Los valores de sonido están literalmente entretejidos en un patrón electromagnético. Los sonidos mismos se entrelazan y ayudan a formar este patrón. La actividad de las células dentro del cuerpo también causan lo que podrías llamar explosiones minúsculas de sonido interior. Los patrones de sonido electromagnéticos internos son afectados por ciertos tipos de luz. Conjuntamente, todos forman el prototipo sobre el cual, y del cual, se forma el cuerpo físico.
Cuando creas una imagen mental en tu mente, ella está compuesta de las mismas propiedades apenas mencionadas. Una imagen mental es también un patrón de sonido interno con propiedades electromagnéticas impregnadas con ciertos valores de luz. En un sentido, en un sentido muy real, la imagen mental es materia incipiente; y cualquier estructura así compuesta, combinando sonidos electromagnéticos y valores de luz, automáticamente tratará de reproducirse en la existencia física, o en materialización. Hay entonces una conexión definida con la naturaleza de tales imágenes y la manera en la cual tu cuerpo mismo está compuesto.
Todos los electrones, átomos y moléculas tienen sus sonidos internos y valores de luz independientes. Hay sonidos definidos, producidos cuando los mensajes saltan de tus terminales nerviosas. Es muy difícil explicar algo de esto, pero hay luz “invisible,” y sonido inaudible, que afecta tu cuerpo y ayuda a formar el patrón alrededor del cual él emerge constantemente.
El cuerpo es obviamente creado continuamente durante tu vida actual, en tus términos. No es un mecanismo que una vez creado se deja para que él mismo se defienda. A ti no se te dio una cierta cantidad de “fuerza vital” al nacer, para que la utilices toda a medida que sigues adelante, lo contrario a muchas escuelas de pensamiento.
Los átomos y moléculas dentro de ti están literalmente muriendo y siendo completamente reemplazados todo el tiempo. Estas siendo creado físicamente en cada instante. El cuerpo reacciona a los sonidos externos y a los estímulos que le traen los sentidos físicos. Estos patrones de reacción se pueden mostrar claramente. Ellos son todo lo que es actualmente observable, sin embargo, de las mucho más grandes interacciones que también ocurren.
Los átomos y moléculas que componen tus células y tu carne, por ejemplo, no reaccionan a los sonidos físicos que escuchas, o a los patrones de luz que perciben tus ojos físicos. En tiempos de peligro, la totalidad de tu cuerpo está en capacidad de moverse rápidamente. El sistema hormonal debe reaccionar con gran rapidez, algunas veces cambiando completamente el balance del momento anterior. Los músculos deben ser alertados inmediatamente y todo el cuerpo debe ser lo suficientemente flexible para responder como un todo. Esto incluye a cada órgano y a la porción más minúscula.
Digamos que estás en el medio de una calle y repentinamente un vehículo está a punto de golpearte. El vehículo ha llegado aparentemente de ninguna parte. Las células que componen tus intestinos, tu corazón y tus músculos, obviamente no ven el vehículo como “tu” lo haces. No obstante, la totalidad del sistema debe activarse instantáneamente y la información que “tu” percibes debe ser traducida en términos que energizarán cada parte de tu cuerpo.
Esto se hace traduciendo los estímulos externos en estímulos internos. Sin embargo, todo lo que los científicos y médicos están en capacidad de seguir, son los transportadores físicos de la información. Las mayores interacciones no han sido percibidas, y la verdadera historia de la decodificación de tales mensajes no ha sido entendida.
Los nervios también están compuestos del mismo tipo de estructuras mencionadas antes, alrededor de las cuales, o más bien de las cuales, se forman los nervios físicos. Aquí la información exterior es traducida y analizada en términos internos. Es decir, es decodificada en términos de sonido interno, luz y patrones electromagnéticos discutidos antes.
Entonces se convierte en información utilizable, incluso en términos de los átomos y moléculas que componen las células. El lapso físico que ocurre entre el mensaje entrante y su destino, no ocurre en estos otros niveles. El “mensaje interior” llega a su destino adelante del mensaje físico.
