Es bien sabido que en el estado del sueño existen fluctuaciones de la conciencia y del estado de alerta. Algunos períodos de actividad del sueño sustituyen períodos de algunos estados de vigilia. También hay fluctuaciones en la conciencia de vigilia normal, ritmos de intensa actividad seguidos por un período de conciencia mucho menos activo.
Por supuesto que algunos estados de vigilia se acercan mucho a los estados del sueño. Estos se mezclan uno con el otro de tal manera que con frecuencia el ritmo pasa sin notarse. Estas gradaciones de la conciencia están acompañadas de cambios en el mecanismo físico. En los periodos más lentos de la conciencia de vigilia hay una falta de concentración, un corte del estimulo en varios grados, un incremento de accidentes, y generalmente un tono más bajo del cuerpo.
Por tu costumbre de un periodo de sueño extendido, seguido por un periodo de vigilia extendido, no le sacas partido a estos ritmos de la conciencia. Los picos altos son ahogados hasta cierto punto, y aun pasan sin ser notados. El contraste agudo y la alta eficiencia de la conciencia de vigilia natural apenas es utilizado.
Todo este material te ayudará a comprender y a utilizar tus habilidades actuales. Le estás pidiendo demasiado a tu conciencia normal de vigilia, suavizando los valles y los picos de su actividad, demandándole en muchos casos que siga adelante con plena potencia, cuando está realmente en un periodo mínimo, negándote a ti mismo la gran movilidad de conciencia que es posible.
Las sugestiones dadas anteriormente, relacionadas con los hábitos del sueño, darán como resultado la utilización natural de estos ritmos. Los picos serán experimentados más frecuentemente. La concentración será incrementada, los problemas serán vistos más claramente y las capacidades de aprendizaje se utilizarán mejor.
Este período extendido dado a la conciencia de vigilia sin los períodos de descanso, acumula químicos en la sangre que son descargados en el sueño; pero mientras tanto hacen que el cuerpo sea lerdo y se retarde la concentración consciente. Los largos periodos de sueño a los cuales te has acostumbrado se vuelven entonces necesarios y se forma un circulo vicioso. Esto fuerza estimulaciones en exceso durante la noche, incrementando el trabajo del cuerpo, haciendo que lleve a cabo purificaciones físicas de manera continuada por un tiempo extendido, lo que idealmente podría hacerse en periodos de descanso más breves. El ego se siente amenazado por la “licencia” extendida que debe tomar, se cansa de dormir y establece barreras contra el estado del sueño, muchas de las cuales son artificiales.
El resultado es una dualidad aparente y desconfianza de una parte del ser hacia la otra. Mucho material creativo de bastante valor práctico se pierde en el proceso. Los procedimientos antes mencionados permitirían un acceso mucho mayor a esa información y el ser de vigilia estaría más descansado. El simbolismo de los sueños aparecería con mayor claridad y no se perdería con las muchas horas que ahora le dedicas al sueño.
La fortaleza muscular se beneficiaría. La sangre se limpiaría más efectivamente que cuando el cuerpo se encuentra postrado por ese tiempo. Habría una comunicación mucho mejor entre los estratos subjetivos del ser, una sensación de seguridad incrementada y, especialmente en los niños, las habilidades creativas se encenderían más tempranamente.
Una conciencia clara, ordenada, brillante y poderosa, necesita periodos de descanso frecuentes para mantener su eficiencia y para interpretar correctamente la realidad. De otra manera, distorsiona lo que percibe.
El descanso y el sueño curan. Los períodos de sueño muy extendidos han sido útiles como terapia en algunos casos, no porque el sueño extendido sea en sí mismo benéfico, sino porque se han acumulado tantas toxinas que se requiere ese período extendido. Los procesos de aprendizaje son definitivamente obstaculizados con tus hábitos actuales, ya que hay ciertos períodos en los que la conciencia está sintonizada para el aprendizaje y, sin embargo, tratas de forzar el aprendizaje durante periodos mínimos no reconocidos. Las habilidades creativas y psíquicas son empujadas al fondo, simplemente por causa de esta división artificial. El resultado son dualidades que afectan todas tus actividades.
En algunos casos, literalmente te obligas a dormir cuando tu conciencia puede estar en uno de sus máximos puntos. Incidentalmente, esto ocurre en el período anterior al amanecer. En ciertas horas de la tarde la conciencia está reducida y necesita el descanso que le es negado.
Si las etapas de la conciencia de vigilia fueran examinadas como se hace con las etapas del sueño actualmente, encontrarías un rango de actividad mucho mayor del que se sospecha. Ciertas etapas de transición son ignoradas completamente. En muchos sentidos se puede decir que la conciencia en realidad centellea en varias intensidades. No es como un haz de luz, por ejemplo.
