Cada uno de tus seres reencarnacionales nace como una criatura en la carne, igual que tú. Cada uno tiene su propio “punto de poder”, o momentos sucesivos en los que también materializa su existencia diaria de una manera lineal, de todas las probabilidades disponibles para él.
De una manera que será explicada mas adelante para aquellos interesados en tales materias, hay un tipo de coincidencia con todos estos puntos de poder presentes que existen entre tú y tus seres “reencarnacionales”. Hay incluso conexiones biológicas en términos de “memoria” celular. De esta manera, a través de tus creencias corrientes puedes, en tu propio espacio y tiempo, atraer tendencias hacia ciertas experiencias compartidas por estos otros. Hay una interacción constante en este punto de poder multidimensional, de tal manera que, en tus términos, un ser encarnado toma de todos los otros las habilidades que desea, de acuerdo con sus propias especificas y localizadas creencias.
Estos seres son diferentes contrapartes de ti mismo en el reino de las criaturas experimentando la realidad corporal; pero al mismo tiempo tu organismo excluye la naturaleza simultanea de la experiencia. Esto no quiere decir que a otros niveles no puedas percibirla, sino que, en términos generales, los eventos deben parecer que aparecen en una serie.
En términos personales y raciales muy reales, el pasado todavía está ocurriendo. Tú lo creas desde tu presente de acuerdo con tus creencias. Un apéndice removido no reaparecerá físicamente. Hay ciertas estructuras que son aceptadas, construidas dentro de ti como criatura. Hay una mucho mayor libertad, sin embargo, aun a nivel celular.
Una buena demostración de hipnosis indicará claramente que el punto de poder está en el presente, y esa creencia dicta tu experiencia.
No hay ninguna magia en la hipnosis. Cada persona la utiliza constantemente. Solo cuando se le asignan particulares procedimientos, y cuando es puesta aparte de la vida normal, la sugestión hipnótica parece tan esotérica. La hipnosis estructurada solo le permite al sujeto utilizar todos los poderes de concentración, activando de ese modo mecanismos inconscientes.
Con las distorsiones presentes en los procedimientos organizados, sin embargo, y los malentendidos de los practicantes, el fenómeno parece mostrar en realidad una cara diferente. El sujeto está de acuerdo en aceptar las creencias del hipnotizador. Puesto que la telepatía existe, el sujeto no solo reaccionará a los comandos verbales, sino también a las creencias inexpresadas del practicante, “probando” de ese modo, por supuesto, la teoría del hipnotizador de lo que es su profesión.
La hipnosis muestra claramente en forma concentrada la manera en que tus creencias afectan tu comportamiento en la vida normal. Los varios métodos simplemente enfocan toda tu concentración sobre un área especifica, excluyendo todas las distracciones.
Tus creencias actúan como un hipnotizador. Mientras se den las instrucciones particulares, así mismo se conformará tu experiencia “automática”. La única sugestión que puede abrirse paso es esta: “Yo creo mi realidad, y el presente es mi punto de poder”. Si no te gustan los efectos de una creencia, la debes cambiar, ya que ninguna manipulación de las condiciones externas mismas te liberarán. Si realmente comprendes tu poder de acción y decisión en el presente, entonces no serás hipnotizado por los eventos pasados.
Piensa del presente como un estanque de experiencia sacado de muchas fuentes, alimentado, en tus términos, por tributarios del pasado y del futuro. Hay un número infinito de tales tributarios (probabilidades), y por medio de tus creencias escoges de estos, ajustando sus corrientes. Por ejemplo: Si te enfocas constantemente en la creencia de que tu formación temprana era perjudicial y negativa, entonces solamente tales experiencias fluirán hacia tu vida presente desde el pasado. No hace bien decir, “Pero mi vida era traumática”, reforzando por consiguiente la creencia. Debes, de una u otra manera, modificar esa convicción, o preferiblemente cambiarla totalmente – o nunca escaparás a sus efectos. Esto no significa “mentirte” a ti mismo; pero si te parece que tu formación no tienen alegrías, logros o placeres, te estás mintiendo a ti mismo ahora. Te has concentrado en lo negativo a tal grado que todo lo demás parece invisible. Desde el presente te has hipnotizado a ti mismo, visualizando el pasado no como fue para tu experiencia, sino como aparece ahora a la luz de tus creencias corrientes.
