Masculino y Femenino dentro del Ser. El “anima” y el “animus”.
El animus y el anima se vuelven aun más importantes en los casos en que se escogen una serie de vidas de un solo sexo. El patrón original para el animus y el anima proviene del ser total antes de las reencarnaciones. El animus y el anima nacen dentro del individuo con su primera vida física y sirven como un patrón interior que le recuerda a la personalidad su unidad básica. Aquí tenemos otra razón para la fuerte carga psíquica detrás de estos símbolos y la cualidad divina que pueden trasmitir y proyectar.
El hombre anhela el anima, porque ella representa para el inconsciente profundo aquellas otras características del ser total que, por una parte, están latentes, y por la otra, luchan por liberarse. La tensión entre los dos lo conduce a moderar la agresividad con la creatividad, o a utilizar la agresividad creativamente.
Existen profundas correlaciones entre estos símbolos y la lucha en la que la humanidad está involucrada. Tu conciencia, tal como la conoces, tu tipo de conciencia actual en particular, es una manifestación del entendimiento logrado por un tipo de tensión, un tipo especifico de enfoque que surge del verdadero inconsciente del ser total.
El verdadero inconsciente no es inconsciente. En cambio es tan profundamente consciente, tan inexpresablemente consciente, que se rebosa. La vida que conoces es simplemente una de las muchas áreas en las que está consciente. En cada faceta de su conciencia debe mantenerse, literalmente, un tremendo poder y equilibrio para mantener en alto esta experiencia de la conciencia sobre las demás.
Tu realidad existe en un área de actividad en la que las cualidades agresivas, las características impulsadas al exterior, son sumamente necesarias para evitar volver a caer en las posibilidades infinitas de las cuales has emergido últimamente. Sin embargo, desde esta base inconsciente de posibilidades obtienes tu fortaleza, tu creatividad y la frágil, aunque poderosa, clase de conciencia individual que es tuya.
La división en dos sexos fue adoptada para separar y equilibrar estas tendencias tan necesarias, pero tan aparentemente opuestas. Solo la conciencia inicial necesita este tipo de controles. El anima y el animus, por lo tanto, están embebidos profundamente con sus necesarias tendencias complementarias, aunque aparentemente opuestas, y ellas son muy importantes para mantener la misma naturaleza de tu conciencia humana.
También hay una tensión natural entre los sexos, que se basa en causas mucho más profundas que las físicas. La tensión resulta de la naturaleza de la conciencia que surge del anima, pero depende para su continuación de la “agresividad” del animus. He explicado hasta cierto punto la fascinación que existe entre los dos, como resultado del conocimiento interior del ser total que se esfuerza para lograr la verdadera identidad, a medida que lucha para combinar y desarrollar las aparentemente opuestas tendencias que son parte de él.
Al final del ciclo reencarnacional, el ser total está mucho más desarrollado de lo que estaba antes. El mismo se ha realizado y ha experimentado en una dimensión de realidad que le era desconocida antes y, al hacerlo, por supuesto ha aumentado su ser. No se trata entonces de un ser total partido a la mitad y a continuación simplemente regresando a sí mismo.
Hay muchos asuntos concernientes a la naturaleza de la concepción que deben ser discutidos aquí. Sin embargo, hay libertad de acción y muchas variaciones. Usualmente, entre vidas escoges de antemano tus hijos, y ellos te escogen como padre o madre.
Si vas a nacer como hombre, la madre sirve como un estímulo para activar el símbolo del anima en ti, de tal manera que el patrón de tus propias vidas femeninas se convierte en una parte de tu próxima existencia. Tu madre, si las has conocido en el pasado, encontrará en el momento de tu nacimiento un aumento en los sueños que involucran otras existencias en las que los dos estuvieron juntos.
Estos pueden no ser registrados conscientemente, pero en muchos casi si, y entonces son olvidados. Las vidas pasadas de la madre como hombre le ayudarán a relacionarse emocionalmente contigo como su hijo. En algunos casos, las nuevas madres pueden sentirse muy agresivas y nerviosas. Estos sentimientos algunas veces se deben al hecho de que el hijo hombre causa la activación del animus en ella, con la correspondiente carga de sentimientos agresivos.
