Ciertamente no hay nada malo en pedir ayuda a otros cuando piensas que la necesitas, y algunas veces hay mucho por ganar.
Hay quienes tienen la práctica de buscar ayuda de otros, sin embargo, utilizando esto como un medio para evitar responsabilidad. En los problemas físicos específicos, la ayuda debe buscarse en áreas en las que tienes poco conocimiento. Sin embargo, muchas personas buscan en aquellas áreas fuera de ellas mismas – en psíquicos, médicos, psiquiatras, sacerdotes, ministros, amigos – las respuestas a las situaciones generales de la vida, y al hacerlo niegan sus propias habilidades de auto-comprensión y crecimiento.
Por tu estructura educacional, al individuo se le enseña a desconfiar del ser interior, como lo mencionamos antes, y así, infortunadamente, el hombre o mujer común busca las soluciones a sus problemas personales por fuera del ser, en donde ellas al menos pueden encontrarse. Si utilizas los métodos aquí ofrecidos, deberías conocerte a ti mismo mucho más íntimamente que antes, y estarías mejor equipado para manejar tu realidad personal. Sabiendo simplemente que tú formas tu realidad, puedes liberarte de algunos conceptos limitantes que te han retenido en el pasado. Puedes entonces examinar tus creencias creativamente, encontrando las correlaciones entre ellas y tu experiencia. El conocimiento consciente por si solo activará las respuestas intuitivas dentro del ser interior, de tal manera que recibirás información útil a través de sueños, impulsos, y patrones de pensamiento comunes.
Si afirmas la gracia básica de tu ser, esto automáticamente debilitará las creencias que tienes que son contrarias a ese principio. Estarás en capacidad de mantener igualmente dentro de tu experiencia la visión de un “ser ideal” y todas aquellas desviaciones naturales de él.
Empezarás en donde estás y alegremente comenzarás a expandir aquellos atributos que ahora tienes, sin esperar que ellos aparezcan plenos. Te amarás a ti mismo y no tendrás dificultad en amar a tu prójimo. Eso no quiere decir que debas estar sin enterarte de las divergencias con tu concepto ideal de la persona amada. Y nuevamente, no significa que debas sonreír constantemente, sino que afirmes tu validez y gracia dentro de tus dimensiones como criatura.
Tan pronto como empiezas a comparar lo que eres con un concepto idealizado de ti mismo, automáticamente te sientes culpable. Hasta que trabajes con tus creencias, esta culpa puede iniciarse con los episodios y características más inofensivos. Es una buena idea escribir una lista de actos o incidentes específicos que te llenen con una sensación de culpa. Con frecuencia estarás en capacidad de rastrearlos hasta las creencias de la primera infancia muy fácilmente – algunos inculcados por un padre bien intencionado para protegerte, o por la ignorancia de un adulto. Sacados a la luz, sin embargo, muchos de estos se disolverán ante tu comprensión.
Cuando afirmas tu propia rectitud en el universo, entonces cooperas con otros fácil y automáticamente como parte de propia naturaleza. Tú, siendo tú mismo, les ayudas a otros a ser ellos mismos. No estás celoso de talentos que no posees, y de esta manera puedes sinceramente alentarlos en otros. Por lo que reconoces tu propia unicidad, no necesitarás dominar a otros, ni rebajarte ante ellos.
Debes empezar a confiar en ti mismo alguna vez. Te sugiero hacerlo ahora. Si no lo haces, siempre estarás mirando a otros para probar tu propio mérito, y nunca estarás satisfecho. Estarás siempre preguntándole a otros que hacer, y al mismo tiempo resintiéndote con aquellos de quienes buscas tal ayuda. Te parecerá que su experiencia es legítima y la tuya falsificada. Te sentirás estafado.
Te encontrarás exagerando los aspectos negativos de tu vida, y los lados positivos de las experiencias de otras personas. Eres una personalidad multidimensional. Confía en el milagro de tu propio ser. No hagas divisiones entre lo físico y lo espiritual en tus vidas, ya que lo espiritual habla con la voz de lo físico y el cuerpo físico es la creación del espíritu.
