez más despertábamos siendo nosotros mismos. Mucho de esto es enteramente automático para nosotros ahora. De las variedades infinitas de conciencias, apenas estamos enterados de un pequeño porcentaje de la totalidad de bancos de personalidades que existen. Para nuestras vacaciones, visitamos formas de vida bastante simples y nos mezclamos con ellas.
En esta medida, nos entregamos a la relajación y el sueño, ya que podemos gastar un siglo como un árbol, o como una forma de vida descomplicada en otra realidad. Deleitamos nuestra conciencia con el gozo de la simple existencia. Podemos crear el bosque en el que crecemos. Sin embargo, generalmente estamos sumamente activos, con nuestras plenas energías enfocadas en nuestro trabajo y en nuevos retos.
Podemos formar de nosotros mismos, de nuestras propias totalidades psicológicas, otras personalidades cuando lo deseemos. Estas personalidades, sin embargo, deben desarrollarse en adelante con sus propios méritos, utilizando las habilidades creativas inherentes a ellas. Son libres de seguir su propio camino. Sin embargo, no hacemos esto a la ligera.
Cada persona es una parte de su propia entidad y está desarrollándose hacia la misma clase de existencia que yo conozco. En la niñez y en el estado del sueño, cada personalidad está consciente hasta cierto punto de la verdadera libertad, correspondiente a su propia conciencia interior. Estas habilidades de las que hablo, son características inherentes a la conciencia como un todo y a cada personalidad.
Mi entorno cambia constantemente, pero así también lo hace el tuyo. Con tu racionalización, desechas percepciones bastante legitimas en tales oportunidades. Por ejemplo, si un cuarto repentinamente parece pequeño y comprimido para ti, das por sentado que este cambio de dimensión es imaginario y que el cuarto no ha cambiado, a pesar de tus sentimientos.
El hecho es que el cuarto bajo tales condiciones habrá cambiado definitivamente y en aspectos muy importantes, aunque las dimensiones físicas todavía medirán lo mismo. El impacto psicológico total del cuarto se habrá alterado. Sus efectos los sentirán otros además de ti. El cuarto atraerá cierto tipo de eventos en lugar de otros y alterará tu propia estructura psicológica y la producción hormonal. Tu reaccionarás al estado alterado del cuarto de manera física, aunque sus medidas de ancho y largo, en pulgadas o pies, parecen no cambiar. Decimos que parecen no cambiar porque los instrumentos mismos dentro de ese cuarto se habrán alterado en el mismo grado.
Tú estás cambiando constantemente la forma, la figura, el contorno y el significado de tu propio cuerpo físico y el de tu entorno más íntimo, aunque haces lo mejor que puedes por ignorar estas alteraciones constantes. Por otra parte, nosotros les damos completo dominio, sabiendo que estamos motivados por una estabilidad interior que muy bien puede permitir la espontaneidad y la creación, dándonos cuenta que la identidad espiritual y psicológica depende del cambio creativo.
Por esto nuestro entorno está compuesto por desequilibrios exquisitos, en donde al cambio se le permite jugar plenamente. Tu propia estructura del tiempo te induce a equivocarte sobre tus ideas de permanencia relativa de la materia física y cierras los ojos a la constante alteración dentro de ella. Tus sentidos físicos te confinan lo mejor que pueden a la percepción de una realidad muy formalizada. Solo utilizando las intuiciones, cuando duermes, y en el estado del sueño, por regla general, puedes percibir la placentera naturaleza cambiante de tu propia conciencia y de todas las conciencias.
Uno de mis deberes es iluminarte sobre estas materias. Debemos utilizar conceptos que al menos sean familiares para ti. Para hacerlo, utilizamos partes de nuestras propias personalidades con las que te puedas relacionar en cierto grado.
Nuestro entorno no tiene fin. En tus términos, no habría falta de espacio o de tiempo en los cuales operar. Esto pondría tremenda presión sobre cualquier conciencia sin la trayectoria y desarrollo apropiados. No tenemos un simple y acogedor universo en el cual escondernos. Estamos todavía vigilantes de otros sistemas de realidad extraños que brillen en los mismos extremos de la conciencia, como la conocemos. Existen muchos más tipos de conciencias que formas físicas, cada una con su propio patrón de percepción, habitando dentro de su propio sistema de camuflaje. No obstante, todas estas conciencias tienen conocimiento interior de la realidad que existe dentro de todo camuflaje y que compone cada realidad, cualquiera que sea el nombre que tenga.