Por supuesto que algunos estados de vigilia se acercan mucho a los estados del sueño. Estos se mezclan uno con el otro de tal manera que con frecuencia el ritmo pasa sin notarse. Estas gradaciones de la conciencia están acompañadas de cambios en el mecanismo físico. En los periodos más lentos de la conciencia de vigilia hay una falta de concentración, un corte del estimulo en varios grados, un incremento de accidentes, y generalmente un tono más bajo del cuerpo.
Por tu costumbre de un periodo de sueño extendido, seguido por un periodo de vigilia extendido, no le sacas partido a estos ritmos de la conciencia. Los picos altos son ahogados hasta cierto punto, y aun pasan sin ser notados. El contraste agudo y la alta eficiencia de la conciencia de vigilia natural apenas es utilizado.
Todo este material te ayudará a comprender y a utilizar tus habilidades actuales. Le estás pidiendo demasiado a tu conciencia normal de vigilia, suavizando los valles y los picos de su actividad, demandándole en muchos casos que siga adelante con plena potencia, cuando está realmente en un periodo mínimo, negándote a ti mismo la gran movilidad de conciencia que es posible.
Las sugestiones dadas anteriormente, relacionadas con los hábitos del sueño, darán como resultado la utilización natural de estos ritmos. Los picos serán experimentados más frecuentemente. La concentración será incrementada, los problemas serán vistos más claramente y las capacidades de aprendizaje se utilizarán mejor.
Este período extendido dado a la conciencia de vigilia sin los períodos de descanso, acumula químicos en la sangre que son descargados en el sueño; pero mientras tanto hacen que el cuerpo sea lerdo y se retarde la concentración consciente. Los largos periodos de sueño a los cuales te has acostumbrado se vuelven entonces necesarios y se forma un circulo vicioso. Esto fuerza estimulaciones en exceso durante la noche, incrementando el trabajo del cuerpo, haciendo que lleve a cabo purificaciones físicas de manera continuada por un tiempo extendido, lo que idealmente podría hacerse en periodos de descanso más breves. El ego se siente amenazado por la “licencia” extendida que debe tomar, se cansa de dormir y establece barreras contra el estado del sueño, muchas de las cuales son artificiales.
El resultado es una dualidad aparente y desconfianza de una parte del ser hacia la otra. Mucho material creativo de bastante valor práctico se pierde en el proceso. Los procedimientos antes mencionados permitirían un acceso mucho mayor a esa información y el ser de vigilia estaría más descansado. El simbolismo de los sueños aparecería con mayor claridad y no se perdería con las muchas horas que ahora le dedicas al sueño.
La fortaleza muscular se beneficiaría. La sangre se limpiaría más efectivamente que cuando el cuerpo se encuentra postrado por ese tiempo. Habría una comunicación mucho mejor entre los estratos subjetivos del ser, una sensación de seguridad incrementada y, especialmente en los niños, las habilidades creativas se encenderían más tempranamente.
Una conciencia clara, ordenada, brillante y poderosa, necesita periodos de descanso frecuentes para mantener su eficiencia y para interpretar correctamente la realidad. De otra manera, distorsiona lo que percibe.
El descanso y el sueño curan. Los períodos de sueño muy extendidos han sido útiles como terapia en algunos casos, no porque el sueño extendido sea en sí mismo benéfico, sino porque se han acumulado tantas toxinas que se requiere ese período extendido. Los procesos de aprendizaje son definitivamente obstaculizados con tus hábitos actuales, ya que hay ciertos períodos en los que la conciencia está sintonizada para el aprendizaje y, sin embargo, tratas de forzar el aprendizaje durante periodos mínimos no reconocidos. Las habilidades creativas y psíquicas son empujadas al fondo, simplemente por causa de esta división artificial. El resultado son dualidades que afectan todas tus actividades.
En algunos casos, literalmente te obligas a dormir cuando tu conciencia puede estar en uno de sus máximos puntos. Incidentalmente, esto ocurre en el período anterior al amanecer. En ciertas horas de la tarde la conciencia está reducida y necesita el descanso que le es negado.
Si las etapas de la conciencia de vigilia fueran examinadas como se hace con las etapas del sueño actualmente, encontrarías un rango de actividad mucho mayor del que se sospecha. Ciertas etapas de transición son ignoradas completamente. En muchos sentidos se puede decir que la conciencia en realidad centellea en varias intensidades. No es como un haz de luz, por ejemplo.
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