Hemos vivido en un mundo en el cual creíamos que debíamos esforzarnos para sobrevivir, y así nos hemos esforzado. Hemos creído que los contornos naturales de la naturaleza eran de alguna manera antagonistas de nuestra propia existencia, así que dejando en manos de la sola naturaleza, perderíamos nuestro camino. Hemos creído en la estructura misma de nuestra psicología. Por consiguiente, en nuestras experiencias, todas estas cosas se han aprobado como verdaderas en gran medida.
Nada nos enseñó que éramos criaturas. Hemos estado intentando orientarnos hacia un nuevo umbral de percepción, en donde los viejos mitos de la evolución puedan ser vistos como pasados de moda, como castillos antiguos u olvidados, en medio de un bosque de creencias, un bosque que es en realidad mágicamente formado. Ese bosque es el mundo de nuestra imaginación, la imaginación de nuestras mentes, recibiendo fuerza y poder de la creatividad innata que surge del mundo interior, que representa mucho más acertadamente los orígenes del hombre y el animal. Ese mundo ha estado escondido, en gran parte, por los camuflajes esparcidos por la ciencia y la religión por igual, pero en nuestros tiempos el paisaje empezó a aparecer tan oscuro y amenazante, tan prohibido y extraño a nuestros propios deseos, que su final parecía tanto más inevitable y rápido.
Tenemos la esperanza de haber ofrecido en nuestras presentaciones un cuadro más galante y verdadero, que represente el origen de nuestra vida, nuestra estructura, nuestro ser y nuestro pensamiento. El mundo interior de la realidad, el mundo de los sueños, presenta un modelo de existencia en el que nueva energía, nueva vitalidad y un nuevo ser son evidentes por todas partes, listos a seguir adelante para formar nuevas transformaciones y nuevas combinaciones de energía y deseo.
Ese universo psicológico interior es un “gestalt” psíquico, impulsado, formado, sostenido o dirigido por el desarrollo y logro de valores, por el amor y el deseo y por los valores del amor que no tienen limite. El universo no renuncia a sí mismo, ni a ninguna de sus criaturas. Se rige por un conjunto diferente de principios, por un conjunto diferente de valores y por una exuberancia cooperativa interior.
Podemos necesitar algún tiempo para que las viejas creencias tengan una menor preponderancia y finalmente lleguen en su propio decaimiento; decaimiento que, incidentalmente, tiene su propio tipo de majestad, energía y belleza. Las inclinaciones naturales de la totalidad de la conciencia dentro de los reinos de nuestro ser, ahora anhelan un cambio constructivo y una visión más clara. Anhelan experimentar de nuevo su propia sensación de espiritualidad corporal y gracia física y psíquica.
Tenemos la esperanza de que esta presentación les permita a muchas personas ponerse en contacto con su propio movimiento psicológico interior, con su aliento creativo, de tal manera que las vigorice y puedan sentir dentro de sus mentes y espíritus una nueva promesa, una nueva intención y el regocijo de la fortaleza terrenal y espiritual.
Estamos en medio de un estado de gracia natural que es bastante vivo y vital, no importa si la ciencia determina que la conciencia tiene, o no tiene, su propia intención. La Naturaleza es Sobrenatural todo el tiempo.
Nada nos enseñó que éramos criaturas. Hemos estado intentando orientarnos hacia un nuevo umbral de percepción, en donde los viejos mitos de la evolución puedan ser vistos como pasados de moda, como castillos antiguos u olvidados, en medio de un bosque de creencias, un bosque que es en realidad mágicamente formado. Ese bosque es el mundo de nuestra imaginación, la imaginación de nuestras mentes, recibiendo fuerza y poder de la creatividad innata que surge del mundo interior, que representa mucho más acertadamente los orígenes del hombre y el animal. Ese mundo ha estado escondido, en gran parte, por los camuflajes esparcidos por la ciencia y la religión por igual, pero en nuestros tiempos el paisaje empezó a aparecer tan oscuro y amenazante, tan prohibido y extraño a nuestros propios deseos, que su final parecía tanto más inevitable y rápido.
Tenemos la esperanza de haber ofrecido en nuestras presentaciones un cuadro más galante y verdadero, que represente el origen de nuestra vida, nuestra estructura, nuestro ser y nuestro pensamiento. El mundo interior de la realidad, el mundo de los sueños, presenta un modelo de existencia en el que nueva energía, nueva vitalidad y un nuevo ser son evidentes por todas partes, listos a seguir adelante para formar nuevas transformaciones y nuevas combinaciones de energía y deseo.
Ese universo psicológico interior es un “gestalt” psíquico, impulsado, formado, sostenido o dirigido por el desarrollo y logro de valores, por el amor y el deseo y por los valores del amor que no tienen limite. El universo no renuncia a sí mismo, ni a ninguna de sus criaturas. Se rige por un conjunto diferente de principios, por un conjunto diferente de valores y por una exuberancia cooperativa interior.
Podemos necesitar algún tiempo para que las viejas creencias tengan una menor preponderancia y finalmente lleguen en su propio decaimiento; decaimiento que, incidentalmente, tiene su propio tipo de majestad, energía y belleza. Las inclinaciones naturales de la totalidad de la conciencia dentro de los reinos de nuestro ser, ahora anhelan un cambio constructivo y una visión más clara. Anhelan experimentar de nuevo su propia sensación de espiritualidad corporal y gracia física y psíquica.
Tenemos la esperanza de que esta presentación les permita a muchas personas ponerse en contacto con su propio movimiento psicológico interior, con su aliento creativo, de tal manera que las vigorice y puedan sentir dentro de sus mentes y espíritus una nueva promesa, una nueva intención y el regocijo de la fortaleza terrenal y espiritual.
Estamos en medio de un estado de gracia natural que es bastante vivo y vital, no importa si la ciencia determina que la conciencia tiene, o no tiene, su propia intención. La Naturaleza es Sobrenatural todo el tiempo.
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