Debes comprender que tu presente es el punto en el que la carne y la materia se encuentran con el espíritu. Por consiguiente, el presente es tu punto de poder en toda tu vida actual, tal como la concibes. Si le asignas una mayor fuerza al pasado, entonces te sentirás inefectivo y te negarás a ti mismo tu propia energía.
Como ejercicio, siéntate con los ojos abiertos mirando a tu alrededor y date cuenta que este momento representa el punto de tu poder por medio del cual puedes afectar los eventos del pasado y del futuro.
El presente visto ante ti, con sus experiencias físicas íntimas, es el resultado de la acción en otros presentes semejantes. Por consiguiente, no te dejes intimidar por el pasado o por el futuro. No hay ninguna necesidad en absoluto para que los aspectos indeseables de tu realidad contemporánea sean proyectados hacia el futuro, a menos que utilices el poder del presente para hacerlo.
Si aprendes a hacerte a este sentimiento de poder ahora, puedes utilizarlo muy efectivamente para cambiar la situación de tu vida en cualquiera que sea la manera que escojas – nuevamente, con aquellas limitaciones establecidas por tu calidad de criatura. Si naciste sin un miembro, por ejemplo, tu poder en el presente no puede automáticamente regenerarlo en esta vida, aunque en otros sistemas de realidad posees ese miembro.
Las condiciones externas siempre pueden cambiarse, si comprendes los principios de los que estoy hablando. Las enfermedades pueden ser eliminadas, incluso aquellas que parecen fatales – pero solamente si las creencias detrás de ellas son borradas o cambiadas lo suficientemente para que ese efecto específico de enfoque sobre el cuerpo sea liberado lo suficiente. El presente, tal como lo concibes, y en términos prácticos de funcionamiento, es aquel punto en el que seleccionas tu experiencia física de todos aquellos eventos que podrían ser materializados. Tus circunstancias físicas cambian automáticamente, como lo hacen tus creencias. A medida que tu conocimiento crece, tu experiencia se vuelve más satisfactoria. Esto no significa necesariamente que ella se nivele en modo alguno, o que no haya picos y valles. Cada aspiración presupone la admisión de una carencia, cada desafió presupone una barrera para ser superada. El más aventurero con frecuencia escogerá desafíos más grandes, y de esta manera los contrastes entre lo que desea lograr y su estatus presente pueden parecer imposibles.
En cada caso, sin embargo, el punto de poder está en el presente, y de ese momento escoges cual tú, y cual mundo. La experiencia de un país es el resultado acumulado de la opción de cada individuo dentro de él, así que a medida que escoges tus propias circunstancias, afectas a cada una de las otras personas dentro de tu país o tu mundo.
En muchas culturas “nativas” un individuo no es considerado en términos de su edad en absoluto y la enumeración de los años es mirada como insignificante. De hecho, un hombre puede no conocer su edad, tal como la concibes. Le haría bien a todas las personas – jóvenes, de mediana edad y viejos por igual – olvidar el número de sus años, porque en tu cultura muchas creencias son limitantes en esas formas. A la juventud se le niega su sabiduría y a la vejez se le niega su alegría.
Pretender ignorar tu edad, actuar como joven porque le temes a tu edad, no es la respuesta. En tus términos, tu punto de realidad y poder está, una vez más, en tu experiencia corriente. Una realización de esto te permitiría, a cualquier edad, aprovechar las cualidades y el conocimiento que “existían” en tu pasado, o que “existirán” en tu futuro. Tus edades son probables, son simultaneas.
Aunque el tiempo no existe, básicamente, tal como lo “conoces”, estás obligado neurológicamente a percibir tu vida como una serie de momentos que pasan. Como criatura, naces joven y te vuelves viejo. Sin embargo, los animales como criaturas no están tan limitados en su experiencia en ese respecto. Ellos no tienen creencias sobre la vejez que automáticamente cierran sus habilidades; por si solos, mientras ellos mueren físicamente como lo deben hacer todas las criaturas, en esos términos, no se deterioran de la misma manera.
