Aspectos de la Personalidad Multidimensional, vistos según mi Propia Experiencia.
Utilizando tu referencia histórica, regresé en el tiempo de los hombres de las cavernas, operando como un Vocero. Siempre he sido un Vocero, sin importar mi ocupación física. He sido mercader de especias en Dinamarca. En varias vidas fui negro, una vez en lo que ahora se llama Etiopia y una vez en Turquía.
Mis vidas como monje siguieron a mi experiencia como un Papa, y en una de ellas fui una victima de la Inquisición Española. Mi experiencia en las vidas femeninas varió, desde la de una simple solterona a la de una cortesana en el tiempo del David bíblico, y hasta varias existencias como madre humilde con hijos.
Los tiempos y los nombres y las fechas no son ni de cerca tan importantes como las experiencias, y ellas son demasiado numerosas para enumerarlas aquí. En un libro sobre la reencarnación podría hacer que cada una de mis previas personalidades hablara por si misma, ya que ellas deberían contar su propia historia. Sin embargo, deberías comprender que esas personalidades todavía existen y son independientes. Mientras lo que soy alguna vez pareció contenerse dentro de esas personalidades, no fui más que la semilla para ellas. En tus términos, puedo recordar quien fui. En términos más amplios sin embargo, esas personalidades deberían hablar por sí mismas.
Quizá verás aquí una analogía, cuando comparas la situación con la regresión hipnótica. Esas personalidades no están encerradas dentro de lo que soy. Ellas han progresado a su propia manera. No son negadas. En mis términos, coexisten conmigo, pero a otro nivel de realidad.
En varias vidas estuve conscientemente enterado de mis “existencias pasadas”. Una vez como monje, me encontré copiando un manuscrito que yo mismo había escrito en otra vida.
Con frecuencia era dado al amor a la obesidad, y la tuve. Dos veces morí de hambre. Siempre encontré mis muertes altamente educativas. Siempre fue una lección entre vidas rastrear los pensamientos y eventos que “condujeron a una determinada muerte”.
Ninguna de mis muertes me sorprendió. Sentí durante el proceso la inevitabilidad, el reconocimiento y aun la sensación de familiaridad: “ Por supuesto, esta muerte en particular es la mía y no otra”. Entonces acepté aun las circunstancias más extrañas, sintiendo casi una sensación de perfección. La vida no podría terminarse apropiadamente sin la muerte.
Hay una gran sensación de humildad, y aun una gran sensación de exaltación, en la medida en que el ser interior siente su libertad cuando ocurre la muerte. Todas mis muertes fueron el complemento de mis vidas, en el sentido de que me parecía que no pudieron ser de otra manera.
Si lo escojo, en tus términos, puedo revivir cualquier parte de esas existencias, pero esas personalidades siguen su propio camino.
En un nivel subjetivo, actué como un maestro y como un Vocero en cada una de mis vidas. En unas pocas existencias altamente intuitivas, estaba enterado de este hecho. Todavía no comprendes la suma importancia del lado inferior de la conciencia. Además de tu rol objetivo en cada vida, tus retos reencarnacionales también involucran tus estados del sueño y los ritmos de creatividad que fluyen y refluyen por debajo del mundo diario que conoces. De esta manera me volví altamente diestro como Vocero y maestro en varias vidas, que por contraste fueron externamente poco interesantes.
Mi influencia, trabajo y preocupación en tales casos eran mucho más amplios que mis tranquilas actividades objetivas. Te doy esta información esperando ayudarte a comprender la verdadera naturaleza de tu propia realidad. Mis existencias reencarnacionales no definen lo que soy, sin embargo, ni las tuyas te definen.
El alma se conoce a sí misma y no se confunde con términos y definiciones. Mostrándote la naturaleza de mi propia realidad, espero enseñarte la naturaleza de la tuya. No estás limitado a ninguna categoría o recodo de la existencia. Tu realidad no se puede medir más que la mía. Espero ilustrar las funciones de la conciencia y de la personalidad por medio de estas notas y agrandando tus conceptos.
