Todo esto está también conectado con tus creencias acerca de los estados de vigilia y del sueño, siendo el blanco familiarizado con el día y el negro con la condición del sueño. Aquí nuevamente está la vieja conexión con el Dios de la Luz y El Príncipe de Las Tinieblas, o Satán – distinciones todas hechas en varios niveles de desarrollo y teniendo que ver con la naturaleza del origen de la conciencia actual.
A través de las eras las filosofías subterráneas han tratado de combinar los dos conceptos, usualmente yendo de un extremo al otro al combatir las ideas corrientes en términos históricos. En algunas de estas filosofías la luz del día es vista como pálida, por ejemplo, en comparación con la verdadera brillantez del conocimiento que ilumina el estado del sueño, y el blanco es entonces el símbolo del conocimiento secreto que no se puede encontrar con la conciencia normal, o ser escudriñado a la luz del día.
Aquí encuentras historias de magos negros; y, una vez más, entra la edad de tal manera que las leyendas del viejo hombre sabio, o la vieja mujer sabia, ascienden en el folklore. La muerte es vista en términos de juicio de valores de bueno y malo y negro y blanco – siendo percibida la aniquilación de la conciencia como negra y su resurrección como blanca.
La luz de la iluminación es experimentada como blanca, y sin embargo con frecuencia parece delinear la oscuridad del alma, o brillar en el negro de la noche. Así, en tus términos de referencia, los dos dependen el uno del otro, cambiando su connotación de acuerdo con tus creencias.
En muchas civilizaciones antiguas, la noche con su negrura era venerada y lo secretos de la conciencia de la noche eran explorados. Se hacían correlaciones en las que tal conocimiento era utilizado conscientemente en el día. Los dos aspectos de la conciencia aparentemente separados se mezclaron y hubo un florecimiento del arte y la civilización que son, en tus términos ahora, casi imposibles de concebir. Y en tales civilizaciones a todas las razas se les otorgaba su lugar, graciosamente, y las personas de todas las edades eran respetadas por sus contribuciones.
En tales sociedades los juicios de valor limitados mencionados antes no aplicaban. Los individuos – o las razas – no tenían que tomar ciertos roles específicos, representando las varias partes de las características de la humanidad; a cada persona se le permitía ser única, con todo lo que eso implica.
Esto no significa que la humanidad haya caído de su estado de gracia a lo que parece ser una condición inferior. Significa que ha escogido diversificar las funciones y habilidades, aislarlas, por así decirlo, con el fin de aprender y comprender, e incluso desarrollar sus peculiares naturalezas.
Hay maneras de asimilar tu conocimiento interior, tus valores contrastantes de luz y oscuridad, de bueno y malo, de juventud y vejez, y utilizando tales criterios enriquecer tu propia experiencia de la manera más práctica. Al hacerlo, mejorarás no solo tú mismo y tu sociedad sino el mundo en general. También reconocerás el estado de gracia en el cual debes existir. Démosle una mirada a algunas de esas formas.
Se debe hacer un intento de correlacionar aspectos de la experiencia aparentemente diversos, combinar las ideas de luz y oscuridad, conciencia e inconciencia, y así sucesivamente, no solo en la experiencia privada sino en la colectiva.
Como lo he mencionado, se han hecho grandes distinciones entre tus estados de vigilia y del sueño. Ellos se han dividido cuidadosamente, con muy poco esfuerzo por relacionarlos realmente. Muchas personas no encontrarán práctico cambiar sus horas de sueño por compromisos de trabajo. Algunas estarán en capacidad de hacerlo, sin embargo, y todos aquellos que estén realmente interesados en este empeño pueden al menos lograr alguna variación, en ocasiones, que les permitirá conectar sus actividades del sueño y la vigilia con una efectividad mucho mayor.
Quienes estén en capacidad de hacerlo descubrirán que un arreglo un tanto cambiado funcionará grandemente para tu conveniencia. Sugiero un bloque de sueño de seis horas en una sesión, y no más. Si todavía sientes la necesidad por un mayor descanso, entonces una siesta de máximo dos horas se puede agregar.
Muchos encontrarán que un período de sueño continuado de cinco horas es más que suficiente, con una siesta según se requiera. Un bloque de cuatro horas es ideal, sin embargo, reforzado por cualquiera que sea la siesta que se sienta natural.
