Te parece que hay una extensión de tiempo entre las existencias reencarnacionales y que una sigue a la otra como un momento puede seguir a otro. Por lo que percibes una realidad de causa y efecto, tienes la hipótesis de una realidad en la que una vida afecta la próxima. Con tus teorías de culpa y castigo, con frecuencia imaginas que eres obstaculizado en esta existencia por culpas recolectadas en la última vida, o peor aun, por culpas acumuladas a través de los siglos.
Estas existencias múltiples, sin embargo, son simultaneas y abiertas. En tus términos, la mente consciente está desarrollándose hacia una realización de la parte que tiene que jugar en tal realidad multidimensional. Es suficiente que comprendas tu parte en esta existencia. Cuando comprendas plenamente que tú formas lo que piensas es tu realidad corriente, todo lo demás se aclarará.
Tus creencias, pensamientos y sentimientos son instantáneamente materializados físicamente. Su realidad terrenal ocurre simultáneamente con su inicio, pero en el mundo del tiempo parecen ocurrir lapsos. Así que digo que uno causa el otro, y utilizo esos términos para ayudarte a comprender, pero todos son a la vez. Así están ocurriendo tus vidas múltiples en el momento de la realización inmediata de tu ser en la extensión natural de sus multifacéticas habilidades.
“A la vez” no implica un estado terminado de perfección, ni una situación cósmica en la cual todas las cosas están hechas, ya que todas las cosas aun están sucediendo. Tú estás aun sucediendo, tanto los seres presentes como futuros; tu ser pasado todavía está experimentando lo que piensas que está hecho. Más aun, está experimentando eventos que no recuerdas, eventos que tu conciencia sintonizada linealmente no puede percibir en ese nivel.
Tu cuerpo tiene dentro de él la fortaleza milagrosa y la energía creativa con la que naciste. Muy probablemente tomarás esto como insinuando la posibilidad de un estado de juventud infinito. Si bien la juventud puede ser “prolongada” físicamente mucho más allá de su presente duración, eso no es lo que estoy diciendo.
Físicamente, tu cuerpo debe seguir la naturaleza dentro de la cual naciste, y en ese contexto el ciclo de juventud y vejez es sumamente importante. En algunas maneras, el ritmo de nacimiento y muerte es como el aliento que se aspira y expira. Siente tu respiración a medida que entra y sale. Tú no eres ella y sin embargo entra dentro de ti y te deja, y sin su continuo fluir no podrías existir físicamente. Precisamente así tus vidas entran y salen de ti. Y una parte de ti, mientras permite que ellas se vayan, las recuerda y conoce sus trayectorias.
Imagina a donde va tu respiración cuando deja tu cuerpo, como escapa quizás a través de una ventana abierta y como se vuelve parte del espacio afuera, en donde nunca la reconocerías; y cuando te ha dejado, ya no es más parte de lo que eres, puesto que ya eres diferente. De esta manera las vidas que has vivido no son tú, mientras que ellas son tuyas.
Cierra tus ojos. Piensa de tus respiraciones como vidas, y de ti como la identidad a través de la cual ellas han pasado y están pasando. Entonces sentirás tu estado de gracia, y todas las culpas artificiales serán sin sentido. Nada de esto niega la suprema y total integridad de tu individualidad, ya que tú también eres la entidad individual a través de la cual fluyen las vidas, y las vidas únicas que son expresadas a través de ti.
Ningún átomo de aire es como otro. Cada uno a su manera está enterado y es capaz de entrar en trasformaciones y organizaciones más grandes llenas de potencial infinito. A medida que tu respiración te deja y se convierte en parte del mundo, liberándose, así mismo tus vidas te dejan y continúan existiendo, en tus términos. No puedes limitar la personalidad que “fuiste” a un siglo en particular que está terminado y negarle otros desarrollos, porque aun ahora existe y tiene experiencia fresca. Así como tu momento de reflexión le dio nacimiento a tu conciencia, tal como la concibes, ya que realmente vienen juntos, así mismo otro fenómeno y otro tipo de reflexión pueden darle nacimiento al menos a algún tenue conocimiento consciente de las inmensas dimensiones de tu propia realidad.
