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jueves, 20 de noviembre de 2008

El Mensaje del Maestro 42

La Experiencia de la "Muerte"
Tu conciencia puede dejar tu cuerpo completamente antes de la muerte física. La conciencia puede dejar el organismo físico de varias maneras, de acuerdo con las condiciones. En algunos casos el organismo mismo está en capacidad de funcionar hasta cierto grado, aunque sin el liderazgo o sin la organización que existía previamente. La conciencia simple de átomos, células y órganos continúa existiendo por algún tiempo después de que la conciencia principal ha salido.
Puede haber o no desorientación de tu parte, de acuerdo con tus creencias y desarrollo. No me estoy refiriendo necesariamente al desarrollo intelectual. El intelecto puede ir a la par con las emociones y las intuiciones, pero si las jala muy fuertemente, pueden surgir dificultades cuando la conciencia recientemente liberada se apodera de sus ideas acerca de la realidad después de la muerte, en lugar de enfrentar la realidad particular en que se encuentra. Puede negar el sentimiento, en otras palabras, y todavía intentar negar su actual independencia del cuerpo.
Como lo decíamos antes, un individuo puede estar tan seguro de que la muerte es el final de todo, que esto le produce una amnesia temporal. En muchos casos, inmediatamente después de dejar el cuerpo, hay asombro y reconocimiento de la situación. Se puede ver el cuerpo mismo y muchos funerales tienen un invitado de honor en medio de la compañía; y nadie mira la cara del cadáver con tanta curiosidad y sorpresa como él.
En este punto, surgen muchas variaciones en el comportamiento, cada una como resultado de los antecedentes, conocimientos y hábitos individuales. Los alrededores en los cuales el difunto se encuentra con frecuencia varían. Alucinaciones muy vívidas pueden formar una experiencia tan real como cualquier otra de la vida mortal. Ya te he mencionado que los pensamientos y las emociones forman la realidad física. También forman la experiencia después de la muerte. Esto no quiere decir que la experiencia no sea valida, como tampoco sería decir que la vida física no es valida.
Se han utilizado ciertas imágenes para simbolizar la transición de una experiencia a la otra, y muchas de ellas son sumamente valiosas en el sentido de que proporcionan una estructura con referencias muy comprensibles. El cruce del río Styx es una de ellas. Quien está muriendo, espera que ocurran ciertos procedimientos de una manera más o menos ordenada. Los mapas son conocidos de antemano. En el momento de la muerte, la conciencia alucinaba el río vividamente. Los parientes y amigos ya fallecidos entraban en el ritual, que era una profunda ceremonia de parte de ellos. El río era tan real como cualquier río que conozcas y tan traicionero al atravesarlo solo sin el conocimiento apropiado. Siempre había guías en el río para ayudar a cruzar a estos viajeros.
No se trata de decir que tal río sea ilusión. El símbolo es realidad. La manera fue planeada. Ese mapa en particular ya no está en uso. Los vivos no saben como leerlo. El cristianismo ha creído en un cielo y un infierno, en un purgatorio y en un día del juicio. De esta manera, al morir, para quienes creen en estos símbolos, se escenifica otra ceremonia y los guías hacen el papel de las figuras amadas de santos y héroes cristianos.
Entonces con esto como estructura y en términos que puedan entender, a tales individuos se les dice la verdadera situación. Los movimientos religiosos masivos han cumplido este propósito por siglos, dándole al hombre un plan para ser seguido. Poco importaba que más tarde el plan fuera visto como la cartilla de un niño, un libro de instrucciones completo con cuentos coloridos, ya que el propósito principal se había servido y había poca desorientación.
En los periodos en los que no se tienen tales ideas masivas, hay más desorientación, y cuando la vida después de la muerte se niega completamente, el problema se magnifica. Por supuesto que muchos se regocijan al encontrarse todavía conscientes. Otros tienen que aprender nuevamente todo lo relacionado con ciertas leyes del comportamiento, ya que no se dan cuenta de la potencia creativa de sus pensamientos y emociones.
Un individuo en esta situación se encontrará en diez entornos diferentes en un parpadear, sin tener idea de la razón detrás de esa situación. No verá ninguna continuidad en absoluto y se sentirá arrojado sin ton ni son de una experiencia a la otra, sin darse cuenta que sus propios pensamientos literalmente lo están propulsando.

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