Presentes Alternos y Enfoque Múltiple
Los varios niveles de conciencia discutidos aquí pueden parecer muy separados de los ordinarios de vigilia. La división es bastante arbitraria. Todos estos varios estados representan diferentes atributos y direcciones, inherentes dentro de tu propia alma; indicaciones y señas de ellos, sombras y reflexiones, aparecen aun en la conciencia que conoces. Aun la conciencia normal de vigilia no es inocente de todas las otras huellas de existencia, o está desprovista de otros tipos de conocimiento. Es solamente porque usualmente utilizas tu conciencia de vigilia en formas limitadas, por lo que no encuentras estas indicaciones con alguna regularidad.
Ellas están siempre presentes. Siguiéndolas, te puedes dar una idea de aquellas otras direcciones y aquellos otros niveles de los que hemos hablado. Con frecuencia, por ejemplo, símbolos o imágenes, aparentemente no relacionados, pueden surgir dentro de tu mente. Usualmente los ignoras. Si en cambio los reconoces y vuelves tu atención a ellos, puedes seguirlos a otros varios estratos, al menos, por ejemplo, a A-1 y A-2 con facilidad.
Estos símbolos o imágenes pueden cambiar mientras así lo haces, así que percibes poca similitud entre la imagen inicial y la siguiente. La conexión puede ser altamente intuitiva, asociativa y creativa, sin embargo. Con frecuencia unos pocos momentos de reflexión posterior te permitirá ver por qué una imagen se mezcló con la otra. Una sola imagen puede repentinamente abrirse en un panorama mental total, pero no sabrás nada de esto si no reconoces las primeras indicaciones que están apenas por debajo del conocimiento actual, y que son casi transparentes, si solo estás dispuesto a mirar.
El enfoque alterno es solamente un estado en el cual vuelves tu conciencia en una dirección distinta a la habitual, con el fin de percibir realidades bastante legitimas que existen simultáneamente con la tuya. Debes alterar tu percepción para percibir cualquier realidad que no esté equipada prácticamente para la forma material. Esto es algo así como mirar con el rabillo del ojo, o de la mente, en lugar de hacerlo directamente al frente.
Utilizando el enfoque alterno, con la práctica es posible percibir las diferentes formaciones físicas que han llenado cualquier área del espacio, o que la llenarán, en tus términos. En algunos estados del sueño puedes visitar un lugar en particular y entonces percibir el lugar que fue hace tres siglos, o el que será dentro de cinco años, y nunca comprender lo que el sueño significó. Te parece que el espacio solo puede ser llenado por un determinado articulo a la vez, y que uno debe removerse para hacerle campo al otro.
En cambio, tú solo percibes de esta manera. En el enfoque alterno, puedes prescindir de las asunciones básicas que generalmente protegen, dirigen y limitan tu percepción. Estás en capacidad de apartarte del momento, tal como lo conoces, y regresar a él y encontrarlo ahí. La conciencia solamente finge someterse a la idea del tiempo. A otros niveles, se regocija jugando con tales conceptos y percibiendo la gran unidad de los eventos que ocurren por fuera del contexto del tiempo, por ejemplo, mezclando eventos procedentes de varios siglos, encontrando armonía y puntos de contacto con la exploración de entornos históricos y particulares y arrancándolos de la estructura del tiempo.
Haces esto en el sueño. Si no lo haces en el estado de vigilia, es porque has mantenido tu conciencia en un control muy estricto.
Como lo hemos mencionado antes, mientras tu conciencia normal de vigilia te parece continua y generalmente no te das cuenta de puntos en blanco, ella tiene, sin embargo, grandes fluctuaciones. En gran medida, solo tiene el recuerdo de sí misma y de sus propias percepciones. En la conciencia normal parece como si no existiera ningún otro tipo de conciencia real y ningunas otras áreas o niveles. Cuando la conciencia encuentra “puntos en blanco” y “regresa”, borra el conocimiento de que ocurrió un momento de no-funcionamiento. Olvida el tropezón. No puede enterarse de tipos de conciencias alternas mientras sea ella misma, a menos que se empleen métodos que le permitan recuperarse de esta amnesia.
Juega a la golosa, adentro y afuera de la realidad. Algunas veces se ha ido y no te enteras. En tales ocasiones tu atención está enfocada en otra parte, en lo que podrías llamar mini-sueños o alucinaciones, o procesos asociativos e intuitivos del pensamiento, que van mucho más allá del enfoque normal.
En estos lapsos estás percibiendo otros tipos de realidad, con una conciencia distinta a la conciencia normal de vigilia. Cuando regresas, pierdes el hilo. La conciencia normal de vigilia pretende que nunca hubo una pausa. Esto sucede con alguna regularidad y en grados diversos, desde quince hasta cincuenta veces por hora, de acuerdo con tus actividades.
A veces muchas personas se sorprenden a si mismas, siendo la experiencia tan vivida que salta la brecha, por así decirlo, con una percepción tan intensa que aun la conciencia normal de vigilia se hace consciente de ella. Estos intervalos son muy necesarios para la conciencia física. Se tejen a través de la tela de tu conocimiento, tan inteligentemente y tan íntimamente que colorean tu atmósfera psíquica y de sentimiento.
