Los impulsos poseen una realidad mucho más distinta de lo que suponen los físicos o los biólogos. En lo que concibes como el ahora, “el pasado” todavía está ocurriendo. La “rémora” todavía salta las sinapsis, pero no es registrada físicamente. Los eventos pasados continúan. Conscientemente, solo experimentas partes de los eventos con tu estructura corporal, y sin embargo la estructura misma los registra.
En tal forma las células retienen su memoria, aunque tú no lo percibas, y el cuerpo está enterado de las llamadas ocurrencias futuras, aunque como norma no sientes esto conscientemente. A otros niveles de actividad psíquica, tal conocimiento está también disponible para ti, pero solo cuando desconectas tu experiencia de la estructura hormonal activada por el tiempo – y esto lo puedes hacer por medio de varias alteraciones de la conciencia, con frecuencia adoptadas muy espontáneamente.
Muchos de tales estados te pueden dar una experiencia directa mucho mayor con la naturaleza de tu realidad no corporal, que cualquier cuestionamiento normalmente consciente. ¿Cuál tú? ¿Cuál mundo? Hasta cierto punto, puedes descubrir por ti mismo los otros “tú” probables que son parte de tu ser.
Ahora bien, los eventos futuros también son tu selección de eventos probables, sin embargo, y muchas ocurrencias en las que estás involucrado pasan veloces delante de ti, demasiado rápido para tu estructura neuronal. Estos no te son servidos como tu presente.
Ellos representan tu experiencia en otros niveles diferentes a los físicos. Tú percibes cierto evento como presente. Tus creencias le dan entrada a través de las sinapsis nerviosas y lo atraen. Él parece entonces convertirse en pasado. Solamente te has sintonizado con una parte de él físicamente, sin embargo; ese evento pasado continúa existiendo con su propio “futuro”, que puedes percibir o no percibir, de acuerdo con cual acción probable atraes hacia tus próximas experiencias de la realidad.
El pasado tiene su propio pasado, presente y futuro, por lo tanto. De un determinado evento pasado, solamente materializarás un particular futuro, pero el evento mismo continúa y posee una dimensión propia – o más bien una multidimensionalidad que tú también posees.
Puedes sumergirte en la memoria celular, por ejemplo. Utilizando la memoria, sigues solo una secuencia reconocida de los eventos de atrás recordados. Hay elementos en tu pasado que son tan impredecibles, sin embargo, como los elementos en tu futuro parecen serlo ahora. Hay creatividad en tu pasado esperando por ti, incluso como la hay en tu futuro, pero para utilizar tales experiencias debes aprender a alterar tus creencias y, hasta cierto grado, escapar del particular tipo de enfoque limitado de conciencia que utilizas.
La estructura física misma contiene dentro de ella los prerrequisitos necesarios para lo que llamarías evoluciones de la conciencia – e incluso, dentro de ciertos términos, para la organización de la experiencia en formas que te podrían parecer bastante extrañas.
La información sensorial puede organizarse en diferentes formas. Los mecanismos y los caminos existen, haciendo posible para ti ver el sonido, o escuchar el color, aunque ese no es tu hábito primario en este tiempo.
En ciertos términos, se saltan los intervalos del tiempo, como cuando un olor o una visión “pasada” es percibida repentinamente con la viveza presente, aunque dirías que ha ocurrido ya en el pasado. Bajo condiciones especiales, un recuerdo puede volverse repentinamente más real que el evento del momento presente y precipitarse de nuevo dentro de tu experiencia corriente, tan válidamente como cuando fue vivido primero, e incluso parece borrar las ocurrencias del momento.
Esto no podría suceder si tu estructura física no tuviera mecanismos incorporados que lo permiten, y si bajo ciertas condiciones los intervalos normales entre las sinapsis de las células nerviosas no pudieran saltarse de una manera diferente. En la misma forma, una experiencia futura también puede percibirse físicamente en tu presente. Ahora bien, bajo tu conciencia usual, tu organismo físico puede reaccionar a futuros eventos sin tu conocimiento, así como puede hacerlo con los del pasado. En tales casos, la intensidad de los eventos inicialmente no físicos es suficiente para penetrar los patrones neuronales normales.
Si te enteras de tal episodio futuro, estarás obligado a reaccionar a él como un ser consciente. En todo caso, tu estructura temporal responderá, estés o no enterado de las razones para tal comportamiento. El incidente futuro puede entonces ocurrir en su secuencia de tiempo y lo reconoces por medio de la memoria, caso en el cual tus reacciones en ese futuro presente serán alteradas por la aparente memoria pasada.
En tus términos, ese evento puede nunca llegar a pasar, sin embargo, porque puede estar surgiendo de una pasado probable que alguna vez fue tu presente, pero del cual has divergido. Esta es una de las razones por las que las predicciones psíquicas con frecuencia parecen no confirmarse, ya que en cada punto en realidad tienes el libre albedrío para alterar tu experiencia a través de tus creencias. Tus creencias forman el eje de tu experiencia presente.