Para el momento en que el organismo responde, los patrones internos ya han reaccionado, y esto debe preceder, y siempre lo hace, a cualquier respuesta física a los estímulos. Por consiguiente, los patrones invisibles del cuerpo, compuestos de su luz interior, sonido y propiedades electromagnéticas, reaccionan primero, y realmente inician la respuesta física posterior.
Cuando creas una imagen mental en tu mente, ella está compuesta de las mismas propiedades apenas mencionadas. Una imagen mental es también un patrón de sonido interno con propiedades electromagnéticas impregnadas con ciertos valores de luz. En un sentido, en un sentido muy real, la imagen mental es materia incipiente; y cualquier estructura así compuesta, combinando sonidos electromagnéticos y valores de luz, automáticamente tratará de reproducirse en la existencia física, o en materialización. Hay entonces una conexión definida con la naturaleza de tales imágenes y la manera en la cual tu cuerpo mismo está compuesto.
Todos los electrones, átomos y moléculas tienen sus sonidos internos y valores de luz independientes. Hay sonidos definidos, producidos cuando los mensajes saltan de tus terminales nerviosas. Es muy difícil explicar algo de esto, pero hay luz “invisible,” y sonido inaudible, que afecta tu cuerpo y ayuda a formar el patrón alrededor del cual él emerge constantemente.
El cuerpo es obviamente creado continuamente durante tu vida actual, en tus términos. No es un mecanismo que una vez creado se deja para que él mismo se defienda. A ti no se te dio una cierta cantidad de “fuerza vital” al nacer, para que la utilices toda a medida que sigues adelante, lo contrario a muchas escuelas de pensamiento.
Los átomos y moléculas dentro de ti están literalmente muriendo y siendo completamente reemplazados todo el tiempo. Estas siendo creado físicamente en cada instante. El cuerpo reacciona a los sonidos externos y a los estímulos que le traen los sentidos físicos. Estos patrones de reacción se pueden mostrar claramente. Ellos son todo lo que es actualmente observable, sin embargo, de las mucho más grandes interacciones que también ocurren.
Los átomos y moléculas que componen tus células y tu carne, por ejemplo, no reaccionan a los sonidos físicos que escuchas, o a los patrones de luz que perciben tus ojos físicos. En tiempos de peligro, la totalidad de tu cuerpo está en capacidad de moverse rápidamente. El sistema hormonal debe reaccionar con gran rapidez, algunas veces cambiando completamente el balance del momento anterior. Los músculos deben ser alertados inmediatamente y todo el cuerpo debe ser lo suficientemente flexible para responder como un todo. Esto incluye a cada órgano y a la porción más minúscula.
Digamos que estás en el medio de una calle y repentinamente un vehículo está a punto de golpearte. El vehículo ha llegado aparentemente de ninguna parte. Las células que componen tus intestinos, tu corazón y tus músculos, obviamente no ven el vehículo como “tu” lo haces. No obstante, la totalidad del sistema debe activarse instantáneamente y la información que “tu” percibes debe ser traducida en términos que energizarán cada parte de tu cuerpo.
Esto se hace traduciendo los estímulos externos en estímulos internos. Sin embargo, todo lo que los científicos y médicos están en capacidad de seguir, son los transportadores físicos de la información. Las mayores interacciones no han sido percibidas, y la verdadera historia de la decodificación de tales mensajes no ha sido entendida.
Los nervios también están compuestos del mismo tipo de estructuras mencionadas antes, alrededor de las cuales, o más bien de las cuales, se forman los nervios físicos. Aquí la información exterior es traducida y analizada en términos internos. Es decir, es decodificada en términos de sonido interno, luz y patrones electromagnéticos discutidos antes.
Entonces se convierte en información utilizable, incluso en términos de los átomos y moléculas que componen las células. El lapso físico que ocurre entre el mensaje entrante y su destino, no ocurre en estos otros niveles. El “mensaje interior” llega a su destino adelante del mensaje físico.
Para el momento en que el organismo responde, los patrones internos ya han reaccionado, y esto debe preceder, y siempre lo hace, a cualquier respuesta física a los estímulos. Por consiguiente, los patrones invisibles del cuerpo, compuestos de su luz interior, sonido y propiedades electromagnéticas, reaccionan primero, y realmente inician la respuesta física posterior.
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