En tales circunstancias, no hay la gran división artificial creada entre los dos estados de conciencia. La mente consciente está en mejor capacidad de recordar y asimilar su experiencia del sueño, y en los sueños el ser puede utilizar la experiencia de vigilia más eficientemente.
Con frecuencia en las personas de mayor edad encuentras tales estructuras presentándose naturalmente, pero quienes se despiertan espontáneamente después de cuatro horas se consideran ellos mismos insomnes por causa de sus creencias, y así no pueden utilizar apropiadamente su experiencia. Lo consciente y lo subconsciente operan mucho más efectivamente, sin embargo, bajo un programa abreviado de sueño, y para quienes están involucrados en esfuerzos “creativos” este tipo de programa traería una mayor intuición y conocimiento aplicado.
Los individuos que siguen tal comportamiento natural sentirían una mucho mayor estabilidad en ellos mismos. Dentro de los patrones generales que he mencionado, cada uno por supuesto encontrará su propio ritmo particular, y alguna experimentación podría ser necesaria hasta que se aprenda el equilibrio máximo. Sin embargo, el flujo de vitalidad sería intensificado.
Es verdad que los patrones tendrán su propio flujo en ciertos puntos de tu vida. Siguiendo tu propio ritmo, periodos más largos o más cortos sobrevendrán naturalmente. Tu conciencia, tal como la concibes, se expandirá con tales prácticas. Hablando en términos generales, períodos de ocho horas de sueño, o períodos más largos, no son benéficos, ni en términos más amplios son naturales para la raza.
Hay un toma y dame en la reacción química, o más bien en los ritmos químicos de las reacciones, que son mucho más efectivos en los periodos de sueño más cortos. Muchas personas duermen por períodos que deberían ser aquellos de la mayor creatividad y atención, en los cuales lo consciente y lo inconsciente están lo más hermosamente enfocados y son uno. La mente consciente con frecuencia está drogada con el sueño, precisamente cuando podría estar sacando provecho de los mayores beneficios del inconsciente, y en capacidad de estar en equilibrio más significativamente en la realidad que conoces. En estas ocasiones la belleza y la iluminación de tu estado del sueño pueden estar claras en tu mente consciente, y pueden utilizarse para enriquecer tu vida física. Los contrastes en tu experiencia aparecerán para ti en su claridad unificada.
A través de las eras las filosofías subterráneas han tratado de combinar los dos conceptos, usualmente yendo de un extremo al otro al combatir las ideas corrientes en términos históricos. En algunas de estas filosofías la luz del día es vista como pálida, por ejemplo, en comparación con la verdadera brillantez del conocimiento que ilumina el estado del sueño, y el blanco es entonces el símbolo del conocimiento secreto que no se puede encontrar con la conciencia normal, o ser escudriñado a la luz del día.
Aquí encuentras historias de magos negros; y, una vez más, entra la edad de tal manera que las leyendas del viejo hombre sabio, o la vieja mujer sabia, ascienden en el folklore. La muerte es vista en términos de juicio de valores de bueno y malo y negro y blanco – siendo percibida la aniquilación de la conciencia como negra y su resurrección como blanca.
La luz de la iluminación es experimentada como blanca, y sin embargo con frecuencia parece delinear la oscuridad del alma, o brillar en el negro de la noche. Así, en tus términos de referencia, los dos dependen el uno del otro, cambiando su connotación de acuerdo con tus creencias.
En muchas civilizaciones antiguas, la noche con su negrura era venerada y lo secretos de la conciencia de la noche eran explorados. Se hacían correlaciones en las que tal conocimiento era utilizado conscientemente en el día. Los dos aspectos de la conciencia aparentemente separados se mezclaron y hubo un florecimiento del arte y la civilización que son, en tus términos ahora, casi imposibles de concebir. Y en tales civilizaciones a todas las razas se les otorgaba su lugar, graciosamente, y las personas de todas las edades eran respetadas por sus contribuciones.
En tales sociedades los juicios de valor limitados mencionados antes no aplicaban. Los individuos – o las razas – no tenían que tomar ciertos roles específicos, representando las varias partes de las características de la humanidad; a cada persona se le permitía ser única, con todo lo que eso implica.