No comprendes las comunicaciones entre las personas y las mascotas, por ejemplo, cuando a su propia manera las mascotas interpretan y reaccionan a tus creencias. Ellas reflejan tus ideas y de esa manera se vuelven vulnerables, como no lo serian en sus circunstancias naturales. En términos más amplios, su relación contigo es natural, por supuesto, pero su realización innata de que el punto de poder de la criatura está en el presente es quebrantado, hasta cierto grado, por su propia receptividad y traducción de tus creencias. Un gatito joven es tratado de manera diferente que uno más viejo. El gato responde a ese condicionamiento. De la misma manera, tus propias conclusiones acerca de la edad se vuelven un hecho en tu experiencia. De acuerdo con ellas, si te pudieras convencer a ti mismo de que eras diez años más joven, o diez años más viejo, ello seria reflejado fielmente en tu entorno personal. Si tuvieras veinte años, estarías en capacidad de aprovechar la sabiduría que imaginas tendrías a los treinta.
Si tuvieras sesenta años, estarías en capacidad de utilizar la fortaleza física que imaginabas te era negada ahora, pero que estaba disponible entonces. Todo esto seria expresado físicamente y biológicamente dentro de tu cuerpo también.
¿Cuál Tu? ¿Cuál Mundo? Si estás solo, es porque crees en la soledad en este punto del presente que reconoces como el tiempo. De lo que parece ser el pasado, solo sacas aquellos recuerdos que refuerzan tu condición y los proyectas hacia el futuro. Físicamente, estás abrumando tu cuerpo a medida que él responde a un estado de soledad por medio de reacciones químicas y hormonales. También estás denegando tu propio punto de acción dentro del presente.
Las vitaminas, una mejor comida, la atención medica, pueden temporalmente rejuvenecer tu cuerpo, pero a menos que cambies tus creencias, rápidamente se volverá a empantanar de nuevo con tus sentimientos de depresión. En tal caso, debes darte cuenta que formas tu propia soledad y que resuelves cambiar por medio del pensamiento y la acción. La acción es pensamiento en movimiento físico, exteriormente percibido.
Como ejercicio, siéntate con los ojos abiertos mirando a tu alrededor y date cuenta que este momento representa el punto de tu poder por medio del cual puedes afectar los eventos del pasado y del futuro.
El presente visto ante ti, con sus experiencias físicas íntimas, es el resultado de la acción en otros presentes semejantes. Por consiguiente, no te dejes intimidar por el pasado o por el futuro. No hay ninguna necesidad en absoluto para que los aspectos indeseables de tu realidad contemporánea sean proyectados hacia el futuro, a menos que utilices el poder del presente para hacerlo.
Si aprendes a hacerte a este sentimiento de poder ahora, puedes utilizarlo muy efectivamente para cambiar la situación de tu vida en cualquiera que sea la manera que escojas – nuevamente, con aquellas limitaciones establecidas por tu calidad de criatura. Si naciste sin un miembro, por ejemplo, tu poder en el presente no puede automáticamente regenerarlo en esta vida, aunque en otros sistemas de realidad posees ese miembro.
Las condiciones externas siempre pueden cambiarse, si comprendes los principios de los que estoy hablando. Las enfermedades pueden ser eliminadas, incluso aquellas que parecen fatales – pero solamente si las creencias detrás de ellas son borradas o cambiadas lo suficientemente para que ese efecto específico de enfoque sobre el cuerpo sea liberado lo suficiente. El presente, tal como lo concibes, y en términos prácticos de funcionamiento, es aquel punto en el que seleccionas tu experiencia física de todos aquellos eventos que podrían ser materializados. Tus circunstancias físicas cambian automáticamente, como lo hacen tus creencias. A medida que tu conocimiento crece, tu experiencia se vuelve más satisfactoria. Esto no significa necesariamente que ella se nivele en modo alguno, o que no haya picos y valles. Cada aspiración presupone la admisión de una carencia, cada desafió presupone una barrera para ser superada. El más aventurero con frecuencia escogerá desafíos más grandes, y de esta manera los contrastes entre lo que desea lograr y su estatus presente pueden parecer imposibles.
