Constantemente te das sugestiones acerca de tu cuerpo, tu salud o enfermedad. Con frecuencia piensas acerca de tu cuerpo. Envías un bombardeo de creencias e instrucciones al ser interior que afectan tu imagen física.
Como lo mencionamos antes, tus pensamientos tienen una muy definida realidad vital. Las creencias son pensamientos reforzados por la imaginación y la emoción que tienen que ver con la naturaleza de tu realidad.
Los pensamientos en general poseen una realidad electromagnética, pero, bien sea que lo sepas o no, ellos también tienen un valor de sonido interior.
Tu conoces la importancia del sonido exterior. Él es utilizado como un método de comunicación, pero también es un subproducto de muchos otros eventos, y afecta la atmósfera física. Ahora bien, lo mismo es cierto acerca de lo que llamare sonido interior, el sonido de tus pensamientos dentro de tu propia cabeza. Aquí no estoy hablando de los ruidos del cuerpo, aunque usualmente también te olvidas de ellos.
Los sonidos internos tienen un efecto aun mayor que los externos sobre tu cuerpo. Ellos afectan los átomos y moléculas que componen tus células. En muchos aspectos, es cierto decir que tú hablas tu cuerpo, pero el hablar es interior.
El mismo tipo de sonido construyó las Pirámides, y no era un sonido que pudieras oír con tus oídos físicos. Tal sonido interior forma tu hueso y tu carne. El sonido existe conectado, pero bastante apartado, de las palabras que usas al pensar.
No importa en que lenguaje te estás dirigiendo a ti mismo, por ejemplo. El sonido se forma por tu intento, y el mismo intento – estoy poniendo esto simplemente – tendrá el mismo efecto sonoro sobre el cuerpo sin importar las palabras utilizadas.
Sin embargo, usualmente piensas en tu propio lenguaje, y así, en términos bastante prácticos, las palabras y el intento se mezclan. Para todos los propósitos prácticos, los dos son uno. Cuando dices, “Estoy cansado”, mentalmente no solo te estás dando mensajes silenciosos, sino que, además de esto, el valor del sonido interior de los mensajes automáticamente afecta el cuerpo, precisamente de esa manera.
Que deberías hacer si te encuentras sintiéndote cansado? Esta es tu evaluación consciente de la realidad de tu cuerpo en un momento determinado. Tú quieres cambiarla, así que no la refuerzas. En cambio, puedes decir mentalmente que el cuerpo ahora puede descansar y el mismo refrescarse. Das por sentado tu juicio inicial sin replantearlo, y en cambio sugieres que el remedio se lleve a cabo.
Si las condiciones lo permiten, puedes descansar físicamente recostándote o haciendo cualquier ajuste que parezca apropiado. Si ninguno es posible, entonces varias de tales sugestiones – de que el cuerpo mismo puede darse un descanso – te darán beneficio. Decirte a ti mismo una y otra vez que estás cansado, sin embargo, refuerza la condición.
El valor del sonido interior de las sugestiones en contrario, automáticamente empieza a refrescar el cuerpo. Se acostumbra pensar ahora acerca de la polución del ruido, y sin embargo el mismo tipo de circunstancias ocurre con el sonido interior, particularmente cuando tus pensamientos internos son auto contradictorios, revueltos y al azar.
Es entonces cuando se le dan al cuerpo instrucciones diversas y altamente conflictivas. Como debes saber, el entorno interior del cuerpo cambia constantemente, y eres tú el que lo cambia. El cambio es bastante necesario, y como norma, el balance general del cuerpo se mantiene. No obstante, las direcciones que das con frecuencia no son claras o ventajosas, y tus creencias en gran medida determinan el tipo de información que envías a ese entorno.
El ser interior siempre intenta mantener el equilibrio y la salud del cuerpo, pero muchas veces tus propias creencias le impiden venir en tu ayuda, incluso con la mitad de la energía disponible para él. Con frecuencia, solo cuando estás en serios aprietos, abres las puertas a esta gran energía, cuando es muy claro que tus creencias y comportamiento previos no han funcionado.
Tienes a tu disposición los medios para asegurar tu salud. Te preguntas porque tantas personas usan gafas. Te preguntas si las personas que no las han usado, desarrollarían la necesidad de usarlas, y así es. A muchas personas se les dan gafas para corregir una dificultad de la visión a temprana edad. En muchos casos, si se les deja solos, los ojos se corregirían ellos mismos. Las gafas pueden impedir tal auto corrección, proporcionando unas muletas que subsiguientemente debilitan los músculos de los ojos, por ejemplo, y por el contrario reafirman la condición. Cuando crees que solamente las gafas corregirán una visión pobre, entonces solo las gafas lo harán.
En cambio puedes descubrir la razón para la creencia detrás de la pobre función, o mal funcionamiento físico, y si se hace esto, la condición automáticamente se aclarará. Sin embargo, para la mayoría de las personas es más fácil conseguir las gafas.