Esto no significa que la humanidad haya caído de su estado de gracia a lo que parece ser una condición inferior. Significa que ha escogido diversificar las funciones y habilidades, aislarlas, por así decirlo, con el fin de aprender y comprender, e incluso desarrollar sus peculiares naturalezas.
Hay maneras de asimilar tu conocimiento interior, tus valores contrastantes de luz y oscuridad, de bueno y malo, de juventud y vejez, y utilizando tales criterios enriquecer tu propia experiencia de la manera más práctica. Al hacerlo, mejorarás no solo tú mismo y tu sociedad sino el mundo en general. También reconocerás el estado de gracia en el cual debes existir. Démosle una mirada a algunas de esas formas.
Se debe hacer un intento de correlacionar aspectos de la experiencia aparentemente diversos, combinar las ideas de luz y oscuridad, conciencia e inconciencia, y así sucesivamente, no solo en la experiencia privada sino en la colectiva.
Como lo he mencionado, se han hecho grandes distinciones entre tus estados de vigilia y del sueño. Ellos se han dividido cuidadosamente, con muy poco esfuerzo por relacionarlos realmente. Muchas personas no encontrarán práctico cambiar sus horas de sueño por compromisos de trabajo. Algunas estarán en capacidad de hacerlo, sin embargo, y todos aquellos que estén realmente interesados en este empeño pueden al menos lograr alguna variación, en ocasiones, que les permitirá conectar sus actividades del sueño y la vigilia con una efectividad mucho mayor.
Quienes estén en capacidad de hacerlo descubrirán que un arreglo un tanto cambiado funcionará grandemente para tu conveniencia. Sugiero un bloque de sueño de seis horas en una sesión, y no más. Si todavía sientes la necesidad por un mayor descanso, entonces una siesta de máximo dos horas se puede agregar.
Muchos encontrarán que un período de sueño continuado de cinco horas es más que suficiente, con una siesta según se requiera. Un bloque de cuatro horas es ideal, sin embargo, reforzado por cualquiera que sea la siesta que se sienta natural.
En tales circunstancias, no hay la gran división artificial creada entre los dos estados de conciencia. La mente consciente está en mejor capacidad de recordar y asimilar su experiencia del sueño, y en los sueños el ser puede utilizar la experiencia de vigilia más eficientemente.
Con frecuencia en las personas de mayor edad encuentras tales estructuras presentándose naturalmente, pero quienes se despiertan espontáneamente después de cuatro horas se consideran ellos mismos insomnes por causa de sus creencias, y así no pueden utilizar apropiadamente su experiencia. Lo consciente y lo subconsciente operan mucho más efectivamente, sin embargo, bajo un programa abreviado de sueño, y para quienes están involucrados en esfuerzos “creativos” este tipo de programa traería una mayor intuición y conocimiento aplicado.
Los individuos que siguen tal comportamiento natural sentirían una mucho mayor estabilidad en ellos mismos. Dentro de los patrones generales que he mencionado, cada uno por supuesto encontrará su propio ritmo particular, y alguna experimentación podría ser necesaria hasta que se aprenda el equilibrio máximo. Sin embargo, el flujo de vitalidad sería intensificado.
Es verdad que los patrones tendrán su propio flujo en ciertos puntos de tu vida. Siguiendo tu propio ritmo, periodos más largos o más cortos sobrevendrán naturalmente. Tu conciencia, tal como la concibes, se expandirá con tales prácticas. Hablando en términos generales, períodos de ocho horas de sueño, o períodos más largos, no son benéficos, ni en términos más amplios son naturales para la raza.
Hay un toma y dame en la reacción química, o más bien en los ritmos químicos de las reacciones, que son mucho más efectivos en los periodos de sueño más cortos. Muchas personas duermen por períodos que deberían ser aquellos de la mayor creatividad y atención, en los cuales lo consciente y lo inconsciente están lo más hermosamente enfocados y son uno. La mente consciente con frecuencia está drogada con el sueño, precisamente cuando podría estar sacando provecho de los mayores beneficios del inconsciente, y en capacidad de estar en equilibrio más significativamente en la realidad que conoces. En estas ocasiones la belleza y la iluminación de tu estado del sueño pueden estar claras en tu mente consciente, y pueden utilizarse para enriquecer tu vida física. Los contrastes en tu experiencia aparecerán para ti en su claridad unificada.
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