La emoción y la imaginación están siendo consideradas como mucho más superiores. Los poderes desplazados de la conciencia aun están siendo asignados a la conciencia, y se han hecho grandes esfuerzos para alcanzar lo que normalmente parecen ser áreas inaccesibles de conocimiento. Con este fin, se utilizan drogas, se establecen cultos, y existen métodos y manuales de entrenamiento por montones. Sin embargo, no hay nada básicamente inaccesible acerca de tal “conocimiento o experiencia interiores”. Todo puede ser bastante consciente y utilizado para enriquecer la realidad que conoces. La mente consciente no es algún niño prodigio o pariente pobre del ser. Ella puede enfocarse muy libremente dentro de la realidad interior cuando comprendes que puede hacerlo. Tu tienes una mente consciente. Tu puedes cambiar el enfoque de tu propia conciencia.
La raza del hombre ha propagado tiranías sobre sí misma, por varias razones. Una de las más grandes, sin embargo, es la idea de que la mente consciente no tiene ningún toque con la fuente de su propio ser, que está divorciada de la naturaleza, y que el individuo está por lo tanto a merced de tendencias inconscientes sobre las cuales no tiene control.
El hombre, por consiguiente, se siente impotente. Si el propósito de la civilización es capacitar al individuo para vivir en paz, alegría, seguridad y abundancia, entonces esa idea le ha servido pobremente.
Cuando un hombre o una mujer no sienten una conexión entre la realidad personal y la experiencia con el mundo que los rodea, entonces él o ella pierden incluso el sentido de pura competencia y pertenencia. Tus creencias, una vez más, forman tu realidad, formando tu vida y todas sus condiciones.
Todos los poderes de tu ser interior se ponen en activación como resultado de tus creencias conscientes. Has perdido un sentido de responsabilidad por tu pensamiento consciente, porque se te ha enseñado que él no es el que forma tu vida. Se te ha dicho que estás aterrorizado por un acondicionamiento consciente, a pesar de tus creencias.
La totalidad de la siguiente frase es para ser subrayada: Mientras sostengas esa creencia consciente, la experimentarás como una realidad.
Algunas de tus creencias se originaron en tu niñez, pero no estás a merced de ellas, a menos que creas que lo estás. Por lo que tu imaginación sigue a tus creencias, te puedes encontrar en un circulo vicioso en el que constantemente pintas cuadros en tu mente que refuerzan los aspectos “negativos” en tu vida.
Los eventos imaginativos generan las emociones apropiadas, las que automáticamente producen cambios “hormonales” en tu cuerpo, o afectan tu comportamiento con otros, o hacen que interpretes los eventos siempre a la luz de tus creencias. De esta manera, la experiencia diaria parecerá justificar más y más lo que crees.
La única salida es llegar a enterarte de tus creencias, enterarte de tus propios pensamientos conscientes y cambiar tus creencias, para ponerlas más a tono con el tipo de realidad que quieres experimentar. La imaginación y la emoción entrarán en juego automáticamente para reforzar las nuevas creencias.
El primer paso importante es darte cuenta que tus creencias acerca de la realidad son solo eso, creencias acerca de la realidad y no necesariamente atributos de la realidad. Debes hacer una clara distinción entre tú y tus creencias. Entonces debes darte cuenta que tus creencias se materializan físicamente. Lo que crees que es verdad, en tu experiencia es verdad. Para cambiar los efectos físicos, debes cambiar la creencia original, mientras estás consciente de que por un tiempo la materialización física de las viejas creencias todavía se mantiene.
Si comprendes completamente lo que digo, sin embargo, tus nuevas creencias empezarán rápidamente a aparecer en tu experiencia. Pero no debes preocuparte por su surgimiento, ya que esto atrae el temor de que las nuevas ideas no se materializaran, y así esto niega tu propósito.
Mencioné un juego en el que alegremente adoptas una idea que quieres materializar, y enseguida la imaginas sucediendo en tu mente. Sabe que todos los eventos son mentales y psíquicos primero y que estos sucederán en términos físicos, pero no te mantengas observándote. Continua con el juego.
Estás haciendo lo mismo ahora constantemente y automáticamente con cualquiera que sean las creencias que tienes, y ellas están siendo traducidas también constantemente y automáticamente. Sin embargo, es la separación del ser y las creencias lo que es inicialmente importante.
No estás para martillarte a ti mismo conscientemente. La imaginación y la emoción son tus grandes aliados. Tu dirección consciente automáticamente las pondrá en juego. Puedes ver por qué es tan importante que examines todas tus creencias acerca de ti mismo y de la naturaleza de tu realidad. Además, una creencia, si se lo permites, te conducirá a otra.
