Esta manera de concebir el tiempo te lleva a pensar en términos de un progreso muy limitado, tanto en términos individuales como en términos de tu especie en conjunto. Si has tenido en consideración la reencarnación, piensas que la raza deber haber progresado desde el tiempo de la edad media, aunque temes que no ha sido así. Puedes también considerar el progreso tecnológico y decir que por lo menos hemos avanzado mucho en esa dirección.
Puedes sonreír y pensar para ti mismo que es muy difícil imaginar un senador romano dirigiéndose a la multitud por medio de un micrófono, y sus hijos viendo su disertación por la televisión. Sin embargo, todo esto es sumamente engañoso. El progreso no existe en los términos en los que tú lo concibes, como tampoco el tiempo.
En cada drama, individual y colectivamente, se establecen los diferentes problemas. El progreso se puede medir en términos de las maneras en que esos problemas fueron resueltos o no resueltos. En ciertos periodos, se han logrado ciertos avances.
Los dramas son asuntos sumamente espontáneos, en los cuales los actores tienen plena libertad dentro de la estructura del drama. Como en cualquier producción teatral, existe un tema general dentro de cada drama. Los grandes artistas, por ejemplo, no surgen en un tiempo en particular, simplemente porque nacieron en él, o porque las condiciones eran favorables.
El drama mismo estaba interesado en la realización de una verdad intuitiva, dentro de lo que llamarías forma artística, con una creatividad de resultados tan inmensos que servirían para despertar las habilidades latentes dentro de cada actor y servir como un modelo de comportamiento.
Los periodos de renacimiento, espiritual, artístico, o psíquico, ocurren porque el intenso enfoque interior de aquellos envueltos en el drama es dirigido hacia esos fines. Los desafíos pueden ser diferentes en cada drama, pero los grandes temas son faros para todas las conciencias. Sirven como modelos.
El progreso no tiene nada que ver con el tiempo, sino con el enfoque psíquico y espiritual. Cada drama es totalmente diferente a cualquier otro. Por lo tanto, no es correcto suponer que tus acciones en esta vida son causadas por una existencia previa, o que estás siendo castigado en esta vida por crímenes de una vida pasada. Todas las vidas son simultaneas.
Tu propia personalidad multidimensional está dotada de tal manera que puede tener estas experiencias y todavía retener su identidad. La personalidad es afectada por los diferentes dramas en los cuales participa. Existe una comunicación instantánea y, si lo prefieres, un sistema de retroalimentación instantáneo.
Estos dramas difícilmente están sin propósito. En ellos, la personalidad multidimensional aprende por medio de sus propias acciones. Ensaya una infinita variedad de posturas, patrones de comportamiento y actitudes.
Las palabras “como resultado”, infieren automáticamente causa y efecto, con la causa sucediendo antes del efecto, siendo este simplemente un pequeño ejemplo de la fuerza de tales distorsiones y de la dificultad inherente involucrada en el pensamiento verbal, ya que ella siempre implica una sola línea de delineación.
Tú eres el ser multidimensional que tiene estas existencias, quien crea y participa en estos pasionales dramas cósmicos. Es solamente porque te concentras ahora en este rol en particular, que identificas tu ser total con él. Has establecido estas reglas para ti mismo por una razón. La conciencia esta en un estado de “llegar a ser”, de tal manera que este ser multidimensional de que hablo no es una estructura psicológica completa y acabada. También está en estado de “llegar a ser”. Está aprendiendo el arte de la realización. Tiene dentro de sí fuentes infinitas de creatividad, e ilimitadas posibilidades de desarrollo. Sin embargo, tiene todavía que aprender los medios para la realización y debe encontrar dentro de sí mismo las maneras de atraer a la existencia aquellas inexpresadas creaciones que están dentro de él.
El ser multidimensional crea variedades de condiciones en las cuales operar y establece para sí mismo los desafíos, algunos de los cuales están condenados al fracaso, por lo menos inicialmente, ya que debe primero crear las condiciones que atraerán las nuevas creaciones. Todo esto se hace con gran espontaneidad y alegría ilimitada.
Tú creas muchos más entornos de los que te enteras. Cada actor, al desempeñar su papel y concentrarse en el drama, tiene una línea de guía interior. No queda abandonado dentro del drama, que ha olvidado que era de su propia creación. Tiene conocimiento e información que le llegan a través de lo que llamo los sentidos internos.
Puedes sonreír y pensar para ti mismo que es muy difícil imaginar un senador romano dirigiéndose a la multitud por medio de un micrófono, y sus hijos viendo su disertación por la televisión. Sin embargo, todo esto es sumamente engañoso. El progreso no existe en los términos en los que tú lo concibes, como tampoco el tiempo.
En cada drama, individual y colectivamente, se establecen los diferentes problemas. El progreso se puede medir en términos de las maneras en que esos problemas fueron resueltos o no resueltos. En ciertos periodos, se han logrado ciertos avances.
Los dramas son asuntos sumamente espontáneos, en los cuales los actores tienen plena libertad dentro de la estructura del drama. Como en cualquier producción teatral, existe un tema general dentro de cada drama. Los grandes artistas, por ejemplo, no surgen en un tiempo en particular, simplemente porque nacieron en él, o porque las condiciones eran favorables.
El drama mismo estaba interesado en la realización de una verdad intuitiva, dentro de lo que llamarías forma artística, con una creatividad de resultados tan inmensos que servirían para despertar las habilidades latentes dentro de cada actor y servir como un modelo de comportamiento.
Los periodos de renacimiento, espiritual, artístico, o psíquico, ocurren porque el intenso enfoque interior de aquellos envueltos en el drama es dirigido hacia esos fines. Los desafíos pueden ser diferentes en cada drama, pero los grandes temas son faros para todas las conciencias. Sirven como modelos.
El progreso no tiene nada que ver con el tiempo, sino con el enfoque psíquico y espiritual. Cada drama es totalmente diferente a cualquier otro. Por lo tanto, no es correcto suponer que tus acciones en esta vida son causadas por una existencia previa, o que estás siendo castigado en esta vida por crímenes de una vida pasada. Todas las vidas son simultaneas.
Tu propia personalidad multidimensional está dotada de tal manera que puede tener estas experiencias y todavía retener su identidad. La personalidad es afectada por los diferentes dramas en los cuales participa. Existe una comunicación instantánea y, si lo prefieres, un sistema de retroalimentación instantáneo.
Estos dramas difícilmente están sin propósito. En ellos, la personalidad multidimensional aprende por medio de sus propias acciones. Ensaya una infinita variedad de posturas, patrones de comportamiento y actitudes.
Las palabras “como resultado”, infieren automáticamente causa y efecto, con la causa sucediendo antes del efecto, siendo este simplemente un pequeño ejemplo de la fuerza de tales distorsiones y de la dificultad inherente involucrada en el pensamiento verbal, ya que ella siempre implica una sola línea de delineación.
Tú eres el ser multidimensional que tiene estas existencias, quien crea y participa en estos pasionales dramas cósmicos. Es solamente porque te concentras ahora en este rol en particular, que identificas tu ser total con él. Has establecido estas reglas para ti mismo por una razón. La conciencia esta en un estado de “llegar a ser”, de tal manera que este ser multidimensional de que hablo no es una estructura psicológica completa y acabada. También está en estado de “llegar a ser”. Está aprendiendo el arte de la realización. Tiene dentro de sí fuentes infinitas de creatividad, e ilimitadas posibilidades de desarrollo. Sin embargo, tiene todavía que aprender los medios para la realización y debe encontrar dentro de sí mismo las maneras de atraer a la existencia aquellas inexpresadas creaciones que están dentro de él.
El ser multidimensional crea variedades de condiciones en las cuales operar y establece para sí mismo los desafíos, algunos de los cuales están condenados al fracaso, por lo menos inicialmente, ya que debe primero crear las condiciones que atraerán las nuevas creaciones. Todo esto se hace con gran espontaneidad y alegría ilimitada.
Tú creas muchos más entornos de los que te enteras. Cada actor, al desempeñar su papel y concentrarse en el drama, tiene una línea de guía interior. No queda abandonado dentro del drama, que ha olvidado que era de su propia creación. Tiene conocimiento e información que le llegan a través de lo que llamo los sentidos internos.