No pongas las palabras de gurús, ministros, sacerdotes, científicos, psicólogos, amigos – o mis propias palabras – por encima de los sentimientos de tu propio ser. Puedes aprender mucho de otros, pero el conocimiento más profundo debe venir desde dentro de ti mismo. Tu propia conciencia está embarcada en una realidad que básicamente no puede ser experimentada por ningún otro, que es única e intraducible, con su propio significado, y siguiendo sus propios senderos de llegar a ser.
Compartes una existencia con otros que están experimentando sus propios caminos, a sus propias maneras, y tienes entonces camino en común. Sé amable contigo mismo y con tus compañeros.
Yo también estoy viajando. La información y conocimiento que tengo trato de dártelo a través de quienes son parte mía en tu espacio y tiempo. Sin embargo, ellos son ellos mismos y yo soy yo mismo.
Como lo mencioné antes, no te volverás más espiritual negando tu carne. Esta es la vida que estás viviendo. Confía en lo viviente que fluye a través de ti. Al hacerlo, otras realidades se harán conocer ellas mismas. Ellas le agregarán dimensión y profundidad a tu realidad presente.
Tú Haces Tu Propia Realidad – Dondequiera Que Viajes, y en Cualquiera que Sea la Dimensión en Que te Encuentres.
Antes de que te embarques en otras jornadas de la conciencia, comprende que tus creencias te seguirán y formarán tu experiencia ahí, como lo hacen aquí. Si crees en demonios, los encontrarás – en esta vida, como enemigos, y en otros reinos de la conciencia como diablos o “espíritus malignos”.
Si estás temeroso de tus emociones y crees que ellas son malas, entonces cuando intentes experimentos “psíquicos” puedes creer que estás poseído. Tus sentimientos, los sentimientos reprimidos, te parecerán demoníacos. Estarás temeroso de asignártelos y de esta manera pensarás que ellos pertenecen a un espíritu desencarnado. Es entonces muy importante que comprendas la verdadera inocencia de todos los sentimientos, ya que cada uno de ellos, si se deja solo y se sigue, te llevará de regreso a la realidad del amor.
No confíes en ninguna persona que te diga que eres malo o culpable, en razón de tu naturaleza o tu existencia física, ni en ningún dogma. No confíes en nadie que te lleve lejos de la realidad de ti mismo. No sigas a quienes te dicen que debes hacer penitencia, en cualquier forma. Confía en cambio en la espontaneidad de tu propio ser y en la vida que es tuya. Si no te gusta en donde estás, examina entonces las creencias que tienes. Tráelas a la luz. No hay nada dentro de ti mismo para temer.
Mi Vida es Mía, y Yo la Formo.
Dícete esto con frecuencia. Crea tu propia vida ahora, utilizando tus creencias como un artista usa el color. No hay ninguna condición que no puedas cambiar, excepto una indisputablemente física aceptada al nacer dentro del reino de las criaturas, tal como la responsabilidad por un órgano que falta, o una carencia funcional.
Si has estado lleno de auto-compasión a causa de una enfermedad o una situación de vida, toma entonces la iniciativa. Enfrenta tus creencias honestamente y encuentra las razones para la dificultad.
Hablo con la vitalidad interior que está inherente dentro de cada uno de mis lectores y con el conocimiento interior que pertenece también a ellos.
Termino diciendo, como lo he hecho antes: Se te ha dado el regalo de los dioses; tú creas tu propia realidad de acuerdo con tus creencias; tuya es la energía creativa que hace tu mundo; no hay limitaciones para el ser, excepto aquellas en las que crees.
Yo soy Seth. Expreso mi nombre alegremente, aunque los nombres no son importantes. Entonces cada uno de ustedes expresa sus nombres con afirmación cada mañana.
Tú creas tu vida por medio del poder interior de tu ser, cuya fuente está dentro de ti, y sin embargo más allá de los seres que conoces. Utiliza esas habilidades creativas con abandono comprensivo. Hónrate a ti mismo y muévete a través de la divinidad de tu ser.