En cada caso, sin embargo, el punto de poder está en el presente, y de ese momento escoges cual tú, y cual mundo. La experiencia de un país es el resultado acumulado de la opción de cada individuo dentro de él, así que a medida que escoges tus propias circunstancias, afectas a cada una de las otras personas dentro de tu país o tu mundo.
En muchas culturas “nativas” un individuo no es considerado en términos de su edad en absoluto y la enumeración de los años es mirada como insignificante. De hecho, un hombre puede no conocer su edad, tal como la concibes. Le haría bien a todas las personas – jóvenes, de mediana edad y viejos por igual – olvidar el número de sus años, porque en tu cultura muchas creencias son limitantes en esas formas. A la juventud se le niega su sabiduría y a la vejez se le niega su alegría.
Pretender ignorar tu edad, actuar como joven porque le temes a tu edad, no es la respuesta. En tus términos, tu punto de realidad y poder está, una vez más, en tu experiencia corriente. Una realización de esto te permitiría, a cualquier edad, aprovechar las cualidades y el conocimiento que “existían” en tu pasado, o que “existirán” en tu futuro. Tus edades son probables, son simultaneas.
Aunque el tiempo no existe, básicamente, tal como lo “conoces”, estás obligado neurológicamente a percibir tu vida como una serie de momentos que pasan. Como criatura, naces joven y te vuelves viejo. Sin embargo, los animales como criaturas no están tan limitados en su experiencia en ese respecto. Ellos no tienen creencias sobre la vejez que automáticamente cierran sus habilidades; por si solos, mientras ellos mueren físicamente como lo deben hacer todas las criaturas, en esos términos, no se deterioran de la misma manera.
No comprendes las comunicaciones entre las personas y las mascotas, por ejemplo, cuando a su propia manera las mascotas interpretan y reaccionan a tus creencias. Ellas reflejan tus ideas y de esa manera se vuelven vulnerables, como no lo serian en sus circunstancias naturales. En términos más amplios, su relación contigo es natural, por supuesto, pero su realización innata de que el punto de poder de la criatura está en el presente es quebrantado, hasta cierto grado, por su propia receptividad y traducción de tus creencias. Un gatito joven es tratado de manera diferente que uno más viejo. El gato responde a ese condicionamiento. De la misma manera, tus propias conclusiones acerca de la edad se vuelven un hecho en tu experiencia. De acuerdo con ellas, si te pudieras convencer a ti mismo de que eras diez años más joven, o diez años más viejo, ello seria reflejado fielmente en tu entorno personal. Si tuvieras veinte años, estarías en capacidad de aprovechar la sabiduría que imaginas tendrías a los treinta.
Si tuvieras sesenta años, estarías en capacidad de utilizar la fortaleza física que imaginabas te era negada ahora, pero que estaba disponible entonces. Todo esto seria expresado físicamente y biológicamente dentro de tu cuerpo también.
¿Cuál Tu? ¿Cuál Mundo? Si estás solo, es porque crees en la soledad en este punto del presente que reconoces como el tiempo. De lo que parece ser el pasado, solo sacas aquellos recuerdos que refuerzan tu condición y los proyectas hacia el futuro. Físicamente, estás abrumando tu cuerpo a medida que él responde a un estado de soledad por medio de reacciones químicas y hormonales. También estás denegando tu propio punto de acción dentro del presente.
Las vitaminas, una mejor comida, la atención medica, pueden temporalmente rejuvenecer tu cuerpo, pero a menos que cambies tus creencias, rápidamente se volverá a empantanar de nuevo con tus sentimientos de depresión. En tal caso, debes darte cuenta que formas tu propia soledad y que resuelves cambiar por medio del pensamiento y la acción. La acción es pensamiento en movimiento físico, exteriormente percibido.
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