La conciencia tiene muchas características, algunas de las cuales conoces. Sin embargo, muchas de las características de la conciencia no son tan aparentes, puesto que actualmente, en gran medida, utilizas tu propia conciencia de tal manera que sus percepciones aparecen con muy distintas apariencias “naturales”. En otras palabras, estás enterado de tu propia conciencia por medio de tu propio mecanismo físico. No estás tan enterado de tu propia conciencia cuando no está operando principalmente por la mediación del cuerpo, cuando lo hace en los estados “fuera del cuerpo” y en algunas condiciones disociadas.
Las características de la conciencia son las mismas si estás dentro de un cuerpo o si estás afuera de él. Los picos y valles de la conciencia mencionados antes, existen en cierto grado en todas las conciencias, sin importar la forma adoptada después de la muerte. La naturaleza de tu conciencia no es diferente básicamente de lo que es ahora, aunque puedas no estar consciente de muchas de sus características.
Por ejemplo, tu conciencia es telepática y clarividente, aunque puedas no darte cuenta. En el sueño, cuando presumes estar inconsciente, puedes estar mucho más consciente de lo que estás ahora, simplemente utilizando habilidades de la conciencia que no aceptas como reales o como válidas en la vida de vigilia. Por consiguiente, las excluyes de tu experiencia consciente. La conciencia, la tuya y la mía, es muy independiente tanto del tiempo como del espacio. Después de la muerte, simplemente te enteras de los poderes más grandes de la conciencia que existen dentro de ti todo el tiempo.
Puesto que es así, puedes descubrirlos ahora y aprender a utilizarlos. Esto te ayudará directamente en tu experiencia después de la muerte. No estarás tan sorprendido por la naturaleza de tus propias reacciones, si de antemano comprendes que tu conciencia no solo no está aprisionada por tu cuerpo físico, sino que puede crear otras partes a voluntad. Aquellas personas que identifican demasiado su conciencia con el cuerpo, pueden sufrir un tormento auto creado sin razón alguna quedándose cerca del cuerpo. Ciertamente, un alma abandonada que no tiene ningún otro lugar a donde ir.
Tú eres un espíritu ahora, y ese espíritu tiene una conciencia. La conciencia entonces pertenece al espíritu, pero los dos no son lo mismo. El espíritu puede activar o desactivar su conciencia. Por su naturaleza, la conciencia puede centellear y fluctuar, pero el espíritu no.
A mí particularmente no me gusta la palabra “espíritu”, por las diferentes implicaciones que se le han asignado, pero ella cumple nuestro propósito en el sentido de que la palabra implica una independencia de la forma física.
La conciencia no descansa en el sueño. Simplemente se orienta en otra dirección. La conciencia no duerme en esos términos y mientras puede ser desactivada o apagada, no es como la luz.
Desactivándola o apagándola, la conciencia no se extingue de la manera como una luz desaparece cuando se apaga el interruptor. Siguiendo la analogía, si la conciencia fuera como una luz que te pertenece, aun cuando la apagues, habría una especie de crepúsculo, pero no oscuridad. Por lo tanto, el espíritu nunca está en un estado de nada, con su conciencia extinguida.
Hemos dicho antes que solamente estás familiarizado con aquellas características de tu propia conciencia que utilizas con la mediación del cuerpo. Cuentas con el cuerpo para expresar las percepciones de tu conciencia. Tiendes a identificar la expresión de tu conciencia con el cuerpo.
En los momentos cercanos a la muerte, se presentan ejemplos de ejercicios en manipulación de la conciencia, cuando ella se da cuenta que no puede expresarse más por intermedio del cuerpo. Si la persona que está muriendo se identifica en exceso con el cuerpo, puede fácilmente entrar en estado de pánico, pensando que toda expresión está suspendida y que por esa razón su conciencia está próxima a extinguirse.
Esta creencia en la extinción, la certeza de que la identidad está a punto de ser borrada en el momento siguiente, es una severa experiencia psicológica que por si misma puede traer reacciones desafortunadas. Lo que ocurre en cambio es que encuentras intacta la conciencia y su expresión mucho menos limitada de lo que estaba anteriormente.