En tal forma las células retienen su memoria, aunque tú no lo percibas, y el cuerpo está enterado de las llamadas ocurrencias futuras, aunque como norma no sientes esto conscientemente. A otros niveles de actividad psíquica, tal conocimiento está también disponible para ti, pero solo cuando desconectas tu experiencia de la estructura hormonal activada por el tiempo – y esto lo puedes hacer por medio de varias alteraciones de la conciencia, con frecuencia adoptadas muy espontáneamente.
Muchos de tales estados te pueden dar una experiencia directa mucho mayor con la naturaleza de tu realidad no corporal, que cualquier cuestionamiento normalmente consciente. ¿Cuál tú? ¿Cuál mundo? Hasta cierto punto, puedes descubrir por ti mismo los otros “tú” probables que son parte de tu ser.
Ahora bien, los eventos futuros también son tu selección de eventos probables, sin embargo, y muchas ocurrencias en las que estás involucrado pasan veloces delante de ti, demasiado rápido para tu estructura neuronal. Estos no te son servidos como tu presente.
Ellos representan tu experiencia en otros niveles diferentes a los físicos. Tú percibes cierto evento como presente. Tus creencias le dan entrada a través de las sinapsis nerviosas y lo atraen. Él parece entonces convertirse en pasado. Solamente te has sintonizado con una parte de él físicamente, sin embargo; ese evento pasado continúa existiendo con su propio “futuro”, que puedes percibir o no percibir, de acuerdo con cual acción probable atraes hacia tus próximas experiencias de la realidad.
El pasado tiene su propio pasado, presente y futuro, por lo tanto. De un determinado evento pasado, solamente materializarás un particular futuro, pero el evento mismo continúa y posee una dimensión propia – o más bien una multidimensionalidad que tú también posees.
Puedes sumergirte en la memoria celular, por ejemplo. Utilizando la memoria, sigues solo una secuencia reconocida de los eventos de atrás recordados. Hay elementos en tu pasado que son tan impredecibles, sin embargo, como los elementos en tu futuro parecen serlo ahora. Hay creatividad en tu pasado esperando por ti, incluso como la hay en tu futuro, pero para utilizar tales experiencias debes aprender a alterar tus creencias y, hasta cierto grado, escapar del particular tipo de enfoque limitado de conciencia que utilizas.
La estructura física misma contiene dentro de ella los prerrequisitos necesarios para lo que llamarías evoluciones de la conciencia – e incluso, dentro de ciertos términos, para la organización de la experiencia en formas que te podrían parecer bastante extrañas.
La información sensorial puede organizarse en diferentes formas. Los mecanismos y los caminos existen, haciendo posible para ti ver el sonido, o escuchar el color, aunque ese no es tu hábito primario en este tiempo.
En ciertos términos, se saltan los intervalos del tiempo, como cuando un olor o una visión “pasada” es percibida repentinamente con la viveza presente, aunque dirías que ha ocurrido ya en el pasado. Bajo condiciones especiales, un recuerdo puede volverse repentinamente más real que el evento del momento presente y precipitarse de nuevo dentro de tu experiencia corriente, tan válidamente como cuando fue vivido primero, e incluso parece borrar las ocurrencias del momento.
Esto no podría suceder si tu estructura física no tuviera mecanismos incorporados que lo permiten, y si bajo ciertas condiciones los intervalos normales entre las sinapsis de las células nerviosas no pudieran saltarse de una manera diferente. En la misma forma, una experiencia futura también puede percibirse físicamente en tu presente. Ahora bien, bajo tu conciencia usual, tu organismo físico puede reaccionar a futuros eventos sin tu conocimiento, así como puede hacerlo con los del pasado. En tales casos, la intensidad de los eventos inicialmente no físicos es suficiente para penetrar los patrones neuronales normales.
Si te enteras de tal episodio futuro, estarás obligado a reaccionar a él como un ser consciente. En todo caso, tu estructura temporal responderá, estés o no enterado de las razones para tal comportamiento. El incidente futuro puede entonces ocurrir en su secuencia de tiempo y lo reconoces por medio de la memoria, caso en el cual tus reacciones en ese futuro presente serán alteradas por la aparente memoria pasada.
En tus términos, ese evento puede nunca llegar a pasar, sin embargo, porque puede estar surgiendo de una pasado probable que alguna vez fue tu presente, pero del cual has divergido. Esta es una de las razones por las que las predicciones psíquicas con frecuencia parecen no confirmarse, ya que en cada punto en realidad tienes el libre albedrío para alterar tu experiencia a través de tus creencias. Tus creencias forman el eje de tu experiencia presente.
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