Hay quienes tienen la práctica de buscar ayuda de otros, sin embargo, utilizando esto como un medio para evitar responsabilidad. En los problemas físicos específicos, la ayuda debe buscarse en áreas en las que tienes poco conocimiento. Sin embargo, muchas personas buscan en aquellas áreas fuera de ellas mismas – en psíquicos, médicos, psiquiatras, sacerdotes, ministros, amigos – las respuestas a las situaciones generales de la vida, y al hacerlo niegan sus propias habilidades de auto-comprensión y crecimiento.
Por tu estructura educacional, al individuo se le enseña a desconfiar del ser interior, como lo mencionamos antes, y así, infortunadamente, el hombre o mujer común busca las soluciones a sus problemas personales por fuera del ser, en donde ellas al menos pueden encontrarse. Si utilizas los métodos aquí ofrecidos, deberías conocerte a ti mismo mucho más íntimamente que antes, y estarías mejor equipado para manejar tu realidad personal. Sabiendo simplemente que tú formas tu realidad, puedes liberarte de algunos conceptos limitantes que te han retenido en el pasado. Puedes entonces examinar tus creencias creativamente, encontrando las correlaciones entre ellas y tu experiencia. El conocimiento consciente por si solo activará las respuestas intuitivas dentro del ser interior, de tal manera que recibirás información útil a través de sueños, impulsos, y patrones de pensamiento comunes.
Si afirmas la gracia básica de tu ser, esto automáticamente debilitará las creencias que tienes que son contrarias a ese principio. Estarás en capacidad de mantener igualmente dentro de tu experiencia la visión de un “ser ideal” y todas aquellas desviaciones naturales de él.
Empezarás en donde estás y alegremente comenzarás a expandir aquellos atributos que ahora tienes, sin esperar que ellos aparezcan plenos. Te amarás a ti mismo y no tendrás dificultad en amar a tu prójimo. Eso no quiere decir que debas estar sin enterarte de las divergencias con tu concepto ideal de la persona amada. Y nuevamente, no significa que debas sonreír constantemente, sino que afirmes tu validez y gracia dentro de tus dimensiones como criatura.
Tan pronto como empiezas a comparar lo que eres con un concepto idealizado de ti mismo, automáticamente te sientes culpable. Hasta que trabajes con tus creencias, esta culpa puede iniciarse con los episodios y características más inofensivos. Es una buena idea escribir una lista de actos o incidentes específicos que te llenen con una sensación de culpa. Con frecuencia estarás en capacidad de rastrearlos hasta las creencias de la primera infancia muy fácilmente – algunos inculcados por un padre bien intencionado para protegerte, o por la ignorancia de un adulto. Sacados a la luz, sin embargo, muchos de estos se disolverán ante tu comprensión.
Cuando afirmas tu propia rectitud en el universo, entonces cooperas con otros fácil y automáticamente como parte de propia naturaleza. Tú, siendo tú mismo, les ayudas a otros a ser ellos mismos. No estás celoso de talentos que no posees, y de esta manera puedes sinceramente alentarlos en otros. Por lo que reconoces tu propia unicidad, no necesitarás dominar a otros, ni rebajarte ante ellos.
Debes empezar a confiar en ti mismo alguna vez. Te sugiero hacerlo ahora. Si no lo haces, siempre estarás mirando a otros para probar tu propio mérito, y nunca estarás satisfecho. Estarás siempre preguntándole a otros que hacer, y al mismo tiempo resintiéndote con aquellos de quienes buscas tal ayuda. Te parecerá que su experiencia es legítima y la tuya falsificada. Te sentirás estafado.
Te encontrarás exagerando los aspectos negativos de tu vida, y los lados positivos de las experiencias de otras personas. Eres una personalidad multidimensional. Confía en el milagro de tu propio ser. No hagas divisiones entre lo físico y lo espiritual en tus vidas, ya que lo espiritual habla con la voz de lo físico y el cuerpo físico es la creación del espíritu.
