Cuando uno ha nacido y muerto tantas veces, esperando la extinción con cada muerte, y cuando ésta experiencia es seguida por la realización de que la existencia aun continúa, entra entonces un sentimiento de la comedia divina.
Nosotros estamos empezando a aprender el gozo creativo del juego. Creo, por ejemplo, que toda creatividad y toda conciencia nacen en la calidad del juego, como opuesto al trabajo, en la acelerada espontaneidad intuitiva que veo como una constante a través de todas mis existencias y en la experiencia de aquellos que conozco.
Yo me comunico con tu dimensión, por ejemplo, no deseando estar en tu nivel de realidad, sino imaginándome a mí mismo allí. Todas mis muertes habrían sido aventuras, si me hubiera dado cuenta de lo que ahora sé. Por una parte, tú tomas la vida demasiado seriamente y, por la otra, no tomas el juego de la existencia con la suficiente seriedad.
Nosotros disfrutamos una sensación del juego que es muy espontánea y, sin embargo, supongo que tú la llamarías juego responsable. Ciertamente es un juego creativo. Por ejemplo, nosotros jugamos con la movilidad de nuestra conciencia, viendo que tan “lejos” puede uno enviarla. Estamos permanentemente sorprendidos ante los productos de nuestra propia conciencia y de las dimensiones de realidad a través de las cuales podemos jugar “golosa”. Podría parecer que utilizamos nuestra conciencia ociosamente en un juego como ese y, sin embargo, los senderos que formamos continúan existiendo y pueden ser utilizados por otros. Les dejamos mensajes, señales mentales, a quienes vienen por ellos.
Podemos estar altamente motivados y aun así usamos y entendemos la utilización creativa del juego, no solo como un método para lograr nuestras metas y propósitos, sino también como un esfuerzo sorprendente y creativo en sí mismo.
En mi trabajo como maestro viajo dentro de muchas dimensiones de existencia, de la misma manera como un profesor viajero podría dar lecciones en varios estados o países. No obstante, la semejanza termina ahí, en gran medida, ya que antes de que pueda empezar a trabajar debo establecer las estructuras psicológicas preliminares y aprender a conocer mis alumnos antes de que la enseñanza pueda empezar.
Debo tener un conocimiento profundo del particular sistema de realidad en el que mi discípulo opera, de su sistema de pensamiento y de los símbolos que son significativos. La estabilidad de la personalidad del alumno debe ser evaluada correctamente por mí. Las necesidades de esa personalidad no pueden ignorarse, sino que deben tenerse en consideración.
Al alumno se le debe alentar, pero no excesivamente, mientras se desarrolla. Mi material debe presentarse de tal manera que tenga sentido en el contexto en el cual el alumno entiende la realidad, especialmente en las primeras etapas. Se debe tener un gran cuidado, aun antes de que el aprendizaje formal empiece, y que todos los niveles de la personalidad se desarrollen a un ritmo más o menos constante.
Con mucha frecuencia el material que presento será entregado sin ninguna señal de mi presencia, aparentemente como una revelación sorprendente. No importando cuan cuidadosa sea la presentación del material, obligará a cambiar ideas del pasado, que son una parte muy poderosa de la personalidad del alumno. Lo que yo digo es una cosa, pero por supuesto el alumno es llevado a un comportamiento y experiencia psíquico y psicológico que puede parecer bastante extraño para él, en un nivel consciente. Los problemas varían de acuerdo con el sistema en el cual mi alumno tiene su existencia.
Esta es una parte normal de mi actividad en muchos niveles de existencia. Es un trabajo muy diversificado, ya que las estructuras de la personalidad varían. Mientras que dentro de los sistemas en los que trabajo hay ciertas similitudes básicas, en algunas dimensiones yo no estaría equipado para ser un maestro, simplemente porque los conceptos básicos de la experiencia serian extraños a mi naturaleza y los procesos de aprendizaje mismos estarían por fuera de mi propia experiencia.
Nosotros estamos empezando a aprender el gozo creativo del juego. Creo, por ejemplo, que toda creatividad y toda conciencia nacen en la calidad del juego, como opuesto al trabajo, en la acelerada espontaneidad intuitiva que veo como una constante a través de todas mis existencias y en la experiencia de aquellos que conozco.
Yo me comunico con tu dimensión, por ejemplo, no deseando estar en tu nivel de realidad, sino imaginándome a mí mismo allí. Todas mis muertes habrían sido aventuras, si me hubiera dado cuenta de lo que ahora sé. Por una parte, tú tomas la vida demasiado seriamente y, por la otra, no tomas el juego de la existencia con la suficiente seriedad.
Nosotros disfrutamos una sensación del juego que es muy espontánea y, sin embargo, supongo que tú la llamarías juego responsable. Ciertamente es un juego creativo. Por ejemplo, nosotros jugamos con la movilidad de nuestra conciencia, viendo que tan “lejos” puede uno enviarla. Estamos permanentemente sorprendidos ante los productos de nuestra propia conciencia y de las dimensiones de realidad a través de las cuales podemos jugar “golosa”. Podría parecer que utilizamos nuestra conciencia ociosamente en un juego como ese y, sin embargo, los senderos que formamos continúan existiendo y pueden ser utilizados por otros. Les dejamos mensajes, señales mentales, a quienes vienen por ellos.
Podemos estar altamente motivados y aun así usamos y entendemos la utilización creativa del juego, no solo como un método para lograr nuestras metas y propósitos, sino también como un esfuerzo sorprendente y creativo en sí mismo.
En mi trabajo como maestro viajo dentro de muchas dimensiones de existencia, de la misma manera como un profesor viajero podría dar lecciones en varios estados o países. No obstante, la semejanza termina ahí, en gran medida, ya que antes de que pueda empezar a trabajar debo establecer las estructuras psicológicas preliminares y aprender a conocer mis alumnos antes de que la enseñanza pueda empezar.
Debo tener un conocimiento profundo del particular sistema de realidad en el que mi discípulo opera, de su sistema de pensamiento y de los símbolos que son significativos. La estabilidad de la personalidad del alumno debe ser evaluada correctamente por mí. Las necesidades de esa personalidad no pueden ignorarse, sino que deben tenerse en consideración.
Al alumno se le debe alentar, pero no excesivamente, mientras se desarrolla. Mi material debe presentarse de tal manera que tenga sentido en el contexto en el cual el alumno entiende la realidad, especialmente en las primeras etapas. Se debe tener un gran cuidado, aun antes de que el aprendizaje formal empiece, y que todos los niveles de la personalidad se desarrollen a un ritmo más o menos constante.
Con mucha frecuencia el material que presento será entregado sin ninguna señal de mi presencia, aparentemente como una revelación sorprendente. No importando cuan cuidadosa sea la presentación del material, obligará a cambiar ideas del pasado, que son una parte muy poderosa de la personalidad del alumno. Lo que yo digo es una cosa, pero por supuesto el alumno es llevado a un comportamiento y experiencia psíquico y psicológico que puede parecer bastante extraño para él, en un nivel consciente. Los problemas varían de acuerdo con el sistema en el cual mi alumno tiene su existencia.
Esta es una parte normal de mi actividad en muchos niveles de existencia. Es un trabajo muy diversificado, ya que las estructuras de la personalidad varían. Mientras que dentro de los sistemas en los que trabajo hay ciertas similitudes básicas, en algunas dimensiones yo no estaría equipado para ser un maestro, simplemente porque los conceptos básicos de la experiencia serian extraños a mi naturaleza y los procesos de aprendizaje mismos estarían por fuera de mi propia experiencia.
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