Lo has reconstruido. Así, cuando te digo que reestructures tu pasado, no te estoy diciendo que hagas algo que ya no hayas hecho. La hipnosis es solamente un estado de atención concentrado, en el cual te enfocas sobre las creencias. Las demostraciones populares llevan al publico a creer que el sujeto debe caer dormido, o que debe estar completamente relajado, pero este no es el caso. El único prerrequisito es una concentración intensa sobre la información especifica que está llegando, con la exclusión de todo lo demás. Por consiguiente, las órdenes dadas son claras y al punto. No se recibe información conflictiva, ni mensajes cruzados.
La exclusión de información superflua y la reducción del enfoque son los dos ingredientes más importantes. La relajación puede ayudar, simplemente porque el cuerpo de mensajes está también aquietado, y la mente no está preocupada con ellos.
Muchas creencias fueron aceptadas originalmente como resultado de tal situación, sin una inducción formal, pero cuando las circunstancias eran correctas. Un periodo de pánico induce una concentración acelerada inmediata. Todas las fuerzas de la energía son movilizadas de inmediato, mientras muy poca relajación está involucrada usualmente.
Por otra parte, tales creencias pueden ser aceptadas cuando parece que la mente consciente está dormida, o embotada, como en periodos de choque, o durante operaciones. El foco de atención es reducido e intensificado. Uno de los problemas es que se han hecho distinciones demasiado específicas entre la mente consciente y la inconsciente. Ellas se intercalan.
La hipnosis, usada apropiadamente, sin la alharaca que usualmente se le asigna, es un excelente método de insertar nuevas creencias y desembarazarse de las viejas. Sin embargo, esto solo es verdad si te das cuenta del poder de tu mente consciente en ese momento, y si comprendes la habilidad de tu conciencia para movilizar reacciones inconscientes.
Es de la mayor importancia que te des cuenta de varios puntos antes de que ensayes los métodos sugeridos.
Primero que todo, el inconsciente no es una esponja, aceptando material indiscriminadamente, a pesar de las consideraciones de tu ser consciente. Todas las creencias o sugestiones son primero filtradas por tu mente consciente, y solamente a aquellas que aceptas les es permitida la penetración dentro de las otras áreas del ser.
Ninguna creencia negativa te fue impuesta, por lo tanto, contra tu voluntad. Ninguna puede ser infligida sobre ti, que conscientemente no aceptes. En la hipnosis formal, el hipnotizador y el sujeto juegan un juego. Si el hipnotizador le ordena al sujeto olvidar lo que sucedió, ese individuo pretenderá hacerlo. En ese contexto, los dos tienen la creencia en el olvido resultante, y es el poder de la creencia el que está siendo demostrado. Pero en cambio esto es tomado como indicación de que la mente consciente está indefensa bajo tales condiciones, hablando generalmente, pero este no es el caso.
Sin inducciones, tú mismo te has “hipnotizado” con todas las creencias que tienes. Esto significa simplemente que conscientemente las has aceptado, te has concentrado en ellas, excluyendo la información en contrario, reduciendo tus intereses a esos puntos específicos, y en consecuencia activando los mecanismos inconscientes que entonces materializan esas convicciones a través de la experiencia física.
La hipnosis formal solamente produce una versión acelerada de aquello que pasa todo el tiempo. Es un ejemplo perfecto de resultados instantáneos idealmente posibles – pero usualmente no visualizados prácticamente – de cómo las creencias presentes niegan las creencias pasadas.
Vamos a tratar con métodos prácticos que te permitirán alterar tus creencias y cambiar tu experiencia. Más adelante te mostraré como tus creencias individuales atraen hacia ti alegrías y desastres. También discutiremos las formas en las que las creencias colectivas juntarán a muchas personas en los grandes periodos de celebración, o como victimas o sobrevivientes de desastres que parecen existir aparte de ellas mismas.
