La culpa natural es la manifestación en la especie del sentimiento corporal inconsciente de justicia e integridad de los animales. Significa: No matarás más de lo que es necesario para el sustento físico. No tiene nada que ver con adulterio o sexo. Contiene asuntos innatos que aplican a seres humanos, que no tienen ningún significado para otros animales en la estructura de su experiencia. Hablando estrictamente, la traducción del lenguaje biológico a tu propio lenguaje está dado en esta sesión; pero la más fina discriminación dice así: No violarás.
Los animales no necesitan tal mensaje, por supuesto, ni puede ser traducido literalmente, ya que tu conciencia es flexible y tenía que dejarse un margen para tu propia interpretación.
Una mentira rotunda puede ser o puede no ser una violación. Un acto sexual puede ser o puede no ser una violación. Una expedición científica puede ser o puede no ser una violación. No ir a misa el domingo, no es una violación. Tener pensamientos normalmente agresivos, no es una violación. Ejercer violencia a tu cuerpo, o al cuerpo de otra persona, es una violación. Ejercer violencia al espíritu de otra persona, es una violación, pero nuevamente aquí, por lo que eres un ser consciente, las interpretaciones son tuyas. Jurar no es una violación. Si crees que lo es, entonces en tu mente se convierte en una violación.
Matar a otro ser humano es una violación. Matar, mientras estás protegiendo tu propio cuerpo de la muerte a manos de otra persona por un contacto inmediato, es una violación. Bien sea que cualquier justificación parezca evidente o no, la violación existe.
Por lo que crees que la auto defensa es la única manera de contrarrestar tal situación, dirás entonces, “Si soy atacado por otra persona, me estás diciendo que no puedo contrarrestar agresivamente su obvia intención de destruirme?”
No, en absoluto. Puedes contrarrestar tal ataque de varias maneras que no involucran matar. No estarías en tal situación hipotética, para empezar, a menos que tus propios pensamientos violentos, enfrentados o no enfrentados, te hayan atraído a ella. Pero una vez que es un hecho, y de acuerdo con las circunstancias, se pueden utilizar muchos métodos. Por lo que consideras la agresión sinónima de violencia, no puedes comprender que comandos agresivos, enérgicos, activos, mentales, o hablados, por la paz, podían salvar tu vida en tal caso, y sin embargo podrían hacerlo.
Usualmente hay una variedad de acciones físicas, que no involucran matar, que serian suficientes. Mientras creas que la violencia debe enfrentarse con la violencia, la cortejas a ella y a sus consecuencias. En términos individuales, tu propio cuerpo y mente se convierten en el campo de batalla, como lo hace el cuerpo físico de la tierra en términos masivos. Tu forma material esta viva gracias a la agresión natural, a la acción equilibrada, enérgica y dirigida, que es la portadora de la creatividad.
Si te cortas un dedo, él sangra. Al hacerlo, la sangre limpia cualquier veneno que haya podido entrar. El sangrado es benéfico y el cuerpo sabe cuando detenerlo. Si el sangrado continúa, estaría mal, o seria perjudicial, en tus términos, pero el cuerpo no pensaría que la sangre era mala porque continuaba su curso de acción. El cuerpo no intentaría detener toda la sangre, considerándola mala. Haría en cambio los ajustes que fueran necesarios para detener el sangrado naturalmente.
Cuando consideras malos los pensamientos agresivos, utilizando esta analogía, ni siquiera empezarías a permitir que el sistema mismo se limpie. En cambio, encerrarías los “venenos” adentro.
Así como ocurre una acumulación en la carne, la misma cosa podría ocurrir en tu experiencia mental. Físicamente, podrías terminar en una condición muy grave. Mental y emocionalmente tal restricción de las fuerzas naturales pueden resultar en estructuras de ideas “enfermizas”, que están aisladas de otros conceptos más saludables.