El animal se mueve, digamos, a través del bosque. Tú te mueves a través de áreas psíquicas, psicológicas y mentales de la misma manera. Por medio de sus sentidos el animal obtiene mensajes de áreas distantes que no puede percibir directamente y de las cuales en gran medida no está enterado. Y así lo haces tú.
Estas existencias múltiples, sin embargo, son simultaneas y abiertas. En tus términos, la mente consciente está desarrollándose hacia una realización de la parte que tiene que jugar en tal realidad multidimensional. Es suficiente que comprendas tu parte en esta existencia. Cuando comprendas plenamente que tú formas lo que piensas es tu realidad corriente, todo lo demás se aclarará.
Tus creencias, pensamientos y sentimientos son instantáneamente materializados físicamente. Su realidad terrenal ocurre simultáneamente con su inicio, pero en el mundo del tiempo parecen ocurrir lapsos. Así que digo que uno causa el otro, y utilizo esos términos para ayudarte a comprender, pero todos son a la vez. Así están ocurriendo tus vidas múltiples en el momento de la realización inmediata de tu ser en la extensión natural de sus multifacéticas habilidades.
“A la vez” no implica un estado terminado de perfección, ni una situación cósmica en la cual todas las cosas están hechas, ya que todas las cosas aun están sucediendo. Tú estás aun sucediendo, tanto los seres presentes como futuros; tu ser pasado todavía está experimentando lo que piensas que está hecho. Más aun, está experimentando eventos que no recuerdas, eventos que tu conciencia sintonizada linealmente no puede percibir en ese nivel.
Tu cuerpo tiene dentro de él la fortaleza milagrosa y la energía creativa con la que naciste. Muy probablemente tomarás esto como insinuando la posibilidad de un estado de juventud infinito. Si bien la juventud puede ser “prolongada” físicamente mucho más allá de su presente duración, eso no es lo que estoy diciendo.
Físicamente, tu cuerpo debe seguir la naturaleza dentro de la cual naciste, y en ese contexto el ciclo de juventud y vejez es sumamente importante. En algunas maneras, el ritmo de nacimiento y muerte es como el aliento que se aspira y expira. Siente tu respiración a medida que entra y sale. Tú no eres ella y sin embargo entra dentro de ti y te deja, y sin su continuo fluir no podrías existir físicamente. Precisamente así tus vidas entran y salen de ti. Y una parte de ti, mientras permite que ellas se vayan, las recuerda y conoce sus trayectorias.
Imagina a donde va tu respiración cuando deja tu cuerpo, como escapa quizás a través de una ventana abierta y como se vuelve parte del espacio afuera, en donde nunca la reconocerías; y cuando te ha dejado, ya no es más parte de lo que eres, puesto que ya eres diferente. De esta manera las vidas que has vivido no son tú, mientras que ellas son tuyas.
Cierra tus ojos. Piensa de tus respiraciones como vidas, y de ti como la identidad a través de la cual ellas han pasado y están pasando. Entonces sentirás tu estado de gracia, y todas las culpas artificiales serán sin sentido. Nada de esto niega la suprema y total integridad de tu individualidad, ya que tú también eres la entidad individual a través de la cual fluyen las vidas, y las vidas únicas que son expresadas a través de ti.
Ningún átomo de aire es como otro. Cada uno a su manera está enterado y es capaz de entrar en trasformaciones y organizaciones más grandes llenas de potencial infinito. A medida que tu respiración te deja y se convierte en parte del mundo, liberándose, así mismo tus vidas te dejan y continúan existiendo, en tus términos. No puedes limitar la personalidad que “fuiste” a un siglo en particular que está terminado y negarle otros desarrollos, porque aun ahora existe y tiene experiencia fresca. Así como tu momento de reflexión le dio nacimiento a tu conciencia, tal como la concibes, ya que realmente vienen juntos, así mismo otro fenómeno y otro tipo de reflexión pueden darle nacimiento al menos a algún tenue conocimiento consciente de las inmensas dimensiones de tu propia realidad.
El animal se mueve, digamos, a través del bosque. Tú te mueves a través de áreas psíquicas, psicológicas y mentales de la misma manera. Por medio de sus sentidos el animal obtiene mensajes de áreas distantes que no puede percibir directamente y de las cuales en gran medida no está enterado. Y así lo haces tú.
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