No hay nada malo en la naturaleza de Augusto Dos. En círculos espiritualistas ciertamente seria interpretado como un espíritu o guía malvado. Su naturaleza es protectora. Las ideas y creencias básicas que han sido personificadas dentro de su ser, las que se convirtieron en su ser, fueron formadas para proteger a Augusto Uno de las ideas destructivas que se le dieron en su niñez y para combatir las creencias en la impotencia y la futilidad. Hasta ese grado, fueron agregadas a las ideas originales, pero todavía a una edad temprana; así fue como del concepto del niño de un ser poderoso que Augusto Dos surgió.
Entre más grandes sean los sentimientos de debilidad, más grandes son los sentimientos compensatorios de poder y fortaleza, pero sin ningún intento de reconciliación consciente.
La madre de Augusto solamente notó que su hijo parecía muy cambiante. Augusto Dos no se presentó obviamente como “otra personalidad” hasta después del matrimonio de Augusto, cuando los requerimientos de su calidad de padre y las exigencias de ganarse la vida le fueron impuestos. El no pudo hacerles frente.
Su creencia en la falta de mérito le impidió utilizar sus habilidades, o incluso proseguir un curso de acción efectiva, con alguna persistencia. Fue entonces cuando Augusto Dos empezó él mismo a hacerse valer y a imponerse sobre la esposa de Augusto. A su propia manera, Augusto Dos le probaría a ella que estaba casado con un hombre muy inusual y poderoso, un parangón de virilidad y fortaleza; sin embargo, para hacerlo, Augusto Uno debía aparecer como Augusto Dos para ella. Esto continuó por algún tiempo. Augusto Uno desarrollaría primero un terrible dolor de cabeza, y enseguida su extraterrestre del espacio exterior llegaría: el macho dominante que Augusto Uno no era.
Sin embargo, aquí la “decepción” trajo ciertas dificultades. No solamente Augusto Dos era más promiscuo sexualmente, sino que por contraste Augusto Uno parecía muy descolorido realmente. Se pretendía originalmente que Augusto Dos ayudara a Augusto Uno. Es cierto que las condiciones exóticas se desbordaron, esparciendo cierto glamour sobre Augusto Uno cuando Augusto Dos salía por un tiempo, pero el contraste era demasiado evidente, demasiado al descubierto. Augusto Uno, todavía la personalidad primaria, se asustó aun más. Sabía que gradualmente Augusto Dos estaba haciendo que no fuera ya necesario su propósito, exponiéndolo, y tenia que irse.
En realidad, una vez que Augusto Dos obviamente “se hizo cargo” del cuerpo de Augusto Uno, todo estaba al descubierto en la familia. La esposa empezó a tomar nota de lo que se había hecho o dicho. Cuando estos eventos le fueron repetidos más tarde a Augusto Uno, las mentiras y el engaño eran evidentes. Así era de infantil la naturaleza de la “personalidad”; no obstante, Augusto Dos pretendía ser un sabio, proveniente de una galaxia que superaba de lejos a la Tierra en cada categoría de empeño. Y aquí está él haciendo predicciones que nunca sucedieron, y alardeando y mintiendo como un comediante experto.
Las creencias cuya energía generaron esta “auto imagen alternativa” aparecieron en pleno día, representando sus resultados naturales en la realidad física. Augusto Uno, ahora en la edad adulta, fue obligado a percibir la naturaleza de estas creencias en algún grado, pero todavía no las había examinado.
Augusto Dos no se ha hecho cargo ahora por dos meses y medio. Augusto está en un dilema, ya que todavía tiene intacta la creencia en su propia impotencia, y las creencias contradictorias de omnipotencia ahora no están siendo expresadas a través de Augusto Dos. Sin embargo, ellas debían expresarse ahora. Augusto Uno, a quien ahora llamaremos simplemente Augusto, en un momento se presentó con su gigantesca beligerancia, diciendo que podía aniquilar a quienquiera que lo lastimara. En el momento siguiente, surgiría la súplica por ayuda y el amor de su esposa e hijo. En una frase, Augusto haría una afirmación, y diez minutos más tarde dejaría en claro con otra observación que el primer hecho no había sido cierto.
Aquí la polaridad entre Augusto Uno y Augusto Dos se había disuelto, de tal manera que los sistemas opuestos de creencias operaban uno al lado del otro. Todavía Augusto no examinaría sus propias palabras, sus propios pensamientos, o no vería las contradicciones tan obvias para otros.
La naturaleza e importancia de la creencia aparecieron muy elocuentemente. Las dos “personalidades” ya no estaban separadas sino que se estaban juntando.