Los varios niveles de conciencia discutidos aquí pueden parecer muy separados de los ordinarios de vigilia. La división es bastante arbitraria. Todos estos varios estados representan diferentes atributos y direcciones, inherentes dentro de tu propia alma; indicaciones y señas de ellos, sombras y reflexiones, aparecen aun en la conciencia que conoces. Aun la conciencia normal de vigilia no es inocente de todas las otras huellas de existencia, o está desprovista de otros tipos de conocimiento. Es solamente porque usualmente utilizas tu conciencia de vigilia en formas limitadas, por lo que no encuentras estas indicaciones con alguna regularidad.
Ellas están siempre presentes. Siguiéndolas, te puedes dar una idea de aquellas otras direcciones y aquellos otros niveles de los que hemos hablado. Con frecuencia, por ejemplo, símbolos o imágenes, aparentemente no relacionados, pueden surgir dentro de tu mente. Usualmente los ignoras. Si en cambio los reconoces y vuelves tu atención a ellos, puedes seguirlos a otros varios estratos, al menos, por ejemplo, a A-1 y A-2 con facilidad.
Estos símbolos o imágenes pueden cambiar mientras así lo haces, así que percibes poca similitud entre la imagen inicial y la siguiente. La conexión puede ser altamente intuitiva, asociativa y creativa, sin embargo. Con frecuencia unos pocos momentos de reflexión posterior te permitirá ver por qué una imagen se mezcló con la otra. Una sola imagen puede repentinamente abrirse en un panorama mental total, pero no sabrás nada de esto si no reconoces las primeras indicaciones que están apenas por debajo del conocimiento actual, y que son casi transparentes, si solo estás dispuesto a mirar.
El enfoque alterno es solamente un estado en el cual vuelves tu conciencia en una dirección distinta a la habitual, con el fin de percibir realidades bastante legitimas que existen simultáneamente con la tuya. Debes alterar tu percepción para percibir cualquier realidad que no esté equipada prácticamente para la forma material. Esto es algo así como mirar con el rabillo del ojo, o de la mente, en lugar de hacerlo directamente al frente.
Utilizando el enfoque alterno, con la práctica es posible percibir las diferentes formaciones físicas que han llenado cualquier área del espacio, o que la llenarán, en tus términos. En algunos estados del sueño puedes visitar un lugar en particular y entonces percibir el lugar que fue hace tres siglos, o el que será dentro de cinco años, y nunca comprender lo que el sueño significó. Te parece que el espacio solo puede ser llenado por un determinado articulo a la vez, y que uno debe removerse para hacerle campo al otro.
En cambio, tú solo percibes de esta manera. En el enfoque alterno, puedes prescindir de las asunciones básicas que generalmente protegen, dirigen y limitan tu percepción. Estás en capacidad de apartarte del momento, tal como lo conoces, y regresar a él y encontrarlo ahí. La conciencia solamente finge someterse a la idea del tiempo. A otros niveles, se regocija jugando con tales conceptos y percibiendo la gran unidad de los eventos que ocurren por fuera del contexto del tiempo, por ejemplo, mezclando eventos procedentes de varios siglos, encontrando armonía y puntos de contacto con la exploración de entornos históricos y particulares y arrancándolos de la estructura del tiempo.
Haces esto en el sueño. Si no lo haces en el estado de vigilia, es porque has mantenido tu conciencia en un control muy estricto.
Como lo hemos mencionado antes, mientras tu conciencia normal de vigilia te parece continua y generalmente no te das cuenta de puntos en blanco, ella tiene, sin embargo, grandes fluctuaciones. En gran medida, solo tiene el recuerdo de sí misma y de sus propias percepciones. En la conciencia normal parece como si no existiera ningún otro tipo de conciencia real y ningunas otras áreas o niveles. Cuando la conciencia encuentra “puntos en blanco” y “regresa”, borra el conocimiento de que ocurrió un momento de no-funcionamiento. Olvida el tropezón. No puede enterarse de tipos de conciencias alternas mientras sea ella misma, a menos que se empleen métodos que le permitan recuperarse de esta amnesia.
Juega a la golosa, adentro y afuera de la realidad. Algunas veces se ha ido y no te enteras. En tales ocasiones tu atención está enfocada en otra parte, en lo que podrías llamar mini-sueños o alucinaciones, o procesos asociativos e intuitivos del pensamiento, que van mucho más allá del enfoque normal.
En estos lapsos estás percibiendo otros tipos de realidad, con una conciencia distinta a la conciencia normal de vigilia. Cuando regresas, pierdes el hilo. La conciencia normal de vigilia pretende que nunca hubo una pausa. Esto sucede con alguna regularidad y en grados diversos, desde quince hasta cincuenta veces por hora, de acuerdo con tus actividades.
A veces muchas personas se sorprenden a si mismas, siendo la experiencia tan vivida que salta la brecha, por así decirlo, con una percepción tan intensa que aun la conciencia normal de vigilia se hace consciente de ella. Estos intervalos son muy necesarios para la conciencia física. Se tejen a través de la tela de tu conocimiento, tan inteligentemente y tan íntimamente que colorean tu atmósfera psíquica y de sentimiento.
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