El animus y el anima se vuelven aun más importantes en los casos en que se escogen una serie de vidas de un solo sexo. El patrón original para el animus y el anima proviene del ser total antes de las reencarnaciones. El animus y el anima nacen dentro del individuo con su primera vida física y sirven como un patrón interior que le recuerda a la personalidad su unidad básica. Aquí tenemos otra razón para la fuerte carga psíquica detrás de estos símbolos y la cualidad divina que pueden trasmitir y proyectar.
El hombre anhela el anima, porque ella representa para el inconsciente profundo aquellas otras características del ser total que, por una parte, están latentes, y por la otra, luchan por liberarse. La tensión entre los dos lo conduce a moderar la agresividad con la creatividad, o a utilizar la agresividad creativamente.
Existen profundas correlaciones entre estos símbolos y la lucha en la que la humanidad está involucrada. Tu conciencia, tal como la conoces, tu tipo de conciencia actual en particular, es una manifestación del entendimiento logrado por un tipo de tensión, un tipo especifico de enfoque que surge del verdadero inconsciente del ser total.
El verdadero inconsciente no es inconsciente. En cambio es tan profundamente consciente, tan inexpresablemente consciente, que se rebosa. La vida que conoces es simplemente una de las muchas áreas en las que está consciente. En cada faceta de su conciencia debe mantenerse, literalmente, un tremendo poder y equilibrio para mantener en alto esta experiencia de la conciencia sobre las demás.
Tu realidad existe en un área de actividad en la que las cualidades agresivas, las características impulsadas al exterior, son sumamente necesarias para evitar volver a caer en las posibilidades infinitas de las cuales has emergido últimamente. Sin embargo, desde esta base inconsciente de posibilidades obtienes tu fortaleza, tu creatividad y la frágil, aunque poderosa, clase de conciencia individual que es tuya.
La división en dos sexos fue adoptada para separar y equilibrar estas tendencias tan necesarias, pero tan aparentemente opuestas. Solo la conciencia inicial necesita este tipo de controles. El anima y el animus, por lo tanto, están embebidos profundamente con sus necesarias tendencias complementarias, aunque aparentemente opuestas, y ellas son muy importantes para mantener la misma naturaleza de tu conciencia humana.
También hay una tensión natural entre los sexos, que se basa en causas mucho más profundas que las físicas. La tensión resulta de la naturaleza de la conciencia que surge del anima, pero depende para su continuación de la “agresividad” del animus. He explicado hasta cierto punto la fascinación que existe entre los dos, como resultado del conocimiento interior del ser total que se esfuerza para lograr la verdadera identidad, a medida que lucha para combinar y desarrollar las aparentemente opuestas tendencias que son parte de él.
Al final del ciclo reencarnacional, el ser total está mucho más desarrollado de lo que estaba antes. El mismo se ha realizado y ha experimentado en una dimensión de realidad que le era desconocida antes y, al hacerlo, por supuesto ha aumentado su ser. No se trata entonces de un ser total partido a la mitad y a continuación simplemente regresando a sí mismo.
Hay muchos asuntos concernientes a la naturaleza de la concepción que deben ser discutidos aquí. Sin embargo, hay libertad de acción y muchas variaciones. Usualmente, entre vidas escoges de antemano tus hijos, y ellos te escogen como padre o madre.
Si vas a nacer como hombre, la madre sirve como un estímulo para activar el símbolo del anima en ti, de tal manera que el patrón de tus propias vidas femeninas se convierte en una parte de tu próxima existencia. Tu madre, si las has conocido en el pasado, encontrará en el momento de tu nacimiento un aumento en los sueños que involucran otras existencias en las que los dos estuvieron juntos.
Estos pueden no ser registrados conscientemente, pero en muchos casi si, y entonces son olvidados. Las vidas pasadas de la madre como hombre le ayudarán a relacionarse emocionalmente contigo como su hijo. En algunos casos, las nuevas madres pueden sentirse muy agresivas y nerviosas. Estos sentimientos algunas veces se deben al hecho de que el hijo hombre causa la activación del animus en ella, con la correspondiente carga de sentimientos agresivos.
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