La culpa natural también está altamente conectada con la memoria, y surgió a la par con la excursión de la humanidad en la experiencia del pasado, del presente y del futuro. La culpa natural se entendía como una medida preventiva. Ella necesitaba la existencia de un sistema de memoria sofisticado, en el que nuevas situaciones y experiencias se podían juzgar contra las recordadas, y se podían hacer evaluaciones en un momento de reflexión intermedio.
Las actuaciones previas que habían hecho surgir los sentimientos de culpa natural serian evitados en el futuro. Por los rumbos multitudinarios abiertos a la especie, no solamente no aplicaba más la naturaleza altamente especifica de muchos tipos de instintos animales, sino que debía mantenerse un balance curioso. Las opciones conscientes que se abrían, a medida que el mundo mental del hombre se agrandaba, hacía imposible permitir la libertad suficiente, y aun el control necesario, a un solo nivel biológico.
De esta manera se necesitaban controles, para que la mente consciente, negada la plena utilización de los tabúes innatos de los animales, no se dejara llevar de ella misma. La culpa, la culpa natural, depende entonces de la memoria.
No lleva con ella ninguna conexión con el castigo, tal como lo concibes. Una vez más, se entendía como medida preventiva. Cualquier violación en contra de la naturaleza traería un sentimiento de culpa, de tal manera que cuando se encontrara una situación igual en el futuro, el hombre, en un momento de reflexión, no repetiría la misma acción.
He utilizado la frase “momento de reflexión” varias veces porque es otro atributo peculiar de la mente consciente y, nuevamente en tus términos, es en gran medida negado al resto de las criaturas. Sin la pausa en la que el hombre puede recordar el pasado en el presente y prever un futuro, la culpa natural no tendría ningún sentido. El hombre no estaría en capacidad de recordar las actuaciones pasadas, juzgarlas frente a la situación actual, o imaginar el sentimiento de culpa futuro que podría resultar.
Hasta ese grado, la culpa natural proyectaba al hombre hacia el futuro. Este es por supuesto un proceso de aprendizaje, natural dentro del sistema del tiempo que la especie adoptó. Desafortunadamente, la culpa artificial toma los mismos atributos utilizando la memoria y la proyección. Las guerras se perpetúan por si mismas porque combinan las culpa natural y la innatural, conformadas y reforzadas por la memoria. Matar conscientemente, más allá de las necesidades del sustento, es una violación.
Los animales no necesitan tal mensaje, por supuesto, ni puede ser traducido literalmente, ya que tu conciencia es flexible y tenía que dejarse un margen para tu propia interpretación.
Una mentira rotunda puede ser o puede no ser una violación. Un acto sexual puede ser o puede no ser una violación. Una expedición científica puede ser o puede no ser una violación. No ir a misa el domingo, no es una violación. Tener pensamientos normalmente agresivos, no es una violación. Ejercer violencia a tu cuerpo, o al cuerpo de otra persona, es una violación. Ejercer violencia al espíritu de otra persona, es una violación, pero nuevamente aquí, por lo que eres un ser consciente, las interpretaciones son tuyas. Jurar no es una violación. Si crees que lo es, entonces en tu mente se convierte en una violación.
Matar a otro ser humano es una violación. Matar, mientras estás protegiendo tu propio cuerpo de la muerte a manos de otra persona por un contacto inmediato, es una violación. Bien sea que cualquier justificación parezca evidente o no, la violación existe.
Por lo que crees que la auto defensa es la única manera de contrarrestar tal situación, dirás entonces, “Si soy atacado por otra persona, me estás diciendo que no puedo contrarrestar agresivamente su obvia intención de destruirme?”
No, en absoluto. Puedes contrarrestar tal ataque de varias maneras que no involucran matar. No estarías en tal situación hipotética, para empezar, a menos que tus propios pensamientos violentos, enfrentados o no enfrentados, te hayan atraído a ella. Pero una vez que es un hecho, y de acuerdo con las circunstancias, se pueden utilizar muchos métodos. Por lo que consideras la agresión sinónima de violencia, no puedes comprender que comandos agresivos, enérgicos, activos, mentales, o hablados, por la paz, podían salvar tu vida en tal caso, y sin embargo podrían hacerlo.
