El hombre tiene una mucho mayor libertad de acción. El forma su realidad de acuerdo con sus creencias conscientes, aun mientras sus bases yacen en la profunda naturaleza inconsciente de la tierra en términos corporales. El “Yo soy” del hombre, aparentemente separado de la naturaleza – una característica necesaria para el desarrollo de su propio tipo de conciencia – lo condujo a juicios de valor, y también necesitó romper con las profundas certidumbres internas de otras especies.
La enfermedad por lo tanto fue experimentada como “mala”. Toda una tribu podía ser puesta en peligro por un solo miembro enfermo. Al mismo tiempo, a medida que la mente se desarrolló, la astucia y la memoria se convirtieron en herramientas de supervivencia altamente efectivas. En algunas sociedades o tribus, al viejo o al enfermizo lo mataban para que su cuidado no tomara demasiada atención de los capacitados de cuerpo, poniendo en peligro el grupo.
En otras sociedades y tribus, sin embargo, los viejos eran honrados por la sabiduría que habían acumulado con los años, y esto se volvió muy práctico en las tribus en donde muchos no sobrevivieron. La historia dependía de los viejos, con su memoria de eventos pasados, y la sensación de continuidad del grupo también estaba en las manos de sus miembros mas viejos, quienes trasmitían sus recuerdos a los otros.
Un individuo que había sobrevivido él mismo a muchas enfermedades era considerado un sabio. Tales personas con frecuencia vigilaban a los animales y observaban las propias terapias y tratamientos de la naturaleza.
En ciertas épocas, las líneas entre las especies no estaban completamente trazadas, y había largos periodos en donde los hombres y los animales se mezclaban y aprendían mutuamente. La imaginación del hombre lo hizo un gran hacedor de mitos. Los mitos, tal como los conoces, representan puentes de la actividad psicológica, y señalan muy claramente los patrones de percepción y comportamiento a través de los cuales, en tus términos, la raza pasaba a medida que viajaba hacia su estado actual. La mitología cierra la brecha entre el conocimiento instintivo y la individualización de una idea.
Cuando un animal está enfermo, inmediatamente empieza a remediar la situación, e inconscientemente sabe como hacerlo. No se preocupa pensando en tus términos de bien y mal. No se pregunta que fue lo que hizo para llegar a tal situación. No piensa de él mismo como inferior. Inmediatamente inicia su propia terapia.
Un ser humano, sin embargo, tiene otra dimensión para enfrentar, una nueva área de creatividad, una mezcla diversa de creencias. Sus ideas acerca del ser deben ser examinadas, ya que están siendo materializadas en la carne. De nuevo aquí la situación tiene una gran complejidad, ya que la condición es todavía un intento saludable por parte del cuerpo para mantener el equilibrio. En general está también la situación del mundo para tenerse en consideración – el status de la especie en el planeta, en el que, digamos, el problema de la superpoblación producirá la muerte para asegurar nuevo crecimiento.
Los individuos vivos en ese tiempo también tendrán participación en tal decisión, sin embargo. Una vez más, por lo que eres un ser consciente, tus creencias regulan tu realidad. Un animal sabe inconscientemente que es único y que tiene un lugar en el esquema del ser. Su sentimiento de gracia está incorporado. Tu libre albedrío permite la libertad para cualquier creencia, incluyendo una que dice que eres indigno, sin derecho a tu existencia.
Si malinterpretas los mitos, puedes entonces creer que el hombre ha caído de la gracia y que su misma calidad de criatura está maldita, caso en el cual no confiarás en tu cuerpo, o no le permitirás su patrón “natural” de autoterapia.
Para que la conciencia se desarrolle, en tus términos, debe haber libertad para la exploración de todas las ideas, individualmente y colectivamente. Eres una entidad viviente, creciendo hacia su propio desarrollo. Cada una de tus creencias, por consiguiente, tiene su propio origen único y sus propios patrones de sentimiento, así que debes por ti mismo viajar de regreso a través de tus creencias y tus propios sentimientos hasta que intelectualmente y emocionalmente te des cuenta de tu rectitud y de tu existencia completamente original en el tiempo y el espacio tal como la conoces.
Este saber te dará el conocimiento consciente que es una contraparte de la comprensión inconsciente de los animales.
Un animal no tiene necesidad de conciencia, en cualquiera que sean los términos.
Por la gran flexibilidad de tu naturaleza, sin embargo, la humanidad necesita una estructura en la que puedan ser consideradas las ramificaciones a las que me he referido como saludable culpa normal.
Lo que consideras la conciencia es a menudo una forma aplicada sin el sentido de correcto o incorrecto que te han inculcado en tu juventud. Como norma, estas ideas representan las concepciones de tus padres de la culpa natural, distorsionadas por sus propias creencias. Aceptaste esas ideas por una razón, individualmente y en masa, ya que la humanidad en cualquier “tiempo” dado tiene una fuerte idea del tipo de experiencia del mundo que creará.
Por lo que tienes libre albedrío, tú tienes la responsabilidad, el don y la necesidad de funcionar con tus creencias escogiendo tu realidad personal según tu deseo. Te dije anteriormente que tú no puedes caer del estado de gracia. Sin embargo, debes aceptarla intelectualmente y emocionalmente.
