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sábado, 3 de julio de 2010

El Lenguaje del Amor. Las imágenes y el Nacimiento de las Palabras 4

Inicialmente, antes del nacimiento de las imágenes y las palabras – tal como las comprendes – el mundo existía en términos diferentes a aquellos que conoces. Las imágenes, tal como las consideras, no habían tomado la forma que reconoces. Te parece que visualmente, por ejemplo, el mundo natural se debe juntar o percibir en cierta forma.
Cualquiera que sea tu lenguaje, percibes los árboles, las montañas, la gente, los océanos. Nunca ves a un hombre fundirse con un árbol, por ejemplo. Esto sería considerado una imagen alucinatoria. Tu información visual es aprendida e interpretada de tal manera que aparezca como el único resultado posible de esa información. Las visiones internas te pueden confundir, porque en tu mente con frecuencia ves imágenes muy claramente, que descartarías si tus ojos estuvieran abiertos. En los términos en los que estoy hablando, sin embargo, las especies jóvenes utilizaron lo que he llamado “sentidos internos” en un grado mucho mayor de lo que tú lo haces. Visualmente, el hombre primitivo no percibía el mundo físico en la forma que parece natural para ti.
Cuando la conciencia de un hombre, por ejemplo, se mezclaba con la de un árbol, esa información se convertía en “visual”, para ser percibida por otros. Cuando la conciencia de un hombre se mezclaba con la de un animal, esa mezcla se convertía también en información visual.
En una manera de expresarlo, el cerebro juntaba la información visual de tal manera que los contenidos visuales del mundo no eran estacionarios como lo son ahora. Has aprendido a ser sumamente específico en tu visualización e interpretaciones físicas. Tu visión mental tiene indicaciones en cuanto a la información que podría ser percibida físicamente, pero no lo es visualmente. Te has adiestrado a ti mismo para reaccionar a ciertas indicaciones visuales que disparan tus interpretaciones mentales, y para ignorar otras variaciones.
Estas últimas pueden describirse como demasiado sutiles. Sin embargo, realmente no son más sutiles que aquellas indicaciones que reconoces.
La información está almacenada en los cromosomas, ensartada conjuntamente en una cierta forma. Ahora, biológicamente, eso es cognición directa. Los sentidos internos perciben directamente del mismo modo. Para ti, el lenguaje significa palabras. Las palabras siempre son símbolos de las emociones o de los sentimientos, de las intenciones o de los deseos. La cognición directa no necesitaba de los símbolos. El primer lenguaje, el lenguaje inicial, no involucraba imágenes o palabras, sino que se entendía con el libre flujo del material cognitivo directamente.
Un hombre, preguntándose como seria un árbol, se volvía uno con él y permitía a su propia conciencia fluir dentro del árbol. La conciencia del hombre se mezclaba y se fundía con otros tipos de conciencia con la gran curiosidad del amor. Un niño simplemente no miraba al animal, sino que permitía que su conciencia se fundiera con la del animal, y así, hasta cierto grado, el animal miraba al exterior a través de los ojos del niño.
En formas muy difíciles de explicar, el hombre “absorbía” el espíritu del animal antes de matarlo, de tal manera que el espíritu del animal se mezclaba con el suyo propio. Utilizando la carne del animal, el cazador creía que le estaba dando al animal un nuevo enfoque de la existencia. Podía sacar provecho de la fortaleza del animal, y el animal podía unirse a la conciencia humana. La naturaleza y el espíritu por consiguiente eran uno.
Tu propio tipo de enfoque surgió de ese trasfondo, de tal manera que dentro de ti mismo contienes miríadas de conciencias de las cuales no estás enterado. A través de tu propio enfoque particular, la conciencia del mundo natural se mezcló para formar una síntesis en la que, por ejemplo, podían surgir sinfonías. Actúas no solamente por ti mismo, sino también por otros tipos de conciencia que has olvidado a propósito. Siguiendo tus propios propósitos, que son los tuyos, también sirves los propósitos de otros que has olvidado.
Pensando tus propios pensamientos privados, también le agregas a una realidad psíquica y mental más grande de la cual formas parte. Tus lenguajes programan tus percepciones, y limitan tus comunicaciones en ciertos términos, tanto como ellos las facilitan.
Un músico escribiendo una sinfonía, sin embargo, no utiliza todas las notas que están disponibles para él. Escoge y discrimina. Su discriminación está basada en el conocimiento de la información disponible, sin embargo. De la misma manera, tus lenguajes están basados en el conocimiento interior de comunicaciones disponibles mayores. Los “secretos” de los lenguajes no están para ser encontrados en los sonidos, acentos, palabras o sílabas raizales, sino en los ritmos entre las palabras; las pausas y las vacilaciones; el flujo con el que las palabras se juntan, y las inferencias no expresadas que conectan la información verbal y visual.
Como especie “ustedes” buscaron cierto tipo de experiencia. Individualmente, y como tribus o naciones, siguieron ciertas “progresiones” - y sin embargo al hacerlo también actuaron de parte de la totalidad de la naturaleza. Ustedes toman dentro de sus cuerpos en forma trasmutada las conciencias de todas las cosas que consumen.
Aquellas conciencias que se mezclan para percibir el mundo en una forma, las llamas la propia. A través de tus ojos, las bestias, los vegetales, las aves y el polvo perciben el amanecer y la luz del sol como tú lo haces – como tú, y sin embargo, por otra parte, tu experiencia es la tuya propia.
Hasta cierto punto es verdad decir que los lenguajes surgieron a medida que empezaste a perder la comunicación directa con tu propia experiencia, y con aquella de los otros. El lenguaje es por consiguiente un substituto para la comunicación directa. Los símbolos de las palabras representan tu propia experiencia o la experiencia de alguien más, mientras te protegen a ti o a ellos al mismo tiempo.
La información visual, tal como la percibes, equivale al lenguaje visual; las imágenes percibidas son como palabras visuales. Un objeto es presentado a tu percepción visual de tal manera que puedas percibirlo seguramente desde el exterior. Los objetos, tal como los ves, son también símbolos.

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