Mucho se ha escrito diciendo que si la imaginación y el poder de la voluntad están en conflicto, la imaginación triunfará. Ahora yo te digo, si te examinas a ti mismo, encontrarás que la imaginación y el poder de la voluntad jamás están en conflicto. Tus creencias pueden estar en conflicto, pero tu imaginación siempre seguirá el poder de tu voluntad, tus pensamientos y creencias conscientes.
Si esto no es evidente para ti, es porque todavía no has examinado completamente tus creencias. Tomemos un ejemplo sencillo: Estás en sobrepeso. Has intentado dietas sin resultado alguno. Te dices a ti mismo que quieres perder peso. Sigues lo que te he dicho hasta ahora. Cambias la creencia. Dices, “Porque creo que estoy en sobrepeso, lo estoy, así que pensaré de mí mismo en mi peso ideal”.
Sin embargo, encuentras que todavía comes en exceso. En el ojo de tu mente todavía te ves en sobrepeso, te imaginas las golosinas y los bocaditos y, en tus términos, “te rindes” a tu imaginación y piensas que el poder de la voluntad es inútil y los pensamientos conscientes son impotentes.
No obstante, pretende que vas más allá de este punto. En pura desesperación dices, “Muy bien, examinaré más aun mis creencias”. Este es un caso hipotético, así que puedes encontrar una de innumerables creencias. Puedes, por ejemplo, encontrar que crees no tener mérito y por lo tanto no deberías lucir atractivo. O encontrar que salud significa peso físico y que es peligroso ser delgado. O puedes encontrar que sientes, y crees que eres, tan vulnerable que necesitas el peso, de tal manera que la gente pensará dos veces antes de empujarte a un lado. En todos estos casos las ideas serán conscientes. Te has entretenido con ellas con frecuencia y tu imaginación y tus emociones están de acuerdo con ellas, y no en conflicto.
Puedes ser pobre. Siguiendo mis sugestiones, puedes tratar de alterar la creencia y dices: “Mis deseos son atendidos y tengo una gran abundancia”. Sin embargo, todavía puedes encontrarte siendo incapaz de pagar tus cuentas. Imaginativamente puedes ver como llega la próxima cuenta y tú siendo incapaz de pagarla. Dices, “Tendré el dinero suficiente”. Esta es mi nueva creencia. Pero nada cambia, así que piensas, “Mis pensamientos conscientes no significan nada”. No obstante, al examinar tus creencias, puedes encontrar la convicción profunda de tu propia falta de merito.
Te puedes encontrar pensando, “No soy nadie, para empezar”, o “El rico se vuelve más rico y el pobre más pobre”, o “El mundo está en contra mía”, o “El dinero es malo. La gente que lo tiene no es espiritual”. Nuevamente puedes descubrir una de numerosas creencias que conducen todas al hecho de que no quieres tener dinero, o que estás temeroso de tenerlo. En cualquier caso, tu imaginación y tus creencias van de la mano.
Veamos otro ejemplo. Puedes estar tratando de recordar tus sueños. Te puedes dar las sugestiones apropiadas cada noche, solo para despertar nuevamente sin tener el recuerdo de ellos. Puedes decir, “Conscientemente quiero recordar mis sueños, pero mis sugestiones no funcionan. Por consiguiente, lo que quiero en un nivel consciente tiene poca importancia”.
Sin embargo, si examinas tus creencias más cuidadosamente, encontrarás una de muchas creencias posibles, tal como, “Tengo miedo de recordar mis sueños”, o “Mis sueños son siempre desagradables”, o “Tengo miedo de saber lo que sueño”, o “Quiero recordar mis sueños, pero ellos me pueden contar más de lo que quiero saber!”.
En este caso, también tu realidad colorea tus creencias, y tu experiencia es el resultado directo de tus actitudes conscientes. Con actitudes tales como éstas le pones abrazaderas a tu ser interior, obstaculizando a propósito tu experiencia y reforzando las creencias en los aspectos negativos de tu ser.
Solo examinando tus propias ideas puedes saber en donde estás contigo mismo. No pretendo hacer énfasis en lo negativo de ninguna manera, así que te sugiero que observes aquellas áreas de tu vida con las que estás satisfecho y lo has hecho bien. Observa como emocionalmente e imaginativamente tú reforzaste personalmente esas creencias y las trajiste a la realización física. Date cuenta como naturalmente y automáticamente aparecieron los resultados. Captura aquellos sentimientos de logro y comprensión que puedes utilizar en otras áreas empleando los mismos métodos.
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