No pongas las palabras de gurús, ministros, sacerdotes, científicos, psicólogos, amigos – o mis propias palabras – por encima de los sentimientos de tu propio ser. Puedes aprender mucho de otros, pero el conocimiento más profundo debe venir desde dentro de ti mismo. Tu propia conciencia está embarcada en una realidad que básicamente no puede ser experimentada por ningún otro, que es única e intraducible, con su propio significado, y siguiendo sus propios senderos de llegar a ser.
Compartes una existencia con otros que están experimentando sus propios caminos, a sus propias maneras, y tienes entonces camino en común. Sé amable contigo mismo y con tus compañeros.
Yo también estoy viajando. La información y conocimiento que tengo trato de dártelo a través de quienes son parte mía en tu espacio y tiempo. Sin embargo, ellos son ellos mismos y yo soy yo mismo.
Como lo mencioné antes, no te volverás más espiritual negando tu carne. Esta es la vida que estás viviendo. Confía en lo viviente que fluye a través de ti. Al hacerlo, otras realidades se harán conocer ellas mismas. Ellas le agregarán dimensión y profundidad a tu realidad presente.
Tú Haces Tu Propia Realidad – Dondequiera Que Viajes, y en Cualquiera que Sea la Dimensión en Que te Encuentres.
Antes de que te embarques en otras jornadas de la conciencia, comprende que tus creencias te seguirán y formarán tu experiencia ahí, como lo hacen aquí. Si crees en demonios, los encontrarás – en esta vida, como enemigos, y en otros reinos de la conciencia como diablos o “espíritus malignos”.
Si estás temeroso de tus emociones y crees que ellas son malas, entonces cuando intentes experimentos “psíquicos” puedes creer que estás poseído. Tus sentimientos, los sentimientos reprimidos, te parecerán demoníacos. Estarás temeroso de asignártelos y de esta manera pensarás que ellos pertenecen a un espíritu desencarnado. Es entonces muy importante que comprendas la verdadera inocencia de todos los sentimientos, ya que cada uno de ellos, si se deja solo y se sigue, te llevará de regreso a la realidad del amor.
No confíes en ninguna persona que te diga que eres malo o culpable, en razón de tu naturaleza o tu existencia física, ni en ningún dogma. No confíes en nadie que te lleve lejos de la realidad de ti mismo. No sigas a quienes te dicen que debes hacer penitencia, en cualquier forma. Confía en cambio en la espontaneidad de tu propio ser y en la vida que es tuya. Si no te gusta en donde estás, examina entonces las creencias que tienes. Tráelas a la luz. No hay nada dentro de ti mismo para temer.
Mi Vida es Mía, y Yo la Formo.
Dícete esto con frecuencia. Crea tu propia vida ahora, utilizando tus creencias como un artista usa el color. No hay ninguna condición que no puedas cambiar, excepto una indisputablemente física aceptada al nacer dentro del reino de las criaturas, tal como la responsabilidad por un órgano que falta, o una carencia funcional.
Si has estado lleno de auto-compasión a causa de una enfermedad o una situación de vida, toma entonces la iniciativa. Enfrenta tus creencias honestamente y encuentra las razones para la dificultad.
Hablo con la vitalidad interior que está inherente dentro de cada uno de mis lectores y con el conocimiento interior que pertenece también a ellos.
Termino diciendo, como lo he hecho antes: Se te ha dado el regalo de los dioses; tú creas tu propia realidad de acuerdo con tus creencias; tuya es la energía creativa que hace tu mundo; no hay limitaciones para el ser, excepto aquellas en las que crees.
Yo soy Seth. Expreso mi nombre alegremente, aunque los nombres no son importantes. Entonces cada uno de ustedes expresa sus nombres con afirmación cada mañana.
Tú creas tu vida por medio del poder interior de tu ser, cuya fuente está dentro de ti, y sin embargo más allá de los seres que conoces. Utiliza esas habilidades creativas con abandono comprensivo. Hónrate a ti mismo y muévete a través de la divinidad de tu ser.
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