Mientras esto puede parecer la más pura Pollyanna, no obstante no hay mal en términos básicos. Esto no significa que no te encuentres con efectos que parecen malos, sino que a medida que te mueves individualmente a través de las dimensiones de tu propia conciencia, comprenderás que todos los aparentes opuestos son otras facetas de un impulso supremo hacia la creatividad.
La enfermedad por lo tanto fue experimentada como “mala”. Toda una tribu podía ser puesta en peligro por un solo miembro enfermo. Al mismo tiempo, a medida que la mente se desarrolló, la astucia y la memoria se convirtieron en herramientas de supervivencia altamente efectivas. En algunas sociedades o tribus, al viejo o al enfermizo lo mataban para que su cuidado no tomara demasiada atención de los capacitados de cuerpo, poniendo en peligro el grupo.
En otras sociedades y tribus, sin embargo, los viejos eran honrados por la sabiduría que habían acumulado con los años, y esto se volvió muy práctico en las tribus en donde muchos no sobrevivieron. La historia dependía de los viejos, con su memoria de eventos pasados, y la sensación de continuidad del grupo también estaba en las manos de sus miembros mas viejos, quienes trasmitían sus recuerdos a los otros.
Un individuo que había sobrevivido él mismo a muchas enfermedades era considerado un sabio. Tales personas con frecuencia vigilaban a los animales y observaban las propias terapias y tratamientos de la naturaleza.
En ciertas épocas, las líneas entre las especies no estaban completamente trazadas, y había largos periodos en donde los hombres y los animales se mezclaban y aprendían mutuamente. La imaginación del hombre lo hizo un gran hacedor de mitos. Los mitos, tal como los conoces, representan puentes de la actividad psicológica, y señalan muy claramente los patrones de percepción y comportamiento a través de los cuales, en tus términos, la raza pasaba a medida que viajaba hacia su estado actual. La mitología cierra la brecha entre el conocimiento instintivo y la individualización de una idea.
Cuando un animal está enfermo, inmediatamente empieza a remediar la situación, e inconscientemente sabe como hacerlo. No se preocupa pensando en tus términos de bien y mal. No se pregunta que fue lo que hizo para llegar a tal situación. No piensa de él mismo como inferior. Inmediatamente inicia su propia terapia.
Un ser humano, sin embargo, tiene otra dimensión para enfrentar, una nueva área de creatividad, una mezcla diversa de creencias. Sus ideas acerca del ser deben ser examinadas, ya que están siendo materializadas en la carne. De nuevo aquí la situación tiene una gran complejidad, ya que la condición es todavía un intento saludable por parte del cuerpo para mantener el equilibrio. En general está también la situación del mundo para tenerse en consideración – el status de la especie en el planeta, en el que, digamos, el problema de la superpoblación producirá la muerte para asegurar nuevo crecimiento.
Los individuos vivos en ese tiempo también tendrán participación en tal decisión, sin embargo. Una vez más, por lo que eres un ser consciente, tus creencias regulan tu realidad. Un animal sabe inconscientemente que es único y que tiene un lugar en el esquema del ser. Su sentimiento de gracia está incorporado. Tu libre albedrío permite la libertad para cualquier creencia, incluyendo una que dice que eres indigno, sin derecho a tu existencia.
Si malinterpretas los mitos, puedes entonces creer que el hombre ha caído de la gracia y que su misma calidad de criatura está maldita, caso en el cual no confiarás en tu cuerpo, o no le permitirás su patrón “natural” de autoterapia.
Para que la conciencia se desarrolle, en tus términos, debe haber libertad para la exploración de todas las ideas, individualmente y colectivamente. Eres una entidad viviente, creciendo hacia su propio desarrollo. Cada una de tus creencias, por consiguiente, tiene su propio origen único y sus propios patrones de sentimiento, así que debes por ti mismo viajar de regreso a través de tus creencias y tus propios sentimientos hasta que intelectualmente y emocionalmente te des cuenta de tu rectitud y de tu existencia completamente original en el tiempo y el espacio tal como la conoces.
Este saber te dará el conocimiento consciente que es una contraparte de la comprensión inconsciente de los animales.
Un animal no tiene necesidad de conciencia, en cualquiera que sean los términos.
Por la gran flexibilidad de tu naturaleza, sin embargo, la humanidad necesita una estructura en la que puedan ser consideradas las ramificaciones a las que me he referido como saludable culpa normal.
Lo que consideras la conciencia es a menudo una forma aplicada sin el sentido de correcto o incorrecto que te han inculcado en tu juventud. Como norma, estas ideas representan las concepciones de tus padres de la culpa natural, distorsionadas por sus propias creencias. Aceptaste esas ideas por una razón, individualmente y en masa, ya que la humanidad en cualquier “tiempo” dado tiene una fuerte idea del tipo de experiencia del mundo que creará.
Por lo que tienes libre albedrío, tú tienes la responsabilidad, el don y la necesidad de funcionar con tus creencias escogiendo tu realidad personal según tu deseo. Te dije anteriormente que tú no puedes caer del estado de gracia. Sin embargo, debes aceptarla intelectualmente y emocionalmente.
Mientras esto puede parecer la más pura Pollyanna, no obstante no hay mal en términos básicos. Esto no significa que no te encuentres con efectos que parecen malos, sino que a medida que te mueves individualmente a través de las dimensiones de tu propia conciencia, comprenderás que todos los aparentes opuestos son otras facetas de un impulso supremo hacia la creatividad.
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