Augusto decía, “Mi amigo mató a un vecino mío que estaba contra mí produciéndole neumonía. Él me cuida”. Otro vecino tiene úlceras y Augusto dice que después de que lo tocó las úlceras parecían haberse curado. Así que dijo, “Me gustaría saber que tanta de esta habilidad me pertenece”. Y mirando hacia otra parte dijo, “”Quizá no necesito a mi amigo para protegerme, después de todo”. Ahora bien, esto fue definitivamente para bien, en el sentido de que Augusto estaba empezando a sentir que quizás él no era impotente. Sin embargo, su propia personalidad queda para manejar las características desagradables de Augusto Dos, quien no está por más tiempo personificado.
Se queda con las preguntas: “Si soy así de poderoso, como es que soy tan débil, y ni siquiera puedo sostener a mi familia? Si soy tan grande, porque no puedo utilizar efectivamente mi energía?
El cuerpo de Augusto está una vez más bajo la influencia de creencias acerca de sí mismo que son altamente contradictorias. Antes era físicamente poderoso como Augusto Dos, y débil cuando era Augusto Uno. Ahora como Augusto, es alternativamente fuerte y débil y las tensiones del cuerpo son evidentes. Como Augusto Dos, podía permanecer levantado noche y día y ejecutar tareas físicas muy difíciles para el ser humano normal, ya que funcionaba bajo la idea indivisible de poder y fortaleza.
Ha tenido cierto coraje para permitir que Augusto Dos desaparezca. Por lo que la división clara entre las creencias ya no existe mas, él parecerá aun más difícil para su esposa, puesto que las características de Augusto Dos ahora se deslizan dentro de sus propias características. Por ejemplo, mentía cuando antes solamente Augusto Dos mentía.
Tenemos entonces aquí un caso en el que creencias directamente opuestas dominaban la mente consciente en varios momentos, cada una operando el cuerpo a su propia manera. Físicamente, el cuerpo tiene la misma capacidad de fortaleza, sin importar cual grupo de ideas eran las dominantes. Sin embargo, hablando en términos prácticos, Augusto Uno era incapaz de ejecutar las hazañas de Augusto Dos.
Augusto Dos una vez saltó iracundo desde una ventana de un segundo piso sin lastimarse, una hazaña muy inusual. Augusto, sin embargo, está tan exhausto, que difícilmente puede ir a través de un día normal. Tenemos una situación en la que un individuo, a través de sus creencias, pone su poder y energía literalmente a su lado. Podía utilizarlos solamente cuando cambiaba totalmente sus creencias.
Solo porque las características infantiles de Augusto Dos parecían tan patentes, era que tenia que prescindirse de Augusto Dos. La esposa de Augusto hizo la diferencia, ya que era obvio que ella no tenia la misma opinión de este “amigo” que su esposo tenia. Sus creencias se convirtieron en el nuevo fundamento, en el punto de cambio que permitió a Augusto visualizar esta auto imagen alternativa con alguna objetividad.
Entre más grandes sean los sentimientos de debilidad, más grandes son los sentimientos compensatorios de poder y fortaleza, pero sin ningún intento de reconciliación consciente.
La madre de Augusto solamente notó que su hijo parecía muy cambiante. Augusto Dos no se presentó obviamente como “otra personalidad” hasta después del matrimonio de Augusto, cuando los requerimientos de su calidad de padre y las exigencias de ganarse la vida le fueron impuestos. El no pudo hacerles frente.
Su creencia en la falta de mérito le impidió utilizar sus habilidades, o incluso proseguir un curso de acción efectiva, con alguna persistencia. Fue entonces cuando Augusto Dos empezó él mismo a hacerse valer y a imponerse sobre la esposa de Augusto. A su propia manera, Augusto Dos le probaría a ella que estaba casado con un hombre muy inusual y poderoso, un parangón de virilidad y fortaleza; sin embargo, para hacerlo, Augusto Uno debía aparecer como Augusto Dos para ella. Esto continuó por algún tiempo. Augusto Uno desarrollaría primero un terrible dolor de cabeza, y enseguida su extraterrestre del espacio exterior llegaría: el macho dominante que Augusto Uno no era.
Sin embargo, aquí la “decepción” trajo ciertas dificultades. No solamente Augusto Dos era más promiscuo sexualmente, sino que por contraste Augusto Uno parecía muy descolorido realmente. Se pretendía originalmente que Augusto Dos ayudara a Augusto Uno. Es cierto que las condiciones exóticas se desbordaron, esparciendo cierto glamour sobre Augusto Uno cuando Augusto Dos salía por un tiempo, pero el contraste era demasiado evidente, demasiado al descubierto. Augusto Uno, todavía la personalidad primaria, se asustó aun más. Sabía que gradualmente Augusto Dos estaba haciendo que no fuera ya necesario su propósito, exponiéndolo, y tenia que irse.
