En nuestro Blog hemos presentado una amplia variedad de tópicos que incluyen la naturaleza de la realidad física, los orígenes del universo, la teoría de la evolución, la historia de Cristo, la naturaleza de Dios y el propósito de la vida. Vamos a presentar en forma sucinta algunos de esos tópicos, a manera de repaso general de lo que hemos expuesto en forma un poco más extensa.
El Tiempo y el Espacio
Tiempo y espacio son “presunciones básicas” de este plano de existencia. El tiempo y el espacio son esencialmente ilusorios, y tanto el pasado como el futuro coexisten con el presente en lo que hemos llamado “presente espacioso”. Por consiguiente, las encarnaciones de una persona en diferentes periodos de tiempo son vividos en realidad simultáneamente y no consecutivamente. Las comunicaciones entre los varios seres pasados, presentes y futuros ocurren durante el estado del sueño. El tiempo parece existir en una forma lineal por las limitaciones inherentes al cerebro físico humano. El desarrollo, la expansión, el crecimiento y el cambio no requieren del tiempo para ocurrir.
Creamos nuestra propia realidad
Todos los individuos crean sus propias circunstancias y experiencias dentro de un entorno terrenal compartido. “Creamos nuestra propia realidad”, es una verdad espiritual que hemos expresado frecuentemente. El ser interior es responsable por la construcción y mantenimiento del cuerpo físico del individuo y de su entorno físico inmediato. Sin embargo, los eventos se desarrollan de acuerdo con las creencias y las actitudes del ego exterior. Tanto las actitudes productivas, como las improductivas, se traducen en la realidad y es por eso por lo que una de las tareas del individuo es aprender la manera de orientar sus pensamientos en una dirección positiva.
Debemos observar los cuadros que pintamos con nuestra imaginación, ya que le damos a nuestra imaginación un predominio total. El entorno y las condiciones de nuestra vida en un momento determinado, son el resultado directo de nuestras propias expectativas. Formamos la materialización física de estas realidades dentro de nuestra propia mente.
Si imaginamos circunstancias angustiosas, mala salud, o una soledad desesperada, estas se materializaran automáticamente, ya que estos pensamientos mismos atraerán las condiciones que les darán realidad en términos físicos. Si deseamos tener buena salud, debemos imaginar esto tan vividamente, como en medio del temor imaginamos lo contrario.
Creamos nuestras propias dificultades. Esto es cierto para cada individuo. El estado psicológico interno es proyectado hacia el exterior, alcanzando la realidad física, sin importar la naturaleza del estado psicológico. Estas son normas que aplican a todo el mundo. Podemos utilizarlas para nuestro propio beneficio y cambiar nuestras propias condiciones, una vez nos demos cuenta cuales son ellas.
No podemos escapar de nuestras propias actitudes, ya que ellas formarán la naturaleza de lo que vemos. Casi literalmente, vemos lo que queremos ver; y vemos nuestros propios pensamientos y actitudes emocionales materializadas en forma física. Si deben ocurrir cambios, ellos deben ser primero cambios mentales y psíquicos y ellos se verán reflejados en nuestro entorno. Las actitudes negativas, de desconfianza, de temor, o degradantes, hacia cualquier persona, van en contra del ser.
El Tiempo y el Espacio
Tiempo y espacio son “presunciones básicas” de este plano de existencia. El tiempo y el espacio son esencialmente ilusorios, y tanto el pasado como el futuro coexisten con el presente en lo que hemos llamado “presente espacioso”. Por consiguiente, las encarnaciones de una persona en diferentes periodos de tiempo son vividos en realidad simultáneamente y no consecutivamente. Las comunicaciones entre los varios seres pasados, presentes y futuros ocurren durante el estado del sueño. El tiempo parece existir en una forma lineal por las limitaciones inherentes al cerebro físico humano. El desarrollo, la expansión, el crecimiento y el cambio no requieren del tiempo para ocurrir.
Creamos nuestra propia realidad
Todos los individuos crean sus propias circunstancias y experiencias dentro de un entorno terrenal compartido. “Creamos nuestra propia realidad”, es una verdad espiritual que hemos expresado frecuentemente. El ser interior es responsable por la construcción y mantenimiento del cuerpo físico del individuo y de su entorno físico inmediato. Sin embargo, los eventos se desarrollan de acuerdo con las creencias y las actitudes del ego exterior. Tanto las actitudes productivas, como las improductivas, se traducen en la realidad y es por eso por lo que una de las tareas del individuo es aprender la manera de orientar sus pensamientos en una dirección positiva.
Debemos observar los cuadros que pintamos con nuestra imaginación, ya que le damos a nuestra imaginación un predominio total. El entorno y las condiciones de nuestra vida en un momento determinado, son el resultado directo de nuestras propias expectativas. Formamos la materialización física de estas realidades dentro de nuestra propia mente.
Si imaginamos circunstancias angustiosas, mala salud, o una soledad desesperada, estas se materializaran automáticamente, ya que estos pensamientos mismos atraerán las condiciones que les darán realidad en términos físicos. Si deseamos tener buena salud, debemos imaginar esto tan vividamente, como en medio del temor imaginamos lo contrario.
Creamos nuestras propias dificultades. Esto es cierto para cada individuo. El estado psicológico interno es proyectado hacia el exterior, alcanzando la realidad física, sin importar la naturaleza del estado psicológico. Estas son normas que aplican a todo el mundo. Podemos utilizarlas para nuestro propio beneficio y cambiar nuestras propias condiciones, una vez nos demos cuenta cuales son ellas.
No podemos escapar de nuestras propias actitudes, ya que ellas formarán la naturaleza de lo que vemos. Casi literalmente, vemos lo que queremos ver; y vemos nuestros propios pensamientos y actitudes emocionales materializadas en forma física. Si deben ocurrir cambios, ellos deben ser primero cambios mentales y psíquicos y ellos se verán reflejados en nuestro entorno. Las actitudes negativas, de desconfianza, de temor, o degradantes, hacia cualquier persona, van en contra del ser.
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