El cuerpo es tan sensible al pensamiento consciente que tiene su propio sistema innato de auto preservación y su propia imagen directriz de realización.
Digamos que a la edad de 4 años te heriste seriamente. Un accidente ocurrió a las tres de la tarde. Tu madre estaba asando un pavo. Imagina que te quemaste una mano seriamente. Aunque todo el tejido de esa mano ha sido completamente reemplazado cuando ya tienes 27 años, por ejemplo, la identidad dentro de cada una de esas células actuales recuerda esa lesión.
Hay otros innumerables eventos que te ocurrieron en tardes diferentes a la misma hora, tanto antes como después de ese evento. Las células en tu mano contienen dentro de ellas mismas recuerdos que a tu mente consciente le deslumbraría contemplar. No obstante, recuerda que las células en tu mano de veintisiete años no son, en forma física, las mismas células que experimentaron cualquiera de aquellos eventos. Sin embargo, en algún subterráneo de la sensación, evidencias de estímulos y reacciones ocultos experimentados durante esas innumerables tardes del “pasado” todavía existen. Algunos de esos recuerdos serán reproducidos ciertamente, para afectar lo que tu concibes como tus experiencias corrientes a los veintisiete años. Tus pensamientos y hábitos conscientes regulan cuales de ellos se entremezclarán en el remolino del presente.
Conscientemente das las señales para la reacción. No lo contrario. Los eventos pasados no se entrometen de esta manera, a menos que sean atraídos por las expectativas y pensamientos conscientes que existen dentro de tu mente. Esos recuerdos inconscientes serán activados de acuerdo con tus creencias corrientes. Te repondrás y te renovarás a medida que tus pensamientos motiven sensaciones corporales y eventos físicos agradables, o estarás deprimido cuando traigas a tu conocimiento ocurrencias corporales desagradables del pasado.
Por supuesto que a veces ellas pueden ser altamente benéficas. Una realización consciente de peligro, por ejemplo, recordará toda la información que tiene que ver con situaciones similares, de tal manera que el cuerpo pueda entenderse con ella de inmediato, utilizando el inmenso depósito de su memoria viviente. Sin embargo, los pensamientos desagradables permanentes ponen el cuerpo en un estado de agitación que no es “realista”, y en cambio lo obligan a reactivar esos viejos patrones.
La carne viviente está bastante enterada de ciertos hechos que se te escapan a un nivel consciente. Ella sabe que muere y renace constantemente, y sin embargo ella misma se mantiene. Utilizo los términos “muere” y “renace” porque tú haces que tengan sentido, pero no lo tienen para el cuerpo. El cuerpo, mientras es siempre él mismo, viene y va. No se siente menos o disminuido cuando una célula muere, ya que siempre está en el proceso de formar uno nuevo.
Por un momento piensa de tu cuerpo como una gran célula en el momento de su ser. Tú, el ser mayor, tienes muchos cuerpos, cada uno convirtiéndose en otro, a medida que uno muere y renace. Sin embargo, Tú mantienes tu identidad y tu memoria, incluso como lo hace la célula más pequeña en tu cuerpo actual.
Esta es solamente una analogía, pero explicará el concepto del cuerpo sobre sí mismo; ya que como un todo, sabe que “muere”, como ahora lo hacen sus partes, pero también está enterado de su “futura” transformación. Dentro de esta estructura, protege y mantiene su propia estabilidad y supervivencia.
A un nivel de tu ser, hay un campo común en donde la conciencia del cuerpo se mezcla con la conciencia más alta, de la cual surge tu propia identidad. Este es el campo de tu ser en donde el alma y la carne se encuentran, tanto en el tiempo, como fuera de él.
Ahora bien, por lo que eres consciente de ser, formas tu realidad física por medio de tu pensamiento consciente. Sé muy bien que me estoy repitiendo una y otra vez cuando hago esta afirmación, pero necesitas que se te recuerde que no estás a merced de eventos inconscientes. Tienes detrás de ti la sabiduría innata del cuerpo y ella siempre tratará de corregir tus errores.
Estas sugestiones aparecerán en formas innumerables, algunas bastante físicas, para tu manera de pensar, y algunas otras a través de otros medios. El cuerpo puede, por si mismo, anhelar ciertos alimentos, por ejemplo, o aire fresco, o ejercicio. Estos son ejemplos simples. Mas adelante seré mas especifico.
Puedes tener sueños urgiéndote a moverte en tal o cual dirección, o indicando áreas en las que deben hacerse correcciones. Con frecuencia tales sueños producen cambios en el comportamiento, bien sea que los recuerdes o no en la mañana. Puedes pedir sueños que te den la dirección apropiada, y los recibirás. Si pides los sueños, por una parte, y por la otra no crees en la naturaleza terapéutica de los sueños, este tipo de actividad hará corto circuito. En tal caso, no estás siendo honesto con los contenidos de tu mente consciente. En cambio, estarás diciendo, “Tendré un sueño que me ayude, y sin embargo no creo que pueda tener tal sueño”.
En todos los casos en los que estás preocupado por tu salud, hay una opción de las direcciones a seguir. La carne viviente es tuya. Ella es la materialización de tu alma, y por medio del cuerpo el alma te proporcionará las respuestas que requieres. En el próximo capitulo empezaré a discutir aquellos métodos que pueden ser utilizados para refrescar y curar el cuerpo, y los que te ayudarán a despertar dentro de la forma física aquellos recuerdos y experiencias que sean más ventajosos para ti. Para mejores resultados, debes recordar que las ideas son tan vivas como lo son las células dentro de tu mano.