Primero que todo discutamos la naturaleza de la hipnosis, la hipnosis totalmente natural, y las maneras en las que la utilizas ahora. Verás entonces como puedes utilizarla muy fácil y deliberadamente en tu punto de poder presente.
De una manera que será explicada mas adelante para aquellos interesados en tales materias, hay un tipo de coincidencia con todos estos puntos de poder presentes que existen entre tú y tus seres “reencarnacionales”. Hay incluso conexiones biológicas en términos de “memoria” celular. De esta manera, a través de tus creencias corrientes puedes, en tu propio espacio y tiempo, atraer tendencias hacia ciertas experiencias compartidas por estos otros. Hay una interacción constante en este punto de poder multidimensional, de tal manera que, en tus términos, un ser encarnado toma de todos los otros las habilidades que desea, de acuerdo con sus propias especificas y localizadas creencias.
Estos seres son diferentes contrapartes de ti mismo en el reino de las criaturas experimentando la realidad corporal; pero al mismo tiempo tu organismo excluye la naturaleza simultanea de la experiencia. Esto no quiere decir que a otros niveles no puedas percibirla, sino que, en términos generales, los eventos deben parecer que aparecen en una serie.
En términos personales y raciales muy reales, el pasado todavía está ocurriendo. Tú lo creas desde tu presente de acuerdo con tus creencias. Un apéndice removido no reaparecerá físicamente. Hay ciertas estructuras que son aceptadas, construidas dentro de ti como criatura. Hay una mucho mayor libertad, sin embargo, aun a nivel celular.
Una buena demostración de hipnosis indicará claramente que el punto de poder está en el presente, y esa creencia dicta tu experiencia.
No hay ninguna magia en la hipnosis. Cada persona la utiliza constantemente. Solo cuando se le asignan particulares procedimientos, y cuando es puesta aparte de la vida normal, la sugestión hipnótica parece tan esotérica. La hipnosis estructurada solo le permite al sujeto utilizar todos los poderes de concentración, activando de ese modo mecanismos inconscientes.
Con las distorsiones presentes en los procedimientos organizados, sin embargo, y los malentendidos de los practicantes, el fenómeno parece mostrar en realidad una cara diferente. El sujeto está de acuerdo en aceptar las creencias del hipnotizador. Puesto que la telepatía existe, el sujeto no solo reaccionará a los comandos verbales, sino también a las creencias inexpresadas del practicante, “probando” de ese modo, por supuesto, la teoría del hipnotizador de lo que es su profesión.
La hipnosis muestra claramente en forma concentrada la manera en que tus creencias afectan tu comportamiento en la vida normal. Los varios métodos simplemente enfocan toda tu concentración sobre un área especifica, excluyendo todas las distracciones.
Tus creencias actúan como un hipnotizador. Mientras se den las instrucciones particulares, así mismo se conformará tu experiencia “automática”. La única sugestión que puede abrirse paso es esta: “Yo creo mi realidad, y el presente es mi punto de poder”. Si no te gustan los efectos de una creencia, la debes cambiar, ya que ninguna manipulación de las condiciones externas mismas te liberarán. Si realmente comprendes tu poder de acción y decisión en el presente, entonces no serás hipnotizado por los eventos pasados.
Piensa del presente como un estanque de experiencia sacado de muchas fuentes, alimentado, en tus términos, por tributarios del pasado y del futuro. Hay un número infinito de tales tributarios (probabilidades), y por medio de tus creencias escoges de estos, ajustando sus corrientes. Por ejemplo: Si te enfocas constantemente en la creencia de que tu formación temprana era perjudicial y negativa, entonces solamente tales experiencias fluirán hacia tu vida presente desde el pasado. No hace bien decir, “Pero mi vida era traumática”, reforzando por consiguiente la creencia. Debes, de una u otra manera, modificar esa convicción, o preferiblemente cambiarla totalmente – o nunca escaparás a sus efectos. Esto no significa “mentirte” a ti mismo; pero si te parece que tu formación no tienen alegrías, logros o placeres, te estás mintiendo a ti mismo ahora. Te has concentrado en lo negativo a tal grado que todo lo demás parece invisible. Desde el presente te has hipnotizado a ti mismo, visualizando el pasado no como fue para tu experiencia, sino como aparece ahora a la luz de tus creencias corrientes.
Lo has reconstruido. Así, cuando te digo que reestructures tu pasado, no te estoy diciendo que hagas algo que ya no hayas hecho. La hipnosis es solamente un estado de atención concentrado, en el cual te enfocas sobre las creencias. Las demostraciones populares llevan al publico a creer que el sujeto debe caer dormido, o que debe estar completamente relajado, pero este no es el caso. El único prerrequisito es una concentración intensa sobre la información especifica que está llegando, con la exclusión de todo lo demás. Por consiguiente, las órdenes dadas son claras y al punto. No se recibe información conflictiva, ni mensajes cruzados.
La exclusión de información superflua y la reducción del enfoque son los dos ingredientes más importantes. La relajación puede ayudar, simplemente porque el cuerpo de mensajes está también aquietado, y la mente no está preocupada con ellos.
Muchas creencias fueron aceptadas originalmente como resultado de tal situación, sin una inducción formal, pero cuando las circunstancias eran correctas. Un periodo de pánico induce una concentración acelerada inmediata. Todas las fuerzas de la energía son movilizadas de inmediato, mientras muy poca relajación está involucrada usualmente.
Por otra parte, tales creencias pueden ser aceptadas cuando parece que la mente consciente está dormida, o embotada, como en periodos de choque, o durante operaciones. El foco de atención es reducido e intensificado. Uno de los problemas es que se han hecho distinciones demasiado específicas entre la mente consciente y la inconsciente. Ellas se intercalan.
La hipnosis, usada apropiadamente, sin la alharaca que usualmente se le asigna, es un excelente método de insertar nuevas creencias y desembarazarse de las viejas. Sin embargo, esto solo es verdad si te das cuenta del poder de tu mente consciente en ese momento, y si comprendes la habilidad de tu conciencia para movilizar reacciones inconscientes.
Es de la mayor importancia que te des cuenta de varios puntos antes de que ensayes los métodos sugeridos.
Primero que todo, el inconsciente no es una esponja, aceptando material indiscriminadamente, a pesar de las consideraciones de tu ser consciente. Todas las creencias o sugestiones son primero filtradas por tu mente consciente, y solamente a aquellas que aceptas les es permitida la penetración dentro de las otras áreas del ser.
Ninguna creencia negativa te fue impuesta, por lo tanto, contra tu voluntad. Ninguna puede ser infligida sobre ti, que conscientemente no aceptes. En la hipnosis formal, el hipnotizador y el sujeto juegan un juego. Si el hipnotizador le ordena al sujeto olvidar lo que sucedió, ese individuo pretenderá hacerlo. En ese contexto, los dos tienen la creencia en el olvido resultante, y es el poder de la creencia el que está siendo demostrado. Pero en cambio esto es tomado como indicación de que la mente consciente está indefensa bajo tales condiciones, hablando generalmente, pero este no es el caso.
Sin inducciones, tú mismo te has “hipnotizado” con todas las creencias que tienes. Esto significa simplemente que conscientemente las has aceptado, te has concentrado en ellas, excluyendo la información en contrario, reduciendo tus intereses a esos puntos específicos, y en consecuencia activando los mecanismos inconscientes que entonces materializan esas convicciones a través de la experiencia física.
La hipnosis formal solamente produce una versión acelerada de aquello que pasa todo el tiempo. Es un ejemplo perfecto de resultados instantáneos idealmente posibles – pero usualmente no visualizados prácticamente – de cómo las creencias presentes niegan las creencias pasadas.
Vamos a tratar con métodos prácticos que te permitirán alterar tus creencias y cambiar tu experiencia. Más adelante te mostraré como tus creencias individuales atraen hacia ti alegrías y desastres. También discutiremos las formas en las que las creencias colectivas juntarán a muchas personas en los grandes periodos de celebración, o como victimas o sobrevivientes de desastres que parecen existir aparte de ellas mismas.
Primero que todo discutamos la naturaleza de la hipnosis, la hipnosis totalmente natural, y las maneras en las que la utilizas ahora. Verás entonces como puedes utilizarla muy fácil y deliberadamente en tu punto de poder presente.
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