Utilizando tu referencia histórica, regresé en el tiempo de los hombres de las cavernas, operando como un Vocero. Siempre he sido un Vocero, sin importar mi ocupación física. He sido mercader de especias en Dinamarca. En varias vidas fui negro, una vez en lo que ahora se llama Etiopia y una vez en Turquía.
Mis vidas como monje siguieron a mi experiencia como un Papa, y en una de ellas fui una victima de la Inquisición Española. Mi experiencia en las vidas femeninas varió, desde la de una simple solterona a la de una cortesana en el tiempo del David bíblico, y hasta varias existencias como madre humilde con hijos.
Los tiempos y los nombres y las fechas no son ni de cerca tan importantes como las experiencias, y ellas son demasiado numerosas para enumerarlas aquí. En un libro sobre la reencarnación podría hacer que cada una de mis previas personalidades hablara por si misma, ya que ellas deberían contar su propia historia. Sin embargo, deberías comprender que esas personalidades todavía existen y son independientes. Mientras lo que soy alguna vez pareció contenerse dentro de esas personalidades, no fui más que la semilla para ellas. En tus términos, puedo recordar quien fui. En términos más amplios sin embargo, esas personalidades deberían hablar por sí mismas.
Quizá verás aquí una analogía, cuando comparas la situación con la regresión hipnótica. Esas personalidades no están encerradas dentro de lo que soy. Ellas han progresado a su propia manera. No son negadas. En mis términos, coexisten conmigo, pero a otro nivel de realidad.
En varias vidas estuve conscientemente enterado de mis “existencias pasadas”. Una vez como monje, me encontré copiando un manuscrito que yo mismo había escrito en otra vida.
Con frecuencia era dado al amor a la obesidad, y la tuve. Dos veces morí de hambre. Siempre encontré mis muertes altamente educativas. Siempre fue una lección entre vidas rastrear los pensamientos y eventos que “condujeron a una determinada muerte”.
Ninguna de mis muertes me sorprendió. Sentí durante el proceso la inevitabilidad, el reconocimiento y aun la sensación de familiaridad: “ Por supuesto, esta muerte en particular es la mía y no otra”. Entonces acepté aun las circunstancias más extrañas, sintiendo casi una sensación de perfección. La vida no podría terminarse apropiadamente sin la muerte.
Hay una gran sensación de humildad, y aun una gran sensación de exaltación, en la medida en que el ser interior siente su libertad cuando ocurre la muerte. Todas mis muertes fueron el complemento de mis vidas, en el sentido de que me parecía que no pudieron ser de otra manera.
Si lo escojo, en tus términos, puedo revivir cualquier parte de esas existencias, pero esas personalidades siguen su propio camino.
En un nivel subjetivo, actué como un maestro y como un Vocero en cada una de mis vidas. En unas pocas existencias altamente intuitivas, estaba enterado de este hecho. Todavía no comprendes la suma importancia del lado inferior de la conciencia. Además de tu rol objetivo en cada vida, tus retos reencarnacionales también involucran tus estados del sueño y los ritmos de creatividad que fluyen y refluyen por debajo del mundo diario que conoces. De esta manera me volví altamente diestro como Vocero y maestro en varias vidas, que por contraste fueron externamente poco interesantes.
Mi influencia, trabajo y preocupación en tales casos eran mucho más amplios que mis tranquilas actividades objetivas. Te doy esta información esperando ayudarte a comprender la verdadera naturaleza de tu propia realidad. Mis existencias reencarnacionales no definen lo que soy, sin embargo, ni las tuyas te definen.
El alma se conoce a sí misma y no se confunde con términos y definiciones. Mostrándote la naturaleza de mi propia realidad, espero enseñarte la naturaleza de la tuya. No estás limitado a ninguna categoría o recodo de la existencia. Tu realidad no se puede medir más que la mía. Espero ilustrar las funciones de la conciencia y de la personalidad por medio de estas notas y agrandando tus conceptos.
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