Digamos que a la edad de 4 años te heriste seriamente. Un accidente ocurrió a las tres de la tarde. Tu madre estaba asando un pavo. Imagina que te quemaste una mano seriamente. Aunque todo el tejido de esa mano ha sido completamente reemplazado cuando ya tienes 27 años, por ejemplo, la identidad dentro de cada una de esas células actuales recuerda esa lesión.
Hay otros innumerables eventos que te ocurrieron en tardes diferentes a la misma hora, tanto antes como después de ese evento. Las células en tu mano contienen dentro de ellas mismas recuerdos que a tu mente consciente le deslumbraría contemplar. No obstante, recuerda que las células en tu mano de veintisiete años no son, en forma física, las mismas células que experimentaron cualquiera de aquellos eventos. Sin embargo, en algún subterráneo de la sensación, evidencias de estímulos y reacciones ocultos experimentados durante esas innumerables tardes del “pasado” todavía existen. Algunos de esos recuerdos serán reproducidos ciertamente, para afectar lo que tu concibes como tus experiencias corrientes a los veintisiete años. Tus pensamientos y hábitos conscientes regulan cuales de ellos se entremezclarán en el remolino del presente.
Conscientemente das las señales para la reacción. No lo contrario. Los eventos pasados no se entrometen de esta manera, a menos que sean atraídos por las expectativas y pensamientos conscientes que existen dentro de tu mente. Esos recuerdos inconscientes serán activados de acuerdo con tus creencias corrientes. Te repondrás y te renovarás a medida que tus pensamientos motiven sensaciones corporales y eventos físicos agradables, o estarás deprimido cuando traigas a tu conocimiento ocurrencias corporales desagradables del pasado.
Por supuesto que a veces ellas pueden ser altamente benéficas. Una realización consciente de peligro, por ejemplo, recordará toda la información que tiene que ver con situaciones similares, de tal manera que el cuerpo pueda entenderse con ella de inmediato, utilizando el inmenso depósito de su memoria viviente. Sin embargo, los pensamientos desagradables permanentes ponen el cuerpo en un estado de agitación que no es “realista”, y en cambio lo obligan a reactivar esos viejos patrones.
La carne viviente está bastante enterada de ciertos hechos que se te escapan a un nivel consciente. Ella sabe que muere y renace constantemente, y sin embargo ella misma se mantiene. Utilizo los términos “muere” y “renace” porque tú haces que tengan sentido, pero no lo tienen para el cuerpo. El cuerpo, mientras es siempre él mismo, viene y va. No se siente menos o disminuido cuando una célula muere, ya que siempre está en el proceso de formar uno nuevo.
Por un momento piensa de tu cuerpo como una gran célula en el momento de su ser. Tú, el ser mayor, tienes muchos cuerpos, cada uno convirtiéndose en otro, a medida que uno muere y renace. Sin embargo, Tú mantienes tu identidad y tu memoria, incluso como lo hace la célula más pequeña en tu cuerpo actual.
Esta es solamente una analogía, pero explicará el concepto del cuerpo sobre sí mismo; ya que como un todo, sabe que “muere”, como ahora lo hacen sus partes, pero también está enterado de su “futura” transformación. Dentro de esta estructura, protege y mantiene su propia estabilidad y supervivencia.
A un nivel de tu ser, hay un campo común en donde la conciencia del cuerpo se mezcla con la conciencia más alta, de la cual surge tu propia identidad. Este es el campo de tu ser en donde el alma y la carne se encuentran, tanto en el tiempo, como fuera de él.
Ahora bien, por lo que eres consciente de ser, formas tu realidad física por medio de tu pensamiento consciente. Sé muy bien que me estoy repitiendo una y otra vez cuando hago esta afirmación, pero necesitas que se te recuerde que no estás a merced de eventos inconscientes. Tienes detrás de ti la sabiduría innata del cuerpo y ella siempre tratará de corregir tus errores.
Estas sugestiones aparecerán en formas innumerables, algunas bastante físicas, para tu manera de pensar, y algunas otras a través de otros medios. El cuerpo puede, por si mismo, anhelar ciertos alimentos, por ejemplo, o aire fresco, o ejercicio. Estos son ejemplos simples. Mas adelante seré mas especifico.
Puedes tener sueños urgiéndote a moverte en tal o cual dirección, o indicando áreas en las que deben hacerse correcciones. Con frecuencia tales sueños producen cambios en el comportamiento, bien sea que los recuerdes o no en la mañana. Puedes pedir sueños que te den la dirección apropiada, y los recibirás. Si pides los sueños, por una parte, y por la otra no crees en la naturaleza terapéutica de los sueños, este tipo de actividad hará corto circuito. En tal caso, no estás siendo honesto con los contenidos de tu mente consciente. En cambio, estarás diciendo, “Tendré un sueño que me ayude, y sin embargo no creo que pueda tener tal sueño”.
En todos los casos en los que estás preocupado por tu salud, hay una opción de las direcciones a seguir. La carne viviente es tuya. Ella es la materialización de tu alma, y por medio del cuerpo el alma te proporcionará las respuestas que requieres. En el próximo capitulo empezaré a discutir aquellos métodos que pueden ser utilizados para refrescar y curar el cuerpo, y los que te ayudarán a despertar dentro de la forma física aquellos recuerdos y experiencias que sean más ventajosos para ti. Para mejores resultados, debes recordar que las ideas son tan vivas como lo son las células dentro de tu mano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario