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jueves, 18 de marzo de 2010

Afirmación, Mejoramiento Práctico de Tu Vida, y Nueva Estructuración de Creencias 2

Algunas creencias pueden funcionar muy positivamente para ti por ciertos períodos de tu vida. Por lo que no las has examinado, sin embargo, puedes llevarlas mucho tiempo después de que han servido su propósito, y ahora ellas pueden funcionar en contra tuya.
Por ejemplo, muchos jóvenes creen en uno u otro tiempo que sus padres son omnipotentes – una creencia muy útil que le da a los hijos una sensación de seguridad. Crecidos en los años adolescentes, los mismos hijos son entonces sacudidos al descubrir que sus padres son bastante humanos y falibles, teniendo lugar otra convicción: la creencia en la insuficiencia y la inferioridad de las generaciones más viejas, y la rigidez y la insensibilidad de aquellos que manejan el mundo.
Muchos, embarcándose en la joven adultez, piensan que las generaciones más viejas han hecho todo mal. Sin embargo, esta creencia los libera de los conceptos infantiles en los cuales las personas mayores siempre eran, no solo correctas, sino infalibles, y esto les ofrece a ellos el reto de hacerle frente a los problemas personales y mundiales.
Por un tiempo, los nuevos adultos se sienten ellos mismos siendo invencibles, más allá de sus límites como criaturas; esta creencia, nuevamente, los dota con la fortaleza y la energía que necesitan para empezar la vida por ellos mismos y para formar su propio mundo colectivo. No obstante, en términos materiales, ellos deben darse cuenta, tarde o temprano, no solamente de sus retos, sino también de otras características peculiares como criaturas, en las que básicamente no tienen sentido tales creencias generalizadas.
Si a la edad de 40 años todavía crees en la infalibilidad de tus padres, mantienes la idea de una manera que está más allá de su estado ventajoso para ti. Utilizando los métodos apropiados, descubrirías las razones para esta creencia, ya que ella te prevendrá de ejercer tu propia independencia y de hacer tu propio mundo. Si tienes 50 años y todavía estas convencido de que las viejas generaciones son rígidas, que están rápidamente en el camino de volverse seniles, mentalmente incompetentes y deteriorándose físicamente, entonces estás sosteniendo una vieja creencia en la efectividad de las viejas generaciones y estableciendo sugestiones negativas para ti mismo. Inversamente, si tienes 50 y todavía crees que la juventud es una parte gloriosa y efectiva de la totalidad de la vida, por supuesto estás haciendo la misma cosa.
Un joven adulto dotado en un área en particular puede sostener la creencia de que esta habilidad lo hace superior a todos los otros. Esto puede ser bastante benéfico para la persona involucrada en un determinado tiempo, proporcionándole el impulso necesario para el desarrollo y la independencia necesaria en la cual la habilidad pueda desarrollarse. La misma persona, años más vieja, puede encontrar que una creencia idéntica ha sido mantenida demasiado tiempo, de tal manera que ella le niega intercambios emocionales muy importantes con sus contemporáneos, o se vuelve restrictiva en otras formas.
Una madre joven puede creer que su hijo es aun más importante que su esposo y, de acuerdo con las circunstancias, esta creencia le puede ayudar a prestar la atención necesaria al hijo – pero si el concepto se mantiene a medida que el hijo se vuelve mayor, esto también puede volverse sumamente restrictivo. La totalidad de la vida adulta de una mujer puede estar estructurada de acuerdo con tal idea, si ella no aprende a examinar los contenidos de su propia mente. Una creencia que tiene resultados positivos para una mujer de veinte años, no tendrá necesariamente los mismos efectos para una mujer de cuarenta, quien, por ejemplo, puede prestar una atención mucho mayor a su hijo que a su esposo.
Muchas de tus creencias son por supuesto culturales, pero aun así has aceptado aquellas que sirvieron tus propios propósitos. Como norma, los hombres en tu sociedad se consideran a sí mismos lógicos, mientras las mujeres son consideradas intuitivas. Las mujeres, tratando ahora de afirmar sus derechos, con frecuencia caen en la misma trampa, pero hacia atrás – tratando de negar lo que ellas conciben como elementos intuitivos inferiores, porque ellas conciben como superiores los lógicos.
Ciertas creencias estructurarán entonces tus vidas, a menudo por un determinado período de tiempo. Superarás muchas de ellas. Cuando lo hagas, la estructura interior cambiará, pero no debes aceptar cobardemente las creencias “sobrantes” una vez que las reconoces.
“Me siento inferior porque mi madre me odiaba”, o, “Me siento indigno porque yo era flacucho y pequeño cuando niño.” Puedes encontrar, a medida que trabajas con tus creencias, que un sentimiento de inferioridad parece desprenderse de tales episodios. Es cosa tuya como adulto llegar al tope de tus creencias, para darte cuenta que una madre que odia a su hijo ya está en dificultades, y que tal odio dice mucho más acerca de la madre que lo que dice acerca de sus hijos. Es cosa tuya comprender que ahora eres una persona mayor, y no un niño para ser intimidado.

El Punto de Poder está en el Presente


Ese punto no está en el pasado, a menos que tú decidas miserablemente aceptar creencias gastadas que ya no te sirven más.
Si creíste que eras indigno porque eras flacucho y estabas intimidado, entonces en alguna forma indudablemente usaste esa creencia para tus propios propósitos. Admítelo. Descubre cuales eran los propósitos. Quizá compensaste – volviéndote atlético más tarde, o utilizaste el impulso para seguir adelante a tu propia manera. Si tu madre te odiaba, puedes haber utilizado eso para afirmar independencia, para darte una excusa o un camino; pero en todos los casos, tú formas tu propia realidad, y así estás de acuerdo con ella.
Muchas personas que me escriben sienten que tienen inusuales características psíquicas, o para escribir, o sienten una necesidad excepcional de ayudar a otros. Ellas constantemente comparan lo que hacen con lo que piensan que están en capacidad de hacer, pero a menudo sin hacer la arrancada hacia el desarrollo de sus propias habilidades.
Ellas quieren escribir grandes teorías filosóficas, por ejemplo, quizá nunca poniendo la pluma sobre el papel, confiando en ellas mismas lo suficiente para empezar. Algunas quieren AYUDAR AL MUNDO EN GRANDE – pero todo lo que hacen es pensar acerca de su deseo sin tratar de implementarlo en absoluto en términos prácticos. El ideal en sus mentes se vuelve tan grande que siempre están insatisfechas con su propia actuación, y sin embargo están temerosas de arrancar.
El amoroso reconocimiento de su propia unicidad en sí misma les mostraría como empezar a utilizar sus propias habilidades a su propia manera, y a confiar en su situación actual. El ideal no está materializado todavía. Es apenas la esencia de una dirección. Pero esa dirección solo puede encontrarse utilizando lo que tienes en el ahora que conoces, y aceptando tus propias oportunidades y habilidades, y usando aquellas a través del poder del presente.

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