En realidad, una vez que Augusto Dos obviamente “se hizo cargo” del cuerpo de Augusto Uno, todo estaba al descubierto en la familia. La esposa empezó a tomar nota de lo que se había hecho o dicho. Cuando estos eventos le fueron repetidos más tarde a Augusto Uno, las mentiras y el engaño eran evidentes. Así era de infantil la naturaleza de la “personalidad”; no obstante, Augusto Dos pretendía ser un sabio, proveniente de una galaxia que superaba de lejos a la Tierra en cada categoría de empeño. Y aquí está él haciendo predicciones que nunca sucedieron, y alardeando y mintiendo como un comediante experto.
Las creencias cuya energía generaron esta “auto imagen alternativa” aparecieron en pleno día, representando sus resultados naturales en la realidad física. Augusto Uno, ahora en la edad adulta, fue obligado a percibir la naturaleza de estas creencias en algún grado, pero todavía no las había examinado.
Augusto Dos no se ha hecho cargo ahora por dos meses y medio. Augusto está en un dilema, ya que todavía tiene intacta la creencia en su propia impotencia, y las creencias contradictorias de omnipotencia ahora no están siendo expresadas a través de Augusto Dos. Sin embargo, ellas debían expresarse ahora. Augusto Uno, a quien ahora llamaremos simplemente Augusto, en un momento se presentó con su gigantesca beligerancia, diciendo que podía aniquilar a quienquiera que lo lastimara. En el momento siguiente, surgiría la súplica por ayuda y el amor de su esposa e hijo. En una frase, Augusto haría una afirmación, y diez minutos más tarde dejaría en claro con otra observación que el primer hecho no había sido cierto.
Aquí la polaridad entre Augusto Uno y Augusto Dos se había disuelto, de tal manera que los sistemas opuestos de creencias operaban uno al lado del otro. Todavía Augusto no examinaría sus propias palabras, sus propios pensamientos, o no vería las contradicciones tan obvias para otros.
La naturaleza e importancia de la creencia aparecieron muy elocuentemente. Las dos “personalidades” ya no estaban separadas sino que se estaban juntando.
Augusto decía, “Mi amigo mató a un vecino mío que estaba contra mí produciéndole neumonía. Él me cuida”. Otro vecino tiene úlceras y Augusto dice que después de que lo tocó las úlceras parecían haberse curado. Así que dijo, “Me gustaría saber que tanta de esta habilidad me pertenece”. Y mirando hacia otra parte dijo, “”Quizá no necesito a mi amigo para protegerme, después de todo”. Ahora bien, esto fue definitivamente para bien, en el sentido de que Augusto estaba empezando a sentir que quizás él no era impotente. Sin embargo, su propia personalidad queda para manejar las características desagradables de Augusto Dos, quien no está por más tiempo personificado.
Se queda con las preguntas: “Si soy así de poderoso, como es que soy tan débil, y ni siquiera puedo sostener a mi familia? Si soy tan grande, porque no puedo utilizar efectivamente mi energía?
El cuerpo de Augusto está una vez más bajo la influencia de creencias acerca de sí mismo que son altamente contradictorias. Antes era físicamente poderoso como Augusto Dos, y débil cuando era Augusto Uno. Ahora como Augusto, es alternativamente fuerte y débil y las tensiones del cuerpo son evidentes. Como Augusto Dos, podía permanecer levantado noche y día y ejecutar tareas físicas muy difíciles para el ser humano normal, ya que funcionaba bajo la idea indivisible de poder y fortaleza.
Ha tenido cierto coraje para permitir que Augusto Dos desaparezca. Por lo que la división clara entre las creencias ya no existe mas, él parecerá aun más difícil para su esposa, puesto que las características de Augusto Dos ahora se deslizan dentro de sus propias características. Por ejemplo, mentía cuando antes solamente Augusto Dos mentía.
Tenemos entonces aquí un caso en el que creencias directamente opuestas dominaban la mente consciente en varios momentos, cada una operando el cuerpo a su propia manera. Físicamente, el cuerpo tiene la misma capacidad de fortaleza, sin importar cual grupo de ideas eran las dominantes. Sin embargo, hablando en términos prácticos, Augusto Uno era incapaz de ejecutar las hazañas de Augusto Dos.
Augusto Dos una vez saltó iracundo desde una ventana de un segundo piso sin lastimarse, una hazaña muy inusual. Augusto, sin embargo, está tan exhausto, que difícilmente puede ir a través de un día normal. Tenemos una situación en la que un individuo, a través de sus creencias, pone su poder y energía literalmente a su lado. Podía utilizarlos solamente cuando cambiaba totalmente sus creencias.
Solo porque las características infantiles de Augusto Dos parecían tan patentes, era que tenia que prescindirse de Augusto Dos. La esposa de Augusto hizo la diferencia, ya que era obvio que ella no tenia la misma opinión de este “amigo” que su esposo tenia. Sus creencias se convirtieron en el nuevo fundamento, en el punto de cambio que permitió a Augusto visualizar esta auto imagen alternativa con alguna objetividad.
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