Ya que tus creencias conscientes determinan aquellas funciones inconscientes que ocasionan tu experiencia personal, tu primer paso es ampliar esas creencias.
Los conceptos dados aquí deberían haberte ayudado a hacerlo, hasta cierto grado. Dentro de tu propia realidad subjetiva hay rastros de todos aquellos caminos no tomados, de aquellas habilidades no utilizadas. Puedes pensar de ti mismo como un padre primariamente, o principalmente en términos de tu empleo o profesión. Tanto como sea posible, por ahora, olvida la luz familiar con la que te vez a ti mismo y considera tu identidad.
Escribe o enumera todas tus habilidades físicas y mentales conocidas, bien sea que ellas se hayan desarrollado o no, y todas aquellas inclinaciones hacia actividades particulares – incluso aquellas consideradas solo remotamente – como también aquellas que han llegado del todo vívidamente a tu mente.
Estas representan las variadas características probables de las cuales has escogido activar tu principal interés en particular. De estos atributos, por consiguiente, escoges lo que ahora consideras es tu dura realidad.
Cualquiera de esas direcciones, si son seguidas, puede enriquecer la existencia que conoces, y a la vez abre otras probabilidades que ahora se te escapan. La imagen principal de ti mismo que has sostenido, en gran medida también cerró tu mente a estos otros intereses e identificaciones probables. Si piensas en términos de un ser multidimensional, te darás cuenta entonces de que tienes muchas más avenidas abiertas a la expresión y a la realización de las que has estado utilizando. Estos logros probables permanecerán latentes, a menos que conscientemente decidas traerlos a la existencia.
Cualesquiera que sean los talentos que sientes tener, pueden desarrollarse solamente si determinas hacerlo así. El simple acto de la decisión activará entonces los mecanismos inconscientes. Tú, como una personalidad, sin importar tu salud, riqueza o circunstancias, tienes una rica variedad de experiencias probables de las cuales escoger. Conscientemente debes darte cuenta de esto y captar la dirección para tu propia vida. Aun si dices, “Iré con todo lo que la vida ofrece”, también estas haciendo una elección deliberada – y en ese caso una limitada.
El sendero de la experiencia en ninguna parte se ha establecido. No hay ningún camino que no tenga avenidas hacia otro. Hay venas profundas de acciones probables siempre disponibles para ti en cualquier momento. Tu imaginación puede ser de gran valor, permitiendo que tú mismo te abras a tales cursos; puedes utilizarlos entonces para ayudarte a traerlos a la existencia.
Si eres pobre, escogiste esa realidad de muchas probables que no involucraban la pobreza – las que todavía están abiertas. Si escogiste la enfermedad, de nuevo hay una realidad probable lista para la iniciación en la que escoges la salud. Si estás solo, hay amigos probables que rehusaste encontrar en el pasado, pero que están fácilmente disponibles.
En tu mente, por lo tanto, visualiza esas habilidades o eventos probables teniendo lugar. A medida que lo haces, la intensidad de tu deseo las trae a tu experiencia. No hay límites, nuevamente, establecidos alrededor del ser. Hay, literalmente, muchos otros tú probables. Puedes utilizar sus habilidades, así como a su propia manera ellos aprovechan las tuyas, ya que todos están conectados íntimamente.
Debes darte cuenta que eres en realidad un tú probable. Tu experiencia es el resultado de creencias. Tu estructura neuronal necesita un cierto enfoque, de tal manera que otras experiencias contrarias a tus asunciones conscientes permanezcan probables o latentes. Altera la creencia y, dentro de ciertas limitaciones, cualquier ser probable puede ser realizado.
Lo que debes comprender es esto: Cada uno de los eventos, en cada una de tus vidas, fue “una vez” probable. Desde un determinado campo de acción, tú escogiste aquellos sucesos que serán materializados físicamente.
Esto opera en términos individuales y colectivos. Supone que hoy tu casa fue robada. Ayer, el robo fue uno de los innumerables eventos probables. Escojo tal ejemplo porque más de una persona tendría que estar involucrada – la victima y el ladrón. ¿Por que fue tu casa la saqueada y no la de tu vecino? De una u otra manera, con tu pensamiento consciente atrajiste tal evento y lo sacaste de la probabilidad para llevarlo a la realidad. La ocurrencia seria una acumulación de energía – convertida en acción – causada por creencias corolario.
Puedes estar convencido de que la naturaleza humana es malvada, o de que nadie está asegurado contra la agresión de otro, o de que la gente está motivada principalmente por la codicia. Tales creencias atraen su propia realidad. Si tienes algo valioso que se puede perder, entonces automáticamente estás convencido de que alguien más te lo quitará, o hará lo posible por hacerlo. A tu propia manera, le envías mensajes precisamente a tal persona. En niveles básicos, sus convicciones serán bastante similares, pero uno se verá a sí mismo como la víctima y el otro como el agresor – es decir, cada uno reaccionará diferentemente al mismo grupo de creencias. No obstante, los dos son necesarios, si un crimen de esa naturaleza es cometido, o está para ser cometido.
Las creencias de los dos encuentran justificación en la vida física y solamente se refuerzan ellas mismas. El miedo a los ladrones atrae ladrones. Si piensas que los hombres son malvados, a menudo no estás en capacidad de examinar esa creencia, sino que la tomas como una condición de la realidad.
Los conceptos dados aquí deberían haberte ayudado a hacerlo, hasta cierto grado. Dentro de tu propia realidad subjetiva hay rastros de todos aquellos caminos no tomados, de aquellas habilidades no utilizadas. Puedes pensar de ti mismo como un padre primariamente, o principalmente en términos de tu empleo o profesión. Tanto como sea posible, por ahora, olvida la luz familiar con la que te vez a ti mismo y considera tu identidad.
Escribe o enumera todas tus habilidades físicas y mentales conocidas, bien sea que ellas se hayan desarrollado o no, y todas aquellas inclinaciones hacia actividades particulares – incluso aquellas consideradas solo remotamente – como también aquellas que han llegado del todo vívidamente a tu mente.
Estas representan las variadas características probables de las cuales has escogido activar tu principal interés en particular. De estos atributos, por consiguiente, escoges lo que ahora consideras es tu dura realidad.
Cualquiera de esas direcciones, si son seguidas, puede enriquecer la existencia que conoces, y a la vez abre otras probabilidades que ahora se te escapan. La imagen principal de ti mismo que has sostenido, en gran medida también cerró tu mente a estos otros intereses e identificaciones probables. Si piensas en términos de un ser multidimensional, te darás cuenta entonces de que tienes muchas más avenidas abiertas a la expresión y a la realización de las que has estado utilizando. Estos logros probables permanecerán latentes, a menos que conscientemente decidas traerlos a la existencia.
Cualesquiera que sean los talentos que sientes tener, pueden desarrollarse solamente si determinas hacerlo así. El simple acto de la decisión activará entonces los mecanismos inconscientes. Tú, como una personalidad, sin importar tu salud, riqueza o circunstancias, tienes una rica variedad de experiencias probables de las cuales escoger. Conscientemente debes darte cuenta de esto y captar la dirección para tu propia vida. Aun si dices, “Iré con todo lo que la vida ofrece”, también estas haciendo una elección deliberada – y en ese caso una limitada.
El sendero de la experiencia en ninguna parte se ha establecido. No hay ningún camino que no tenga avenidas hacia otro. Hay venas profundas de acciones probables siempre disponibles para ti en cualquier momento. Tu imaginación puede ser de gran valor, permitiendo que tú mismo te abras a tales cursos; puedes utilizarlos entonces para ayudarte a traerlos a la existencia.
Si eres pobre, escogiste esa realidad de muchas probables que no involucraban la pobreza – las que todavía están abiertas. Si escogiste la enfermedad, de nuevo hay una realidad probable lista para la iniciación en la que escoges la salud. Si estás solo, hay amigos probables que rehusaste encontrar en el pasado, pero que están fácilmente disponibles.
En tu mente, por lo tanto, visualiza esas habilidades o eventos probables teniendo lugar. A medida que lo haces, la intensidad de tu deseo las trae a tu experiencia. No hay límites, nuevamente, establecidos alrededor del ser. Hay, literalmente, muchos otros tú probables. Puedes utilizar sus habilidades, así como a su propia manera ellos aprovechan las tuyas, ya que todos están conectados íntimamente.
Debes darte cuenta que eres en realidad un tú probable. Tu experiencia es el resultado de creencias. Tu estructura neuronal necesita un cierto enfoque, de tal manera que otras experiencias contrarias a tus asunciones conscientes permanezcan probables o latentes. Altera la creencia y, dentro de ciertas limitaciones, cualquier ser probable puede ser realizado.
Lo que debes comprender es esto: Cada uno de los eventos, en cada una de tus vidas, fue “una vez” probable. Desde un determinado campo de acción, tú escogiste aquellos sucesos que serán materializados físicamente.
Esto opera en términos individuales y colectivos. Supone que hoy tu casa fue robada. Ayer, el robo fue uno de los innumerables eventos probables. Escojo tal ejemplo porque más de una persona tendría que estar involucrada – la victima y el ladrón. ¿Por que fue tu casa la saqueada y no la de tu vecino? De una u otra manera, con tu pensamiento consciente atrajiste tal evento y lo sacaste de la probabilidad para llevarlo a la realidad. La ocurrencia seria una acumulación de energía – convertida en acción – causada por creencias corolario.
Puedes estar convencido de que la naturaleza humana es malvada, o de que nadie está asegurado contra la agresión de otro, o de que la gente está motivada principalmente por la codicia. Tales creencias atraen su propia realidad. Si tienes algo valioso que se puede perder, entonces automáticamente estás convencido de que alguien más te lo quitará, o hará lo posible por hacerlo. A tu propia manera, le envías mensajes precisamente a tal persona. En niveles básicos, sus convicciones serán bastante similares, pero uno se verá a sí mismo como la víctima y el otro como el agresor – es decir, cada uno reaccionará diferentemente al mismo grupo de creencias. No obstante, los dos son necesarios, si un crimen de esa naturaleza es cometido, o está para ser cometido.
Las creencias de los dos encuentran justificación en la vida física y solamente se refuerzan ellas mismas. El miedo a los ladrones atrae ladrones. Si piensas que los hombres son malvados, a menudo no estás en capacidad de examinar esa creencia, sino que la tomas como una condición de la realidad.
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