Como lo mencionamos antes, tus pensamientos tienen una muy definida realidad vital. Las creencias son pensamientos reforzados por la imaginación y la emoción que tienen que ver con la naturaleza de tu realidad.
Los pensamientos en general poseen una realidad electromagnética, pero, bien sea que lo sepas o no, ellos también tienen un valor de sonido interior.
Tu conoces la importancia del sonido exterior. Él es utilizado como un método de comunicación, pero también es un subproducto de muchos otros eventos, y afecta la atmósfera física. Ahora bien, lo mismo es cierto acerca de lo que llamare sonido interior, el sonido de tus pensamientos dentro de tu propia cabeza. Aquí no estoy hablando de los ruidos del cuerpo, aunque usualmente también te olvidas de ellos.
Los sonidos internos tienen un efecto aun mayor que los externos sobre tu cuerpo. Ellos afectan los átomos y moléculas que componen tus células. En muchos aspectos, es cierto decir que tú hablas tu cuerpo, pero el hablar es interior.
El mismo tipo de sonido construyó las Pirámides, y no era un sonido que pudieras oír con tus oídos físicos. Tal sonido interior forma tu hueso y tu carne. El sonido existe conectado, pero bastante apartado, de las palabras que usas al pensar.
No importa en que lenguaje te estás dirigiendo a ti mismo, por ejemplo. El sonido se forma por tu intento, y el mismo intento – estoy poniendo esto simplemente – tendrá el mismo efecto sonoro sobre el cuerpo sin importar las palabras utilizadas.
Sin embargo, usualmente piensas en tu propio lenguaje, y así, en términos bastante prácticos, las palabras y el intento se mezclan. Para todos los propósitos prácticos, los dos son uno. Cuando dices, “Estoy cansado”, mentalmente no solo te estás dando mensajes silenciosos, sino que, además de esto, el valor del sonido interior de los mensajes automáticamente afecta el cuerpo, precisamente de esa manera.
Que deberías hacer si te encuentras sintiéndote cansado? Esta es tu evaluación consciente de la realidad de tu cuerpo en un momento determinado. Tú quieres cambiarla, así que no la refuerzas. En cambio, puedes decir mentalmente que el cuerpo ahora puede descansar y el mismo refrescarse. Das por sentado tu juicio inicial sin replantearlo, y en cambio sugieres que el remedio se lleve a cabo.
Si las condiciones lo permiten, puedes descansar físicamente recostándote o haciendo cualquier ajuste que parezca apropiado. Si ninguno es posible, entonces varias de tales sugestiones – de que el cuerpo mismo puede darse un descanso – te darán beneficio. Decirte a ti mismo una y otra vez que estás cansado, sin embargo, refuerza la condición.
El valor del sonido interior de las sugestiones en contrario, automáticamente empieza a refrescar el cuerpo. Se acostumbra pensar ahora acerca de la polución del ruido, y sin embargo el mismo tipo de circunstancias ocurre con el sonido interior, particularmente cuando tus pensamientos internos son auto contradictorios, revueltos y al azar.
Es entonces cuando se le dan al cuerpo instrucciones diversas y altamente conflictivas. Como debes saber, el entorno interior del cuerpo cambia constantemente, y eres tú el que lo cambia. El cambio es bastante necesario, y como norma, el balance general del cuerpo se mantiene. No obstante, las direcciones que das con frecuencia no son claras o ventajosas, y tus creencias en gran medida determinan el tipo de información que envías a ese entorno.
El ser interior siempre intenta mantener el equilibrio y la salud del cuerpo, pero muchas veces tus propias creencias le impiden venir en tu ayuda, incluso con la mitad de la energía disponible para él. Con frecuencia, solo cuando estás en serios aprietos, abres las puertas a esta gran energía, cuando es muy claro que tus creencias y comportamiento previos no han funcionado.
Tienes a tu disposición los medios para asegurar tu salud. Te preguntas porque tantas personas usan gafas. Te preguntas si las personas que no las han usado, desarrollarían la necesidad de usarlas, y así es. A muchas personas se les dan gafas para corregir una dificultad de la visión a temprana edad. En muchos casos, si se les deja solos, los ojos se corregirían ellos mismos. Las gafas pueden impedir tal auto corrección, proporcionando unas muletas que subsiguientemente debilitan los músculos de los ojos, por ejemplo, y por el contrario reafirman la condición. Cuando crees que solamente las gafas corregirán una visión pobre, entonces solo las gafas lo harán.
En cambio puedes descubrir la razón para la creencia detrás de la pobre función, o mal funcionamiento físico, y si se hace esto, la condición automáticamente se aclarará. Sin embargo, para la mayoría de las personas es más fácil conseguir las gafas.
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