Usualmente hay una variedad de acciones físicas, que no involucran matar, que serian suficientes. Mientras creas que la violencia debe enfrentarse con la violencia, la cortejas a ella y a sus consecuencias. En términos individuales, tu propio cuerpo y mente se convierten en el campo de batalla, como lo hace el cuerpo físico de la tierra en términos masivos. Tu forma material esta viva gracias a la agresión natural, a la acción equilibrada, enérgica y dirigida, que es la portadora de la creatividad.
Si te cortas un dedo, él sangra. Al hacerlo, la sangre limpia cualquier veneno que haya podido entrar. El sangrado es benéfico y el cuerpo sabe cuando detenerlo. Si el sangrado continúa, estaría mal, o seria perjudicial, en tus términos, pero el cuerpo no pensaría que la sangre era mala porque continuaba su curso de acción. El cuerpo no intentaría detener toda la sangre, considerándola mala. Haría en cambio los ajustes que fueran necesarios para detener el sangrado naturalmente.
Cuando consideras malos los pensamientos agresivos, utilizando esta analogía, ni siquiera empezarías a permitir que el sistema mismo se limpie. En cambio, encerrarías los “venenos” adentro.
Así como ocurre una acumulación en la carne, la misma cosa podría ocurrir en tu experiencia mental. Físicamente, podrías terminar en una condición muy grave. Mental y emocionalmente tal restricción de las fuerzas naturales pueden resultar en estructuras de ideas “enfermizas”, que están aisladas de otros conceptos más saludables.
La culpa natural también está altamente conectada con la memoria, y surgió a la par con la excursión de la humanidad en la experiencia del pasado, del presente y del futuro. La culpa natural se entendía como una medida preventiva. Ella necesitaba la existencia de un sistema de memoria sofisticado, en el que nuevas situaciones y experiencias se podían juzgar contra las recordadas, y se podían hacer evaluaciones en un momento de reflexión intermedio.
Las actuaciones previas que habían hecho surgir los sentimientos de culpa natural serian evitados en el futuro. Por los rumbos multitudinarios abiertos a la especie, no solamente no aplicaba más la naturaleza altamente especifica de muchos tipos de instintos animales, sino que debía mantenerse un balance curioso. Las opciones conscientes que se abrían, a medida que el mundo mental del hombre se agrandaba, hacía imposible permitir la libertad suficiente, y aun el control necesario, a un solo nivel biológico.
De esta manera se necesitaban controles, para que la mente consciente, negada la plena utilización de los tabúes innatos de los animales, no se dejara llevar de ella misma. La culpa, la culpa natural, depende entonces de la memoria.
No lleva con ella ninguna conexión con el castigo, tal como lo concibes. Una vez más, se entendía como medida preventiva. Cualquier violación en contra de la naturaleza traería un sentimiento de culpa, de tal manera que cuando se encontrara una situación igual en el futuro, el hombre, en un momento de reflexión, no repetiría la misma acción.
He utilizado la frase “momento de reflexión” varias veces porque es otro atributo peculiar de la mente consciente y, nuevamente en tus términos, es en gran medida negado al resto de las criaturas. Sin la pausa en la que el hombre puede recordar el pasado en el presente y prever un futuro, la culpa natural no tendría ningún sentido. El hombre no estaría en capacidad de recordar las actuaciones pasadas, juzgarlas frente a la situación actual, o imaginar el sentimiento de culpa futuro que podría resultar.
Hasta ese grado, la culpa natural proyectaba al hombre hacia el futuro. Este es por supuesto un proceso de aprendizaje, natural dentro del sistema del tiempo que la especie adoptó. Desafortunadamente, la culpa artificial toma los mismos atributos utilizando la memoria y la proyección. Las guerras se perpetúan por si mismas porque combinan las culpa natural y la innatural, conformadas y reforzadas por la memoria. Matar conscientemente, más allá de las necesidades del sustento, es una violación.
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