Después del material de base que hemos visto, vamos a tratar con la naturaleza de la existencia después de la muerte física, en el momento de la muerte, y con la ultima muerte física al final del ciclo reencarnacional. Era muy importante que comprendieras algunas cosas acerca de la naturaleza y el comportamiento de tu propia conciencia antes de empezar.
Las características de la conciencia son las mismas si estás dentro de un cuerpo o si estás afuera de él. Los picos y valles de la conciencia mencionados antes, existen en cierto grado en todas las conciencias, sin importar la forma adoptada después de la muerte. La naturaleza de tu conciencia no es diferente básicamente de lo que es ahora, aunque puedas no estar consciente de muchas de sus características.
Por ejemplo, tu conciencia es telepática y clarividente, aunque puedas no darte cuenta. En el sueño, cuando presumes estar inconsciente, puedes estar mucho más consciente de lo que estás ahora, simplemente utilizando habilidades de la conciencia que no aceptas como reales o como válidas en la vida de vigilia. Por consiguiente, las excluyes de tu experiencia consciente. La conciencia, la tuya y la mía, es muy independiente tanto del tiempo como del espacio. Después de la muerte, simplemente te enteras de los poderes más grandes de la conciencia que existen dentro de ti todo el tiempo.
Puesto que es así, puedes descubrirlos ahora y aprender a utilizarlos. Esto te ayudará directamente en tu experiencia después de la muerte. No estarás tan sorprendido por la naturaleza de tus propias reacciones, si de antemano comprendes que tu conciencia no solo no está aprisionada por tu cuerpo físico, sino que puede crear otras partes a voluntad. Aquellas personas que identifican demasiado su conciencia con el cuerpo, pueden sufrir un tormento auto creado sin razón alguna quedándose cerca del cuerpo. Ciertamente, un alma abandonada que no tiene ningún otro lugar a donde ir.
Tú eres un espíritu ahora, y ese espíritu tiene una conciencia. La conciencia entonces pertenece al espíritu, pero los dos no son lo mismo. El espíritu puede activar o desactivar su conciencia. Por su naturaleza, la conciencia puede centellear y fluctuar, pero el espíritu no.
A mí particularmente no me gusta la palabra “espíritu”, por las diferentes implicaciones que se le han asignado, pero ella cumple nuestro propósito en el sentido de que la palabra implica una independencia de la forma física.
La conciencia no descansa en el sueño. Simplemente se orienta en otra dirección. La conciencia no duerme en esos términos y mientras puede ser desactivada o apagada, no es como la luz.
Desactivándola o apagándola, la conciencia no se extingue de la manera como una luz desaparece cuando se apaga el interruptor. Siguiendo la analogía, si la conciencia fuera como una luz que te pertenece, aun cuando la apagues, habría una especie de crepúsculo, pero no oscuridad. Por lo tanto, el espíritu nunca está en un estado de nada, con su conciencia extinguida.
Hemos dicho antes que solamente estás familiarizado con aquellas características de tu propia conciencia que utilizas con la mediación del cuerpo. Cuentas con el cuerpo para expresar las percepciones de tu conciencia. Tiendes a identificar la expresión de tu conciencia con el cuerpo.
En los momentos cercanos a la muerte, se presentan ejemplos de ejercicios en manipulación de la conciencia, cuando ella se da cuenta que no puede expresarse más por intermedio del cuerpo. Si la persona que está muriendo se identifica en exceso con el cuerpo, puede fácilmente entrar en estado de pánico, pensando que toda expresión está suspendida y que por esa razón su conciencia está próxima a extinguirse.
Esta creencia en la extinción, la certeza de que la identidad está a punto de ser borrada en el momento siguiente, es una severa experiencia psicológica que por si misma puede traer reacciones desafortunadas. Lo que ocurre en cambio es que encuentras intacta la conciencia y su expresión mucho menos limitada de lo que estaba anteriormente.
Después del material de base que hemos visto, vamos a tratar con la naturaleza de la existencia después de la muerte física, en el momento de la muerte, y con la ultima muerte física al final del ciclo reencarnacional. Era muy importante que comprendieras algunas cosas acerca de la naturaleza y el comportamiento de tu propia conciencia antes de empezar.
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