En esta medida, nos entregamos a la relajación y el sueño, ya que podemos gastar un siglo como un árbol, o como una forma de vida descomplicada en otra realidad. Deleitamos nuestra conciencia con el gozo de la simple existencia. Podemos crear el bosque en el que crecemos. Sin embargo, generalmente estamos sumamente activos, con nuestras plenas energías enfocadas en nuestro trabajo y en nuevos retos.
Podemos formar de nosotros mismos, de nuestras propias totalidades psicológicas, otras personalidades cuando lo deseemos. Estas personalidades, sin embargo, deben desarrollarse en adelante con sus propios méritos, utilizando las habilidades creativas inherentes a ellas. Son libres de seguir su propio camino. Sin embargo, no hacemos esto a la ligera.
Cada persona es una parte de su propia entidad y está desarrollándose hacia la misma clase de existencia que yo conozco. En la niñez y en el estado del sueño, cada personalidad está consciente hasta cierto punto de la verdadera libertad, correspondiente a su propia conciencia interior. Estas habilidades de las que hablo, son características inherentes a la conciencia como un todo y a cada personalidad.
Mi entorno cambia constantemente, pero así también lo hace el tuyo. Con tu racionalización, desechas percepciones bastante legitimas en tales oportunidades. Por ejemplo, si un cuarto repentinamente parece pequeño y comprimido para ti, das por sentado que este cambio de dimensión es imaginario y que el cuarto no ha cambiado, a pesar de tus sentimientos.
El hecho es que el cuarto bajo tales condiciones habrá cambiado definitivamente y en aspectos muy importantes, aunque las dimensiones físicas todavía medirán lo mismo. El impacto psicológico total del cuarto se habrá alterado. Sus efectos los sentirán otros además de ti. El cuarto atraerá cierto tipo de eventos en lugar de otros y alterará tu propia estructura psicológica y la producción hormonal. Tu reaccionarás al estado alterado del cuarto de manera física, aunque sus medidas de ancho y largo, en pulgadas o pies, parecen no cambiar. Decimos que parecen no cambiar porque los instrumentos mismos dentro de ese cuarto se habrán alterado en el mismo grado.
Tú estás cambiando constantemente la forma, la figura, el contorno y el significado de tu propio cuerpo físico y el de tu entorno más íntimo, aunque haces lo mejor que puedes por ignorar estas alteraciones constantes. Por otra parte, nosotros les damos completo dominio, sabiendo que estamos motivados por una estabilidad interior que muy bien puede permitir la espontaneidad y la creación, dándonos cuenta que la identidad espiritual y psicológica depende del cambio creativo.
Por esto nuestro entorno está compuesto por desequilibrios exquisitos, en donde al cambio se le permite jugar plenamente. Tu propia estructura del tiempo te induce a equivocarte sobre tus ideas de permanencia relativa de la materia física y cierras los ojos a la constante alteración dentro de ella. Tus sentidos físicos te confinan lo mejor que pueden a la percepción de una realidad muy formalizada. Solo utilizando las intuiciones, cuando duermes, y en el estado del sueño, por regla general, puedes percibir la placentera naturaleza cambiante de tu propia conciencia y de todas las conciencias.
Uno de mis deberes es iluminarte sobre estas materias. Debemos utilizar conceptos que al menos sean familiares para ti. Para hacerlo, utilizamos partes de nuestras propias personalidades con las que te puedas relacionar en cierto grado.
Nuestro entorno no tiene fin. En tus términos, no habría falta de espacio o de tiempo en los cuales operar. Esto pondría tremenda presión sobre cualquier conciencia sin la trayectoria y desarrollo apropiados. No tenemos un simple y acogedor universo en el cual escondernos. Estamos todavía vigilantes de otros sistemas de realidad extraños que brillen en los mismos extremos de la conciencia, como la conocemos. Existen muchos más tipos de conciencias que formas físicas, cada una con su propio patrón de percepción, habitando dentro de su propio sistema de camuflaje. No obstante, todas estas conciencias tienen conocimiento interior de la realidad que existe dentro de todo camuflaje y que compone cada realidad, cualquiera que sea el nombre que tenga.
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